Diferencia entre revisiones de «José Guadarrama Márquez»

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En enero de 2010 fue electo por el PRD como su candidato a Gobernador. Es igualmente precandidato para encabezar la candidatura de la Coalición opositora del PRD, PAN, PT y Convergencia para la renovación de la gubernatura en Hidalgo en las elecciones del 4 de julio de 2010.
En enero de 2010 fue electo por el PRD como su candidato a Gobernador. Es igualmente precandidato para encabezar la candidatura de la Coalición opositora del PRD, PAN, PT y Convergencia para la renovación de la gubernatura en Hidalgo en las elecciones del 4 de julio de 2010.
De acuerdo con lo que han publicado en libros, ensayos sueltos y artículos de opinión, tanto Roberto Zamarripa, Ernesto Nuñez y, sobre todo, Pascal Beltrán del Río, puede dibujarse –casi cronológicamente- la ficha política de José Guadarrama Márquez siguiendo los datos, las claves, las rutas y los lineamientos informativos que se anuncian a continuación:

José Guadarrama Márquez nació en Tijuana, B. C. y no, como suele creerse, en el DF o el Estado de Hidalgo.

En 1988, a raíz del crecimiento de la Corriente Democrática (CD) escindida del PRI, que luego creó con otras fuerzas y organizaciones el Frente Democrático Nacional (FDN), la polarización en Michoacán fue de tal hondura y gran tamaño, que esto precipitó la caída del gobernador Luis Martínez Villicaña y el nombramiento emergente de Jaime Genovevo Figueroa Zamudio, entonces secretario de gobierno, como gobernador sustituto del Estado de Michoacán.

Tras esta designación legislativa, que ocurrió el 4 de diciembre de 1988, comienza a perfilarse la presencia de cierto tipo de políticos hidalguenses en Michoacán.

Dos meses después de este nombramiento, ya en febrero del año siguiente, es designado Delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en Michoacán José Guadarrama Márquez, con la doble encomienda de apuntalar al inestable gobierno que iniciaba y recuperar a Michoacán, electoralmente, para el PRI. Con motivo de esta nominación, “una especie de cosa nostra hidalguense se incrustaba en Michoacán”, comenta con ironía Pascal Beltrán del Río, en el título que aparece al calce, entre las referencias bibliográficas de esta ficha.

A partir de ese momento, el primero en que se cruzan sus carreras políticas, una amistad honda y de muchos años se iniciaba entre Jaime Genovevo Figueroa Zamudio y José Guadarrama Márquez.


Guadarrama Márquez llegó a Michoacán –casi en funciones de “bombero” electoral- acompañado de Augusto Gómez Villanueva, Carlos Armando Biebrich, Jorge Medina Viedas, Francisco Merino Rábago y “algunos jóvenes icaperos”, con la consigna de operar una megaestrategia de ingeniería electoral “nunca antes vista”, orientada a recuperar para el PRI la totalidad de los puestos legislativos locales que estarían en disputa en julio de 1989.

En su transfondo, la idea de recuperar Michoacán consistía en lograr que se “entregara el mando (operativo) a los políticos del centro”, destinar una muy estratégica y cuantiosa derrama de recursos federales al Estado través del Plan Michoacán (anunciado por Salinas de Gortari en Morelia, el 4 de enero de 1989) y poner en juego cuanto recurso y mecanismo de ingeniería electoral existiese, para “revertir la derrota electoral reciente de Salinas” y frenar –“al costo que fuere”- el empuje del voto cardenista.


Como encargado del “barbecho político” para enfrentar las elecciones legislativas de julio, Guadarrama Márquez puso en puestos clave a algunos de sus operadores: a Medardo Méndez Alfaro (priísta de la Meseta Purépecha), profesor como él, lo hizo nombrar titular de la Coordinación de Comunicación Social (como “se denomina a la huerta de chayotes del Palacio de Gobierno”) y al hidalguense Arnulfo Rubio Ríos lo mandó como jefe de prensa del gobierno michoacano en el DF. Este personaje, según refiere Pascal Beltrán del Río, “protagonizó un escándalo en Pachuca cuando un reportero difundió que él escribía una columna firmada con el seudónimo Franco Tirado, y lo mandó golpear”.

