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Ciberadicción (Redirigido desde «Ciberadiccion») La ciberadicción o trastorno de adicción a Internet (IAD) refiere al uso problemático y/o patológico del Internet, considerándose como indicadores el uso excesivo del ordenador, la interferencia con la vida diaria y la no civilización de personas en la vida real.

El término adicción a INTERNET ha ido ganando seguidores en función de determinados fenómenos clínicos que comenzaron a observarse con respecto a los usos de la red.


A considerar previamente[editar]

El concepto de ciber adicción no refiere a un concepto científico, sinó que gana espacio a partir del uso continuado de medios tecnológicos, fundamentalmente entre los años 60’ y los 90’, décadas en las que se produjeron importantes cambios. Internet Addiction Disorder fue el primer término propuesto por el Dr. Ivan Goldberg (1995) para referirse al uso compulsivo, patológico de Internet (King, 1996) [cita requerida] el cual puede decirse que es mas bien de uso sociológico y no psicopatológico.

Cambios sociales y tecnológicos[editar]

Las consideraciones en torno al uso abusivo de la informática (presunta adicción) necesariamente está vinculada a los cambios tecnológicos en el mundo de la computación orientados a la universalización de su uso y el cambio del uso de las mismas del espacio laboral al espacio doméstico.

En los años 60’ la aparición de las computadoras implicó un procesamiento mecanizado; el ordenador actuaba como un continuo en el que el usuario no podía influir hasta que la máquina concluyese su tarea. A medida que pasaron los años, las computadores empezaron a aparecer en los hogares del mundo, en lo que se denomino historia de las computadoras personales.

Su universalización y accesibilidad constituyen no sólo una revolución desde el punto de vista tecnológico, sino también un asunto que cambia mentalidades y plantea nuevos retos al desarrollo individual y social, cambiando las formas de acceso y producción de conocimientos.

A través del cambio de las interfases, propio de las últimas décadas, y por ende de una mayor opacidad en la interacción hombre-computadora, las personas han podido comenzar a jugar a la deconstrucción y reconstrucción de sus personalidades en pantalla, introduciendo la dinámica tecnológica de este instrumento en la vida psicosocial de los sujetos contemporáneos. Tales son las afirmaciones de Sherry Turkle (1995), psicoanalista, y profesora de MIT (Massachusets Institute of Technology), quien a través de diversos estudios ha marcado un hito en el analisis de las dinámicas ciberespaciales. Continuando su línea de trabajo anterior (Turkle, 1984[1]​) de concebir a la computadora como un "segundo self", ha ido más allá esta vez, sugiriendo que a través de las computadoras; ésta se define como un objeto "para pensar con", un "objeto evocativo"; nos encontramos con la posibilidad de deconstrucción del self y de generar cambios en nuestra manera de concebir la vida, la sexualidad, lo animado e inanimado.

Tal como señala Roberto Balaguer[2]​ "La cultura del siglo XXI esta cada vez más influenciada por los aconteceres en el espacio psicosocial de internet, el espacio real está siendo suplantado por uno virtual de hipercomunicación. El universo de los bytes es un fenómeno que crea nuevos entornos, nuevos barrios digitales"

Debate a cerca de su existencia como adicción[editar]

Dice Giddens :"Una vez que la reflexividad institucional llegue a empapar virtualmente todas las partes de la vida social de cada día, casi cada modelo, patrón o hábito, puede convertirse en una adicción. La idea de adicción tiene poco sentido en una cultura tradicional, donde es normal hacer hoy lo mismo que se hizo ayer." (íbid.:76). En esta sociedad entonces "destradicionalizada" tratamos ahora no con la cocaína, o la marihuana, o el LSD, sino con la adicción a Internet.

Baudrillard (1995), uno de los mayores enemigos de la digitalidad, ha dicho en una entrevista que prefiere la máquina de escribir a la CMCCuidado 2, ya que gusta de tomar distancia de la pantalla, para poder ver lo que escribe y evitar entonces el "meterse dentro de la pantalla" [3]

Existe una teoría[4]​ que postula la inexistencia de la llamada "Ciberadicción" en base a dos elementos fundamentales:

  1. El término "adicción a Internet" fue originalmente una broma de correo electrónico.[4]
  2. La adicción a Internet no figura en el DSM IV, el manual más utilizado para el diagnóstico de desórdenes mentales, editado por la Asociación Americana de Psiquiatría, y tampoco ha sido aceptada por la Asociación Americana de Psicología. Los defensores de su existencia se escudan en que la red Internet es aún muy nueva y por eso no ha sido aún aceptada la existencia de esta adicción por las principales asociaciones profesionales. Actualmente se encuentra en debate[5]​ su inclusión o no en el DSM V (cuya edición se prevé para mayo del 2013).

