Diferencia entre revisiones de «Tragedia de Armero»

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Con el transcurso del tiempo, se han acumulado numerosas evidencias que indican que los científicos colombianos, y algunos civiles, estaban sumamente preocupados por la creciente actividad del volcán, pero, de uno u otro modo, las autoridades prefirieron ignorar el peligro.
Con el transcurso del tiempo, se han acumulado numerosas evidencias que indican que los científicos colombianos, y algunos civiles, estaban sumamente preocupados por la creciente actividad del volcán, pero, de uno u otro modo, las autoridades prefirieron ignorar el peligro.


Hubo también otro factor que pudo haber contribuido a empeorar la tragedia: el [[olvido]] y la [[ignorancia]]. Según los registros históricos, la última erupción del Nevado del Ruiz tuvo lugar en [[1845]], por lo que este tipo de fenómenos se habían borrado de la memoria colectiva de los pobladores.

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Los desastres, Las ayudas y La vulnerabilidad frente a la corrupción

Rosario SAAVEDRA

12 / 1995
La imagen de la pequeña Omayra Sánchez muriendo ante las cámaras de la TV. Mundial conmovió la sensibilidad nacional e internacional. Era increíble que el desastre hubiera llevado a través de los medios masivos una imagen tan desgarradora : una niña que cantaba y conversaba sumergida en el lodo hasta la cintura y que tenía la esperanza de que la salvaran para poder ir al colegio a estudiar. Pero la motobomba que era necesaria para sacarla no llegó y la muerte se transmitió en vivo y en directo. Muchos la vimos en su agonía.

A partir de ese momento la solidaridad se generalizó y se expresó en donaciones y ayudas en dinero y en especie, tanto nacionales como internacionales. No había habido en la historia del país un movimiento de tanta generosidad pero que se tropezó con el desorden y la falta de claridad sobre qué tipo de ayudas eran necesarias. La ausencia de criterios sobre quién debería recibir las donaciones y el caos producido por la avalancha de instituciones, personas y ayudas fué un factor que facilitó su mal manejo y que dió pié para que no se supiera qué había pasado con el destino final de muchas donaciones.

Hechos como la dispersión del mando, los roces y la pérdida de seguridad en las entidades de socorro que colaboraron en las labores del rescate, contribuyeron a la ausencia de controles sobre las ayudas. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, por ejemplo debía coordinar la recepción de la ayuda externa tanto humana como material y lo hizo en parte exponiendo sus necesidades a las delegaciones de los países con los que Colombia tiene relaciones y a las entidades de socorro internacional. Sin embargo la recepción de las misiones extranjeras y de los auxilios como fué el caso de un grupo de especialistas japoneses que trajeron aparatos ortopédicos, fué un desorden. No se supo a dónde llegaron. Después debuscarlos interminablemente hallaron una parte de los equipos en la Cruz Roja. Los Japoneses entre tanto habían regresado a su país sin haber podido realizar una cirugía de importancia. Ante el desorden en el recibimiento de las ayudas, el gobierno dispuso un severo control que iba desde la expedición de comprobantes, presencia de testigos, utilización de la sistematización en computadores, para garantizar la utilización de las donaciones en dinero y en especie.

A los 20 días del desastre, se creó Resurgir, la entidad que canalizaría las ayudas y donaciones y que sería la responsable de la reconstrucción. El presidente prometió "absoluta pulcritud en el manejo de los auxilios". A pesar de los dispositivos de control que se montaron como por ejemplo el de la Cámara de Comercio, muchas donaciones no llegaron a su destino. Así por ejemplo lo relata el testimonio de Yolanda Pulecio, quien escribe: "El transporte fué un caos : (En Mariquita, población situada a l5 kilómetros de Armero), se necesitaba un vaporizador y cámaras de soda para anestesia. Yo misma los consegui con laboratorios Abbot. Empacamos un furgón con las máquinas, drogas, ropa, comida, y se despachó desde Bogotá. Ese fué uno de los camiones que se perdió."

