Usuario:William Dario Avila Diaz/Gestión de información en las organizaciones

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Gestión del Conocimiento

La gestión de la información en las organizaciones (GIO) ha venido evolucionando a tal punto que se ha acentuado sobre la calidad y el uso de la información a fin de obtener las innovaciones necesarias para la competitividad.

Introducción[editar]

La gestión de la información es muy importante hoy en día en las organizaciones, pues el mundo actual exige mayor competitividad ante los nuevos retos de la economía planetaria, donde la investigación, el desarrollo y la innovación se posesionan como factores del denominado triángulo del conocimiento: ser, hacer y saber. Hoy, este triángulo es factor clave para el desarrollo económico y social, cuya creación, uso y difusión son determinantes para la inserción en una sociedad basada en el conocimiento.

Hoy por hoy, tanto las organizaciones como las sociedades de la información se fundamentan en el conocimiento. Estas exigen nuevos instrumentos y tecnologías para obtener un mayor impacto en la generación, administración, transferencia y aplicación de la información a fin de generar conocimientos, innovaciones y competitividad.

Por ello, en el presente artículo se señala la GIO como una reflexión básica, donde el lector podrá repasar algunos conceptos primordiales a fin de que pueda comprender el lugar donde se encuentra la información dentro de la organización. Para hacerlo, se han revisado ciertas fuentes bibliográficas y cibergrafías. Hay que tener presente que la GIO está constituida por cuatro componentes complementarios: las maquinas, los procesos, las personas y los documentos. Así lo señala el español Alfons Cornella (2000: 89) en su libro Infonomía.com.

Fundamentos[editar]

Hay que remitirse 10.000 años atrás, cuando el hombre se hizo sedentario y la sociedad comenzó a girar hacia una unidad económica. Luego, en el mundo guerrero de los imperios griego y romano, estos apuntaron a una sociedad civilizada; así generaron espacios de lectura para el intercambio de conocimientos. Posteriormente, surgió la civilización industrial, donde un sistema social empobreció al agricultor y nació, con poder, una serie de organizaciones, las cuales provocaron un cambio en la base social del Estado: la familia quedó reducida por la incorporación de los jóvenes y el Estado debió hacerse cargo de abuelos e hijos. La educación pasó a depender del Estado. A partir de esta trama de la historia, aparecieron la burguesía y el proletariado. La primera empezó a ganar poder económico, político y social, y la segunda, a incrementar trabajadores con el fin de que produjeran y no generaran problemas.

Subsiguientemente, apareció la era posindustrial, donde se cimentó el consumismo compulsivo y tomó valor la utilización de la información como parte fundamental del conocimiento social, político, económico y cultural. A partir de este punto, surgió un nuevo tipo de sociedad: la sociedad de la información, ya que la tecnología es básica para el desarrollo de la información. Esta tecnología ha provocado la reconversión en las actividades de los trabajadores que operan en las distintas organizaciones existentes. Es necesario destacar que las diferentes organizaciones surgidas en este período aparecieron con estructuras de tipo humano, técnico, económico e informático.

Esa sociedad de la información tomó varias formas para abordar problemas: histórica, por cuanto dio soluciones a los problemas y controló su desarrollo; predictiva, pues confirmó hechos y redujo la incertidumbre ante un problema; inesperada, pues avisó la presencia de un problema y posibilitó la elaboración de opciones para su solución; actualizada, para la evaluación de diferentes tipos de problemas, y, finalmente, antigua, para identificar los distintos obstáculos que han existido con anterioridad (Gestión de la información y la documentación en las organizaciones, s.f.: 1-8).

Hacia mediados del siglo XVIII, las inteligencias militares consideraban que la información era algo importante para obtener máximos resultados. Posteriormente, efectuando un salto en la historia, se llega al siglo XX, precisamente a la década de 1940, en plena Guerra Mundial, cuando las organizaciones se potencian para producir con calidad el armamento destinado a la guerra. En la década de 1950, Estados Unidos se convirtió en una superpotencia y las organizaciones brindaron sus servicios con un control de calidad.

