Diferencia entre revisiones de «Territorio (animal)»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
m Revertido a la revisión 38480796 hecha por EmausBot. (TW)
Línea 1: Línea 1:
para empesar diremos que [[ecología del comportamiento]], el término '''territorio''' refiere a cualquier área sociográfica donde un [[animal]] de una particular [[especie (biología)|especie]] consistentemente defiende contra conespecíficos (y, ocasionalmente, de otras especies). Los animales defensores de territorios se nombran como '''animales territoriales'''.
En [[etología]], [[sociobiología]] y en [[ecología del comportamiento]], el término '''territorio''' refiere a cualquier área sociográfica donde un [[animal]] de una particular [[especie (biología)|especie]] consistentemente defiende contra conespecíficos (y, ocasionalmente, de otras especies). Los animales defensores de territorios se nombran como '''animales territoriales'''.


== Historia ==
== Historia ==

Revisión del 22:16 21 jul 2010

En etología, sociobiología y en ecología del comportamiento, el término territorio refiere a cualquier área sociográfica donde un animal de una particular especie consistentemente defiende contra conespecíficos (y, ocasionalmente, de otras especies). Los animales defensores de territorios se nombran como animales territoriales.

Historia

La idea del territorio animal fue introducida por el ornitólogo británico Eliot Howard en su publicación de 1920. En los 1930s se desarrolla más por la ornitóloga estadounidense Margaret Morse Nice con estudios sobre el ave Melospiza melodía. Y fue ampliamente popularizado por Robert Ardrey en su libro El Imperativo Territorial, siendo tan popular este libro que generó una exagerada percepción de la importancia territorial en etología social. En realidad solo una minoría de especies mantienen territorios con límites bien definidos, donde viven y encuentran los recursos necesarios.

Territorios clásicos

Un lobo marcando con orina su territorio.

Los más obvios ejemplos de "territorio clásico" son las aves y los peces, produciendo fuertes coloraciones para avisar de su territorialidad, como ocurre con el ave Erithacus rubecula, y con el pez Betta splendens. Animales como ésos defienden los territorios que tienen sus sitios de anidación y recursos suficientes de alimento para ellos y su descendencia. La defensa raramente toma la forma de lucha real: más usualmente son despliegues, como

  • visuales: intensos colores
  • auditivos: como en muchos reclamos de aves, o los gritos del gibón
  • olfatorios: a través de deposiciones de marcas de olor, como orina. Muchos mamíferos territoriales usan el marcado territorial con olores para señalar los límites de sus territorios; marcas de deposiciones de orina, heces, o por partes frotantes de sus cuerpos con secreciones de especializadas glándulas odoríferas contra el sustrato. Por ejemplo, los perros y otras especies de cánidos marcan con orina y heces, mientras los gatos marcan raspando sus garras contra objetos, acompañados de frotes laterales. Muchos prosimios usan el marcado territorial; por ejemplo, el lémur de vientre rojo crea áreas territoriales para grupos de dos a diez individuos en el bosque lluvioso del este de Madagascar con marcado por olor; otro, el macho del sifaka diademado también marca con olor sus territorios defendidos en algunas de las mismas forestaciones.

Los invertebrados que muestran territorialidad incluyen algunas hormigas, abejas o caracoles marinos como Lottia gigantea.[1]

Véase también

Referencias

  1. J. Stimson 1969. Territoriality of the owl limpet Lottia gigantea. Ecology, 51(1): 113

Bibliografía

  • Walther, F. R., E. C. Mungall, G. A. Grau. 1983. Gacelas y sus parientes : estudio de conductas territoriales Park Ridge, N.J. : Noyes Publications 239 p. ISBN 0-8155-0928-6
  • Stokes, A. W. (editor). 1974. Territory Stroudsburg, Pa., Dowden, Hutchinson & Ross 398 p. ISBN 0-87933-113-5
  • Klopfer, P. H. 1969. Habitats and territories; a study of the use of space by animals Nueva York, Basic Books, 117 p.