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| gobernante = Vicente Martelli, PJ
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Dictador Electo = Don Vitto Corleone
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Poco a poco, '''Alcorta''' se transformaba: de un pequeño caserío rodeando la estación ferroviaria, en una localidad pujante, con enormes perspectivas de crecimiento. Sus tierras de incalculable fertilidad, la permanente llegada de inmigrantes, la fuerza emprendedora de sus habitantes, hicieron que Alcorta, que para 1895 contaba con 597 habitantes, creciera a una velocidad inesperada: en menos de veinte años su población era de 3991 habitantes, convirtiéndose en uno de los más importantes distritos del departamento.
Poco a poco, '''Alcorta''' se transformaba: de un pequeño caserío rodeando la estación ferroviaria, en una localidad pujante, con enormes perspectivas de crecimiento. Sus tierras de incalculable fertilidad, la permanente llegada de inmigrantes, la fuerza emprendedora de sus habitantes, hicieron que Alcorta, que para 1895 contaba con 597 habitantes, creciera a una velocidad inesperada: en menos de veinte años su población era de 3991 habitantes, convirtiéndose en uno de los más importantes distritos del departamento.


Hoy '''Alcorta''' tiene muchas historias para contar. Historias que fueron contadas desde siempre, historias viejas, historias nuevas, historias cortas, historias largas, historias que brillan en la oscuridad, historias que mejor olvidar. Pero hay una sola historia que no merezca ser contada! La de Adel "el violo" Jalit.
Hoy '''Alcorta''' tiene muchas historias para contar. Historias que fueron contadas desde siempre, historias viejas, historias nuevas, historias cortas, historias largas, historias que brillan en la oscuridad, historias que mejor olvidar. Pero no hay una sola historia que no merezca ser contada!


== [[Grito de Alcorta]] ==
== [[Grito de Alcorta]] ==

Revisión del 21:33 30 mar 2010

Plantilla:Ficha de localidad de Argentina

La localidad de Alcorta pertenece al Departamento Constitución, provincia de Santa Fe, República Argentina.

Alcorta, se ubica en las coordenadas 33º 32’ latitud Sur y 61º 07’ longitud oeste del globo terráqueo situada en plena llanura pampeana, con una altitud de 90 msnm. Un clima templado caracteriza la región, promediando los 1100 mm de precipitaciones

Las temperaturas oscilan entre los 17 a 4 °C en invierno y entre 20 y 37 °C.

Pertenece a unas de las localidades del Departamento Constitucion, en la provincia de Santa Fe.Es la segunda ciudad del Departamento. La separan de la ciudad capital de la provincia 300 km, y de la ciudad de Rosario a aproximadamente 100 km, teniendo también comunicación fluída con la cabecera de departamento la ciudad de Villa Constitución separada por 90 km y con la ciudad de Pergamino (Buenos Aires, a 98 km .

La factibilidad de rutas, como también la cercanía de un puerto con almacenaje cerealero, hacen mucho mas agil el transporte por vía terrestre de la producción primaria de la localidad y región, teniendo como primer estamento las plantas cerealeras locales, que en la actualidad son 3 y permiten que los productores agropecuarios agilicen la entrega del cereal que se comercializa para exportación.

La actividad económica de la localidad como de la región, es netamente agrícola ganadera, siendo la actividad fabril, comercial y de servicios netamente relacionada con el agro.

Podría considerarse la ubicación de la localidad, estrategica para el desarrollo regional, ya que es la que cuenta con mayor población e infraestructura local, en un radio de 100 km a su alrededor.

De igual forma, en la actualidad, son muchos los servicios con los que cuenta Alcorta, y que son requeridos por los habitantes de las localidades vecinas.

Santo Patrono

  • Santiago Apóstol, festividad: 25 de julio

Creación de la Comuna

Aspectos generales

Como toda población rural, está compuesta por agricultores, trabajadores del campo, comerciantes, transportistas y autónomos de diversos oficios.

El pueblo posee una entrada de 1 km hasta el casco urbano. Esta población se ha desarrollado alrededor de la estación del FFCC, por lo que ha evolucionado a ambos lados de la misma. Sin embargo, hay una división clara entre un lado y el otro. De un lado está la población más "céntrica" y de mayor poder adquisitivo, localizada sobre el casco antiguo. Por el otro, se ha formado la población más reciente adjuntada sobre el acceso al pueblo desde la ruta provincial. Este poblado fue formado por vascos mayormente llegados desde San Sebastián (España). Casualmente en la provincia de Guipúzcoa existe un caserío llamado precisamente "Alcorta".

Por encontrarse equidistante de las localidades de Bigand, Máximo Paz, Juncal y Billinghurst, Carreras y Pearson, los chacareros han elegido a este pueblo como centro de negocios. Así entonces se ven florecer instituciones bancarias, casas matrices de diversas empresas y se observa un cierto grado de prosperidad que se refleja en un detalle no menor: todas las calles del pueblo están realizadas con pavimento de concreto (hormigón armado), iluminadas y con servicio de recolección de residuos domiciliarios.

La Fundación, Colonia y Organización

La Fundación

En la provincia de Santa Fe, la década de 1880 significó la edad de oro de la colonización agrícola: la derrota definitiva del aborigen promovió la colonización de miles de hectáreas, se desplegó una formidable red ferroviaria y la llegada de inmigrantes se vio profundamente aumentada. Entre 1883 y 1895, el centro de la provincia se pobló rápidamente, y comenzaron a formarse las primeras colonias en el sur. El extremo sur, conformado por los departamentos General López y Constitución, fue la última región en ser colonizada, cobrando importancia recién hacia fines de la década.

