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== Regreso a Bogotá y Enjuiciamiento ==
== Regreso a Bogotá y Enjuiciamiento ==
Concluida la campaña del Sur, volvió lesionado a la capital de Colombia, en la que fijó su residencia y en donde se le esperaba la triste suerte de lavar con su sangre las horribles gradas del patíbulo, ese andamio infame condenado por la moral y la filosofía cristiana. Distinguiéndose por continuos excesos contra la población civil, a Infante se le acusó de haber asesinado al Teniente Francisco Perdomo, pero lo había hecho su cómplice, murió por un sablazo pero algunos minutos después de haber desenvainado su sable reglamentario, y en conflicto amoroso por una quinceañera que había comprado pero sin pagar el dinero. Instruido el proceso, bajo la Presidencia del Doctor Miguel Peña, la Corte Suprema de Justicia reunida en calidad de Corte marcial, fue juzgado y condenado a muerte. Su acompañante escapó de la cárcel.
Concluida la campaña del Sur, volvió lesionado a la capital de Colombia, en la que fijó su residencia y en donde se le esperaba la triste suerte de lavar con su sangre las horribles gradas del patíbulo, ese andamio infame condenado por la moral y la filosofía cristiana. Distinguiéndose por continuos excesos contra la población civil, a Infante se le acusó de haber asesinado al Teniente Francisco Perdomo, pero lo había hecho su cómplice, murió por un sablazo pero algunos minutos después de haber desenvainado su sable reglamentario, y en conflicto amoroso por una quinceañera que había comprado pero sin pagar el dinero. Instruido el proceso, bajo la Presidencia del Doctor Miguel Peña, la Corte Suprema de Justicia reunida en calidad de Corte marcial, fue juzgado y condenado a muerte. Su acompañante escapó de la cárcel y desapareció.


Infante conservó hasta el último instante de su suplicio la entereza de alma que lo caracterizaba, entereza que le sirvió de punto de apoyo para formarse la merecida reputación de que goza entre sus compatricios. Fue fusilado el 26 de marzo de 1826, dando por resultado este atentado, la separación de las tres grandes repúblicas que componían la antigua Colombia.
Infante conservó hasta el último instante de su suplicio la entereza de alma que lo caracterizaba, entereza que le sirvió de punto de apoyo para formarse la merecida reputación de que goza entre sus compatricios. Fue fusilado el 26 de marzo de 1826, dando por resultado este atentado, la separación de las tres grandes repúblicas que componían la antigua Colombia.

Revisión del 19:39 26 may 2010

Leonardo Infante
Información personal
Apodo Negro Infante Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 1785 Ver y modificar los datos en Wikidata
Parroquia Chaguaramal (Venezuela) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 1825 Ver y modificar los datos en Wikidata
Bogotá (Colombia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Venezolana
Información profesional
Ocupación Militar Ver y modificar los datos en Wikidata
Años activo desde 1812
Lealtad VenezuelaBandera de Venezuela Venezuela
Archivo:BanderaGranColombia.pngGran Colombia
Rango militar Coronel
Conflictos

Guerra de independencia de Venezuela Independencia de Colombia

Campañas del Sur
Distinciones

Leonardo Infante fue un combatiente de la independencia, conocido vulgarmente con el nombre de "El negro Infante," nació en Venezuela, en la antigua provincia de Maturín, hácia el año de 1795, descendiente de una pobre familia acostumbrada al rigor de la servidumbre, pero él, por una especie de inspiración sublime, tributó desde su infancia tanto odio a la opresión como amor a la libertad. Criado en la llanura, gozaba de una complexión sana y robusta, era esforzado, infatigable y ágil. Para Infante no había estaciones; hacia faena sin que su constitución se alterara, ni bajo los rayos abrasadores del sol tropical, ni bajo la lluvia mas inclemente.

No tuvo nunca escuela, así que, la civilizacion jamas penetró profundamente en su indomito espíritu; pero al salir de la vida nómada que llevara en su infancia para entrar en otro mundo mejor constituido, su ánimo abandonó la cerril corteza que lo cubria, y admirando los grandes hechos que acontecian en su epoca, se adhiere y rinde honores a los grandes hombres de su tiempo.

