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Batalla de Crisópolis

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Batalla de Crisópolis
Segunda guerra entre Constantino I y Licinio

Imperio romano en 317, al finalizar la primera guerra entre Constantino y Licinio.
Fecha 18 de septiembre de 324
Lugar Crisópolis (actual Üsküdar, Estambul, Turquía)
Coordenadas 40°01′00″N 29°02′00″E / 40.0166666667, 29.0333333333
Resultado Victoria de Constantino el Grande
Beligerantes
Ejército de Constantino Ejército de Licinio
Comandantes
Constantino I Licinio
Bajas
25 a 30 mil muertos[1] Desconocido

La batalla de Crisópolis fue un enfrentamiento armado entre los dos coimperadores romanos Constantino el Grande (r. 306-337) y Licinio (r. 308-324), que se libró el 18 de septiembre de 324, en Crisópolis (actual Üsküdar), localidad cercana a la ciudad de Calcedonia (actualmente Kadıköy), en lo que hoy son distritos urbanos en el lado oriental de Estambul, en Turquía. Previamente, Licinio había sido sitiado en Bizancio, y tras la derrota de su armada en la batalla del Helesponto, decidió retirar sus tropas a Calcedonia, localizada al otro lado del Bósforo, entonces parte de la Bitinia. Las fuerzas constantinianas lo persiguieron y vencieron en Crisópolis. Esta victoria dejó Constantino como el único emperador del Imperio Romano, acabando así con el periodo de la tetrarquía.[1]

Antecedentes

Después de su derrota en la batalla de Adrianópolis, en julio de 324, Licinio y el grueso de su ejército se retiraron a la ciudad de Bizancio, dejando allí una fuerte guarnición, mientras cruzó el Bósforo con la mayor parte de sus tropas, tomando el control de los estrechos que separan Tracia de Bitinia y de Misia (Helesponto).[2]

La armada de Licinio, que debía resguardar Bizancio, sufrió una derrota catastrófica en la batalla del Helesponto. Su almirante, Abanto, fue vencido por el hijo de Constantino, el príncipe Crispo, quien a pesar de comandar una flota significativamente más pequeña, logró arrinconar a las embarcaciones contrarias en el estrecho del Helesponto, ocasionándole muchas bajas.[3]​ Al día siguiente, una tempestad se encargaría de destruir al resto de la escuadra que se encontraba todavía anclada en la costa.[4]​ La victoria naval permitió que el ejército constantiniano pudiera transportarse hacia Anatolia, utilizándose para ello una flota de transportes ligeros con el propósito de evitar a las fuerzas del recientemente nombrado coemperador, Martiniano.[5]

Después de la destrucción de sus fuerzas navales, Licinio tuvo que evacuar a la guarnición de Bizancio, reuniéndose con la mayor parte de su ejército en Calcedonia, en la orilla asiática del Bósforo. Luego, convocó a las fuerzas de Martiniano y a un bando de visigodos, liderado por Aliquaca (o Alica), para reforzar a su ejército, que fuera debilitado por la anterior derrota en la batalla de Adrianópolis.[1][6]

La batalla

Follis de Constantino el Grande (c. 337), mostrando una imagen de su lábaro con el estandarte hiriendo a la serpiente.

El ejército de Constantino desembarcó en el margen oriental del Bósforo, en un lugar llamado Promontorio Sagrado, y marchó hacia el sur en dirección a Calcedonia. Licinio movió su ejército algunos kilómetros hacia norte, en dirección a Crisópolis. Sin embargo, las tropas constantinianas llegaron a las afueras de dicha ciudad antes que arribaran las fuerzas de Licinio. Tras retirarse a su tienda de campaña para buscar la orientación divina, Constantino decidió tomar la iniciativa. El aspecto religioso del conflicto se reflejó en el hecho de que las tropas de Licinio usaban las imágenes de los dioses paganos de Roma, mientras que las fuerzas de Constantino combatieron bajo el estandarte cristiano o lábaro.[6]

Licinio había desarrollado un recelo supersticioso en contra del lábaro y prohibió a sus tropas atacarlo o siquiera mirarlo. Al parecer, Constantino evitó el uso de maniobras sutiles y puso en marcha un único asalto masivo y frontal contra las tropas licinianas, con lo cual las puso en fuga.[6]​ El historiador Zósimo (siglos V-VI) escribió: «hubo una gran matanza en Crisópolis».[7]​ Las bajas del ejército de Licinio se habrían cifrado entre 25 y 30 mil muertos, a los que se sumaron muchos miles que desertaron o huyeron. Licinio consiguió escapar, pudiendo luego reunir cerca de 30 000 soldados sobrevivientes en la ciudad de Nicomedia.[8]

Consecuencias

Licinio y su hijo Licinio II con halos, en una moneda de oro de 320 acuñada en Nicomédia.

Reconociendo que las tropas que todavía le restaban en Nicomedia no resistirían a otro enfrentamiento con el victorioso ejército constantiniano, Licinio fue persuadido de entregarse a la merced de su enemigo. Constancia, esposa de Licinio y media hermana de Constantino, actuó como intermediaria. Inicialmente Constantino atendió a los pedidos de su hermana, perdonando la vida de su cuñado y encarcelándolo en Tesalónica bajo una especie de arresto domiciliario. Cuando Licinio trató de reclutar a algunos bárbaros para volver a formar un ejército, Constantino ordenó su ejecución y la de su antiguo coemperador Martiniano.[9]​ Un año después, sería el hijo de Licinio, sobrino de Constantino, el joven Licinio II, la nueva víctima de las sospechas su tío.[10]

Con la desaparición de su sobrino, Constantino se convirtió en el único emperador del Imperio romano, el primero desde la elevación de Maximiano al estatuto de Augusto por Diocleciano, en abril de 286. Tras la conquista de la parte oriental del Imperio Romano, Constantino tomó una de las decisiones que lo hizo más famoso: darle a esa parte del imperio una capital propia y transformarla en la segunda capital imperial. Para tal efecto, decidió que Bizancio fuera rebautizada como Constantinopla.[6]

Véase también

Referencias

  1. a b c Grant, 1985, pp. 46-48.
  2. Lieu, 1996, pp. 47,60.
  3. Volz, 1983, p. 201.
  4. Zósimo, 1982, II.24.2.
  5. Grant, 1985, p. 236.
  6. a b c d Odahl, 2004, p. 180.
  7. Zósimo, 1982, II.22.7.
  8. Parker, 1958, p. 261.
  9. Gibbon, 1776, p. 180.
  10. Grant, 1985, «XIV».

Bibliografía