Diferencia entre revisiones de «Acróstico»

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Un '''acróstico''' (del [[Lengua griega|griego]] '''ákros''': extremo, y '''stikhos''': línea o verso) es una composición poética en el que las letras iniciales, medias o finales de cada verso, leídas en sentido vertical, forman un vocablo o una locución. Por extensión se llama también '''acróstico''' a la palabra o locución formada por esas letras.
== acrustico

==
El acróstico más característico de la lengua española está constituido por los versos que conforman el Prólogo de [[La Celestina]] de ([[Fernando de Royas]], [[1497]]), en cuyas octavas se puede leer la siguiente frase:

'''''El bachiller Fernando de Royas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nacido en la Puebla de Montalván'''''

:::'''E'''l silencio escuda y suele encubrir
:::'''L'''as faltas de ingenio e las torpes lenguas;
:::'''B'''lasón que es contrario publica sus menguas
:::'''A'''l que mucho habla sin mucho sentir.
:::'''C'''omo la hormiga que deja de ir
:::'''H'''olgando por tierra con la provisión,
:::'''I'''actóse con alas de su perdición:
:::'''LL'''eváronla en alto, no sabe dónde ir.

:::'''E'''l aire gozando, ajeno y extraño,
:::'''R'''apiña es ya hecha de aves que vuelan;
:::'''F'''uertes más que ella por cebo la llevan:
:::'''E'''n las nuevas alas estaba su daño.
:::'''R'''azón es que aplique a mi pluma este engaño,
:::'''N'''o disimulando con los que arguyen;
:::'''A'''sí que a mí mismo mis alas destruyen,
:::'''N'''ublosas e flacas, nacidas de hogaño.

:::'''D'''onde ésta gozar pensaba volando,
:::'''O''' yo aquí escribiendo cobrar más honor,
:::'''D'''e lo uno y lo otro nació disfavor:
:::'''E'''lla es comida y a mí están cortando
:::'''R'''eproches, revistas e tachas. Callando
:::'''O'''bstara los daños de envidia e murmuros;
:::'''Y''' así navegando, los puertos seguros
:::'''A'''trás quedan todos ya, cuanto más ando.

:::'''S'''i bien discernís mi limpio motivo,
:::'''A''' cuál se endereza de aquestos extremos,
:::'''C'''on cuál participa, quién rige sus remos:
:::'''A'''mor apacible o desamor esquivo,
:::'''B'''uscad bien el fin de aquesto que escribo,
:::'''O''' del principio leed su argumento.
:::'''L'''eedlo y veréis que, aunque dulce cuento,
:::'''A'''mantes, que os muestra salir de cautivo.

:::'''C'''omo el doliente que píldora amarga
:::'''O''' huye o recela o no puede tragar,
:::'''M'''étenla dentro de dulce manjar:
:::'''E'''ngáñase el gusto, la salud se alarga.
:::'''D'''esta manera mi pluma se embarga
:::'''I'''mponiendo dichos lascivos, rientes,
:::'''A'''trae los oídos de penadas gentes:
:::'''D'''e grado escarmientan y arrojan su carga.

:::'''E'''ste mi deseo cargado de antojos
:::'''C'''ompuso tal fin que el principio desata;
:::'''A'''cordó de dorar con oro de lata
:::'''L'''o más fino oro que vio con sus ojos
:::'''Y''' encima de rosas sembrar mil abrojos.
:::'''S'''uplico pues suplan, discretos, mi falta;
:::'''T'''eman groseros y en obra tan alta
:::'''O''' vean y callen, o no den enojos.

:::'''Y'''o vi en Salamanca la obra presente.
:::'''M'''ovíme acabarla por estas razones:
:::'''E'''s la primera que estó en vacaciones;
:::'''L'''a otra que oí su inventor ser sciente;
:::'''Y''' es la final, ver ya la más gente
:::'''V'''uelta e mezclada en vicios de amor.
:::'''E'''stos amantes les pondrán temor
:::'''A''' fiar de alcahueta, ni de mal sirviente.

:::'''Y''' así que esta obra, a mi flaco entender,
:::'''F'''ue tanto breve cuanto muy sutil,
:::'''V'''i que portaba sentencias dos mil:
:::'''E'''n forro de gracias, labor de placer.
:::'''N'''o hizo Dédalo en su oficio e saber
:::'''A'''lguna más prima entretalladura,
:::'''S'''i fin diera en esta su propia escritura,
:::'''C'''orta, un gran hombre y de mucho valer.

:::'''J'''amás no vi sino en terenciana,
:::'''D'''espués que me acuerdo, ni nadie la vido,
:::'''O'''bra de estilo tan alto y subido
:::'''E'''n lengua común vulgar castellana.
:::'''N'''o tiene sentencia de donde no mana
:::'''L'''oable a su autor y eterna memoria,
:::'''A'''l cual Jesucristo reciba en su gloria
:::'''P'''or su pasión santa, que a todos nos sana.