Entrada a la Vida Militar

La revolución de 1810 operó en aquella alma una transfiguración. De repente el campesino, el llanero se convirtió en un guerrero sin igual. A tan sólo quince años de edad, Infante, con toda la energía y decisión de su carácter y juventud, se manifestó adicto a la revolución que aseguraría las libertades individuales y públicas. Deseoso de servir en aquella terrible cruzada contra el despotismo de tres centurias, ofreció su cooperación al ínclito general Mariño en 1812 y empezó su carrera militar desde soldado raso. Pocos combatientes como este defensor de la libertad pelearon en favor del derecho humano, proclamado en 1793 en Francia influenciado por el espíritu filosófico de Condorcet Genio luminoso de Voltaire.

Del año de 12 al de 24, Infante estuvo en combates: Tucupido, Corozal, Lozana, Altagracia, Bocachico, Cuajaral, Arao, Carabobo, La Puerta, Aragua, Maturín, Magueyes, Urica, La Mesa, Chiribital, Bendición, Guaicara, Quebrada-honda, Alacranes, Juncal, San Félix, Mata de Miel, Achaguas, Calabozo, Mision-de-abajo, Oriza, Sombrero, Enea, Negritos, Ortiz, Cañafístolo, Beatriz, Rincón de los Toros, Queseras de Enmedio, Mantecal, Llano de Carácas, Gámeza, Bonza, Pantano de Várgas, Boyacá, Magdalena, Mucuchíes, Quilcacé, Bomboná, Taindalá, Pasto, Ibarra, Catambuco etc., y en todas estas batallas, aquel hombre fuerte que parecía animado del espíritu de Rustan, dió grandes pruebas de astucia y de valor heroico.

El comportamiento de Infante en la acción de Carabobo le mereció las más vivas simpatías del Libertador y el grado de Comandante, destinándosele a servir en la " Caballería Ligera " por sus brillantes aptitudes para el manejo de la lanza. Con este grado entró a formar parte de la famosa división que al mando del General Zaraza hizo la campaña en 1818 hacia el oriente de Venezuela, batiendo en el sitio de Beatriz, con un escuadrón de cien hombres, el 17 de julio del año citado, dos cuerpos volantes de a doscientos jinetes cada uno, dependientes de la división que dirigía el español Mórales. Este encuentro, que, según los historiadores, presentó todos los aspectos de las grandes batallas, por el encarnizamiento de los combatientes, es para Infante una de sus mayores glorias guerreras. Aquel hombre formidable que, "cabalgando en cerril alazán, cuchillo al cinto y en la diestra la desnuda lanza, imponía terror al soldado hispano," solo escaparon veintiocho individuos, eliminando al enemigo más de la mitad de sus tropas y llevando a Zaraza setenta prisioneros como resultado de su triunfo.

En 1819, reunido a las fuerzas del General Páez, se halló, según queda dicho, en la jornada de las Queseras del Medio, y fue tal su faena en este duelo (que para algunos constituye parte importante de la Lucha Libertadora), que Páez le obsequió su caballo y un famoso trabuco; mientras Bolívar lo ascendió a Teniente Coronel, concediéndole al mismo tiempo la Cruz de los " Libertadores de Venezuela. Es de observar que el mayor servicio que Infante prestó a su causa y a la Patria, lo hizo el año 1818 en Rincón de los Toros. Debido a una sorpresa ejecutada con suprema audacia por los españoles, el Libertador estuvo a punto de ser asesinado en el mencionado sitio; mas en medio de la confusión de los patriotas, Infante, conservando su ánimo sereno y eliminando al Coronel Raimundo López, que comandaba la fuerza enemiga, dió a Bolívar su caballo para que se salvara, exponiéndose él a ser asesinado.