En la década de 1960, se utilizó por primera vez la gestión de la información en la enseñanza de la Ingeniería para dotar a los estudiantes de Lehigh University (Estados Unidos), de una teoría y uso de la información como un complemento, apoyo y metodología investigativa de su aprendizaje académico.

La década de 1970 se caracterizó por la coexistencia en el servicio de documentación de publicaciones, libros, periódicos, ficheros, catálogos, servicios de archivos clasificados, servicios de reprografía, etc.

En la década de 1980, la estructura de los sistemas de información interna de las organizaciones sufrió una serie de cambios debido a la evolución de las tecnologías de la información (Chaín, 2000: 11-13), que va desde la claridad, atención, uso de estrategia e innovación hasta la cantidad de toma de decisiones que producían diariamente las organizaciones (Gestión de la información y la documentación en las organizaciones, s.f.: 8). Dichas organizaciones, demandaron cada vez más una formación sólida, donde pudieron complementar el conocimiento conceptual y las habilidades de orientación estratégica, instrumental y social (Ponjuán, 2004: 204). En la década de 1990, aparecieron nuevas herramientas de gestión, a fin de proyectar en las organizaciones fiabilidad, capacidad de respuesta, seguridad y empatía: las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Éstas surgieron por la incorporación de nuevos cambios y avances tecnológicos que se iban produciendo; la aparición y desarrollo de computadores y redes telefónicas y la perspectiva de redes globales.

A partir del año 2000, se hicieron comunes, en torno a los grandes ordenadores centrales o mainframes, el uso de downsizing o upsizing para racionalizar costos, la utilización de sistemas más pequeños, la arquitectura descentralizada pero integrada y la confluencia de aplicaciones aisladas. Posteriormente apareció el concepto de rightsizing para el uso adecuado en cada tarea; esto es, ajustar la plataforma a la necesidad, lo que le proporciona beneficios tales como reducir costos de operación para las aplicaciones distribuidas, integración de datos de una aplicación host o minicomputadores, interfaz gráfico mucho más amigable que ayuda a reducir tiempo de entrenamiento, mayor control del usuario ya que podrá manipular los datos utilizando herramientas de soporte a la decisión (office) sin necesidad de pedir ayuda de los diseñadores o el personal de soporte y más velocidad en el desarrollo de equipos lógicos. Seguidamente, emergieron nuevos conceptos como middleware y outsourcing. El primero facilita la conexión entre sí de una variedad de productos procedentes de diferentes proveedores. El segundo delega a una entidad aquellas actividades de desarrollo e implementación de sistemas que no son el objeto central de la organización (Rodríguez y Daureo, 2003: 17-22). Hoy se está en boga el uso del concepto de cloud computer (Curto y Conesa, 2010: 207-209), orientado a ofrecer servicios por internet a las organizaciones con el propósito de reducir costo. Este tipo de servicio se ha generalizado entre los principales fabricantes, como Google, Amazon, Microsoft, etc. El portafolio de servicios disponibles allí contiene: correos, editor de textos, calendarios, almacenamientos, entre otros. Cloud computer ostenta varias capas o modelos de despliegue de software, como Software as a Service (SaaS), Platform as a Service (PaaS) e Infraestructure as a Service (IaaS).

En el siglo XXI, el progreso se está basando en el conocimiento. Las economías, se basan en los conocimientos, que además, implican globalidad e interdependencia. Las innovaciones son los componentes estratégicos (Aparicio, 2009: 3).

Definición[editar]

Se considera como un conjunto integrado y flexible de conocimientos y técnicas utilizadas para aumentar la productividad del trabajo intelectual o físico mediante un adecuado análisis de las necesidades de información de la organización. En otras palabras, es la optimización de funciones al suplir adecuadamente las necesidades de la información (Chaín, 2000: 16-17).