A finales de febrero de l.985, mientras faltaban los alimentos en varios albergues, l4l toneladas de comida enlatada, ropa y herramientas que llegaron del exterior, estaban inmovilizadas por el trámite de inspección y cobro de los servicios de puerto y bodegaje. Alfonso Pachón, encargado de la comisión de depósitos y transportes, calificó de arduo y en extremo dispendioso el manejo de las donaciones en especie. En un 70 u 80%. las cosas que regaló lo agente estaban en pésimo estado. Nosotros botamos más de l0 toneladas de ropa usada. Además no se ha preparado al donante para que en ese momento traiga lo necesario.

Cabe hacer una reflexión : cuando se enfrenta un desastre, sale a flote la realidad estructural del país en términos socio-económicos. Por esa misma razón, la pobreza se evidencia con más fuerza y aquellos que ven oportunidad de obtener algo como consecuencia del desastre, "pescan en río revuelto" y se hacen pasar por damnificados como una manera de aliviar su situación. La lucha por la sobrevivencia, provoca situaciones límites que tratan de solucionarse con las ayudas que llegan con ocasión de los desastres. Así se explica que hubieran aparecido más de 20.000 sobrevientes en Armero, cuando el censo de 1985 daba una cifra no mayor de l0.000.

Los Actores y las Ayudas. Según un trabajo realizado por la Unidad investigativa del periódico el Tiempo y publicado el l3 de febrero de l.986, "El robo empezó la noche del deshielo cuando a los sobrevivientes que clamaban auxilio les arrancaban el reloj o la cadena, que era lo único que tenían" ; luego empezaron a saquear los únicos barrios de Armero que no fueron arrasados. Y después cuando el barro estaba seco, se inició el saqueo de jeeps y camiones. También de las grandes haciendas se robaron la maquinaria agrícola. No se supo quiénes fueron los saqueadores pero los rumores, decian que se trataba de quienes habían tenido acceso inmediato a la zona del desastre.

Un caso que fué muy publicitado por los medios masivos de comunicación, fué el de un canje de ropa por huevos realizado por el Socorro Nacional, despertó una aguda polémica : el fín era realizar el trueque de una tonelada de prendas inservibles para reciclar por 800 huevos de tamaño extra grande, en beneficio de los damnificados ubicados en los albergues a cargo de la Cruz Roja Colombiana. Lo que llamó la atención fué que en una de las viviendas allanadas por las autoridades en Soacha (municipio aledaño a Bogotá), se encontró una caja con equipo médico y ropa nueva no apta para ser desechada. Además las prendas se estaban vendiendo a personas del barrio y no reciclando como convenía el trato. Los directivos del Socorro Nacional, de esa época, dijeron que la acción era legal, pues en la Conferencia Mundial de la Cruz Roja en Istanbul decía que esto era posible hacerlo. El dinero o mercancias que se obtengan de ese modo, no podrán utilizarse más que para la acción de socorro. Además el hecho, según manifestaron, contaba con la aprobación de la Procuraduría General de la Nación y con los recibos que certificaban la entrega de huevos a los albergues. A ésto, la Procuraduría respondió que no era cierto que la comisión por ella encargada de la vigilancia a la atención del desastre, hubiera autorizado tales canjes, que venían realizándose desde el momento mismo de la catástrofe. "Es díficil probar que en el manejo de las donaciones recibidas tanto por el gobierno como por los particulares hubiera habido corrupción. Sin embargo, lo que muestra es más bien cómo la falta de controles sirve para que se den corrupciones grandes y pequeñas. Gestionar la llegada de tantas donaciones no es fácil y más cuando se pierde tanto tiempo en la clasificación de cosas inútiles que son enviadas."
Palabras claves
corrupción
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catastrófe natural
,
ética de los medios de comunicación
,
influencia de los medios de comunicación


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== La erupción ==
== La erupción ==

Revisión del 23:21 4 may 2010

Emanaciones de vapor del cráter "Arenas" en el nevado del Ruiz. Setiembre de 1985, dos meses antes de la tragedia.
Armero se ubicaba en el centro de esta fotografía.