Según refirió un legislador federal priísta michoacano al comunicador arriba citado, los recursos empleados por el Gobierno federal para que el PRI pudiera rescatar electoralmente a Michoacán, rebasaron los 100,000 millones de pesos. “Sólo que –afirmó- ese dinero no llegaba íntegro al Comité Directivo Estatal y a los comités municipales; Guadarrama Márquez era como un sedazo que se quedaba con buena parte de él”.

No fue raro que el grupo al mando de Guadarrama Márquez, recibiera la censura de los mismos priístas del Estado, pues, incluso, “en una ocasión estuvieron a punto de ser corridos del Hotel donde se hospedaban (todo indica que fue el Vista Bella), por excederse en el consumo”.
José Guadarrama Márquez escaló en 12 años el escalafón político de Hidalgo, estado al que llegó a cursar estudios para ser profesor normalista. En 1973 arribó a la presidencia municipal de Jacala, municipio de la sierra del que fue cacique por dos décadas; en 1985 alcanzó la secretaría general de Gobierno.

Ligada a la “familia real” hidalguense (o sea, el clan de “los Rojo” y “los Lugo”, cuyo fundador y patriarca fue Javier Rojo Gómez), la carrera política de Guadarrama Márquez ha estado rodeada invariablemente de acusaciones de diversa índole: represión, malversación de fondos, secuestros, asesinatos políticos, corrupción y espionaje de opositores y compañeros de partido. En su biografía, dice Pascal Beltrán del Río, la transparencia está ausente.

Entre los integrantes más destacados de la “familia real” hidalguense, hasta los ochenta, debe contarse a Adolfo Lugo Verduzco, expresidente nacional del PRI, y a Humberto Lugo Gil, expresidente de la ya inexistente Gran Comisión de la Cámara de Diputados; de los noventa para acá, su representante más conspicuo es Jesús Murillo Karam.

En la edición de la revista PROCESO, correspondiente al 25 de junio de 1989, puede leerse un largo reportaje, bajo la firma de Fortino Mohedano y Pascal Beltrán del Río, sobre la trayectoria del personaje en cuestión. El texto apareció en vísperas de los comicios michoacanos del 2 de julio de ese año, y Guadarrama envió una carta al semanario, en la que se quejó de la intromisión periodística en las cosas personales de un hombre público. La cabeza del reportaje había sido, en realidad, una síntesis de su contenido: “El PRI no improvisa; su delegado en Michoacán, paradigma de corrupción”.

Luego de varias visitas de Luis Donaldo Colosio al estado, después de uno de los fraudes electorales mejor orquestados que se recuerden en Michoacán (donde el PRI puso en práctica 72, de los 104 métodos y formas de fraude electoral con que contaba) y con 12 presidencias municipales tomadas desde hacía meses por el PRD en la entidad, las elecciones del 2 de julio se realizaron y en ellas el PRI obtuvo 10 diputados y el PRD 8, ambos de mayoría relativa, de 24 que estaban en juego por el mismo sistema. El “fraude de dimensiones desconocidas” que había denunciado el PRD, a cargo de Guadarrama Márquez, era más que evidente.

El trabajo de José Guadarrama Márquez en Michoacán, bien pudo haber sido recompensado con la gubernatura del Estado de Hidalgo, que el PRI finalmente entregó a Jesús Murillo Karam. Es difícil pensar que Guadarrama no estaba haciendo méritos en Morelia para llegar al Palacio de Gobierno de Pachuca y ocupar, a pesar de haber nacido en Tijuana, el único cargo de importancia que le falta en la política hidalguense.

Al querer proseguir su carrera como “ingeniero electoral” en Yucatán, en las elecciones estatales de noviembre de 1990, fracasó estrepitosamente y el PRI debió entregar al PAN las alcaldías de Mérida y Tizimín, los dos principales municipios de la entidad. Aún así, recibió en compensación por sus servicios la diputación federal por Tulancingo, Hidalgo, un distrito en el que jamás había residido.

Las elecciones michoacanas del 2 de julio de 1989, según lo reconoció en su momento la senadora priísta tamaulipeca Laura Alicia Garza Galindo, el propio delegado general del PRI en el estado, Guadarrama Márquez, y el dirigente estatal del tricolor, Ascensión Orihuela, han sido hasta entonces las elecciones más vigiladas por el ejército en la historia política de la entidad. “Yo no sé qué temen –afirmó el dirigente estatal del PRI, refiriéndose a los perredistas- sólo a los delincuentes les preocupa la fuerza pública”.