Evolución[editar]

La GIO, en su evolución desde hace cien años aproximadamente, ha mostrado un progreso hacia la búsqueda de la eficiencia en la transformación integral de las organizaciones; es así que se ha pautado históricamente en cinco etapas, a saber (Chain, 2000: 26-28):

Gestión manual[editar]

Se pudo estructurar en tres categorías (Ogalla, 2005: 150):

Categoría primera[editar]

Eran los documentos de carácter general, de origen interno o externo, que debían tenerse en cuenta por toda la organización, los cuales tuvieron presente, por un lado, el establecimiento de competencias y requisitos estratégicos, con relación a grupos de interés, como contratos con suministradores, acuerdos de condiciones de trabajo, asignación de objetivos, planificación estratégica, planes económicos y financieros, leyes y normas, etc. Por otro lado, la descripción del propio sistema de gestión como tal.

Categoría segunda[editar]

Eran los documentos que establecieron competencias departamentales o interdepartamentales, tales como procesos de negocio y procedimientos generales.

Categoría tercera[editar]

Eran documentos de origen interno o externo que establecieron competencias propias de los puestos de trabajo o facilitaron tareas o el registro y control de actividades, como procedimientos específicos, instrucciones técnicas, manuales de uso, etc.

Gestión de la tecnología[editar]

Apuntaron más a la generación de productos o servicios en sectores de alta tecnología que en la parte informativa.

Se definió como el conjunto de actividades y decisiones organizacionales relacionadas con la variable tecnológica dentro de una visión sistémica y holística de la organización, con el fin de que fuera competitivo en un marco global. Se entendió por visión sistémica aquella en la que sus elementos constitutivos estuvieron relacionados entre sí y estos con su entorno. En esta definición, los elementos fundamentales que tuvieron presente fueron (Rodríguez y Cordero, 2002: 28-30):

  • Recursos. Internos y externos a la organización que son interdependientes; estos son: gente, propiedad intelectual, características organizacionales, tecnología, usuarios, proveedores, plantas y equipos, finanzas, etc.
  • Infraestructura. Elementos de la unidad de negocios de la infraestructura; son igualmente importantes y determinan la viabilidad de los recursos. La infraestructura como tal desempeña un papel importante en el comportamiento de la organización. Estos son: misión, objetivos, estrategias, estructura organizacional, principios guía, políticas y prácticas, actitudes administrativas, experiencia gerencial, apoyo a la innovación, aceptación del riesgo y comunicación.
  • Actividades. Los recursos y la infraestructura se aplican a alguna clase de actividad y se pueden clasificar de muchas formas. Cada una de esas actividades será impactada de una forma diferente por los recursos y la infraestructura. Las actividades son: negocios, gerencia, sistemas, proyectos, divisiones funcionales, grupos, individuos, etc.

Se entendió por visión holística la creatividad e innovación del talento humano en todos los niveles y en todas las tareas asignadas. En esta visión se incluyeron los siguientes elementos:

  • La génesis del productor. Provee la creatividad y la innovación para nuevos productos. Incluye I&D, diseño y manufactura.
  • Distribución. Incluye el mercado, las ventas, la distribución y el servicio al usuario. Representa aquella actividad que es requerida para interactuar con la función de la génesis del producto, ponerse de acuerdo con su conjunto, definir el mercado, encontrar los usuarios, negociar las ventas, proveer al cliente, suministrar nuevas ideas y atraer nuevos usuarios.
  • Administración. Tiene su propio conjunto de tecnologías incorporadas. Éstas son: recursos humanos, finanzas, información, normas legales, relaciones públicas, compras, administración general.
  • Influencia de apoyo. Son organizaciones de productos y servicios que sirven de proveedores a la organización. De ellas forman parte los usuarios a los que va dirigido el producto, pues ellos, a la vez, influyen en éste.

Gestión de los recursos corporativos[editar]

Está centrada en buscar rendimiento costo-efectividad; sirve de gran ayuda a la alta gerencia y representa un decidido apoyo a los objetivos de la organización.