:::'''V'''osotros que amáis, tomad este ejemplo,
:::'''E'''ste fino arnés con que os defendáis;
:::'''V'''olved ya las riendas, porque no os perder
;
:::'''L'''oad siempre a Dios visitando su templo;
:::'''A'''ndad sobre aviso, no seáis de ejemplo
:::'''D'''e muertos y vivos y propios culparlos
.
:::'''E'''stando en el mundo yacéis sepultados;
:::'''M'''uy gran dolor siento cuando esto contemplo.


:::'''O'''lvidemos los vicios que así nos prendieron,
:::'''O'''lvidemos los vicios que así nos prendieron,

Revisión del 22:31 28 oct 2009

Un acróstico (del griego ákros: extremo, y stikhos: línea o verso) es una composición poética en el que las letras iniciales, medias o finales de cada verso, leídas en sentido vertical, forman un vocablo o una locución. Por extensión se llama también acróstico a la palabra o locución formada por esas letras.

El acróstico más característico de la lengua española está constituido por los versos que conforman el Prólogo de La Celestina de (Fernando de Royas, 1497), en cuyas octavas se puede leer la siguiente frase:

El bachiller Fernando de Royas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nacido en la Puebla de Montalván

El silencio escuda y suele encubrir
Las faltas de ingenio e las torpes lenguas;
Blasón que es contrario publica sus menguas
Al que mucho habla sin mucho sentir.
Como la hormiga que deja de ir
Holgando por tierra con la provisión,
Iactóse con alas de su perdición:
LLeváronla en alto, no sabe dónde ir.
El aire gozando, ajeno y extraño,
Rapiña es ya hecha de aves que vuelan;
Fuertes más que ella por cebo la llevan:
En las nuevas alas estaba su daño.
Razón es que aplique a mi pluma este engaño,
No disimulando con los que arguyen;
Así que a mí mismo mis alas destruyen,
Nublosas e flacas, nacidas de hogaño.
Donde ésta gozar pensaba volando,
O yo aquí escribiendo cobrar más honor,
De lo uno y lo otro nació disfavor:
Ella es comida y a mí están cortando
Reproches, revistas e tachas. Callando
Obstara los daños de envidia e murmuros;
Y así navegando, los puertos seguros
Atrás quedan todos ya, cuanto más ando.
Si bien discernís mi limpio motivo,
A cuál se endereza de aquestos extremos,
Con cuál participa, quién rige sus remos:
Amor apacible o desamor esquivo,
Buscad bien el fin de aquesto que escribo,
O del principio leed su argumento.
Leedlo y veréis que, aunque dulce cuento,
Amantes, que os muestra salir de cautivo.
Como el doliente que píldora amarga
O huye o recela o no puede tragar,
Métenla dentro de dulce manjar:
Engáñase el gusto, la salud se alarga.
Desta manera mi pluma se embarga
Imponiendo dichos lascivos, rientes,
Atrae los oídos de penadas gentes:
De grado escarmientan y arrojan su carga.
Este mi deseo cargado de antojos
Compuso tal fin que el principio desata;
Acordó de dorar con oro de lata
Lo más fino oro que vio con sus ojos
Y encima de rosas sembrar mil abrojos.
Suplico pues suplan, discretos, mi falta;
Teman groseros y en obra tan alta
O vean y callen, o no den enojos.
Yo vi en Salamanca la obra presente.
Movíme acabarla por estas razones:
Es la primera que estó en vacaciones;
La otra que oí su inventor ser sciente;
Y es la final, ver ya la más gente
Vuelta e mezclada en vicios de amor.
Estos amantes les pondrán temor
A fiar de alcahueta, ni de mal sirviente.
Y así que esta obra, a mi flaco entender,
Fue tanto breve cuanto muy sutil,
Vi que portaba sentencias dos mil:
En forro de gracias, labor de placer.
No hizo Dédalo en su oficio e saber
Alguna más prima entretalladura,
Si fin diera en esta su propia escritura,
Corta, un gran hombre y de mucho valer.
Jamás no vi sino en terenciana,
Después que me acuerdo, ni nadie la vido,
Obra de estilo tan alto y subido
En lengua común vulgar castellana.
No tiene sentencia de donde no mana
Loable a su autor y eterna memoria,
Al cual Jesucristo reciba en su gloria
Por su pasión santa, que a todos nos sana.
Vosotros que amáis, tomad este ejemplo,
Este fino arnés con que os defendáis;
Volved ya las riendas, porque no os perder
Load siempre a Dios visitando su templo;
Andad sobre aviso, no seáis de ejemplo
De muertos y vivos y propios culparlos

.

Estando en el mundo yacéis sepultados;
Muy gran dolor siento cuando esto contemplo.
Olvidemos los vicios que así nos prendieron,
No confiemos en vana esperanza;
Temamos Aquel que espinas y lanza,
Azotes y clavos su sangre vertieron;
La su santa faz herida escupieron,
Vinagre con hiel fue su potación,
A cada santo lado consintió un ladrón.
Nos lleve, le ruego, con los que creyeron

Este tipo de artificio literario se ha extendido especialmente en momentos literarios en los que las formas rebuscadas han tenido más predicamento, como el Barroco literario.