Diferencia entre revisiones de «Religión en la Antigua Roma»

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ANDRES CAMILO CARABALLO EL MEJOR ATT BATISTA Los romanos entendían por religión la relación entre ciudadanos y dioses, en la cual los primeros buscaban el favor divino y trataban de mantener la paz con los dioses. El gran número de dioses y la cantidad ilimitada de seres divinos en la religión romana antigua respondía a la necesidad de reconocer la acción divina en lo más cercano y cotidiano y actuar en armonía con ella. Existía un tipo de divinidades especiales para cada tipo de actividad agrícola, la ganadería, los que cuidaban a los hombres de su nacimiento hasta su muerte, en el matrimonio, etc.
Los romanos entendían por religión la relación entre ciudadanos y dioses, en la cual los primeros buscaban el favor divino y trataban de mantener la paz con los dioses. El gran número de dioses y la cantidad ilimitada de seres divinos en la religión romana antigua respondía a la necesidad de reconocer la acción divina en lo más cercano y cotidiano y actuar en armonía con ella. Existía un tipo de divinidades especiales para cada tipo de actividad agrícola, la ganadería, los que cuidaban a los hombres de su nacimiento hasta su muerte, en el matrimonio, etc.


== Corte Celestial de los Romanos ==
== Corte Celestial de los Romanos ==

Revisión del 21:03 10 nov 2009

Los romanos entendían por religión la relación entre ciudadanos y dioses, en la cual los primeros buscaban el favor divino y trataban de mantener la paz con los dioses. El gran número de dioses y la cantidad ilimitada de seres divinos en la religión romana antigua respondía a la necesidad de reconocer la acción divina en lo más cercano y cotidiano y actuar en armonía con ella. Existía un tipo de divinidades especiales para cada tipo de actividad agrícola, la ganadería, los que cuidaban a los hombres de su nacimiento hasta su muerte, en el matrimonio, etc.

Corte Celestial de los Romanos

La huella más evidente de la cultura grecorromana tiene forma de esculturas y templos, pero su pensamiento y mundo divino es parte de una herencia que perdura e influye en el pensamiento occidental.

Como la mayor parte de las religiones de la Antigüedad, los romanos eran politeístas. Sus divinidades eran personificaciones de las fuerzas de la Naturaleza. La base de la religión consistía en creer que sus dioses eran inmortales, veleidosos y con los mismos defectos que los seres humanos. Por eso, aquellos dioses tendían a procrearse tanto con divinidades como con seres humanos.

Los romanos bautizaron a los dioses griegos con nombres que imponía el Imperio Romano. Así, Afrodita era Venus, Apolo era Febo, Ares era Marte o Poseidón era Neptuno.

Así la genealogía comenzó con el Caos, desorden del que nacieron 2 hijos, la Noche y Erebo (muerte). De estos dos nació Amor que creó la Luz y el Día. Después la Tierra y el Cielo, Tellus/Gea y Urano. Tras un extenso árbol genealógico, se llega a Júpiter, que era el Dios Supremo, padre espiritual de los dioses y hombres.

Su mujer, Juno, era la reina de los cielos y guardiana del matrimonio. Otros dioses asociados con los cielos son Vulcano, dios del fuego y los herreros, Minerva, diosa de la sabiduría y de la guerra, y Febo, dios de la luz, la poesía y la música. Vesta, diosa del hogar, y Mercurio, mensajero de los dioses y soberano de la ciencia y la invención, eran encargados de reunir al resto de los dioses del firmamento.

Atlas, uno de los doce titanes, fue condenado a soportar sobre sus hombros el planeta Tierra por toda la eternidad como castigo por haber participado en la lucha de los gigantes contra Júpiter.

Saturno era otro de los Titanes. Devoraba a sus hijos según iban naciendo, sólo escapó Júpiter. Tellus (la Tierra) le había predicho que sería destronado por sus hijos, como así fue.

De la unión de Urano y la Rea nacieron los 12 titanes, de los cuales dos, Saturno y Cibeles, engendraron a la primera generación de dioses, a saber: Júpiter, el todopoderoso dios del cielo; Juno, su esposa, diosa del cielo y del matrimonio; Neptuno, que reina sobre el mar; y Plutón, señor del reino de los muertos. Además, la virilidad de Saturno tuvo una polución sobre el mar y de ella nació Venus, la diosa del amor y la belleza. A estos dioses sumaban los de la segunda generación, nacidos unos de la unión de Júpiter y Hera y otros de las múltiples aventuras en las que el fogoso Júpiter se complacía: Marte, dios de la guerra; Vulcano, dios del fuego; Minerva; la inteligencia; Apolo, el sol y las artes: Diana, la luna, la castidad; y Tellus, personificaba la madre tierra, hija de Caos.