Nuestro departamento, desde alrededor de 1850, tenía grandes estancias volcadas a la producción lanera y ganadera. Como consecuencia de las grandes ventajas que proporcionaban estas actividades, la expansión agrícola sólo fue posible una vez que el crecimiento de la red ferroviaria y la inmigración revirtieron la rentabilidad relativa de ambas actividades. Cuando esto ocurrió, muchos propietarios dedicaron sus campos al cultivo de cereales, aunque las características de esta región la distinguieron claramente de las restantes: la producción agrícola se desarrolló en combinación con la ganadería, dando lugar a los llamados cultivos combinados caracterizados, entre otras cosas, por la presencia de una significativa mayoría de arrendatarios entre los cultivadores.

Nace la Colonia Alcorta

En 1857, la Comisión designada por el gobierno de la provincia de Santa Fe para la venta de terrenos de propiedad pública, vende el terreno fiscal llamado “Puestos de Medina”. Estas tierras, que comprenden la región en que se emplaza hoy nuestra localidad, fueron adquiridas en 1860 por Amancio Alcorta. Uno de sus sucesores, Pedro Ramón Alcorta, comienza en 1878 las gestiones para que una línea ferroviaria pasara por ellas. En 1886, se comienza a construir la línea que uniría Villa Constitución y La Carlota, cuyo tramo hasta San Urbano es finalizado el 22 de junio de 1889 y, en ese momento, se construye la estación Alcorta. El 1º de mayo de 1890 se habilita la línea para el servicio de cargas, y el 26 de junio del mismo año se habilita al transporte de pasajeros. El 31 de diciembre de ese mismo año, se crea el departamento Constitución y toma parte del departamento General López, por lo que la Estación Alcorta y su jurisdicción pasan al nuevo departamento. Con la llegada del ferrocarril, la fisonomía del lugar comienza a transformarse: se instalaron almacenes de campaña, carnicerías y boliches, se poblaron las chacras y la estación Alcorta se hacía prometedora. El 27 de abril de 1892, la familia Alcorta decide vender las tierras a J. B. Iturraspe.

El 23 de junio de ese mismo año, Iturraspe pide formalmente la autorización al gobierno provincial para la fundación de un pueblo, obtenida del gobernador J. M. Cafferatta el 21 de diciembre de 1892. Cuando Alcorta fue fundado, en el departamento Constitución ya se habían constituido Máximo Paz, fundado por este propietario en 1890, y Peyrano, creado en 1891 por Manuel Peyrano Para el momento en que se funda nuestra localidad, existían en la región extensos latifundios: campo “Laplacette”, situado entre los distritos Alcorta, Máximo Paz, Juncal y Pearson, con una extensión superior a las tres mil ha.; "La Eloisa", de tres mil ha.; "La Adela" que se extendía desde la salida de Alcorta hasta la zona de Chabás, con una superficie superior a las 20 mil ha., propiedad de la condesa Adelina Pombo de Botto, arrendadas por la empresa subarrendadora Genoud, Benvenuto, Martelli y Cía.; "La Sepultura", de más de tres mil ha., arrendada por los hermanos Camilo Cucco y Juan Cucco, que subarren¬daban parcelas a los agricultores; campos "Colaso", de los herederos de Cándida Camino Colaso; campos "Madariaga" con una extensión superior a las siete mil ha.; "Las Gándaras" de sobre 30 mil ha.; La Baguala.

La Organización

Antes de la fundación de las localidades del sur de Santa Fe, se había instalado en el límite con la provincia de Buenos Aires un destacamento policial atendido por tres agentes. Desde 1890, Juan Ford ocupa allí el puesto de Teniente Alcalde de la Guardia Nacional. En la medida en que la región se fue poblando, la necesidad de organización se fue profundizando, y desde el gobierno provincial comenzaron las acciones para conseguir este fin. Así, el 18 de junio de 1892, el gobernador Cafferata firma el decreto comprendiendo en la jurisdicción del comisario de Policía de los Puestos de Medina a la colonia y estación Alcorta.

El 19 de septiembre de 1892, Emilio Villafañe es nombrado Juez de Paz y Comisario ad honorem del Pueblo y Estación Alcorta, con jurisdicción en las colonias Coronel Freyre y Distrito India Muerta; y el 8 de noviembre de 1893, Don Doroteo Fernández asume como Juez de Paz de la estación Alcorta. Desde 1894, año en que se crea la Comisión de Fomento de Máximo Paz, Alcorta depende administrativamente de ella. En marzo de 1895 el jefe político del departamento Constitución, accediendo a lo solicitado por vecinos de nuestra localidad, solicitó al gobierno provincial la creación de la Comisión de Fomento de Alcorta. El 9 de abril de 1895 el gobierno santafesino accede a este pedido y designa para integrarla a Fernando Grotkofsky, Pedro Urbano Pujol y José Olaeta, quienes se reúnen por primera vez en el local del Juzgado de Paz. En los años siguientes, comienzan a formarse las instituciones más importantes de la localidad: la parroquia Santiago Apóstol, La escuela fiscal n° 180, el Registro del Estado Civil, las asociaciones de inmigrantes

Poco a poco, Alcorta se transformaba: de un pequeño caserío rodeando la estación ferroviaria, en una localidad pujante, con enormes perspectivas de crecimiento. Sus tierras de incalculable fertilidad, la permanente llegada de inmigrantes, la fuerza emprendedora de sus habitantes, hicieron que Alcorta, que para 1895 contaba con 597 habitantes, creciera a una velocidad inesperada: en menos de veinte años su población era de 3991 habitantes, convirtiéndose en uno de los más importantes distritos del departamento.

