Usuario:Creosota/taller/Lectura de incendios

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La lectura de incendios es la disciplina que, a través de la interpretación de los signos visibles del incendio, permiten deducir su dinámica, condiciones y prever su posible evolución, como base para la toma de decisiones para abordar estos siniestros.

Esta disciplina está condicionada por la urgencia de la situación, la confusión y la dificultad para disponer de información fidedigna, así como la propia dificultad técnica de las valoraciones y decisiones a tomar. Partiendo de que la valoración de un siniestro debe ser tan dinámica como requiera el escenario del incendio, se pueden distinguir varias fases en la valoración:

  • Valoración inicial.
  • Valoración perimetral 360º.
  • Valoración interior.
  • Valoración continua, revaluar.
  • Valoración final.

La evolución del conocimiento sobre dinámica de incendios a permitido un avance significativo en la caracterización de los parámetros que permiten valorar el incendio. El método más ampliamente aceptado fue propuesto por el oficial de bomberos australiano Shan Raffel y se resume en el acrónimo inglés B-SAHF cuya pronunciación “be safe” (en castellano “manténgase seguro”), resulta una forma nemotécnica.[1]​ En el año 2008, Peter McBride amplió el contexto de observación incluyendo los factores ambientales (Environmental Factors) como son el viento, la humedad, las temperaturas extremas, etc, para generar el acrónimo Be-SAHF.[2]

B Building (edificio) ¿Qué información adicional te gustaría tener? ¿Cómo podrías obtenerlo?
e Enviroment (entorno) Influencia de la meteorología sobre el incendio
S Smoke (humo) ¿En qué etapa (s) de desarrollo es probable que se encuentre el fuego (incipiente, crecimiento, estabilizado o decae)?
A Airtrack (flujo de gases) ¿En qué régimen de combustión está el fuego (ILC-ILV)?
H Heat (calor) ¿Qué condiciones esperas encontrar dentro de este edificio?
F Flame (llama) ¿Cómo esperaras que vaya el incendio en los próximos minutos?


Edificio[editar]

Lo primero será hacer una composición de espacio: a llegada a la escena de un incendio, la primera observación se refiere a las paredes exteriores, cuya longitud, ancho y altura total se pueden apreciar desde el exterior, haciendo un 360º, que no siempre es posible. El análisis exterior, puede proporcionar una idea de longitud de tendidos (garajes) y de la capacidad de extinción necesaria con respecto al volumen del edificio. La capacidad de extinción también debe estar directamente relacionada con la ventilación, la instaurada y la potencial en función del área de las aberturas accidentales.

Las fachadas exteriores ya están proporcionando una gran cantidad de información, en particular, las aberturas establecidas y las posibles, con respecto a los riesgos que se deben tenerse en cuenta en un incendio. Es importante determinar la presencia de tabiques integrados en el edificio, así como las dimensiones de las diferentes habitaciones, para ello es de vital importancia conocer la peculiaridad constructiva de nuestra zona la morfología urbana, pudiéndonos encontrar un edificio estándar o no, de tipo residencial, comercial, garaje o industrial. La evaluación de las dimensiones (m2) y volumen (m3) no debe limitarse a la habitación donde se encuentra el incendio. Las habitaciones contiguas también se deben tenerse en cuenta para poder predecir la propagación del humo y el fuego. Cada edificio y cada habitación que lo constituye tiene diferentes dimensiones, dependiendo del uso que se haga. Un edificio de oficinas tiene una configuración diferente que una nave, en ambos tipos de edificios, será necesario tener en cuenta los medios de prevención existentes.

Combustible[editar]

  • Cantidad de combustible, asociada siempre a la ventilación instaurada y la potencial.
  • Distribución de los combustibles.
  • Naturaleza de los combustibles.

Dentro de este último apartado debemos destacar que, en los últimos años, la cantidad y la inflamabilidad de combustible han generado un salto cualitativo en la virulencia y rapidez del desarrollo de los incendios. Así mismo, la capacidad de generar humos de este tipo de combustibles…

Hay cuatro categorías principales de combustibles sólido. Estos pueden estar hechos de materiales orgánicos (que contienen C, H, O y N), incluida la celulosa y varios tipos de polímeros, o de materiales inorgánicos (metales combustibles).

  1. Materiales celulósicos.
  2. Combustibles poliméricos.
  • Plásticos termo-endurecidos.
  • Termoplástico.
  • Elastómeros.
  • Muebles tapizados.
  • Metales combustibles.

Ver también: Influencia del combustible en la evolución de un incendio

Inflamabilidad de la estructura[editar]

cuando la estructura es inflamable, el incendio puede generalizarse o propagarse por la misma dificultando los planteamientos tácticos basados en el confinamiento del incendio o las técnicas de ventilación.

  • Las estructuras en madera pueden desembocar en incendios que afecten a la estructura, especialmente las de entramado ligero.
  • Las estructuras a base de pared de ladrillo y forjados de hormigón permiten que el incendio quede limitado al contenido.
  • Los materiales de obra de fábrica, absorben una gran cantidad de calor, hasta que se saturan por inercia térmica y emiten radiación al recinto. Ayudados por la cámara de aislamiento de las paredes, retendrán esa energía y seguirán irradiando calor una vez extinguido el incendio.
  • Estabilidad estructural: precisar la estabilidad de una construcción a priori es sumamente complicado. Sin embargo, es un indicador que determina el tiempo de intervención disponible. Uno de los parámetros claves para determinar esa disponibilidad de forma visual, es analizar el impacto de la llama, energética o no, sobre la estructura y su duración.
  • Las estructuras de acero permiten aguantar temperaturas medias-altas durante periodos prolongados, pero un pico de temperatura puede producir el colapso al reducir su límite elástico.