La estrategia mediática para informar la recuperación del PRI en Michoacán, y a la vez neutralizar cualquier brote de inconformidad del PRD, tuvo dos componentes: el psicológico y el político. Colosio, en la sede nacional del PRI, dijo: “Debemos reconocer que esta tendencia de los resultados en la gubernatura (de Baja California) favorecen al candidato del Partido Acción Nacional (Ernesto Ruffo Apel)… Michoacán entendió nuestro llamado, diferenció los proyectos: el que pretendió usufructuar la leyenda y el que supo asumir la historia. Nosotros no aceptamos cobijarnos en el pasado; convocamos a los michoacanos al reto de enfrentar el porvenir”. Los fragmentos de este discurso cierran esta historia, de la que Guadarrama Márquez fue pieza principal.

En septiembre de 2001 renunció al PRI Jaime Genovevo Figueroa Zamudio, después de haber sido dirigente estudiantil, secretario general de gobierno, gobernador, senador y embajador en Argentina a cargo de ese partido, y anunció que se sumaba a la campaña de Lázaro Cárdenas Batel por la gubernatura de Michoacán.

En 2005 Guadarrama Márquez renunció al tricolor por no ser postulado como candidato al gobierno de Hidalgo.

Con 37 años de carrera política hasta hoy, desarrollados en el magisterio institucional, la cultura priísta tradicional y el perredismo radical, Guadarrama Márquez se adhirió en 2006 a la causa de López Obrador y se hizo elegir senador del estado de Hidalgo, por el PRD, en ese mismo año.

El único juicio subjetivo que aquí podría hacerse –al margen de que seguramente se requiera un estudio de prospectiva más elaborado- es este: La apuesta de fondo de Guadarrama Márquez, sabiéndose mal visto por el PRI y parte del PRD y sumamente deslegitimado en la opinión pública, quizás sea buscar su sueño imposible de alcanzar la gubernatura de Hidalgo; aunque, en realidad, tal vez lo que en el fondo le interese sea cobijarse en alguien que sí pueda llegar a la gubernatura, para mantener la vigencia, el status y los privilegios a que lo ha acostumbrado la vida política.



== Véase también ==
== Véase también ==
Referencias:
Referencias:
1. Beltrán del Río, Pascal. MICHOACÁN, NI UN PASO ATRÁS (La política como intransigencia). Colección Libros de PROCESO, México, D. F., 1993. Pp. 397

2. Revista PROCESO, 25 de junio de 1989. Ver el reportaje: El PRI no improvisa; su delegado en Michoacán, paradigma de corrupción, firmado por Fortino Mohedano y Pascal Beltrán del Río.
3. Nuñez, Ernesto. 2010: Pesca electoral. Suplemento ENFOQUE, diario REFORMA. 10 de enero de 2010.


== Enlaces externos ==
== Enlaces externos ==

Revisión del 21:20 15 feb 2010

José Guadarrama Márquez
Archivo:Jose Guadarrama.jpg

Senador por Hidalgo
Primera fórmula
Actualmente en el cargo
Desde el 1 de septiembre de 2006
Predecesor José Ernesto Gil Elorduy

Información personal
Nacimiento 1948 Ver y modificar los datos en Wikidata
Jacala (México) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Mexicana
Educación
Educado en Escuela Normal Rural de El Mexe
Información profesional
Ocupación Profesor
Partido político Partido de la Revolución Democrática

José Guadarrama Márquez. Es un político y profesor mexicano, originario del municipio Jacala de Ledezma, estado de Hidalgo. Actualmente es Senador de la República por Hidalgo para el período de 2006 a 2012.

José Guadarrama es maestro normalista, egresado de la Escuela Normal Rural de El Mexe. También es Licenciado en Geografía egresado de la Universidad Autónoma de Tlaxcala y Diplomado en Derecho Electoral por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Inició desde muy joven su participación en la vida política, lo cual lo llevó a convertirse en Presidente Municipal de su natal Jacala. Posteriormente se convirtió en dirigente campesino y partidista. En 1979 es electo Diputado Federal por el V Distrito Electoral de Ixmiquilpan para la LI Legislatura (1979-1982).

Ha ocupado varios cargos en el gobierno de Hidalgo, entre los que destaca Vocal del Patrimonio Indígena del Valle del Mezquital y de la Huasteca Hidalguense. Posteriormente se convirtió en Secretario de Gobierno durante la administración del Gobernador Guillermo Rossel de la Lama (1981-1987).

