Diferencia entre revisiones de «Breakfast at Tiffany's (novela)»

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En el taxi, Holly comienza a cambiarse de ropa, a ponerse medias y a encenderse cigarros. Paul le informa de que tiene una carta de José, en la que anula cualquier posible compromiso.Tras alguna conversación sobre el amor y el desengaño y un intento de huida, Holly se queda con Paul bajo la lluvia, tras lo que aparece la montañita de los estudios Paramount con el.
En el taxi, Holly comienza a cambiarse de ropa, a ponerse medias y a encenderse cigarros. Paul le informa de que tiene una carta de José, en la que anula cualquier posible compromiso.Tras alguna conversación sobre el amor y el desengaño y un intento de huida, Holly se queda con Paul bajo la lluvia, tras lo que aparece la montañita de los estudios Paramount con el.

==Adaptaciones==
*''Holly Golightly'', comedia musical, montada en [[Boston]] en [[1966]].
*''[[Breakfast at Tiffany's]]'', película de [[Blake Edwards]] de [[1961]], con [[Audrey Hepburn]].
*''Holly Golightly'', piloto para un proyecto de [[sitcom]] en [[1969]].

==Enlaces externos==
*[http://www.gradesaver.com/classicnotes/titles/breakfast/ Guía de lectura GradeSaver de Desayuno con diamantes.]
*[http://www-personal.umich.edu/~bcash/breakfasthomepage.html Página dedicada a Desayuno con diamantes.]

[[de:Frühstück bei Tiffany]]
[[et:Hommikueine Tiffany juures]]
[[fr:Petit déjeuner chez Tiffany]]
[[hr:Doručak kod Tiffanyja (roman)]]
[[it:Colazione_da_Tiffany_(romanzo)]]
[[ja:ティファニーで朝食を]]
[[pl:Śniadanie u Tiffany'ego]]
[[pt:Breakfast at Tiffany's (livro)]]
[[zh:第凡內早餐]]

Revisión del 06:36 9 abr 2009

Desayuno con diamantes es una novela del escritor estadounidense Truman Capote. El nombre original en inglés es Breakfast at Tiffany's.

DESAYUNO CON DIAMANTES

Comienza con el personaje principal: Holly, vestida de fiesta, desayunando mientras se hace de día frente a Tiffany (la lujosa joyería) en el centro de Nueva York. Es la 5ª avenida, está vacía de gente porque son las primeras horas de la mañana. Holly camina hasta su casa con síntomas de resaca, y a la puerta se encuentra con un hombre que le recuerda que en la fiesta habló con ella, le pagó la bebida y le dio 50 dólares para el tocador, Holly trata de ignorarlo pero no lleva la llave, así que tiene que escuchar los reproches del hombre mientras llama al timbre de un vecino, un fotógrafo japonés: el señor Yunioshi. Las palabras que Holly intercambia con el vecino y el hombre maduro dejan claro su deseo de irse a dormir.

Entonces aparece el otro protagonista: Paul. Él llega al edificio de departamentos en taxi poco después de la llegada de Holly a su casa, y al igual que Holly no tiene llave, así que timbra al primer departamento que ve y resulta ser el de Holly. Una vez adentro y con la excusa de que necesita llamar por teléfono, entra en el departamento de ella, donde predomina la falta de mobiliario y un desorden considerable. Holly y Paul tienen una conversación amigable y confiada, que establece la buena relación entre los dos desde el principio. También se presenta al gato, toda una metáfora respecto a la relación que llevará con Paul.



De esa conversación destaca el modo en que A. Hepburn deja ver el primer aspecto patético del personaje cuando habla por primera vez de sus ‘días rojos’, un modo elegante y aparentemente casual de referirse a su depresión crónica. Tras la mención a Tiffany’s, Holly se cambia y se pone maravillosa en un tiempo inverosímil, con lo que vamos viendo además parte de su vestuario, de ir en mangas de camisa para hablar con Paul, se pone un vestido ajustado con el que va a marcharse a la cárcel de sing-sing, a visitar a un viejo mafioso. Pual no logra comprender porque lo visita y menos porque se arregla tanto para él. Ambos bajan al primer piso, la colonia y el lápiz de labios están en el buzón, lo que nos da una idea del estilo de vida que lleva Holly, incapaz de ordenar su casa pero capaz de vestirse en dos minutos y detener cualquier taxi con un silbido. Precisamente, en el taxi que para viene llegando la mujer que dice ser la ‘decoradora’del departamento de Paul (dejando patente que Paul es amante de esta mujer rica).

