Disertación
La disertación consiste en una exposición oral individual en la que se desarrolla un tema con la intención de analizar a fondo uno de sus aspectos, exponer un punto de vista e invitar a nuevas reflexiones. Es un proceso intenso de comunicación, dado que, al igual que los discursos oratorios y las exposiciones de clase, existe un solo emisor que guía el proceso y que, de manera simultánea, realiza dos grupos de acciones físicas y mentales:
- a) Las acciones que implica el desarrollo y expresar un orden de ideas coherente, cuidando de todas las condiciones en las que se produce el mensaje: manejo de la voz, expresión corporal y apoyos visuales.
- b) Las acciones que implica atender a los receptores y estar al tanto de su adecuado vínculo y compresión del tema.
Las características de una disertación deben ser:
- Expone de manera congruente una perspectiva sobre un tema de interés para los receptores.
- Sustenta la exposición mediante una estructura lógico-argumentativa de ideas.
- Tiene un tono más natural que el discurso, no debe leerse sino presentarse con una estructura fluida, comentada.
- Puede plantear interrogantes y reflexiones, más que respuestas y soluciones. ¿Qué aporta una disertación?
Consiste básicamente en un ejercicio de razonamiento, en el cual se involucra a los receptores en una reflexión de un tema que es considerado relevante. Se espera de una disertación que le abra al espectador nuevas perspectivas sobre el tema y le despierte curiosidad sobre cierto(s) aspecto(s) del mismo, más que ofrecerle datos o conclusiones de manera concreta. Puede decirse que se trata más de un texto reflexivo que informativo.
Para ello, la disertación cuenta con una estructura básica que consta de:
- Entrada. Se trata de la puesta en común del emisor con los receptores y el tema, debe captar la atención, despertar curiosidad y empatía.
- Exposición. Se trata de presentar a la audiencia la perspectiva o enfoque de la reflexión que se hará sobre el tema.
- Desarrollo. Se elabora una secuencia lógica de ideas y ejemplos que permite ir guiando a la audiencia hacia nuestra línea de reflexión. Se recomienda en esta parte dirigirse a la audiencia en segunda persona, así como plantearles preguntas.
- Aspectos centrales. Antes de dar por terminada la disertación es aconsejable recalcar los principales aspectos o aportaciones tratadas en el desarrollo, para hacerlas más contundentes.
- Conclusión final. Consiste en una reflexión o planteamiento breve en el que se resume la idea central de la disertación.