Noches lúgubres

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Noches lúgubres es una obra del escritor José Cadalso. Fue publicada por completo por E. F. Herman en los años 1950 y por entregas en el Correo de Madrid (o de los ciegos), entre diciembre de 1789 y enero de 1790. En 1961, Nigel Glendinning dio a conocer una copia manuscrita existente en el Museo Británico y que fechaba en torno a 1775.

Tanto el manuscrito londinense como las primeras seis ediciones constan de tres noches, la última inconclusa. En la edición de 1815 se publica el final de la tercera noche, que es indudablemente apócrifo. En ediciones posteriores apareció una cuarta noche.

Estructura y argumento

Las «Noches» son tres, en forma aparente de diálogo, aunque predominan los parlamentos o soliloquios del protagonista, Tediato. Todas empiezan con un monólogo de Tediato y terminan con reflexiones del mismo protagonista en respuesta a Lorenzo.

En la primera, el propósito del protagonista, Tediato, es un acto sacrílego: exhumar el cadáver de su amada, profanando el templo, para llevárselo a su domicilio y suicidarse posteriormente incendiando la casa. Compra la colaboración del sepulturero, Lorenzo, quien obra así movido por la necesidad. La llegada del sol les impide culminar el proyecto, que aplazan para una nueva noche.

En la segunda noche, al llegar al templo, se le acerca arrastrándose un desconocido al que han herido mortalmente, muriendo al poco tiempo asido de su pierna. Debido a esto, Tediato es considerado el autor del delito y conducido a la cárcel para ser ajusticiado. Queda libre en cuanto se descubre al verdadero culpable, y trata de proseguir en su empeño aún cuando sólo queda una hora de oscuridad. A la entrada del templo no encuentra más que a un niño, el hijo del sepulturero Lorenzo quien, antes de conducirle hasta su casa, le refiere la desventura de su familia: acaban de morir su madre, un hermano y su abuelo, además de encontrarse otros tres hermanos en grave estado y haberse fugado su hija de casa.

La tercera, en fin, ve a Tediato acompañado del sepulturero, que también ha tomado conciencia de su desgracia, dispuesto a llevar a cabo su propósito.

Fama

Las Noches lúgubres gozaron de fama extraordinaria en el siglo XIX, sobre todo en los años del romanticismo. El libro conoció numerosas ediciones a pesar de la intervención de la censura y hasta de alguna transitoria prohibición inquisitorial.

Un expediente fue iniciado por la Inquisición de Córdoba; la ocasión de la denuncia fue que un muchacho, por influjo de la lectura de las Noches, maltrataba a sus hermanos y amenazaba con quitarse la vida. La persona que descubrió y leyó el libro lo denunció por contener muchas expresiones escandalosas, peligrosas e inductivas al suicidio, al desprecio de los padres, y al odio general de todos los hombres.

Leyenda

Por otro lado, es evidente que la leyenda de un Cadalso desenterrador del cadáver de su amada ha nacido de la obra en sí, o sea, de la literatura.

La leyenda cadalsiana sobre el desatinado propósito del poeta de desenterrar el cadáver de su amada tiene su punto de partida en una famosa carta, de 1791, firmada con las letras «M.A.», que apareció en la edición de 1822 y en alguna otra posterior, en la que se cuenta lo que el título dice explícitamente: «Carta de un amigo de Cadalso sobre la exhumación clandestina del cadáver de la actriz María Ignacia Ibáñez».[cita requerida]

En ella se dice que la enfermedad de su amada la llevó a «que al tercer día de cama expirase en los brazos de su amante» quien resultó tan perturbado, «que casi terminó en demencia». Cadalso no se apartaba de la losa que cubría a la muerta, dice el texto, hasta que «últimamente paró su violento dolor en la extravagancia de desenterrar el cadáver». Por la vigilancia de espías puestos por el conde de Aranda «no pudo el infeliz enamorado llevar a efecto su intento».[cita requerida]

Fuentes

Cuando José Cadalso «fue por primera vez a Inglaterra, hacía apenas unos diez años que el poeta inglés Edward Young había ido publicando, entre 1742 y 1745, sus nueve Night Thoughts, que tuvieron un inmediato éxito. El nombre de Lorenzo deriva de Young, donde está aplicado a un amigo a quien también el poeta dirige sus reflexiones.

N. Glendinning relaciona las Noches lúgubres con una leyenda folclórica universal que tuvo su versión española en la leyenda de La difunta pleiteada, base de un drama, con ese mismo título, atribuido a Lope. Una mujer que, después de sepultada, recobra la vida, y luego disputan, sobre su posesión, dos o más hombres que se creen con derecho a ella.

Estilo

Los efectos rítmicos de la prosa no sólo se obtienen con la incrustación de algunos endecasílabos, sino y sobre todo con otra serie de unidades rítmicas. A los mismos efectos contribuyen las repeticiones frecuentes y las distribuciones paralelísticas.

En cuanto al léxico, parece un repertorio en torno a tres esferas: cadáveres, lámpara, túmulo, trémula, mísero, pálido, pérfido, lúgubre, patíbulo, etc. Por otro lado, al carácter escandaloso de la obra contribuiría la presencia de lo macabro: los detalles macabros de la exhumación, con los gusanos de la tumba cubriendo el pie de Tediato, o la propuesta a Lorenzo de que cave un hoyo muy grande para asesinar en él a sus hijos y suicidarse él mismo.

El autor es, en una palabra, el introductor en la literatura española de lo que se ha llamado el prerromanticismo.[cita requerida] Lo cual no quiere decir, naturalmente, que toda la obra de Cadalso deba considerarse prerromántica.