Hoy Alcorta tiene muchas historias para contar. Historias que fueron contadas desde siempre, historias viejas, historias nuevas, historias cortas, historias largas, historias que brillan en la oscuridad, historias que mejor olvidar. Pero no hay una sola historia que no merezca ser contada!

Grito de Alcorta

La Confederación Argentina comienza a organizarse

Hacia 1850, nuestro país se encontraba aún intentando organizarse: casi todo el territorio nacional se encontraba en manos aborígenes, los medios de transporte se reducían a vehículos de tracción a sangre, la organización nacional era sólo el sueño de muchos. En esos años, aparece un grupo de políticos e intelectuales, deseoso de dar esta situación por terminada: Alberdi, Sarmiento, Mitre, Avellaneda. Embebidos en las ideas liberales europeas, creían en el desafío de modernizar nuestro país y convertirlo en parte de la escena internacional. Como punto de partida, este desafío requería de tres acciones básicas: la organización democrática, que permitiría alcanzar una estabilidad política; la económica, con el fin de responder a las demandas del mercado internacional; y la social, para poner en marcha la producción. Sin embargo, había un ineludible paso previo: el crecimiento demográfico del país, que sólo podía lograrse a través de políticas inmigratorias. En consecuencia, ya en la Constitución Nacional, promulgada en 1853, esta necesidad era considerada: en su artículo 25 precisa el compromiso del gobierno de la Confederación Argentina de fomentar y facilitar la llegada de inmigrantes europeos que tuvieran como objetivo trabajar en este país. Inmediatamente, comienzan a llegar inmigrantes de distintos países de Europa. No obstante, no se dicta legislación al respecto hasta 1876: bajo el gobierno de Nicolás Avellaneda se dicta la “Ley de inmigración y colonización”, que precisaba quiénes serían considerados inmigrantes, sus derechos y deberes y las formas que podía adoptar la colonización de las tierras. Santa Fe, tierra promisoria A mediados del siglo XIX, comenzaron a realizarse campañas militares con la intención de anexar los territorios que se hallaban en manos de los aborígenes. Las más expansivas, efectuadas entre 1858 y 1869, permitieron la incorporación definitiva de 57.000 km2 al dominio provincial. Sin embargo, esos territorios fueron aceleradamente traspasados a manos privadas, transformándose inmediatamente en inmensos latifundios, generalmente dedicados a la ganadería extensiva.

Es en este momento en el que el gobierno de la provincia de Santa Fe, decide realizar sus primeras acciones en pos de la colonización de su territorio. La primera colonia agrícola de la provincia, Esperanza, se funda en 1856, pero no es hasta la década de 1870 que la provincia comienza a poblarse. A partir de ese momento, se ponen en marcha dos sistemas de colonización, sobre todo en el centro de la provincia:

La colonización gubernamental, que consistía en la venta de tierras a los inmigrantes a precios muy bajos, que no tuvo grandes resultados, ya que las tierras fiscales eran escasas y poco aptas para el cultivo. Por su parte, la colonización oficial, estaba en manos de empresarios privados, pero organizada por el Estado: éste vendía las tierras a un precio conveniente a los empresarios, pero establecía la forma que adoptaría la colonización. Durante la década de 1880 Santa Fe logró un crecimiento espectacular. La “campaña al desierto”, llevada adelante por el Gral. Roca, terminó con la amenaza aborigen y expandió aún más las fronteras, se extendieron drásticamente las líneas ferroviarias y se redujeron los costos de navegación ultramarina. Colateralmente, estos cambios produjeron la triplicación del valor de la tierra y un cambio radical en la forma adoptada por la colonización. Esto es, la venta de tierras por parte de propietarios se tornó impensable, y las tierras fiscales estaban desapareciendo.

En el sur de la provincia, los departamentos General López y Constitución, comenzaron a practicar la agricultura recién a fines de esta década. Por lo tanto, sólo se implementaron allí los sistemas de colonización más tardíos. Para conformar las colonias privadas, el empresario compraba tierras, y las vendía luego de parcelar.

Estos empresarios eran beneficiados por el Estado, ya que se los eximía del pago de impuestos por tres años. La condición para ello era que las tierras no fueran arrendadas. Sin embargo, rara vez esta condición fue cumplida. A principios de la década de 1890 aparecen las colonias particulares. Las tierras eran arrendadas, parceladas, y subarrendadas a los colonos. Generalmente, este sistema era puesto en práctica por comerciantes de la zona, lo que derivó en una serie de cláusulas en los contratos que ataban al colono a la empresa.

En este sistema, que fue el más difundido a partir de 1895, el arriendo podía ser pagado en dinero o con un porcentaje de la cosecha, y en ambos casos el arrendatario debía hacerse cargo de todos los gastos. Asimismo, a partir de las obligaciones y restricciones que imponía al chacarero, se fue convirtiendo en obstáculo para la innovación tecnológica, además de provocar bajos niveles de vida, malas condiciones de asentamiento y escasa movilidad social para el trabajador de la tierra. En el período comprendido entre 1895 y 1914, las tierras volvieron a sufrir un importante incremento en su valor, que se tradujo en el costo de los arrendamientos: mientras que hasta 1895, oscilaba entre un 8% y un 15%, con contratos de alrededor de 6 años; en este período, no sólo aumentó a un 30% como mínimo, sino que, la duración de los contratos era de tres años como máximo, además de estar plagados de una serie de cláusulas que permitían al propietario desalojar al arrendatario cada vez que quisiera. Así, en el último tercio del siglo XIX, Santa Fe, que había sido uno de los estados menos desarrollados de la Confederación Argentina logra convertirse, en la segunda provincia argentina y en el primer productor de cereales del país. Obtuvo, también, una importante expansión comercial y la instalación de industrias dedicadas a la producción de insumos agrícolas.