Para medir el rendimiento de costo-efectividad de una organización, se deben tener en cuenta tres enfoques (Jones, 2008: 14-18):

  • Control. Consiste en tener el control del ambiente externo y poseer la capacidad de atraer recursos y usuarios. Para medirlo se utilizan los indicadores de precio de las acciones, la rentabilidad y el retorno sobre la inversión, los cuales comparan el desempeño de la organización con el de otras organizaciones, para percibir y responder a los cambios o para iniciar el cambio de oportunidades.
  • Innovación. Significa desarrollar las habilidades y capacidades de una organización para que ésta pueda descubrir nuevos productos y procesos. Las medidas de capacidad de una organización para la innovación incluyen la cantidad de tiempo que necesita para tomar una decisión, poner nuevos productos en el mercado y coordinar las actividades de las diferentes áreas de la organización.
  • Eficiencia. Consiste en incrementar instalaciones de producción modernas al utilizar nuevas tecnologías de información que puedan elaborar y distribuir los productos de la organización de forma oportuna y rentable. La eficiencia se mide en términos de productividad en todas las etapas del proceso; para ello se utilizan indicadores como la cantidad de productos defectuosos o de material desperdiciado.

Inteligencia y análisis de la competencia[editar]

Está orientada a la consecución de la ventaja competitiva en los negocios y en las estrategias organizacionales. Para ser competitivo es pertinente que las organizaciones logren sistemáticamente información sobre su entorno, y para realizar esta labor, es necesario considerar las posibilidades ofrecidas por las comunidades virtuales para fines de inteligencia competitivas, que son éstas (Carvalho, diciembre 2007-junio 2008, Vol. 3: 25-31):

  • Relación con los usuarios. Mantener la información sobre las nuevas prácticas realizadas en las comunidades virtuales, ya que pueden ofrecer ideas de cómo mejorar la eficacia de la comunicación en otros ámbitos. Además, se podrán obtener evaluaciones sobre productos y servicios desde la percepción de los clientes y saber el porqué; esto puede ser útil para la detección de oportunidades y nichos de mercado. También permite realizar prácticas de marketing relacional mediante el intercambio de mensajes con otros usuarios.
  • Análisis de la competencia. Consiste en conseguir y mantener un espacio en el mercado, así como conocer bien la competencia. Para analizar la competencia, es pertinente utilizar dos técnicas: la primera, obtener información constante de la competencia y, la segunda, efectuar investigaciones de popularidad.
  • Gestión de recursos humanos. Apunta a conocer opiniones, intereses, actividades y relaciones de los empleados, para evitar así la fuga de información organizacional a la competencia.

Gestión de la información estratégica o gestión estratégica de la información[editar]

Está centrada, esencialmente, en la estrategia corporativa y en la alta gerencia; enfatiza sobre la calidad de las decisiones y el uso de la información para conseguir todos los cambios en las organizaciones.

Consiste, básicamente, en aplicar métodos analíticos que permitan describir las relaciones entre los datos, de forma que ayuden a mejorar las decisiones organizacionales. Los métodos que permiten vincular los datos con modelos cuantitativos útiles se conocen con el nombre de Data Mining (DM). El DM se integra dentro del modelo de Data Warehouse (DW) o almacenamiento electrónico de datos, que consiste en mejorar la calidad de las decisiones que se toman en la organización, lo que ayuda a depurar y transformar los datos en bruto que suministran diferentes fuentes internas o externas y con diversos formatos. El objetivo fundamental está en estructurarlo de modo que el usuario final pueda utilizar lo que realmente le interese y genere valor (Arjona, 1999: 35-38).

La idea de DM que se integra dentro del modelo de DW implica la realización de los siguientes pasos:


Figura. Aspectos generales del Data Mining.
Fuente: Adaptado por Ávila (2011) con base en Arjona (1999). Principios y aplicaciones de la gestión del rendimiento, pp. 36-38.