En 1991 fue nuevamente electo Diputado Federal por el Distrito de Tulancingo para la LV Legislatura 1991-1994. En 1994 ganó la elección para Senador de la República por el estado de Hidalgo, representando a su estado en las LVI y LVII Legislaturas del Congreso de la Unión (1994-2000).

En 1998 fue precandidato a Gobernador de Hidalgo, en una elección interna del PRI que fue calificada como fraudulenta, siendo designado candidato Manuel Ángel Núñez Soto. Fue tal la presión ciudadana por el fraude cometido que provocó la renuncia del gobernador Jesús Murillo Karam, seis meses antes de terminar su mandato.

El Senador José Guadarrama Márquez fundó el Frente Democrático Hidalguense (FDH) que se ha mantenido como la organización ciudadana más crítica al gobierno priista en el estado de Hidalgo, En 2001 José Guadarrama Márquez junto a miles de seguidores renunció públicamente a su militancia en el Partido Revolucionario Institucional.

En las elecciones para renovar el Congreso Local de 2002, el Frente Democrático Hidalguense hace una alianza con el Partido de la Revolución Democrática, logrando elevar la votación para el PRD a 22%, consiguiendo 7 escaños en el Congreso Local. En 2004 fue electo candidato del PRD a Gobernador del Estado de Hidalgo para las elecciones del 20 de febrero de 2005, donde obtuvo el 35% de los votos, siendo electo Miguel Ángel Osorio Chong.

En 2006 fue postulado candidato a Senador de la República por la Coalición por el Bien de Todos (PRD-PT-Convergencia) obteniendo la victoria sobre el candidato del PRI, el ex Gobernador Jesús Murillo Karam.

Durante las LX y LXI Legislaturas del Senado de la República ha sido Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Europa y Co-Presidente de la Comisión Parlamentaria Mixta México-Unión Europea.

En enero de 2010 fue electo por el PRD como su candidato a Gobernador. Es igualmente precandidato para encabezar la candidatura de la Coalición opositora del PRD, PAN, PT y Convergencia para la renovación de la gubernatura en Hidalgo en las elecciones del 4 de julio de 2010. De acuerdo con lo que han publicado en libros, ensayos sueltos y artículos de opinión, tanto Roberto Zamarripa, Ernesto Nuñez y, sobre todo, Pascal Beltrán del Río, puede dibujarse –casi cronológicamente- la ficha política de José Guadarrama Márquez siguiendo los datos, las claves, las rutas y los lineamientos informativos que se anuncian a continuación:

José Guadarrama Márquez nació en Tijuana, B. C. y no, como suele creerse, en el DF o el Estado de Hidalgo.

En 1988, a raíz del crecimiento de la Corriente Democrática (CD) escindida del PRI, que luego creó con otras fuerzas y organizaciones el Frente Democrático Nacional (FDN), la polarización en Michoacán fue de tal hondura y gran tamaño, que esto precipitó la caída del gobernador Luis Martínez Villicaña y el nombramiento emergente de Jaime Genovevo Figueroa Zamudio, entonces secretario de gobierno, como gobernador sustituto del Estado de Michoacán.

Tras esta designación legislativa, que ocurrió el 4 de diciembre de 1988, comienza a perfilarse la presencia de cierto tipo de políticos hidalguenses en Michoacán.

Dos meses después de este nombramiento, ya en febrero del año siguiente, es designado Delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en Michoacán José Guadarrama Márquez, con la doble encomienda de apuntalar al inestable gobierno que iniciaba y recuperar a Michoacán, electoralmente, para el PRI. Con motivo de esta nominación, “una especie de cosa nostra hidalguense se incrustaba en Michoacán”, comenta con ironía Pascal Beltrán del Río, en el título que aparece al calce, entre las referencias bibliográficas de esta ficha.

A partir de ese momento, el primero en que se cruzan sus carreras políticas, una amistad honda y de muchos años se iniciaba entre Jaime Genovevo Figueroa Zamudio y José Guadarrama Márquez.


Guadarrama Márquez llegó a Michoacán –casi en funciones de “bombero” electoral- acompañado de Augusto Gómez Villanueva, Carlos Armando Biebrich, Jorge Medina Viedas, Francisco Merino Rábago y “algunos jóvenes icaperos”, con la consigna de operar una megaestrategia de ingeniería electoral “nunca antes vista”, orientada a recuperar para el PRI la totalidad de los puestos legislativos locales que estarían en disputa en julio de 1989.