Asimismo, la población de la provincia se cuadruplicó y la cantidad de colonias alcanzó las 350. Comienza a conformarse un nuevo grupo social, compuesto por inmigrantes agricultores dispuestos a trabajar la tierra, a lograr una mejor calidad de vida que la que podían esperar en Europa, cada uno con sus costumbres, con su lengua.

Alrededor de 1910, el sueño de muchos inmigrantes comenzaba a transformarse en pesadilla: para los agricultores arrendatarios del sur de Santa Fe no sólo se volvió impensable comprar tierras, sino que se encontraban sujetos a contratos desmedidos, que coartaban todas sus libertades, que los mantenían viviendo en la miseria, casi esperando todos los días ser desalojados de la chacra por motivos absurdos, sujetos completamente a las decisiones y caprichos de sus patrones.

Como corolario de esta situación, la langosta y la sequía hicieron que se perdiera la cosecha de 1911 y los arrendamientos alcanzaron su punto máximo en precio. Esta situación despertó a los arrendatarios, que sintieron la necesidad de gritar basta, que quisieron seguir soñando aquel sueño engendrado en la Europa natal. Vinieron a Argentina para cambiar su situación de miseria y pobreza, y por eso mismo, no estaban dispuestos a conformarse con lo que la realidad les ofrecía. Creyeron que esta era una causa conjunta. Comenzaron a reunirse, sabían organizarse y lo hicieron aquí, en Argentina, en la pampa gringa, en Santa Fe.

Los chacareros comenzaron a movilizarse

Alcorta y Bigand compartían la colonia La Adela, administrada por la firma Genoud, Benvenuto, Martelli y Cía, que subarrendaba la tierra a doscientas once familias por el 34 % de la producción, trillado, embolsado en bolsas nuevas y puesto en estación, con contratos de un año de duración. Además, los arrendatarios estaban obligados a comprar y vender en el almacén de ramos generales de la empresa, trillar y desgranar con sus máquinas y hacer todos los seguros con ellos. En los primeros años del siglo XX, este tipo de contratos era moneda corriente en la región cerealera. Algunos con cláusulas más absurdas que otros, algunos por mayor porcentaje que otros –en Firmat alcanzaban hasta el 54% de la producción-, pero indefectiblemente, todos legalizaban, de algún modo, el abuso y la explotación de los arrendatarios.

“Los arrendatarios no tenían la menor seguridad en su trabajo, en cualquier momento podían ser desalojados del campo en que trabajaban y despojados de sus máquinas y útiles de labranza. Cualquier mejora que introdujera en la chacra quedaba a beneficio del patrón.” (diario "El Zonda-Suplemento historia") Frente a la pérdida de la cosecha de 1911, y la certeza de que una excelente cosecha en el próximo año no sería suficiente para recuperar el desastre, los colonos de Firmat y algunos comerciantes de campaña comienzan a reunirse para pensar posibles salidas a su situación.

En estas reuniones comprenden que la salida sólo puede ser conjunta, que debían unirse para reclamar a sus patrones, y que la conformación de una liga agraria los ayudaría a organizarse. Conforman, así, la Sociedad Cosmopolita de Agricultores de Firmat, primera liga agraria de la provincia, que agrupaba a los chacareros de la zona. En marzo de 1912 escriben un manifiesto en el que alentaban a los colonos a unirse a la protesta y en una reunión a la que asiste Francisco Bulzani, arrendatario de la colonia La Adela, éste se hace cargo de distribuirlos en Alcorta, Bigand y Bombal.

Manifiesto que comenzó a circular en el sur de la provincia a fines de 1911, principios de 1912, elaborado por la Sociedad Cosmopolita de Firmat. Francisco Bulzani, que asistía a las reuniones de esta entidad, tomó el manifiesto para distribuirlo en Alcorta, Bigand y Bombal . (Fuente: Cecchi, A.: "Tras la huella socialista en Firmat") Francisco Bulzani, se convierte en voz de los pesares de los chacareros, organizando, hablando, demostrándoles que era necesario hacer algo para cambiar la situación en la que se encontraban. Y poco a poco, fueron sumándose: Francisco Perugini, Francisco Gilarducci, Francisco Menna, Nazareno Lucantoni… El Padre José Netri, el comerciante Ángel Bujarrabal. Pronto decidieron realizar una reunión en la casa del comerciante, quien les explicó que la única manera posible de cambiar la situación en que se encontraban era iniciar una huelga. Además, lea ofreció apoyo económico y ofreció su almacén como centro de reuniones. Decía José Gilarducci, uno de los principales organizadores de la huelga: “Con seis o siete compañeros, los colonos Damián Arfinetti, Francisco Bulzani, Domingo Biagotti, Nazareno Lucantoni y Francisco Menna, a quien posteriormente asesinó la policía durante una reunión agraria en Firmat, solíamos reunirnos en un sótano de la casa del comerciante Bujarrabal. “Era un buen mayorista don Ángel Bujarrabal” —recuerda Gilarducci-, “porque él fue quien principalmente nos aconsejaba de que hiciéramos la huelga y peticionáramos lo que nos correspondía: la rebaja de la tierra. “Al principio teníamos miedo porque la policía nos amenazaba y nos encarcelaba por perturbadores del orden, por eso en la casa de ramos generales, en el sótano entre comestibles, artículos de labranza y cajonería, nos reuníamos y discutíamos la huelga.” (citado en: diario "DEMOCRACIA", 27 de junio de 1954)