Propósito de la GIO[editar]

Ha surgido una serie de disciplinas que con el tiempo han creado varias tendencias y han desarrollado distintos aspectos sobre la GIO, tales como las siguientes (Chain, 2000: 28-36):

Inteligencia social (IS)[editar]

Se ha desarrollado en el campo de la educación y la psicología, en las que se estudia la habilidad para manejar efectivamente las relaciones y los cambios sociales.

Los ingredientes fundamentales de la IS se agrupan en dos grandes categorías (Goleman, 2006: 118-121):

  • La conciencia social. Se refiere a lo que sentimos sobre los demás. Se relaciona con el espectro de la conciencia interpersonal, que abarca desde la capacidad de experimentar el estado interior de otra persona hasta llegar a comprender sus sentimientos y pensamientos e incluso situaciones socialmente más complejas. La conciencia social está compuesta por empatía, que es interpretar adecuadamente las señales emocionales no verbales; Sintonía, conectarse con los demás; exactitud empática, comprender los pensamientos e intenciones de los demás; cognición social, entender el funcionamiento del mundo social.
  • Actitud social. Apunta a lo que hacemos con esa conciencia. El simple hecho de experimentar el modo como se siente otra persona, o de saber lo que piensa o pretende, no es más que el primer paso, porque lo cierto es que no basta con ello para garantizar una interacción provechosa. La aptitud social se fundamenta en la conciencia social, que facilita interacciones sencillas y eficaces. El espectro de aptitudes sociales incluye: sincronía, que consiste en relacionar fácilmente a un estado no verbal; presentación de uno mismo, saber presentarnos a los demás; influencia, dar forma adecuada a las interacciones sociales; interés por los demás, interesarse por las necesidades de los otros y actuar en consecuencia.

La inteligencia social (IS) o social intelligence puede ser, en el futuro, una especialización de la GIO, destinada a aplicar las técnicas de ésta al servicio de los ciudadanos. Es un estándar muy contagiado de la necesidad y el derecho de la sociedad a la información y al conocimiento, que tiene entre sus objetivos lograr bienestar y una mayor calidad de vida gracias a un correcto aprovechamiento y óptima gestión de datos, información y conocimiento público. Se podría pensar, en cierto sentido, como un intento de desbucratización gracias a la gestión de la información y del conocimiento, para devolver a la administración pública sus objetivos originales.

Gestión de calidad[editar]

Se define como el modo en que la alta gerencia planifica el futuro, implanta los programas y controla los resultados de la función de calidad con miras a su mejora permanente. Así pues, mediante la gestión de calidad, la alta gerencia participa en la definición, análisis y garantía de los productos y servicios ofrecidos por la organización, al intervenir y hacer que se realicen los siguientes tipos de actuaciones: primero, definir los objetivos de calidad, aunando para ello los intereses de la organización con las necesidades de los usuarios; segundo, conseguir que los productos o servicios sean acordes con dichos objetivos, al facilitar todos los medios necesarios para lograrlo; tercero, evaluar y vigilar que se alcance la calidad deseada, y, cuarto, mejorar continuamente de acuerdo con la exigencia del mercado (Udaondo, s. f.).

La tendencia de la gestión de calidad está en que la GIO se inclina hacia dos nuevos campos de desarrollo:

  • Gestión de la calidad como objetivo estratégico. Encaja como el concepto que ha venido evolucionando, de ser simplemente una técnica de resolución de problemas hasta convertirse en una nueva forma de entender las organizaciones, donde los objetivos no figuran separados de los objetivos de la institución. Nigel Butterwick define la gestión de calidad –Total Quality Management– como un enfoque por el que toda la organización persigue la mejora sistemática y continua en sus productos y servicios, con el fin de conseguir la satisfacción de las expectativas y necesidades de los clientes (internos, externos), mediante la involucración y participación de todos sus componentes en el desarrollo de productos libres de defectos.
  • Inteligencia organizacional como calidad a la productividad. Cada vez más, el futuro de una organización depende de su conocimiento: patentes, procesos, capacidad de gestión, tecnologías, información sobre clientes y proveedores y experiencia tradicional. La suma de todo esto constituye el capital intelectual; es decir, se trata de la suma de todo lo que sabe cada uno de los empleados de una organización es lo que al final le da ventaja en el mercado sobre la competencia. Bill Gates puntualiza que sólo las organizaciones capaces de utilizar la inteligencia empresarial pueden triunfar en un mundo cada vez más dinámico y globalizado como el actual y que el uso y manejo de la información será el factor que determine si la empresa gana o pierde.