La protección frente al fuego de las estructuras metálicas[editar]

El acero es un gran conductor del calor, en consecuencia, la temperatura es prácticamente homogénea en toda la sección. En el caso del acero desnudo, éste sigue prácticamente la curva temperatura-tiempo de los gases. En la figura podemos observar el resultado de una simulación térmica: se constata la inexistencia de un gradiente de temperaturas importante sobre la sección, es decir, la temperatura es prácticamente uniforme (A). habitualmente, para evitar que el acero adquiera una temperatura elevada se utilizan unos materiales aislantes térmicos que retrasan considerablemente la aparición de las altas temperaturas. En la misma figura se puede observar la eficacia del sistema de protección en el caso de un mortero de vermiculita de 20 mm de espesor (B).

  • Las estructuras de hormigón armado aguantan bien picos de temperatura alta debido a su mayor inercia térmica. Sin embargo, exposiciones prolongadas provocan fisuras y fracturas que dejan expuesta la armadura de acero, lo que debilita la estructura.
  • Las estructuras de madera son inflamables y pueden aportar combustible al incendio. En principio, presentan una buena estabilidad estructural aún en llamas, solo con el tiempo, si el incendio genera una pérdida de sección, la estructura se debilita.

A menudo, las reglas basadas exclusivamente en el tipo de material pueden llevar a simplificaciones excesivas. Es necesario tener en consideración otros elementos como el sistema de equilibrio de la estructura (estático o hiperestático), los detalles de unión de la estructura, (muchas veces el punto más débil) y la existencia de elementos que permitan la dilatación.

Ocupación[editar]

La carga y el tipo de combustible en el interior de un edificio varía con el uso del mismo.

  • La carga de combustibles en recintos comerciales es superior a la de recintos residenciales.
  • Los edificios multivivienda o edificios dotacionales (colegios, hospitales, residencias,) dan lugar a configuraciones peculiares que afectan el desarrollo del incendio por lo que requieren planteamientos diferentes de control de la propagación y de aseguramiento de las vías de escape para los ocupantes.

Antigüedad[editar]

  • La antigüedad de la edificación ya ofrece una idea del tipo de estructura, el grado de compartimentación y la existencia de espacios diáfanos.
  • Los contenidos modernos, ricos en materiales sintéticos, desarrollan el incendio con mayor rapidez, alcanzan temperaturas superiores, mayor potencia de incendio y, sobre todo, una respuesta más agresiva a la ventilación. Hipervínculo: Influencia del combustible en la evolución de un incendio

Superficie[editar]

Es uno de los parámetros para establecer el caudal óptimo para el ataque a incendio. A su vez, la superficie del recinto está directamente ligada a su carga de combustible.

  • Las potencias de incendio habituales en edificación residencial varían entre los 450kW/m² y los 250kW/m², para recintos pequeños.

Compartimentación[editar]

  • Un mayor grado de compartimentación dificulta el desarrollo y propagación del incendio ya que favorece la intervención recinto a recinto y hace necesario un caudal de extinción menor.
  • En cambio, el espacio diáfano permite la propagación del incendio, el acceso a mayor cantidad de aire durante su fase de desarrollo y la acumulación de productos incompletos de la combustión.

Altura[editar]

  • Los edificios en altura presentan dificultades de acceso añadidas en el despliegue de tendidos y requieren tácticas de control de la propagación y dispersión de los gases.
  • Altura de techos: Una mayor altura implica un mayor volumen de aire para el desarrollo del incendio y la capacidad para albergar más cantidad de productos de la combustión, asociando su peligrosidad al mayor grosor del plano neutro, difícil de percibir por los equipos de progresión interior.

Nivel de aislamiento y estanqueidad[editar]

Mayor aislamiento térmico implica menor pérdida de temperatura. A igualdad de volumen de ventilación, un recinto bien aislado térmicamente presentará temperaturas superiores en incendio.

  • Las edificaciones con buena estanqueidad se comportan mejor en operaciones que impliquen el uso de ventilación VPP, ya que no se producen pérdidas de flujo.
  • La edificación moderna, propia de regiones más frías, en la actualidad también en zonas cálidas, tiene un alto grado de aislamiento térmico y estanqueidad con el exterior.

Aperturas de ventilación[editar]

Alimentan el incendio generando un flujo de gases que contribuye a aumentar la potencia del mismo.

  • Ventanales de gran tamaño y otras aperturas potenciales por las que el incendio pudiera recibir ventilación deben ser objeto de valoración.

Espacios ocultos[editar]

La existencia de espacios ocultos, así como construcciones laberínticas, dificulta el empleo de técnicas de ventilación VPP, ya que el control del flujo y el desplazamiento de los gases a la zona deseada no es posible.

  • Falsos techos, muchas veces corridos, permiten la acumulación de gases de incendio contribuyendo a la propagación del mismo o incluso a explosiones de humo que, por este motivo, es de suma importancia examinarlos, enfriarlos e inertizarlos desde el inicio de entrada al local.
  • Conductos de climatización suponen igualmente una vía de propagación para el incendio.

Véase también[editar]

Guía lectura de incendios

Referencias[editar]

  1. Raffel, Shan (7/11/2011). «The Art of “Reading Fire”». Firefighter Nation. Consultado el 16 de junio de 2020. 
  2. Raffel, Shan (7/12/2007). «Understanding the Language of Fire: Be Safe. Think, ‘Be SAHF’». Fire Engineering. Consultado el 16 de junio de 2020.