Poco a poco, las reuniones comenzaron a multiplicarse: en el almacén, en la chacra de Bulzani, en la parroquia o donde fuera, corridos por los patrones o la policía, los chacareros sabían que la huelga sería un hecho. En Alcorta, en Bigand, en Bombal, en Máximo Paz, sabían que todos trabajaban por lo mismo. Recorrían las chacras, repartían los manifiestos, hablaban, explicaban que la fuerza de todos podía lograr que cambiara la situación en que se encontraban. El 15 de junio de 1912, los chacareros de la zona se reunieron en asamblea en la plaza de Bigand, en la que Luis Fontana, dependiente de un almacén de campaña del señor Víctor Bigand, sugirió elevar un petitorio a los propietarios para modificar los contratos de arrendamiento, dándoles un plazo de quince días para la contestación. El 17 de junio los chacareros de Alcorta se reunieron en el edificio de la Sociedad Italia de Socorro Mutuo e Instrucción, bajo la presidencia de Francisco Bulzani, y decidieron invitar a los propietarios a una asamblea pública el día 25 de junio para tratar los contratos de arrendamiento.

En Alcorta y Máximo Paz los párrocos eran José y Pascual Netri, hermanos que apoyaron incondicionalmente a los chacareros, participaron de sus reuniones, los escucharon, los confortaron y les ofrecieron el asesoramiento legal de su hermano, el Dr. Francisco Netri. El 18 de junio, Francisco Bulzani y el Padre José Netri visitan al abogado en Rosario para pedirle redactara un modelo de contrato especificando las reformas que los chacareros creían necesarias. El Dr. Netri no sólo aceptó el pedido, sino que se comprometió a asistir a la asamblea del 25. En los días siguientes, las reuniones se intensificaron, el Padre José Netri invitaba a los chacareros a la asamblea desde el púlpito de la parroquia, Bujarrabal los ayudaba a organizar y María Robotti, esposa de Francisco Bulzani, los alentaba a declarar la huelga.

Archivo:Dr. Francisco Netri FAA.jpg
El asesinado Dr. Francisco Netri, busto del escultor Erminio Blotta.

Más de dos mil agricultores de Alcorta, Bigand, Bombal, Carreras, Firmat y San Urbano (Melincué) asistieron a la asamblea en el local de la Sociedad Italia de Socorro Mutuo e Instrucción el 25 de junio de 1912. Además de los colonos presentes, las delegaciones de las localidades vecinas acercaron petitorios firmados por dos mil colonos más.

"El aspecto era imponente, pues aquella gran masa de hombres acostumbrados a empuñar el arado, convertida en asamblea deliberante, causaba una impresión casi exótica y semejante en algo a la que producen en el ánimo del observador los grandes concursos populares en que se debaten cuestiones ideológicas, de índole política o doctrinaria, en pro del resurgimiento de las colectividades concientes de sus derechos" “La Capital”, 26 de junio de 1912.

El Dr. Francisco Netri, en compañía de algunos periodistas, Francisco Bulzani, Francisco Caporalini, Hermenegildo Gasparini, Nazareno Lucantoni y otros colonos, se reúnen a almorzar en el Hotel Colón, propiedad de Juan Ardizio, para hablar acerca de la asamblea que se realizaría luego.

Se inicia la asamblea en el edificio de la Sociedad Italia de Socorro Mutuo e Instrucción bajo la presidencia de Francisco Bulzani. Toma la palabra el joven de Bigand, Luis Fontana, y a continuación el Dr. Francisco Netri. Se discute el modelo de contrato que él había confeccionado:

• Se pagará por arrendamiento el 25% del bruto de la cosecha, en parva y troja. • Los señores propietarios cederán gratuitamente 6% de la tierra arrendada con destino a potrero o pastoreo. • El colono pasará aviso a los señores propietarios cinco días antes de trillar o desgranar, quienes tendrán ocho días de plazo para retirar la parte que les corresponde por arrendamiento. Pasados los ocho días, el colono podrá disponer de la parte que le corresponda. • El colono se obliga a destruir malezas y conservar en buen estado los edificios con alambrado, etc., de que se haga entrega, salvo el deterioro por el uso. En caso de ser invadida por la langosta, se compromete a combatirla. • La falta de cumplimiento de cualquiera de estas cláusulas por una de las partes, autoriza a la otra a pedir su rescisión, haciéndola responsable de los daños y perjuicios. • La duración de los contratos no podrá ser menor de tres años.

Este modelo de contrato se aprueba por unanimidad y además se aprueba la declaración de huelga general propuesta por Francisco Bulzani: “No hemos podido pagar nuestras deudas y el comercio, salvo algunas honrosas excepciones, nos niega la libreta. Seguimos ilusionados con una buena cosecha y ella ha llegado, pero continuamos en la miseria. Apenas si nos alcanza el dinero para pagarle al almacenero que nos viene surtiendo todo el año. Esto no puede continuar así. Debemos ponerle fin a tan triste como temeraria situación, caso contrario se producirá el éxodo campesino que debemos evitar a cualquier precio. Los propietarios se encuentran reacios a considerar nuestras reclamaciones y demandas. (…) Pero si hoy sonríen por nuestra protesta, puede que mañana se pongan serios cuando comprendan que la huelga es una realidad…” En: Grela, P.: “El grito de Alcorta. Historia de la rebelión campesina de 1912.” Ed. Tierra Nuestra, 2º ed. 1997. Pág. 60.

Aunque la declaración formal de huelga se realizara el 25 de junio, ya hacía días que los colonos de la zona habían abandonado los trabajos, y en menos de dos semanas habían declarado formalmente la huelga más de cien mil agricultores de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y La Pampa.