Organización del conocimiento (OC). Tendencia globalizadora[editar]

El término OC se define como el campo de estudio en el que se enmarcan las técnicas para organizar documentos, conceptos y relaciones de los mismos; en otras palabras, la OC se relaciona directamente con la ciencia de la biblioteca de la información, donde tiene que ver con actividades de descripción de documentos indexados, clasificación de la información, base de datos, archivos, visualización de la información y adquisición de conocimiento, entre otros (Organización del conocimiento, 2011; Sánchez, 2009).

La publicación líder en este campo es la knowledge organization, divulgada por la International Society for Knowledge Organization (ISKO) o Sociedad Internacional para la Organización del Conocimiento (SIOC). Fue dada a conocer en el Noveno congreso de nuevas perspectivas para la difusión y organización del conocimiento, en Valencia, España, entre el 11 y el 13 de marzo de 2009. Allí, Rosalba Medina Rivera y Benjamín Alva Fuentes presentaron el trabajo sobre los sistemas de información como medio de acceso al conocimiento, en el que opinaron que la generación de nuevos conocimientos constituye el bienestar y resuelve dificultades en la sociedad. La OC está asentada en la generación, transferencia y aplicación correcta del conocimiento con el fin de producir bienestar económico y social. Hoy en día, la economía mundial está basada en el conocimiento, el cual se ha convertido en el factor que determina el nivel de vida de la sociedad.

También expresaron que en la nueva economía planetaria sólo pueden competir aquellas organizaciones que aprenden y que son capaces de adaptarse a las transformaciones de la estructura productiva global mediante el empleo del conocimiento en los sectores terciario, cuaternario y quinario; es decir, la globalización le exige a la sociedad moderna que responda a las exigencias del entorno con el aumento de la productividad basada en la innovación.

Igualmente, los autores citados dicen que la economía del conocimiento de hoy en día se debe basar en la innovación tecnológica, pues la producción de bienes o servicios se establece en la ciencia y en la tecnología. La sociedad moderna o sociedad del conocimiento se puede definir, por un lado, como la exigencia de industrias que invierten recursos en la producción, el uso y la adaptación de nuevos conocimientos e investigaciones a fin de que sean distribuidas en beneficio de las personas y de la comunidad; por otro lado, la sociedad del conocimiento incorpora el uso efectivo de conocimientos técnicos, políticos y sociales.

De la misma manera, visualizan que, en el siglo XXI, debe existir un gran crecimiento de nuevas tecnologías en la producción del conocimiento y en la creación de redes mundiales, como es el caso de la internet como plataforma digital, que sirve de apoyo a los procesos productivos. Dichas plataformas digitales son herramientas básicas para el proceso de transformación del conocimiento tácito en conocimiento explícito y para el intercambio de conocimiento. Se entiende conocimiento tácito como el conocimiento que tienen las personas miembros de la organización y que lo emplean para efectuar su trabajo y darles sentido a sus espacios. Éste se adquiere a lo largo de la vida mediante experiencias, tareas y juicios intuitivos acerca de formas de hacer las cosas. El conocimiento explícito es aquel que se ha expresado mediante un sistema de símbolos y que puede comunicarse o difundirse. Puede estar basado en objetos o reglas (herramientas, modelos, formulas, etc.).

El intercambio de conocimiento consiste en que los miembros de la organización son expuestos a nuevas ideas, expanden sus conocimientos y comienzan a saber, conocer y comprender formas diferentes a fin de crear resultados novedosos que desean (Ponjuán, 2004: 150, 158, 159).

