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Diferencia entre revisiones de «El hombre que calculaba»

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El inteligente Beremiz fue rápidamente a informarse de que pasaba, estos le dijeron que el padre de ellos les había dejado como herencia 35 camellos y debían repartírselos de tal forma que uno de los hermanos recibiera la mitad de los camellos, otro una tercera parte y el último una novena parte.
El inteligente Beremiz fue rápidamente a informarse de que pasaba, estos le dijeron que el padre de ellos les había dejado como herencia 35 camellos y debían repartírselos de tal forma que uno de los hermanos recibiera la mitad de los camellos, otro una tercera parte y el último una novena parte.
Beremiz propone una solución que los hermanos aceptan ya que esta trataba de que el añadía un camello, en total quedaban 36 camellos entonces les dice a los hermanos, el que se lleva la mitad se llevará 18 y antes se debería llevar 17 y medio, al que le corresponde una tercera parte le quedan 12 ya que antes se iba a quedar con 11 y un poco y al último que le tocaba una novena parte se iba a llevar 3 y un poco y se llevó en total 4 camellos.
Beremiz propone una solución que los hermanos aceptan ya que esta trataba de que el añadía un camello, en total quedaban 36 camellos entonces les dice a los hermanos, el que se lleva la mitad se llevará 18 y antes se debería llevar 17 y medio, al que le corresponde una tercera parte le quedan 12 ya que antes se iba a quedar con 11 y un poco y al último que le tocaba una novena parte se iba a llevar 3 y un poco y se llevó en total 4 camellos.
En total Beremiz les entregó 34 camellos y él se quedó con 2, aunque uno era de su amigo entonces se lo devolvió y continuaron con su camino hacia Bagdad.
En total Beremiz les entregó 34 camellos y él se quedó con 2, aunque uno era de su amigo entonces se lo devolvió y continuaron con su camino hacia Bagdad.ee

Revisión del 16:39 17 oct 2008

El hombre que calculaba (en portugués, O homem que calculava) es una novela escrita por el brasileño Júlio César de Mello e Souza, bajo el seudónimo Malba Tahan. Esta obra puede ser considerada al mismo tiempo como una novela y como un libro de problemas y curiosidades matemáticas. El propio autor reconoció que uno de sus objetivos al escribirlo fue el de contribuir a popularizar las matemáticas, presentándolas para ello, no ya de forma abstracta, o en contextos meramente simbólicos, sino integradas a los acontecimientos y atravesadas por muchos otros aspectos, como cuestiones morales y de historia.

Publicado por primera vez en Brasil en 1949, El hombre que calculaba une matemáticas con ficción e historia.

Otra particularidad en la composición estética de esta obra es la de que el narrador toma parte en la historia que el mismo narra, pero no es el personaje principal.

A lo largo de la narración se muestra con frecuencia la devoción de los personajes, en este caso a la religión musulmana. Sin embargo, las relfexiones místicas son expuestas como elemento discursivo dentro de la construcción de los personajes y del mundo árabe que se recrea en esta ficción.

Argumento

Hank Tade-Mai es un viajero que retorna en su camello a Bagdad, luego de una excursión a la ciudad de Samarra. En su camino, encuentra a un hombre modestamente vestido, sentado en una piedra y exclamando en voz alta números gigantescos. El hombre que calculaba dice llamarse Beremiz Samir y cuenta que nació en Persia, donde trabajando como pastor comenzó a contar ovejas para no extraviar ninguna, siendo que a partir de entonces tomó el gusto por contar y calcular acerca de todo lo que encuentra a su paso. El viajero está maravillado con el don de este hombre y termina convenciéndolo, no sin antes sorprenderlo por su gran modestia, de ir a Bagdad para mostrar sus habilidades matemáticas y encontrar un trabajo bien pago en el gobierno del califa. Juntos, el viajero y Beremiz emprenden un largo viaje en el cual el hombre que calculaba resuelve diversos problemas, como disputas entre personas, y demuestra ser no sólo un prodigio matemático, sino también un hombre de una gran entereza moral y un excelente narrador de historias.

La plantilla {{Esbozo}} está obsoleta tras una consulta de borrado, no se debe usar.Capítulo 1 Un día, un viajero regresaba de una excursión a la famosa ciudad de Samarra, que queda en las márgenes del Tigris. El viajero venía montado en un camello por el camino de Bagdad, cuando observa a un viajero sentado en una piedra, al parecer reposando de las fatigas del camino. Cuando el desconocido le iba a dar el saludo trivial de los caminantes, el viajero se levanta y dice: “Un millón, cuatrocientos veintitrés mil, setecientos cuarenta y cinco”. Luego de decir este número tan grande el forastero se sentó y se quedó en silencia como si hubiera quedado absorto en una complicada meditación. Un rato después, el forastero se levanta y vuelve a pronunciar un número fabuloso: “Dos millones, trescientos veintiún mil, ochocientos sesenta y seis”. De esta manera el viajero siguió diciendo números grandes y fabulosos mientras se levantaba y se volvía a sentar en la piedra. Luego el viajero que iba en el camello le preguntó que cuál era el significado de aquellos números tan descomunales. El viajero le contesto que para saberlo debería saber la historia de su vida.

Capítulo 2

El viajero comienza a contar la historia de su vida. Primero comienza con su nombre que era Beremiz Samir, que había nacido en Khói-pequeña ciudad de Persia- y que de muy niño había sido pastor. Cuando era niño y pastor, su dueño lo castigaba si al anochecer no traía todas las ovejas completas, por esta causa se acostumbro a contarlas todas rápidamente. Ésta es la razón por la que desde niño había adquirido esta asombrosa habilidad y no solo se contentó con eso sino que cada vez iba contando más cosas. Ésta habilidad lo llevó a ser uno de los mejores subordinados de su jefe y por esto le dieron 4 meses de reposo. Al instante le dijo al viajero que iba camino a Bagdad el número de hojas que había en un árbol y luego de otro y el número de flores que había en el camino, etc. El hombre que calculaba demostró ser de carácter comunicativo y muy alegre. De vez en cuando el viajero se quedaba callado por largos lapsos de tiempo y el compañero no lo interrumpía. Así poco a poco el forastero se fue convirtiendo en una persona muy amigo del hombre que calculaba.

Capítulo 3

En el camino a Bagdad los dos viajeros se encontraron con una pelea al lado de un lote de camellos. Estos hombres enfurecidos se gritaban y alegaban unos a otros. El inteligente Beremiz fue rápidamente a informarse de que pasaba, estos le dijeron que el padre de ellos les había dejado como herencia 35 camellos y debían repartírselos de tal forma que uno de los hermanos recibiera la mitad de los camellos, otro una tercera parte y el último una novena parte. Beremiz propone una solución que los hermanos aceptan ya que esta trataba de que el añadía un camello, en total quedaban 36 camellos entonces les dice a los hermanos, el que se lleva la mitad se llevará 18 y antes se debería llevar 17 y medio, al que le corresponde una tercera parte le quedan 12 ya que antes se iba a quedar con 11 y un poco y al último que le tocaba una novena parte se iba a llevar 3 y un poco y se llevó en total 4 camellos. En total Beremiz les entregó 34 camellos y él se quedó con 2, aunque uno era de su amigo entonces se lo devolvió y continuaron con su camino hacia Bagdad.ee