Doma y castración del Reino de Galicia

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La expresión "Doma y castración del Reino de Galicia", referida por Alfonso Daniel Rodríguez Castelao como originaria de Zurita, es uno de los más fecundos lugares comunes de la historia de Galicia.

Historia de la expresión[editar]

La expresión, parte de un discurso parlamentario sobre el Proyecto de Constitución, era la siguiente:

"Desde que los llamados Reyes Católicos verificaron el hecho que Zurita llamó la doma y castración del Reino de Galicia, la lengua gallega ha quedado prohibida en la Administración, en los Tribunales, en la enseñanza, y en la Iglesia evitando que nosotros , los gallegos, rezásemos en nuestra propia lengua."[1]

A pesar de que sea ese el primer uso de la expresión registrada, es el comentario hecho en Sempre en Galiza lo que marcaría a la generación de galleguistas:

«Escuchad lo que dice Santillana: "..non há mucho tiempo cualesquier decidores é trovadores destas partes, agora fuesen castellanos, andaluces o de la Estremadura, todos sus obras componian en lengua gallega o portuguesa". Fue necesario ejecutar la "doma y castración de Galicia" para que enmudeciésemos; pero nuestra lengua siguió floreciendo en Portugal, y el pueblo gallego no quiso olvidarla.»[2]

Tanto la ambigüedad del texto como las interpretaciones posteriores darían lugar a una confusión en que se juntaron en un único acto de "doma y castración" un conjunto de hechos separados y que no todos habían sido influenciados por los Reyes Católicos:

  • El declive de la literatura literatura gallego-portuguesa en torno al año 1350
  • La centralización administrativa y el control del Reino de Galicia que se da como finalizada, esta sí, con el viaje a Santiago de Compostela de los Reyes Católicos en 1486.
  • La asunción del castellano como lengua de las clases altas y de la administración comezada ya en el siglo XIII y que fue avanzando paulatínamente en diversos campos y aún no acabó.
Galicia se redujo a las leyes de la justicia, a donde el rey puso audiencias. En aquel tiempo secomenzó a domar aquella tierra de Galicia, porque no sólo los señores y caballeros della perotodas las gentes de aquella nación eran unos contra otros muy arriscados y guerreros, y viendo loque pasaba por el conde -que era gran señor en aquel reino- se fueron allanando y reduciendo a las leyes de la justicia con rigor del castigo. Volvió el rey de Galicia a Salamanca en fin del mes de noviembre, y desde aquella ciudad se envió su audiencia real formada a Galicia, para que residiese en aquel reino y con la autoridad de los gobernadores y jueces que allí presidiesen y con rigurosa ejecución se administrase la justicia; y el arzobispo de Santiago les entregó su iglesia habiendo pasado por el estado del conde de Lemos y por todas las otras tierras de señores que hay hasta llegar a su arzobispado sin ser recibidos los oidores: tan duros y pertinaces estaban en tomar el freno y rendirse a las leyes que los reducían a la paz y justicia, que tan necesaria era en aquel reino, prevaleciendo en él las armas y sus bandos y contiendas ordinarias, de que se siguían muy graves y atroces delitos y insultos. En esto y en asentar otras cosas, se detuvieron algunos días el rey y la reina en la ciudad de Salamanca.
Cita original de Zurita[3]

Referencias[editar]

  1. X. L. García: Castelao, Otero Pedrayo, Suárez Picallo, Villar Ponte. Discursos parlamentarios (1931-1933), Sada-A Coruña, 1978, pág. 16. Resaltado propio
  2. A. Rodríguez Castelao: Sempre en Galiza, 2ª edición Galaxia, Vigo, 1986, páxina 47
  3. Anales de la corona de Aragón Archivado el 13 de abril de 2009 en Wayback Machine., Libro XX, Capítulo LXIX.

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