Las formas se repetían hasta el cansancio: asamblea de chacareros, declaración de huelga, designación de comisión, nueva asamblea para constituir una liga agraria… Los colonos organizadores recorrían las localidades, ayudaban, apoyaban, junto al Dr. Netri. Y pronto comenzaron a trabajar para conformar una asociación gremial agrícola, que los representara, que los defendiera de los abusos de los patrones, que los uniera.

Los medios gráficos de todo el país empiezan a hacerse eco de la protesta. Todos acordaban en que el silencio y falta de respuestas por parte de los propietarios conduciría al país a una crisis total, ya que, en una especie de efecto dominó, al no sembrarse el lino o el trigo, sobrevendría una crisis comercial, seguida de una desvalorización de la propiedad rural y, finalmente, la restricción del crédito y credibilidad en el exterior.

Sin embargo, en la medida en que fueron pasando los días y los colonos no cambiaban su actitud, los propietarios y subarrendadores comenzaron a preocuparse. Comienza a escucharse su voz en la prensa, acusando a los colonos de avaros, pretenciosos, ineptos, holgazanes… Organizaron una reunión en la Sociedad Rural de Rosario, en la que conformaron una comisión para que se ocupara de la resolución del conflicto.

El 30 de junio se realizó una nueva asamblea en Bigand. Asistieron más de 2.500 colonos de varias localidades, entre ellas, Firmat, Bahía Blanca, La Plata, y quienes estaban conformando la Unión Agrícola de la Provincia de Buenos Aires. Allí, muchos colonos comunicaron que habían recibido a los patrones en sus chacras, intentando convencerlos de volver al trabajo con amenazas de desalojo.

A la vez, comenzaron a aparecer todo tipo de declaraciones en los medios gráficos. Decía a “La Capital” un propietario de Bigand: “A los propietarios –agregó nuestro declarante- lo que nos resiente y lo que no podemos tolerar es que el labriego se nos imponga en forma violenta «porque sí» y quiera obligarnos a hacer en provecho de aquello que él quiere, no lo que estemos dispuestos a cederle nosotros.” En: “La Capital”, 6 de julio de 1912

En la medida en que el conflicto se extendía, las autoridades comenzaron a preocuparse. El Dr. Menchaca, gobernador de la provincia de Santa Fe, decide nombrar una comisión, formada por el vice gobernador Ricardo Caballero, el intendente de Rosario Daniel Infante y un estanciero, Toribio Sánchez, para investigar el conflicto. Se reunieron con colonos y propietarios, escucharon todas las voces, y elevaron al gobernador un informe en el que se manifiesta claramente a favor de los colonos, haciendo responsables de la crisis agraria a propietarios y empresas subarrendadoras. Asimismo, sugieren las características que consideran deberían tener los contratos y expresan claramente su postura frente al conflicto: “Pero, donde a juicio de esta comisión se halla la solución definitiva para todas las cuestiones de esta índole, es en la reforma de toda la legislación, común o constitucional, que se oponga al establecimiento de la siguiente facultad, que consideramos de derecho pleno de todo labrador, en todas las partes del mundo: El jefe de familia, de oficio labrador, que no tenga tierra propia y la desee para labrarla por sí y por los suyos, tiene derecho a que se expropie para él en el paraje que él designe, siempre que se trate del perímetro de una propiedad mayor de mil hectáreas y no cultivada por el dueño, una fracción no mayor de veinte y cinco hectáreas por el precio asignado para la contribución directa y un cincuenta por ciento más, la mitad del cual se reputa tolerancia en la avaluación para el impuesto, y la otra mitad precio de afección y compensación del trabajo a emplear y el tiempo a perder en el nuevo empleo de los capitales, que habrá de hacer el propietario expropiado.” “La Capital”, 23 de julio de 1912.

A pesar de la claridad del informe de la comisión, el gobierno provincial no tomó cartas en el asunto: su única acción fue ofrecer a los agricultores tierras del norte de la provincia con un costo de arrendamiento más bajo. En la medida que pasaban los días y los tiempos de roturación de la tierra se agotaban, el Ministro de Agricultura de la nación, Mugica, se decide a investigar la situación, enviando al Director de la División de Ganadería y Agricultura, Sr. Emilio Lahítte a la región en conflicto. Luego de una gira hecha por la provincia de Santa Fe y de varias reuniones con los miembros de la Sociedad Rural de Rosario, el Sr. Lahítte informó: “(…) todo cuanto se refiere a cumplimiento, reconsideración y modificación de contratos preexistentes, puede y debe ser resuelto por los mismos contratantes, porque no hay poder alguno que pueda sobreponerse a lo que las partes han acordado “legalmente” y pueden modificar por la voluntad de ambos.(…) Los arrendatarios y aparceros han conformado una colectividad incidental para un fin único, la rebaja de arrendamiento, o la parte de utilidad que corresponde al capital inmobiliario de la explotación agrícola; (…) Lo más práctico, a mi entender, sería que las partes acordaran la constitución de una “junta arbitral”, compuesta de personas elegidas por cada una y autorizadas para entender y resolver sumariamente en cada uno de los contratos comprometiéndose unos y otros a aceptar la resolución de la junta.” “La Prensa”, 17 de julio de 1912.

