Gerundio
En el contexto particular de la gramática, el gerundio es una conjugación del verbo que demuestra una acción; pero no está definida ni por el tiempo, el modo, el número ni la persona. En castellano deriva del gerundium latino que, inicialmente, era el caso ablativo del gerundivum (participio de futuro pasivo).
Junto con el participio y el infinitivo, el gerundio es una de las formas no personales del verbo o verboides. En general el gerundio puede adoptar dos formas, la simple —por ejemplo, comiendo— y la compuesta, construida mediante el uso del verbo auxiliar haber —habiendo comido—.[1] Existen dos modalidades para la construcción del gerundio, en función de la conjugación a la que pertenece el verbo. Los verbos de la primera conjugación (acabados en -ar) se forman con la terminación o desinencia -ando, mientras que los de la segunda y tercera conjugación (-er, -ir) lo hacen con -iendo.[1]
El uso normativo del gerundio es el adverbial.[2]
Irregularidades en su construcción
Los gerundios con modificación ortográfica no deben realmente considerarse una irregularidad. Únicamente seguimos la regla ortográfica del español según la cual, en el caso del triptongo formado por: vocal + i átona + vocal, la "i" se cambia por "y".
Ejemplo: leer: leyendo
El mismo también puede aparecer en el principio de la palabra.
Ejemplo: ir: yendo
Pero, a todos los efectos, incluso en el plano fonético, el resultado es el mismo en otros casos. (Con la excepción del yeísmo).
Usos en castellano
En acciones subordinadas
- Temporal:[3] Una acción se subordina temporalmente con la principal (la acción subordinada puede ser previa[3], simultánea[3] o inmediatamente posterior)[3]
- Anterioridad:
El agricultor, habiendo acumulado todos los rastrojos que había en el campo, encendió una hoguera para deshacerse de ellos.
- Simultaneidad:
Yendo al colegio en el autobús se dio cuenta de que se había olvidado el estuche
- Condicional:[3] (el gerundio sustituye a la conjunción condicional "si" junto al verbo en forma personal).
Molestando así a tus mayores, terminarás ganándote una galleta
- Causal:[3] Explica el por qué (la acción del gerundio funciona aquí como un complemento circunstancial de causa)
Acabé mi aprendizaje del inglés conversando a diario con nativos
- Concesivo:[3] La segunda acción se subordina de manera concesiva a la principal.
Incluso escondiéndome las llaves de la casa, sabes que conseguiré entrar de una manera u otra
- Modal:[3] La segunda acción equivale a un complemento circunstancial de modo (¿cómo?)
Conseguí escapar de allí excavando un túnel por debajo del complejo
En perífrasis verbales de gerundio
Estas formas verbales, formadas a partir de un verbo y el gerundio, señalan una acción en proceso[4] o una acción interrumpida (perífrasis terminativa).[4]
La barcaza va dejando una estela de sangre mientras se aleja del tiburón (matiz de proceso).
Tras el viaje por carreteras con muchas curvas la niña acabó soltando el vómito. (matiz terminativo).
Gerundio de conclusión
Tiene el significado de «para concluir», «para resumir».[5]
Resumiendo, deberías presentarte mañana en la comisaría.
Uso incorrecto del gerundio en castellano
Gerundio de posterioridad
Es el empleado para denotar idea de sucesión de acciones verbales en el tiempo. El uso del gerundio con matiz de posterioridad está generalmente desaconsejado en el castellano actual. Es decir, no debe emplearse cuando la acción que denota el gerundio no es anterior, simultánea o inmediatamente posterior a la del verbo a la que acompaña.[6][7] Varios autores achacan este mal uso del gerundio a préstamos de otras lenguas, como el inglés, el francés[8][9] o incluso el árabe.
En general se afirma que un empleo excesivo del gerundio denota pobreza de estilo y es característico de un habla no culta. Es especialmente frecuente —e incorrecto— su uso en oraciones de enumeración cronológica que normalmente habrían de emplear el verbo en su forma conjugada personal.[10] Un ejemplo de este uso incorrecto, frente a su forma correcta, sería el de:
«Rosa aterrizó en París en 1908, empezando a estudiar Ingeniería de Sistemas nada más llegar, terminando su proyecto fin de carrera cuatro años después y obteniendo un puesto de trabajo en la empresa de su padre.»
«Rosa aterrizó en París en 1908 y empezó a estudiar Ingeniería de Sistemas nada más llegar. Cuatro años más tarde terminó su proyecto fin de carrera, tras lo cual obtuvo un puesto de trabajo en la empresa de su padre.»