En su transfondo, la idea de recuperar Michoacán consistía en lograr que se “entregara el mando (operativo) a los políticos del centro”, destinar una muy estratégica y cuantiosa derrama de recursos federales al Estado través del Plan Michoacán (anunciado por Salinas de Gortari en Morelia, el 4 de enero de 1989) y poner en juego cuanto recurso y mecanismo de ingeniería electoral existiese, para “revertir la derrota electoral reciente de Salinas” y frenar –“al costo que fuere”- el empuje del voto cardenista.


Como encargado del “barbecho político” para enfrentar las elecciones legislativas de julio, Guadarrama Márquez puso en puestos clave a algunos de sus operadores: a Medardo Méndez Alfaro (priísta de la Meseta Purépecha), profesor como él, lo hizo nombrar titular de la Coordinación de Comunicación Social (como “se denomina a la huerta de chayotes del Palacio de Gobierno”) y al hidalguense Arnulfo Rubio Ríos lo mandó como jefe de prensa del gobierno michoacano en el DF. Este personaje, según refiere Pascal Beltrán del Río, “protagonizó un escándalo en Pachuca cuando un reportero difundió que él escribía una columna firmada con el seudónimo Franco Tirado, y lo mandó golpear”.

Según refirió un legislador federal priísta michoacano al comunicador arriba citado, los recursos empleados por el Gobierno federal para que el PRI pudiera rescatar electoralmente a Michoacán, rebasaron los 100,000 millones de pesos. “Sólo que –afirmó- ese dinero no llegaba íntegro al Comité Directivo Estatal y a los comités municipales; Guadarrama Márquez era como un sedazo que se quedaba con buena parte de él”.

No fue raro que el grupo al mando de Guadarrama Márquez, recibiera la censura de los mismos priístas del Estado, pues, incluso, “en una ocasión estuvieron a punto de ser corridos del Hotel donde se hospedaban (todo indica que fue el Vista Bella), por excederse en el consumo”. José Guadarrama Márquez escaló en 12 años el escalafón político de Hidalgo, estado al que llegó a cursar estudios para ser profesor normalista. En 1973 arribó a la presidencia municipal de Jacala, municipio de la sierra del que fue cacique por dos décadas; en 1985 alcanzó la secretaría general de Gobierno.

Ligada a la “familia real” hidalguense (o sea, el clan de “los Rojo” y “los Lugo”, cuyo fundador y patriarca fue Javier Rojo Gómez), la carrera política de Guadarrama Márquez ha estado rodeada invariablemente de acusaciones de diversa índole: represión, malversación de fondos, secuestros, asesinatos políticos, corrupción y espionaje de opositores y compañeros de partido. En su biografía, dice Pascal Beltrán del Río, la transparencia está ausente.

Entre los integrantes más destacados de la “familia real” hidalguense, hasta los ochenta, debe contarse a Adolfo Lugo Verduzco, expresidente nacional del PRI, y a Humberto Lugo Gil, expresidente de la ya inexistente Gran Comisión de la Cámara de Diputados; de los noventa para acá, su representante más conspicuo es Jesús Murillo Karam.

En la edición de la revista PROCESO, correspondiente al 25 de junio de 1989, puede leerse un largo reportaje, bajo la firma de Fortino Mohedano y Pascal Beltrán del Río, sobre la trayectoria del personaje en cuestión. El texto apareció en vísperas de los comicios michoacanos del 2 de julio de ese año, y Guadarrama envió una carta al semanario, en la que se quejó de la intromisión periodística en las cosas personales de un hombre público. La cabeza del reportaje había sido, en realidad, una síntesis de su contenido: “El PRI no improvisa; su delegado en Michoacán, paradigma de corrupción”.

Luego de varias visitas de Luis Donaldo Colosio al estado, después de uno de los fraudes electorales mejor orquestados que se recuerden en Michoacán (donde el PRI puso en práctica 72, de los 104 métodos y formas de fraude electoral con que contaba) y con 12 presidencias municipales tomadas desde hacía meses por el PRD en la entidad, las elecciones del 2 de julio se realizaron y en ellas el PRI obtuvo 10 diputados y el PRD 8, ambos de mayoría relativa, de 24 que estaban en juego por el mismo sistema. El “fraude de dimensiones desconocidas” que había denunciado el PRD, a cargo de Guadarrama Márquez, era más que evidente.