Mientras tanto, el conflicto se acrecentaba. A pesar de que en las publicaciones periódicas hablaban de la calma con que los chacareros manejaban el conflicto, la policía los asediaba permanentemente. Atendiendo a los intereses de los patrones, persiguieron, encarcelaron y reprimieron a los huelguistas. Durante el tiempo que duró el conflicto, fueron detenidos colonos de Firmat, Santa Teresa, Villa Constitución, Alcorta, Los Molinos, San Vicente, Marcos Juárez, Carmen, Arteaga y Venado Tuerto. Además, fueron apresados el señor Basualdo, director del diario “Eco del Sur” de Venado Tuerto, el Pbro. José Netri de Alcorta y el Pbro. Ángel Gritti de Arteaga, cuyo único delito fue apoyar el movimiento de agricultores.

La Federación Agraria Argentina

Mientras el movimiento se extendía, empezó a surgir, cada vez con mayor fuerza, la necesidad de conformar una entidad capaz de agrupar, representar y defender a los agricultores. El Dr. Netri, como asesor letrado de los colonos, organizó una asamblea general con los delegados de todas las localidades y la comisión veedora del gobierno de Santa Fe, con el fin de fundar una institución para luchar por los derechos de los agricultores.

El 1° de agosto, en la asamblea, los agricultores conforman la Federación Agraria Argentina, cuya finalidad principal sería: “(…) conseguir por todos los medios lícitos la mejora de la situación de los trabajadores del campo, solidarizando sus esfuerzos, a fin de que las energías de todos, defiendan los derechos de cada uno.” Palabras del Dr. Netri. En “La Prensa”, 6 de agosto de 1912.

El 15 de agosto, en una nueva asamblea, se aprueban los estatutos para la Federación Agraria Argentina redactados por algunos de los agricultores, y Antonio Noguera es designado presidente del Comité central. El Dr. Francisco Netri ocupa el lugar de asesor letrado. De Alcorta participan del Comité Central Francisco Bulzani, como Primer Vocal Titular, y Francisco Perugini, como Prosecretario.

En el número 1 del Boletín Oficial de la Federación Agraria Argentina, dice el Dr. Netri: “El grito de rebelión proclamado en Alcorta el 25 de junio ppdo., está por cerrar una página de las más hermosas del histórico movimiento. La huelga agraria que ha tenido la virtud de levantar a más de cien mil colonos en Santa Fe, primero, y sucesivamente en Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y territorio de La Pampa, puede decirse que está terminada después de tres meses de sacrificios, heroicamente soportados por los cultivadores de la tierra.” En Grela, P.: “El grito de Alcorta. Historia de la rebelión campesina de 1912”; Ed. Tierra nuestra, 2ª edición, 1997. pág. 67.

Sobre fines de septiembre de 1912, todos los agricultores habían vuelto al trabajo. Habían obtenido ciertas mejoras: el 28 % de la cosecha, en parva y troja y como salga, el 6 % de la chacra para pastoreo, libertades para contratar máquinas, para comprar y para vender, contratos con una duración de tres años.

La pampa gringa comenzaba a retomar su tranquilidad, la tierra volvía a ser roturada, la solución parecía haber llegado. Sin embargo, en poco tiempo la alegría del triunfo comenzó a desvanecerse: no se dictó una ley de arrendamientos, y, por lo tanto, en poco más de un año, los contratos abusivos resurgieron en todos lados.

Los colonos volvieron a movilizarse, una y otra vez, ahora exigiendo la promulgación de esa ley, reclamando el amparo del Estado, pidiendo protección frente a la explotación.


El Grito de Alcorta, La Historia: Brevemente resumido en el siguiente video, realizado por Nery Bó, Productor y Locutor oriundo de la localidad de Alcorta. Ingresar EL GRITO DE ALCORTA

Museo

El Museo Comunal de Alcorta fue creado en el año 1983, por Ordenanza Comunal nº 499, cuando es destinado el antiguo local comunal como Museo, Salón Cultural y Archivo Histórico. De todas maneras, el Museo abre sus puertas al público luego del trabajo realizado por la Conservadora de Museos Carmen Castillo. Su trabajo surgió de un convenio realizado el 15 de abril de 1992 entre la Comuna de Alcorta y la Fundación Universidad Nacional de Rosario (Resolución nº 426).

Luego de unos años, el museo permaneció cerrado hasta que en mayo de 2002, cumpliéndose el 90º aniversario del Grito de Alcorta, la Comisión Comunal decidió reabrir el Museo Comunal y trasladarlo a la Estación de Ferrocarril, por tratarse ésta de un espacio histórico significativo y por permitir un ordenamiento temático del material expuesto.


Paseo Cultural

El pueblo Alcorta tiene hoy la posibilidad de decir que ha sido protagonista de un hecho histórico de trascendencia nacional, ya que la huelga agraria declarada allí el 25 de junio de 1912, conocida como Grito de Alcorta, se extendió inmediatamente a cuatro provincias y fue sostenida por alrededor de 100.000 agricultores durante más de tres meses. Además de ello, surgió también de estos agricultores explotados la idea de agruparse, conformando una entidad gremial que los defendiera, la Federación Agraria Argentina.

Es por este motivo que creemos necesario que un hecho histórico de tales dimensiones, que en general es poco recordado desde la historia escrita y las currículas escolares, sea revalorizado en la actualidad.

En este sentido, nos planteamos el desafío de recuperar todo aquello que de una u otra forma nos vincula con este pasado, pensando en fortalecer nuestros lazos identitarios, tratando de reconocernos como sujetos históricos con el objetivo de resignificar el pasado desde el presente y desde allí construir el futuro.