- Evolución histórica
Tradicionalmente, a lo largo de los siglos XIX y XX existió un enconado debate en torno a la idoneidad del uso de este tipo de gerundio. Andrés Bello, célebre lingüista venezolano, sería el primero en afirmar que el uso del gerundio con connotación de posterioridad se trata de «una degradación que desluce el castellano moderno».[11][6] Otros autores como Niceto Alcalá Zamora, sin necesidad de proscribir el uso del gerundio de posterioridad, abogaron por un uso prudente y contenido de este, al destacar la virtud que tiene de romper la monotonía que supone el uso abusivo en un texto de la conjunción subordinante «que».[11]
Rufino José Cuervo aceptó el uso del gerundio con significados de coexistencia y posterioridad, abogando sólo por el uso del segundo sólo en los casos en los que este aparezca en la primera parte de la oración.[12] Eduardo Benot propuso no desaconsejar el empleo de ningún tipo de gerundio, independientemente de sus connotaciones temporales.[13] Samuel Gili Gaya fue otro lingüista que, corrobando las ideas de Bello, pretendió restringir el uso del gerundio con connotación de posterioridad, aceptando en cualquier caso su uso en las situaciones en que las dos acciones se produzcan con tal inmediatez que puedan considerarse simultáneas.[14][8] Emilio Alarcos Llorach sería otro autor que defendería el uso del gerundio para significar posterioridad.[15]
Gerundio partitivo
El gerundio modifica un total tomando una parte separada de este.[16]
«Los transeúntes vieron el paso del tren, siendo tres de ellos arrollados.»
Gerundio como adjetivo
El uso del gerundio acompañando a un sustantivo y complementando su significado es incorrecto según la RAE, excepto dos casos concretos: «agua hirviendo» y «clavo ardiendo».[17][2] A pesar de estar considerados como incorrectos es frecuente su uso en anuncios por palabras.[17] También aparece en de lenguajes especializados, como el periodístico, legislativo o administrativo.[2]
Así por ejemplo serían incorrectas oraciones como la siguiente:
Un fax afirmando el cese de las hostilidades ha llegado hoy a la oficina.
Sin embargo sí se considera correcta la siguiente oración, como caso excepcional, puesto que existe la posibilidad de relacionar al gerundio con el verbo principal, ver con recoger:
Veo una muchacha recogiendo manzanas.[18]
De forma general se aceptan casos en los que el verbo principal responde al significado de percepción (ver, notar, oír,...) y el gerundio indica una acción.[19]
Casos particulares:
Gerundio complementando a un complemento directo inanimado
Se considera incorrecto el uso de un gerundio que complementa a un objeto directo inanimado.[3]
El operario escuchó al saco transportando grava.
La forma correcta sería:
El operario escuchó al saco que transportaba grava.
Referencias
- ↑ a b c Lombardini y Pérez Vázquez, 2005, p. 316. Error en la cita: Etiqueta
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no válida; el nombre «FOOTNOTELombardiniPérez Vázquez2005316» está definido varias veces con contenidos diferentes - ↑ a b c d e f g h i San Martín Moreno, 2005, p. 24.
- ↑ a b San Martín Moreno, 2005, p. 45,47.
- ↑ Lombardini, Pérez Vázquez y 2005, 318-319.
- ↑ Fundéu BBVA (7 de marzo de 2011). «El gerundio con valor de posterioridad es incorrecto».
- ↑ Lepre Pose, 2006, p. 1064.
- ↑ a b Lepre Pose, 2006, p. 1064-1065.
- ↑ Lepre Pose, 2006, p. 1065-1066.
- ↑ Lepre Pose, 2006, p. 1067.
- ↑ Lepre Pose, 2006, p. 1069-1070.
- ↑ Lepre Pose, 2006, p. 1071.
- ↑ «Fundéu BBVA».
Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre gerundio.
Bibliografía
- San Martín Moreno, Araceli (2005). Manual práctico de formas no personales del verbo y perífrasis verbales. Serie Español práctico. Colección Cervantes. Madrid: Editorial Verbum. ISBN 8479622970.
- Fortineau, Chrystelle (2006). La cultura del otro: Español en Francia, Francés en España. pp. 803-815. ISBN 84-96377-85-7.
- Lepre Pose, Carmen (2006). «El gerundio de posterioridad, un proceso de cambio». Actas del XXXV Simposio Internacional de la Sociedad Española de Lingüística. pp. 1060-1085. ISBN 84-690-3383-2.
- Lombardini, Hugo E.; Pérez Vázquez, Enriqueta (2005). «Aproximación al estudio del gerundio en español e italiano: la expresión oral». AISPI, Actas XXIII Centro Virtual Cervantes.
- de los Mozos, Santiago (1974). «¿Es arabismo sintáctico el gerundio "de posterioridad"?». Revista española de lingüística (4): 375-390. ISSN 0210-1874.
- Suárez Cabello, José Juan (2005, 2006). «El gerundio en el lenguaje administrativo». Boletín Millares Carlo. 24-25: 221-246. ISSN 2011-2140
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