San Guinefort

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 14:11 22 ago 2020 por Strakbot (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
San Guinefort humanizado
en una miniatura de un manuscrito
del siglo XIII.

San Guinefort fue un perro lebrel que vivió en la Francia del siglo XIII, y sería objeto de devoción como santo después de muerto. Su santidad no fue reconocida por la Iglesia Católica, que varias veces prohibió expresamente el culto a este animal.[1]

Historia que cuenta la tradición

La historia, consignada por Esteban de Borbón hacia 1250, es en esencia como sigue:

Un día, el dueño de Guinefort, que era un caballero que vivía en un castillo en Villars-les-Dombes, lo dejó con su hijo de pocos meses. Cuando regresó el caballero, vio sangre en el hocico del perro, e inmediatamente lo mató.

Luego se percató de que su hijo estaba vivo, y entonces encontró a su lado una serpiente muerta.

El caballero, arrepentido, le hizo al perro una tumba cubierta de piedras y con plantas alrededor.

Después, considerado Guinefort como un santo que protegía a los niños, el emplazamiento de la tumba se convirtió en lugar de devoción.

Culto posterior

Su festividad era el 22 de agosto. Su culto persistió hasta 1930. [cita requerida]

Referencias

Enlaces externos