LLega la noche, hay fiesta en el departamento de Holly, el japonés del piso de arriba, es despertado por el escándalo. LLama a la policía y estos llegan a desalojar el departamento salen todos, pero Holly no se encontraba en su propia fiesta la razón, es que salio por la ventana de la escalera de incendios, es que uno de los pretendientes de Holly se ha puesto demasiado pesado. Holly escapa en albornoz por la ventana, ya que su vestido es demasiado estrecho para poder moverse con comodidad. Este cambio de traje puede parecer casual, o un simple modo de insinuar un poco la figura de A. Hepburn, pero a mí no me parece casual que use la escalera de incendios, ni que se quite la ‘ropa de faena’ para subir a ver a Paul. La relación en-tre ambos es de confianza, ella no necesita ropa de seductora para estar con él, y para casi todos sus contactos íntimos usarán la parte trasera del edificio, la que da a los callejones. Al subir, Holly ve cómo la ‘decoradora’ de Paul deja dinero sobre la mesa mientras que él duerme, con lo que comprobamos que no son tan diferentes uno de otra. El piso, además, es horrible, hortera y lleno de cacharros. Tras una corta conversación sobre el oficio de él, en la que Holly ve una máquina de escribir sin carrete, comienza a hacer mención a su hermano Fred. A lo largo de la escena, Paul pasa de ‘recordarle un poco’ a su hermano a ‘parecerse mucho’, a medida que ella toma más confianza y comprueba que él no es como el resto de hombres que alterna. La escena acaba con ambos durmiendo juntos, y con ella teniendo una pesadilla tras la que escapa. Por supuesto, esto sirve para romper la imagen de ella como mujer autosuficiente que teníamos en principio, y para que George Peppard pase de ser un joven desorientado y algo confuso a mostrarse como un chulo sin demasiados remordimientos de conciencia, y bastante más estable emocionalmente que ella. En la novela, Holly era una mujer individualista con alguna tendencia homosexual que desaparece de las vidas de todos.

Después volviendo de la compra por la misma calle, y encontrando en su buzón una nota de invitación a una fiesta junto a un carrete de máquina de escribir que A. Hepburn le regala. Recibe una llamada en un teléfono labrado y más hortera que el resto de su casa. Comprobamos que la casa de ella es igual que el piso de él. También vemos al marido, en forma de una mano que se pone un vaso de licor. La fiesta está llena de gente impresentable, hombres maduros salidos y chicas de alterne que pretenden aprovechar un ligue para ganarse la vida. Allí, O.J. Bergman, un agente literario, le explica a George Peppard un poco más de la vida de A. Hepburn, de cómo la descubrió y cómo desaprovechó una oportunidad para ser actriz porque no estaba segura de sí misma. Evidentemente la conversación es algo hostil, pero muy rápida y mucho más ágil de lo que parece la primera vez que se ve. Cuando la fiesta deriva más aparecen los 2 candidatos a boda que Holly se marca: José DaSilva y Rusty Trawler. Cuando llega la policía, José y Paul establecen una cierta amistad al escapar por la escalera de incendios juntos. A. Hepburn se marcha con Rusty.

Tras esto queda más o menos claro que Paul ya vive casi en común con ella, ya que la acompaña a Sing-sing. El gánster Tomato parece una de las pocas personas realmente honradas, y hay algunas frases realmente fuertes y dolorosas sobre la vida de ella, condensadas en su libreta de ingresos y gas-tos; que delatan una vida desagradable llena de acosos y tal vez algún intento de violación. Tras esta escena, A. Hepburn canta en la escalera e incendios, y vemos cómo Paul trata de escribir una y otra vez sobre ella en la máquina de escribir. Llega entonces, asustada porque un hombre está vigilando la puerta. Paul habla con él, y nos enteramos de que es el marido de Holly, y de un pa-sado dramático totalmente opuesto al modo de vida que lleva ahora. En una caja de aperitivos Crackerjack que Doc come aparece un anillo, que deshecha para entregárselo a Paul: todo un símbolo, ya que es el anillo que más tarde grabará en Tiffany como prueba de amor, y que es entregado voluntariamente. Básicamente, todo sirve para comprobar que Holly es inocente y caótica desde antes de tener 14 años, cuando se casó. Doc, pese a lo que dice la misma Holly, no es demasiado diferente al resto de pretendientes, ya que se niega a renunciar a una mujer con la que se casó siendo una niña y amenaza con echar a Fred de su casa si A. Hepburn no vuelve a la granja con él y sus cua-tro hijastras.