Como es ampliamente reconocido, ciertos objetos, edificios y lugares son testimonios tangibles del pasado. Nos transportan en el tiempo y nos permiten ubicarnos históricamente. En Alcorta existen lugares clave vinculados con el Grito de Alcorta, y ellos son el almacén de ramos generales de don Ángel Bujarrabal, el edificio de la Sociedad Italia de Socorro Mutuo e Instrucción, el edificio del Hotel-Cinematógrafo Colón, que perteneciera a Juan Ardizio hasta 1919, cuando lo vendió a la Sociedad Española de Socorros Mutuos, la parroquia “Santiago Apóstol”, la “Estación Alcorta”, construida entre 1889 y 1890 por la empresa Ferrocarril Central Argentino..

Creemos importante resaltar estos lugares pensando en un futuro paseo histórico dentro de la localidad que permita dimensionar la lucha agraria llevada a cabo en la región.

El almacén de ramos generales de Don Ángel Bujarrabal, sede de reuniones de los chacareros, ha sido derrumbado en la década de 1980. Sin embargo, es un espacio que debe ser destacado en el ejido urbano por su gran importancia histórica ya que, entre otros, es el lugar en que se gestó la huelga agraria.

El edificio que perteneciera a la Sociedad Italia de Socorro Mutuo e Instrucción, debe erigirse en uno espacios históricos por excelencia dentro de la localidad, ya que ha sido la sede de la asamblea de agricultores arrendatarios en que se declarara la huelga general de los trabajos rurales el 25 de junio de 1912.

En cuanto al edificio del Hotel-Cinematógrafo Colón, reviste gran importancia dentro de este recorrido por tratarse de un lugar que se erige en símbolo de la época. De acuerdo con la historia oral, podemos decir que este Hotel, junto a la Sociedad Italia, constituía uno de los centros de reunión por excelencia, uno de los pasos obligados de la visita al pueblo, lugar de fiestas y reuniones sociales. Además de ello, fue el lugar elegido por el Dr. Francisco Netri, los periodistas y algunos de los colonos para realizar el almuerzo el 25 de junio de 1912, en el que se ultimaron detalles para la asamblea que se realizaría a las tres de la tarde, en la que fue declarada la huelga general.

Para 1912, el párroco de Alcorta era el Pbro. José Netri, quien no sólo apoyó a los chacareros en su lucha, sino que además los convocaba a cada reunión de importancia desde el púlpito de la parroquia “Santiago Apóstol”. Así, este se convirtió, también, en un espacio de encuentro entre los chacareros, donde realizaban reuniones y pedían el consejo del párroco.

La Estación Alcorta reviste suma importancia socio-histórica, ya que como en todas las poblaciones de la región, fue el centro alrededor del cual fue conformándose el pueblo. Asimismo, se trata de uno de los espacios con mayor peso en el recuerdo de los pobladores, por haber constituido durante gran parte de nuestra historia el lugar de esperas, de encuentros, de despedidas, de alegrías y tristezas. Un lugar donde se concentraron gran parte de las actividades comerciales y sociales.

No podemos dejar de tener en cuenta, además, la plaza central de pueblo, “Manuel Belgrano”, y el monumento construido en honor al “Grito de Alcorta” frente al edificio del almacén “Bujarrabal y Cía.”.

A partir del reconocimiento de estos espacios urbanos como cultural e históricamente representativos, pensamos en la importancia que podría revestir su valorización e identificación por parte de cada sujeto como testimonios tangibles de una historia local y regional. Esto es, consideramos posible una apropiación del patrimonio histórico, cultural y arquitectónico por parte de los sujetos, como medio de apoyo a los procesos de fortalecimiento de identidades colectivas y de sentimientos de pertenencia.

Para ello, hemos diseñado un Paseo Cultural que, además de ofrecer un recorrido por los espacios antes citados, permita al visitante conocer la historia del Grito de Alcorta. Dentro de este paseo, hay dos lugares clave que, funcionando articuladamente, nos permitirían la comprensión histórica del movimiento agrario de 1912.

Pensamos en la sala “Grito de Alcorta” y el edificio de la Sociedad Española de Ss. Ms. –actualmente en proceso de restauración- como espacios museográficos: allí podrá conocerse la historia de la localidad, la vida cotidiana a principios del siglo XX, el desarrollo de las instituciones locales, la historia del “Grito de Alcorta”. También podrá accederse desde allí al Archivo Histórico Comunal, a archivos documentales, fotográficos y fílmicos, y una pequeña biblioteca de historia regional.

Además, las dimensiones y estructura de estos espacios permiten otorgarles una función activa en la vida de la comunidad, integrando los valores del pasado en el presente, dándole un uso que se ajuste a las necesidades del presente sin modificar completamente sus funciones históricas. Es decir, planteamos continuar utilizando estos espacios como lugares de reunión social, de eventos artísticos y culturales.

En virtud de la importancia histórica nacional del Grito de Alcorta y de los proyectos de trabajo planteados, el Estado Nacional ha considerado pertinente declarar “Lugar Histórico Nacional” al sector de la localidad que comprenda cada uno de estos ámbitos, demarcando, así, un rectángulo comprendido entre las calles Independencia y Reconquista, y entre Av. Rivadavia y Av. Moreno.

Todo este trabajo de revalorización y restauración nos permitirá también transmitir la historia del Grito de Alcorta a los posibles visitantes foráneos, contribuyendo de esta manera al mejor conocimiento de nuestro pasado histórico, a nuestro enriquecimiento local, regional y nacional a partir del autoconocimiento, que será lo que nos permitirá crecer como cultura.

Parajes

  • Campo El Milagro
  • Campo La Carambola
  • Colonia El Ancla
  • Colonia La Adela
  • Colonia La Eloísa
  • Colonia Santa Catalina
  • Leones Norte
  • Hotel Residencial
  • All Boys

Enlaces externos