Balaguer [6]​planteará que "La adicción es al aspecto facilitador de la www no a la pc,es adicción al acceso,a la comunicación, a la navegación y sus posibilidades de búsqueda de información, el e-mail o correo electrónico ha facilitado la comunicación a distancia así que podríamos decir que la computadora no es tanto un fin en si misma sino que se ha transformado en medio de acceso a la comunicación con otros en el ciberespacio". Así la ciberadiccion comprende su dimensión social,entonces hipotéticamente si existiría la adicción a Internet. Las técnicas virtuales permiten transportarnos a múltiples lugares o situaciones simuladas, experimentar dentro de ellas, desplazarnos en un mundo simulado. Es decir, no solamente se trata de evitar la distancia,de acortarla, sino de introducirse en los detalles, en la imagen virtual. Este es un claro ejemplo de la existencia de dicha adicción, cuando llega a interrumpir la cotidianidad del otro,cuando se deja de hacer otras actividades(reuniones,salidas,trabajo,dormir,etc) por el uso intensivo de la computadora para comunicarse vía internet,incluso dejando de socializar cara a cara para remplazarlo por el contacto virtual.Cuan saludable puede esto ser? otro claro ejemplo de la existencia de la ciberadicción.

Fuera de aspectos abusivos, es observable que la afición de una persona su hobby informático, en el que invierte cierto tiempo, genera la posibilidad de aprender, fomentar la creatividad y comunicarse. La dificultad se sitúa en el punto en que debe trazarse la línea entre un uso intenso de la tecnología y la aparición de las consecuencias derivadas directamente de la actividad.

Tal como lo expresa Balaguer,el término adicción ha sido utilizado en el DSM-IV(APA 1994) para referirse a las adicciones a sustancias psicoactivas(ejemplo: cocaína,marihuana,etc),pero en este caso de la ciberadicción estamos hablando de una droga no tóxica,legal, a diferencia de las anteriormente mencionadas.Es psicológica y no física, la dependencia es también de carácter psicológico y los fenómenos de tolerancia a la droga serían los tiempos de conexión en aumento a medida que se instala la adicción.

Mark Griffiths (Psicólogo, Universidad de Plymouth) considera que las nuevas tecnologías son en sí adictivas, presentando patrones comportamentales similares a los del juego patológico o la bulimia. No obstante debemos considerar las actitudes de este autor sobre las nuevas tecnologías desde la perspectiva del familiar de un jugador patológico de maquinas recreativas, que ha publicado algunos trabajos condenando el juego con videojuegos con argumentos de escasa entidad.

Diagnóstico[editar]

Cuidado 1

Abstinencia
, manifestada por las siguientes características.
Síndrome de abstinencia; Reducción o cesado del tiempo de conexión
cuando se han dado períodos de tiempo prolongados de uso intenso.

Dos o más de los siguientes síntomas aparecen después de unos días y hasta un mes después de haberse producido el punto anterior.

  • Agitación psicomotriz.
  • Ansiedad.
  • Pensamientos recurrentes acerca de lo que estará ocurriendo en Internet.
  • Fantasías o sueños acerca de Internet.
  • Movimientos voluntarios o involuntarios similares a los que se efectúan sobre un teclado.

Los anteriores síntomas producen malestar o deterioran las áreas social, ocupacional o cualquier otra área vital. El uso de Internet o de otro servicio on-line es preciso para aliviar o suprimir los síntomas abstinenciales. Se accede a Internet mas a menudo o durante períodos de tiempo mas prolongados de los que se había planeado. Existen propósitos persistentes e infructuosos de suprimir o controlar el acceso a la Red. Se invierte una cantidad de tiempo notable en actividades relacionadas con Internet, (adquisición de libros, pruebas de nuevos browsers, organización del material descargado, etc.). Las actividades sociales, profesionales o de recreo disminuyen o desaparecen a causa del uso de Internet. Se permanece conectado a pesar de saber que ello supone un problema persistente y recurrente de tipo físico, social, laboral o psicológico (privación de sueño, conflictos matrimoniales, negligencia laboral, sentimientos de abandonar a los seres queridos...). Aún no existe un perfil bien definido del adicto a Internet. En general, se trata de sujetos jóvenes, preferentemente varones, con un elevado nivel educativo y cultural habilidosos en el uso de la tecnología informática. Se especula con la existencia de un subgrupo de usuarios caracterizado por la timidez, que encuentra en el ciberespacio la posibilidad de liberarse de la ansiedad producida por las relaciones sociales cara a cara, ganando en autoconfianza, dado el relativo anonimato que proporciona Internet.