Más tarde, Holly baja por la escalera de incendios una vez más, para pedirle esta vez que la acompañe a despedir a su exmarido a la estación de autobuses. La escalera es todo un símbolo de las cosas que han de hacer de espaldas a sus indeseadas parejas cada uno de ellos, o al menos es así como yo lo veo, todos los encuentros entre ambos con cierta carga de confianza y amor se producen cuando uno de ellos o ambos están en la escalera de incendios, y es el modo de escapar cuando son acosados por sus pretendientes. La despedida en la estación deja bastante claro que ella aún no sabe qué hacer con su vida, y está regada de primeros planos de ella en los que vemos los conflictos interiores de A. Hepburn, y su ansia de cambio. Ambos van a emborracharse por decisión de ella, y sigue una conversación en un café, casi más expresiva que cualquiera, en la que comprobamos cómo A. Hepburn dice muchas, muchas cosas, levantando sus gafas de sol, fumando un cigarro o cambiando una ceja de posición. Una vez en el piso de ella, Holly deja claro que quiere casarse con Rusty, profundamente desagradada con su vida, y Paul pone una expresión de abierta censura, que provoca unas cuantas frases desagradables y que él salga del piso. A estas alturas sabemos que él está enamorado, y que posiblemente ella también, pero que ella está cansada de malvivir y solamente quiere que la retire un novio rico. El último plano es una terrible cara de frustración y desarraigo de A. Hepburn, en el instante antes de echarse a llorar.

Tras la discusión, un par de días después, George Peppard comprueba jubiloso que le han publicado un cuento, y habla con Holly para ir a celebrarlo. En realidad asistimos a una declaración de amor, que culmina en una de las mejores partes cuando el dependiente de Tiffany’s accede a grabar el anillo de la caja de aperitivos, emocionado al saber que los ‘Crackerjacks’ siguen manteniendo la tradición de poner un regalito en el interior de cada caja. Tras eso, roban dos caretas de perro y gato en una especie de “todo a 100” a la americana, y acaban besándose en el portal.

Paul despierta solo en su cama, y baja por la escalera de incendios en busca de Holly. Escucha subir por las escaleras principales, y llega a tiempo de adelantársele y no delatar que estaba en el piso de su vecina. Tras explicarle en pocas palabras la situación, abandona a la mujer y con ella el piso. La conversación llena de puyas lo convence de que cambie de vida.

Paul recoge el anillo de Tiffany, y se acerca a la biblioteca, que es don-de, por casualidad, estaba Holly: está leyendo libros sobre Sudamérica, porque Jose DaSilva se le ha declarado y, por muy enamorada que esté, sigue manteniendo su idea del pretendiente rico. Paul, bastante enojado, le da el cheque de 50 dólares de su cuento publicado para que ‘vaya al tocador’, como hacían el resto de “canallas y súpercanallas”. Un nuevo plano de ella a punto de llorar bastante emotivo. Unas noches después, Holly y José vuelven de fiesta, y ella en-cuentra un telegrama anunciando la muerte de su hermano, poco antes de licenciarse. Llena de rabia, comienza a destrozarlo todo y el ruido atrae a Paul, que la consuela como puede. José parece más preocupado por el posible es-cándalo que por otra cosa, y la escena se cierra, de nuevo, con ella tirada en la cama visiblemente afectada. Antes de irse, Paul le dice a José que a haga feliz en Brasil.

Elipsis temporal gorda: Paul ya trabaja en otra cosa, escribe y publica en periódicos de renombre; Holly se prepara para casarse, aunque por la conversación comprobamos que ni está tan enamorada como dice, ni tan segura de la boda como aparenta. Se marchan a cenar fuera cuando la cena se estropea. Sigue un maravilloso contrapicado circular de un montón de rascacielos y ellos dos fumando juntos, y la nostalgia se palpa antes incluso de que ella se haya marchado. Cuando vuelven de la cena, la policía de narcóticos los espera para investigar sobre los contactos que llevaba a cabo Holly con Tomato. El escándalo llega a la prensa con muchos titulares escandalosos, y no puede salir de la cárcel hasta que Paul encuentra el modo de pagar su fianza al día siguiente. En la escena de la comisaría, por cierto, resalto la actitud que mantiene A. Hepburn, tan frívola, alocada y superficial ante las cámaras de fotos que en la fiesta de su piso, y totalmente diferente de la que mantenía conversando con Paul. Por algún motivo, su consumo de tabaco en las últimas esce-nas es constante, y no hay escena en la que no encienda un cigarro tras otro. Supongo que el modo de fumar es un código no verbal que ella sabe aprovechar perfectamente para expresar un estado emocional, ya que es muy diferente el modo en que lo hace en la comisaría que charlando con George Peppard, o en el taxi que ha de llevarla a un hotel, después.

En el taxi, Holly comienza a cambiarse de ropa, a ponerse medias y a encenderse cigarros. Paul le informa de que tiene una carta de José, en la que anula cualquier posible compromiso.Tras alguna conversación sobre el amor y el desengaño y un intento de huida, Holly se queda con Paul bajo la lluvia, tras lo que aparece la montañita de los estudios Paramount con el.

Adaptaciones

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