El trabajo de José Guadarrama Márquez en Michoacán, bien pudo haber sido recompensado con la gubernatura del Estado de Hidalgo, que el PRI finalmente entregó a Jesús Murillo Karam. Es difícil pensar que Guadarrama no estaba haciendo méritos en Morelia para llegar al Palacio de Gobierno de Pachuca y ocupar, a pesar de haber nacido en Tijuana, el único cargo de importancia que le falta en la política hidalguense.

Al querer proseguir su carrera como “ingeniero electoral” en Yucatán, en las elecciones estatales de noviembre de 1990, fracasó estrepitosamente y el PRI debió entregar al PAN las alcaldías de Mérida y Tizimín, los dos principales municipios de la entidad. Aún así, recibió en compensación por sus servicios la diputación federal por Tulancingo, Hidalgo, un distrito en el que jamás había residido.

Las elecciones michoacanas del 2 de julio de 1989, según lo reconoció en su momento la senadora priísta tamaulipeca Laura Alicia Garza Galindo, el propio delegado general del PRI en el estado, Guadarrama Márquez, y el dirigente estatal del tricolor, Ascensión Orihuela, han sido hasta entonces las elecciones más vigiladas por el ejército en la historia política de la entidad. “Yo no sé qué temen –afirmó el dirigente estatal del PRI, refiriéndose a los perredistas- sólo a los delincuentes les preocupa la fuerza pública”.

La estrategia mediática para informar la recuperación del PRI en Michoacán, y a la vez neutralizar cualquier brote de inconformidad del PRD, tuvo dos componentes: el psicológico y el político. Colosio, en la sede nacional del PRI, dijo: “Debemos reconocer que esta tendencia de los resultados en la gubernatura (de Baja California) favorecen al candidato del Partido Acción Nacional (Ernesto Ruffo Apel)… Michoacán entendió nuestro llamado, diferenció los proyectos: el que pretendió usufructuar la leyenda y el que supo asumir la historia. Nosotros no aceptamos cobijarnos en el pasado; convocamos a los michoacanos al reto de enfrentar el porvenir”. Los fragmentos de este discurso cierran esta historia, de la que Guadarrama Márquez fue pieza principal.

En septiembre de 2001 renunció al PRI Jaime Genovevo Figueroa Zamudio, después de haber sido dirigente estudiantil, secretario general de gobierno, gobernador, senador y embajador en Argentina a cargo de ese partido, y anunció que se sumaba a la campaña de Lázaro Cárdenas Batel por la gubernatura de Michoacán.

En 2005 Guadarrama Márquez renunció al tricolor por no ser postulado como candidato al gobierno de Hidalgo.

Con 37 años de carrera política hasta hoy, desarrollados en el magisterio institucional, la cultura priísta tradicional y el perredismo radical, Guadarrama Márquez se adhirió en 2006 a la causa de López Obrador y se hizo elegir senador del estado de Hidalgo, por el PRD, en ese mismo año.

El único juicio subjetivo que aquí podría hacerse –al margen de que seguramente se requiera un estudio de prospectiva más elaborado- es este: La apuesta de fondo de Guadarrama Márquez, sabiéndose mal visto por el PRI y parte del PRD y sumamente deslegitimado en la opinión pública, quizás sea buscar su sueño imposible de alcanzar la gubernatura de Hidalgo; aunque, en realidad, tal vez lo que en el fondo le interese sea cobijarse en alguien que sí pueda llegar a la gubernatura, para mantener la vigencia, el status y los privilegios a que lo ha acostumbrado la vida política.


Véase también

Referencias: 1. Beltrán del Río, Pascal. MICHOACÁN, NI UN PASO ATRÁS (La política como intransigencia). Colección Libros de PROCESO, México, D. F., 1993. Pp. 397 2. Revista PROCESO, 25 de junio de 1989. Ver el reportaje: El PRI no improvisa; su delegado en Michoacán, paradigma de corrupción, firmado por Fortino Mohedano y Pascal Beltrán del Río. 3. Nuñez, Ernesto. 2010: Pesca electoral. Suplemento ENFOQUE, diario REFORMA. 10 de enero de 2010.

Enlaces externos

http://www.senado.gob.mx/legislatura.php?id=93 http://www.senado.gob.mx/comisiones/LX/relexteuropa/