Ir al contenido

Hebraísmo

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 18:18 15 ene 2014 por Djcmjr (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.

Se entienden por hebraísmo dos cosas:

1. La cultura, en general, y la religión, en particular, del pueblo hebreo desde sus orígenes hasta el exilio babilónico, siglo VI a. C.; el periodo siguiente hasta nuestros días se conoce como Judaísmo.[1]

2. Por otra parte, en Filología, es hebraísmo la palabra tomada de la lengua hebrea para usarla en cualquier idioma, en nuestro caso el español. Por ejemplo, los vocablos hisopo, bálsamo, ébano, ciprés, Líbano, mina, acacia, aloe, bedelio, caña, azucena, jaspe, zafiro, esmeralda, esmalte, camello, tórtola, cuervo, escorpión, saco, piña, serpiente, júbilo, calamidad provienen de la lengua hebrea y son de uso corriente en el idioma español.

Según el hebraísta David Gonzalo Maeso, las palabras hebraicas entradas en el idioma español se pueden agrupar en cuatro áreas principales:

  • 1) Palabras directas del hebreo incorporadas al lenguaje común y especialmente a la vida religiosa (Yahveh (Jehovah), aleluya, amén, cábala, caraíta, jebuseo, ladino, marrano, moabita, Edén, fariseo, maná, Pascuas, rabí, sábado, saduceo, sanedrín, taled, etc.)
  • 2) Los antroponímicos (nombres de persona) hebreos bíblicos son numerosísimos. Además de los personajes bíblicos centrales por todos conocidos y los terminados en la partícula -el -que significa Dios- como Samuel, Ismael, Gabriel, Rafael, Daniel, por nombrar algunos, indicaremos otros menos difundidos: Ana, Bartolomé, Benjamin, Bernabé, Manuel, María, Miguel, Susana, Tadeo, Tomás. A todos éstos hay que agregarles sus respectivos femeninos.
  • 3) Fórmulas hebraicas incorporadas al español (al estilo por ejemplo del superlativo “Rey de Reyes”, “Cantar de los Cantares”, etc. o el consistente en repetir tres veces un hombre: "Santo, Santo, Santo es el señor del Universo"), donde el artículo antepuesto al adjetivo es una forma hebrea de construir la frase: por ejemplo, decimos “la pequeña” al referirnos a varias hermanas. También es común hablar de un fallo “salomónico”, para dar idea de una sentencia justa, o "el benjamín", al hablar del menor de los hermanos.
  • 4) Palabras no hebraicas pero cuyas acepciones semánticas son tomadas del hebreo o de la Biblia. Entre ellas, destacamos ejemplos como pecado, bendecir, santo, justo, bienaventurado, bautismo, impío, hermano, terrenal, celestial, multiplicarse, Señor. Señalaos el “pan” en el sentido genérico de alimentos, etc.[2]

Bibliografía

  • David Gonzalo Maeso, Legado del judaísmo español, Madrid, Editora Nacional, 1972.

Véase también

Referencias

  1. Enciclopedia de las Creencias y Religiones: Autor Jorge Blaschke, Pag 163
  2. Cf. David Gonzalo Maeso, Legado del judaísmo español, Madrid, Editora Nacional, 1972.

Fecha 2012