Diferencia entre revisiones de «Coco (folclore)»

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==Descripción==
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El Coco junto a otros personajes como el [[hombre del saco]], el [[sacamantecas]], el [[robachicos]], o el [[Tío Saín]], son los seres principales que se suelen utilizar para asustar a los niños. En países angloparlantes, su equivalente es el "[[Bogeyman]]"
El Coco junto a otros personajes como el [[hombre del saco]], el [[sacamantecas]], el [[robachicos]], o el [[Tío Saín]], son los seres principales que se suelen utilizar para asustar a los niños. En países angloparlantes, su equivalente es el "[[Bogeyman]]"
Olave es un carbonero que vive debajo del puente de la septima y tenga cuidado porque es un g.a.p(gamin asesino peligroso) trabaja en una mina de carbon


==Origen==
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Revisión del 23:00 3 dic 2009

El Coco, llamado en algunos países de Latinoamérica el Cuco o Cuca en Brasil,[1]​ es un personaje popular caracterizado como un asustador de niños, con cuya presencia se amenaza a los niños que no quieren dormir.

Descripción

El Coco junto a otros personajes como el hombre del saco, el sacamantecas, el robachicos, o el Tío Saín, son los seres principales que se suelen utilizar para asustar a los niños. En países angloparlantes, su equivalente es el "Bogeyman"

Origen

Para el nombre de este personaje y su caracterización se han sugerido muchas posibilidades, desde el latín coquus, «cocinero», hasta el náhuatl kojko, «daño». Los etimólogos Corominas y Pascual afirman que coco fue primero nombre infantil de agallas y otros frutos esféricos europeos, por comparación con los cuales se aplicó luego al fantasma, y a su vez, partiendo de éste, se bautizó al fruto del cocotero. Según indica Corominas, los hombres de Vasco de Gama llamaron así, en 1498, al fruto por comparación de la cáscara y sus tres agujeros con una cabeza con ojos y boca, como la de un coco o fantasma infantil. Todavía hoy se llama coloquialmente coco a la cabeza, en expresiones como «comer el coco», «tener mucho coco» o «patinarle a uno el coco».

Parece tratarse de un vocablo expresivo que ha surgido en muchas lenguas distintas de forma paralela, generalmente con el sentido de «objeto esférico». Así, en griego antiguo existe ya la voz kókkos, «grano, pepita». Son voces de formación paralela, entre otras, el italiano còcco o cucco («huevo»), el francés coque («cáscara de huevo») y castellano coca («cabeza»). En euskera existe también la palabra koko, que significa insecto, especialmente aquel negro, brillante y rechoncho.

La forma cuco, mayoritaria en Hispanoamérica, puede deberse a un cruce entre el coco europeo y alguna deidad de origen africano (el diablo bantú Kuku) o maya (el dios Kukulcan). Existen otras variantes: en México encontramos la forma Kukui (Zacatecas, Michoacán; también Nuevo México), escrita a veces Kookooee para acomodarse a la pronunciación inglesa. En la zona estadounidense, los chicanos emplean con frecuencia el nombre Cocoman (en paralelo al Sacoman u Hombre del saco). En Cuba, el Coco alarga su nombre en Cocorícamo. En Perú, la forma Cucufo es uno de los nombres del Diablo en persona. En España la forma "Coco" es la más usada, pero también son conocidos como asustadores el Cocón y la Cucala, así como el Coco Cirioco.

Hasta ahora, el testimonio más antiguo que se conoce de la palabra coco se encuentra en el Cancionero de Antón de Montoro, de 1445. Leemos allí estos versos:

Tanto me dieron de poco / que de puro miedo temo, / como los niños de cuna / que les dicen ¡cata el coco!....
Antón de Montoro, Cancionerobold

Canciones de cuna

El Coco o Cuco tiene, en efecto, un papel muy importante en las nanas o canciones de cuna, una forma poética que el folklorista chileno Oreste Plath describe como compuesta de adulo y amenaza. Aunque el texto de Antón de Montoro deja claro que el personaje era ya bien conocido en el siglo XV, la nana más antigua sobre el Coco que conozcamos es del siglo XVII, y se encuentra en una obra dramática, el Auto de los desposorios de la Virgen de Juan Caxés. Dice así:

Ea, niña de mis ojos, / duerma y sosiegue, / que a la fe venga el coco / si no se duerme.
Juan Caxés, Auto de los desposorios de la Virgen

La versión más conocida, cantada con la melodía de la canción de cuna Rock-a-bye Baby, tiene su rima en á:

Duérmete niño, / duérmete ya, / que viene el coco / y te comerá.

La variante más significativa de esta nana es la que cambia parte del último verso: te llevará.

La rima en ó-o, presente en la nana recogida por Caxés, reaparece en esta otra variante muy popular:

Duerme, niño, duerme, / duerme, que viene el coco, / y se lleva a los niños / que duermen poco.

En Puerto Rico, donde se prefiere la forma Cuco, se cambia levemente la nana para adecuarse a la rima:

Duérmase ya el niñito / que viene el cuco / y se lleva a los niños / que no duermen mucho.

En la provincia de Cuenca (España), el folclorista Pedro C. Cerrillo ha recogido algunas nanas sobre el coco menos conocidas, como la vehemente:

¡A dormir! ¡A callar! / Mira, que viene el coco / y te va a llevar.

y la maliciosa

Con decirle a mi niño / que viene el coco, / le va perdiendo el miedo / poquito a poco.

(ambas recogidas en la localidad conquense de Sisante).

En otra variante, recogida en Madrid, el Coco es un robacunas:

Eee... / Si mi niño se dormiera yo le haría una cunita / pero como no se duerme viene el coco y me la quita.

La poetisa Isabel Escudero ofrece su propia creación sobre el mismo molde:

¿Sabes tú, niño, / qué quiere el coco?: / que tengas miedo / (ni mucho ni poco).
Isabel Escudero, Cántame y cuéntame. Cancionero didáctico

También Gloria Fuertes da una vuelta de tuerca a la copla en su conmovedora «Nana al niño que nació muerto»:

Vívete, niño, vívete / que viene el Coco / y se lleva a los niños / que viven poco.
Gloria Fuertes, Obras incompletas

Véase también

Referencias