Tratamiento[editar]

El primer paso es el reconocimiento por parte del afectado que se está <<enganchado>> y estar verdaderamente motivado para dejar el hábito. Podemos cuestionarnos si lo que se pretende es una abstinencia completa o bien un uso adaptativo de los servicios de Internet. Algunos signos de alerta son; la comprobación compulsiva del correo electrónico y la inversión de mucho tiempo y dinero en servicios on line. Internet también ofrece grandes facilidades para la comunicación, que pueden captar los escasos recursos de aquellas personas menos dotadas para esta actividad. Resulta llamativo el gran número de personas que colocan sus anuncios pidiendo establecer relación vía email con cualquier persona. ¿No ocultarán estos anuncios importantes dificultades para relacionarse en la vida real?, ¿No podrá tratarse de personas con autoconceptos devaluados, que pueden empezar de nuevo en el ciberespacio? La mayor parte de personas que buscan ayuda por su elevado uso de los recursos de la red lo hacen por indicación de sus jefes (recordemos que el derecho al anonimato no incluye las comunicaciones cuando se realizan desde el puesto de trabajo, por ello es posible monitorizar el tiempo de conexión y la naturaleza de los lugares visitados). Las personas que podemos sospechar que tienen problemas con Internet no se conforman con revisar si tienen correo electrónico, una o dos veces al día, o bien navegar durante una o dos horas como hacen la mayor parte de usuarios. Se conectan cada vez que pasan cerca de su ordenador, revisan su email de 20 a 30 veces al día y pueden permanecer conectados a la red durante más de ocho horas al día. El mejor tratamiento debería ser la prevención de este tipo de problemas. En los grandes sistemas corporativos o universitarios no resulta difícil establecer mecanismos del tiempo de conexión de los diferentes usuarios, por lo que se considera factible realizar intervenciones precoces ante aquellos usuarios que realizan las conexiones más largas y frecuentes. No obstante deberá establecerse claramente en que condiciones se produce la conexión y las necesidades reales del usuario, por lo que recomendamos una actitud de exquisita prudencia. En el medio personal y familiar debe confiarse en la propia sensatez de los usuarios, sin embargo pueden ser de ayuda los programas que monitorizan la conexión y que permiten programar alarmas cada cierto tiempo. También resultaría de gran interés un programa que se dedicara a controlar la duración de las sesiones, informando periódicamente al usuario y que, eventualmente, pudiera incluso interrumpir la conexión. Los sujetos más proclives a sufrir problemas de este tipo son, una vez más, aquellos que ya presentan déficits específicos en sus habilidades de relación y comunicación. Por este motivo no debemos perder de vista el hecho de que muchos hipotéticos adictos no lo son más que de forma sintomática ya que su conducta en la Red rápidamente se normalizaría en el caso de mejorar las dificultades que parece estar soslayando el ciberespacio. De este modo, los adictos al IRC o al email, pueden mejorar súbitamente en el momento en que sus necesidades de comunicación en la vida real aumenten o bien cedan las circunstancias que las restringen. Esto suele ocurrir con frecuencia en personas autistas o con síndrome de Asperger. Los problemas con Internet aparecerán en el momento en el que sus usuarios deben sacrificar actividades rutinarias (estudios, relaciones sociales, actividades laborales) para permanecer conectados o bien robar horas al sueño. A partir de ahí sus calificaciones escolares o rendimiento laboral disminuyen, muchas veces están demasiado cansados para acudir a sus obligaciones diurnas o bien para realizar sus deberes después de haber invertido parte de la noche en la Red. Algunos sujetos no se conforman con reducir el número de horas de sueño o de actividades, sino que llegan a eliminar comidas. Existen dos factores que justifican el hecho de que los adictos no puedan permanecer sin conectarse: El entretenimiento. La comunicación.'' Internet ofrece una inagotable fuente de entretenimiento, ya sea en el sentido más estricto del término, o bien satisfaciendo la curiosidad de sus usuarios. Sin embargo ello no es suficiente para mantener conectada a una persona durante prolongados períodos de tiempo. La mayor parte reconoce como escribiendo o tecleando se expresan mucho mejor que con la comunicación persona a persona, a ello hay que añadir la ventaja de poder crear un personaje a la propia medida y convertirse en el yo ideal de uno mismo.

Notas y referencias[editar]

  1. Turkle, Sherry (1984). The Second Self. Mit Pr. 
  2. Balaguer, Roberto (2003). Internet: un nuevo espacio psicosocial. Trilce. p. 192. 
  3. Balaguer Prestes, Roberto (2001). «La adicción a internet». Adicciones. cuadernos de la Coordiandora de Psicólogos. Consultado el 5 de diciembre de 2012. 
  4. a b Helena Matute (ed.). «La adicción a Internet no existe». La adicción a Internet no existe. 
  5. «La inclusión de la ciberadicción en el DSM V a debate». La inclusión de la ciberadicción en el DSM V a debate. 
  6. Balaguer Prestes, Roberto (2001). «La adicción a Internet». La adicción a Internet.