El 13 de noviembre de 1985, después de meses de dar señales de una creciente actividad, el volcán Nevado del Ruiz, de los Andes colombianos, entró en erupción. El intenso calor hizo que la nieve acumulada en la cima se derritiera, y millones de metros cúbicos de agua, corriendo cuesta abajo, formaron un gran alud de barro y ceniza volcánica, un lahar, que sepultó el pueblo de Armero, con un saldo de más de 25.000 víctimas. Fue, y sigue siendo, la peor y más mortífera erupción de la historia de Colombia, y de todo el Hemisferio Occidental.

La catástrofe puso en evidencia, por un lado, la falta de prevención de las autoridades colombianas -el volcán ya venía dando muestras cada vez más frecuentes de una posible erupción desde octubre de 1984- y por otro lado, la escasa preparación de los servicios de socorro de Colombia, que ante el desastre, reaccionaron con una lentitud exasperante. El caso de Omayra Sánchez (una adolescente de 13 años, que sobrevivió a la avalancha, pero quedó atrapada en la laguna que se formó, con los pies aprisionados en los escombros y la mayor parte del cuerpo sumergido bajo el agua, hasta que murió, tras 60 horas de agonía por gangrena gaseosa) se convirtió en el más claro ejemplo de la ineptitud de los socorristas colombianos.

Aún hoy, la erupción de 1985 despierta el interés de toda la comunidad científica, y vulcanólogos de todo el mundo acuden al lugar, para interiorizarse del fenómeno, y tomar nota de los errores cometidos por las autoridades colombianas, a fin de evitar tragedias similares en otras partes del mundo.

Antecedentes

Con el transcurso del tiempo, se han acumulado numerosas evidencias que indican que los científicos colombianos, y algunos civiles, estaban sumamente preocupados por la creciente actividad del volcán, pero, de uno u otro modo, las autoridades prefirieron ignorar el peligro.

Hubo también otro factor que pudo haber contribuido a empeorar la tragedia: el olvido y la ignorancia. Según los registros históricos, la última erupción del Nevado del Ruiz tuvo lugar en 1845, por lo que este tipo de fenómenos se habían borrado de la memoria colectiva de los pobladores.

La erupción

La zonas más afectadas por la erupción del Nevado del Ruiz (en inglés). El mapa muestra el recorrido que siguó la avalancha (lahar) desde el volcán hasta Armero.

A las 21:20 hora local, el volcán entró en erupción. A causa del calor, la nieve acumulada en la cima se derritió, y la enorme masa de agua, descendiendo rápidamente por las laderas, formó una gran avalancha de barro y ceniza volcánica (que en vulcanología recibe el nombre de lahar). La avalancha descendió del volcán en todas direcciones, pero sobre todo hacia el norte y al este. Por el este, el "lahar" empezó a discurrir por el río Lagunillas, que pasa directamente por Armero. A las 23.20, la avalancha llegó a la ciudad, con una fuerza arrolladora, arrastrando casas, vehículos, árboles y todo a su paso. A las 23.30 el alcalde de Armero, Ramón Rodríguez, llamó por teléfono a la Defensa Civil, informando, desesperado, que su casa se estaba llenando de agua, momento en que la comunicación se cortó. Eso fue lo último que se supo de él.

Hechos posteriores

En 1986, el papa Juan Pablo II visitó la zona y arrodillado frente a una cruz gigantesca levantada en el centro de lo que quedaba de Armero, oró por las víctimas de la tragedia.

Actualmente, la Fundación Armando Armero trabaja en la recuperación de la memoria de esta población. De esta forma, pretende ayudar a cientos de personas a que realicen el duelo y superen los problemas psicológicos que este desastre les pudo ocasionar. Tratando también a mediano plazo desde la cultura y la educación de generar desarrollo social y económico en la zona deprimida por la tragedia. Donde antes se encontraba la población, esta entidad sin ánimo de lucro desarrolla el Centro de Interpretación de la Memoria y la Tragedia de Armero.

Bibliografía

  • González, Francisco; Londoño, Jaime (2003). Epitafios, Algo de historia hasta esta tarde pasando por Armero. Bogotá: Ediciones Bartleby. 958-96369-4-2. 

Véase también

Enlaces externos

Referencias