Primer Cargo de Comando y Grado de Coronel

Merced a sus brillantes servicios en las Queseras y otras jornadas, entró a comandar un regimiento de caballería, con el cual ayudó a hacer la campaña en Nueva Granada. Dando rienda suelta a su valor y amor patrio, peleó en Gámeza el 11 de julio del año de 1819 con su genial bravura; en Bonza el 20, con heroísmo sorprendente; en Pantano de Várgas el 25 con tanto ímpetu que fue el primero en romper con su lanza el cerco que diezmaba las tropas republicanas. En Boyacá, el 7 de agosto, Infante lanceó sin piedad a sus adversarios en la lucha, infundiendo el terror por todas partes. Después de esta acción se le concedió el título de Coronel efectivo del Ejército Patriota.

Vencedores los republicanos en esta cruenta batalla, el Libertador, acompañado de Infante a quien profesaba una cordial estimación y de otros de sus servidores, hizo su entrada en Bogotá el 9 de agosto, y el 11, habiendo ocupado la plaza el General José Anzoátegui con la división de su mando, se resolvió la persecución de las huestes realistas de Sámano que huyen amedrentadas en dirección al Sur. Infante fue destinado a perseguir las partidas realistas que tomaron la vía de Honda, cumpliendo su cometido con gran habilidad e incomparable audacia. De regreso a Bogotá se le vitoreó y festejó espléndidamente.

En los años de 20 a 24 estuvo guerreando en Pasto y el Ecuador, unas veces a las órdenes del Libertador y otras a las del General Juan José Flores; batiéndose en todas partes con su acostumbrado heroismo y ralizando las más rudas faenas, recibiendo en la acción de Quilcacé varias heridas que pusieron en peligro su vida.

Regreso a Bogotá y Enjuiciamiento

Concluida la campaña del Sur, volvió lesionado a la capital de Colombia, en la que fijó su residencia y en donde se le esperaba la triste suerte de lavar con su sangre las horribles gradas del patíbulo, ese andamio infame condenado por la moral y la filosofía cristiana. Distinguiéndose por continuos excesos contra la población civil, a Infante se le acusó de haber asesinado al Teniente Francisco Perdomo, pero lo había hecho su cómplice, murió por un sablazo pero algunos minutos después de haber desenvainado su sable reglamentario, y en conflicto amoroso por una quinceañera que había comprado pero sin pagar el dinero. Instruido el proceso, bajo la Presidencia del Doctor Miguel Peña, la Corte Suprema de Justicia reunida en calidad de Corte marcial, fue juzgado y condenado a muerte. Su acompañante escapó de la cárcel y desapareció.

Infante conservó hasta el último instante de su suplicio la entereza de alma que lo caracterizaba, entereza que le sirvió de punto de apoyo para formarse la merecida reputación de que goza entre sus compatricios. Fue fusilado el 26 de marzo de 1826, dando por resultado este atentado, la separación de las tres grandes repúblicas que componían la antigua Colombia.

Muerte

El acusado estaba prisionero en capilla en las piezas altas del ala occidental del edificio del Hospicio, entonces cuartel y futura escuela militar, y después de la confesión y últimos sacramentos, su mujer, embarazada, heredó el dinero adeudado a su cónyuge. Un sábado 26 de marzo de 1825, en una caravana hacia la plaza, estaba el condenado, aunque degradado, con su uniforme con sombrero galoneado y plumaje, las charreteras y la banda encarnada, en la mano derecha cargaba el bastón, en la izquierda un crucifijo y estaba acompañado por su confesor y los frailes del convento de San Francisco. En la Plaza Mayor, soldados de la guarnición formaron un cuadro bajo el sonido de las campanas de la catedral y los tambores de la banda marcial. En el banquillo, poco antes de morir fusilado, solicitó permiso para pronunciar las últimas palabras; concedido, declaró que: "Infante muere, pero no por la muerte de Perdomo". Según un testigo presencial: "En seguida se sentó en el banquillo, y con ademán resuelto, dio la señal de fuego a los soldados, dejando caer el pañuelo que llevaba en la diestra. Permaneció rígido, sin caer por algunos instantes, aunque varias balas lo habían atravesado. Al ver esto, avanzó inmediatamente el pelotón de relevo y le dio el golpe de gracia".

Véase también

Referencias


La Biblioteca Luis Ángel Arango: http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/rasgos/rasgos29.htm