Puntualizan, además, que las nuevas tecnologías se han ido orientando hacia el uso de nuevos instrumentos que tengan un mayor impacto en la generación de conocimiento; por ejemplo, las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) facilitan la aceleración del ritmo de los avances técnicos, la modernización y el ajuste estructural de la economía, ya que éstas, en gran medida, estimulan la competitividad.

Por otra parte, deducen que, desde el punto de vista del trasfondo internacional, el desarrollo y la implementación de avances tecnológicos e informáticos han permitido articular y consolidar datos en distintos formatos, de manera ágil y eficiente. Esto se logra con el uso de las TIC, que son los sistemas de información que se han venido perfeccionando a tal punto que se han ubicado como herramientas para proveer información a grandes y diferentes sectores (terciarios, cuaternarios y quinarios), así como la vinculación en la toma de decisiones.

Ellos afirman que, en la actualidad, la información y la tecnología de la información forman parte de los cinco recursos con los que la alta gerencia crea o modela una organización, junto con el personal, el dinero, el material y la maquinaria. Desde el punto de vista organizacional, cuenta con los siguientes subsistemas (Medina y Alva, 2009):

  • Subsistema de procesamiento de transacciones (TPS). Es el que gestiona la información referente a las transacciones producidas en una organización. Normalmente es interactivo, donde los usuarios realizan peticiones de servicios de forma asincrónica. Se tiene como ejemplo, el sistema bancario, que les permite a los clientes consultar sus cuentas y extraer dinero de un cajero electrónico en línea (Sommerville, 2005: 276-280).
  • Subsistema de información gerencial (MIS). Se concentra en proporcionar información a la alta gerencia. El objetivo del MIS es elegir, de diversas alternativas factibles, la mejor, para solucionar problemas en una organización y alcanzar las metas y objetivos preestablecidos (Perdomo, 2004: 14).
  • Subsistema de soporte a decisiones (DSS). Hace referencia a aquella herramienta utilizada para el análisis de las diferentes variables de la organización, con la finalidad de apoyar el proceso de toma de decisiones.
  • Subsistema de información ejecutiva (EIS). Es una herramienta orientada a usuarios de nivel gerencial, que proporciona soporte en la tarea de obtener información sobre la organización, sus procesos de trabajo y sus interacciones con el entorno externo. El EIS ayuda a conseguir un panorama completo del estado de los factores críticos de éxito de la organización y realizar un análisis detallado de aquellos factores que no están permitiendo cumplir con las expectativas estratégicas establecidas, de forma tal que pueda establecerse un plan de acción correctivo (Areitio y Areitio, 2009: 38-39).
  • Subsistema de automatización de oficinas (OAS). Se trata de una amplia variedad de aplicaciones destinadas a ayudar en el trabajo diario de la parte administrativa de la organización: videoconferencias, correo de voz, correo electrónico, calendarización electrónica, transmisión por facsímil, autoedición, etc. (McLeod Jr, 2000: 17).
  • Subsistema experto (SE). Apunta a simular el comportamiento de un experto en un dominio concreto en tiempo real. Esta simulación requiere de tecnología especializada para producir respuestas convencionales.

Conclusiones[editar]

Como cierre del presente artículo, se pueden deducir dos aspectos importantes: el primero, que es innegable la presencia que se le ha dado a la GIO a lo largo de la historia con el único propósito de apuntar hacia el desarrollo económico, como un bien público; segundo, que la información se encuentra a lo largo y ancho de las organizaciones y sociedades del mundo planetario, puesto que la tendencia de hoy en día está insertada en la economía globalizada, donde ya no existen barreras ni límites para transferir conocimientos y maquinarias.

Referencia bibliográfica[editar]

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Cibergrafía[editar]

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[18] Organización del conocimiento (2011). Wikipedia, la enciclopedia libre. Consultado el 5 de mayo de 2011 en http://es.wikipedia.org/w/index.php?title= Organizaci%C3%B3n_del_conocimiento&oldid=43941604).
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