Diferencia entre revisiones de «Guerra Chichimeca»

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Nueve años después de la [[Guerra del Mixtón]], la '''Guerra Chichimeca''' comenzó de manera concreta. El conflicto, al contrario, fue sólo la continuación de los diversos conflictos generados por la opresión que ejercía el gobierno y los propietarios españoles sobre los indígenas, ya que los ataques contra los españoles continuaron después que terminara la campaña. A través de este periodo, los [[chichimecas]] atacaron continua y ferozmente a los españoles, que optaron por declarar la ''"guerra"''. A diferencia de [[Guerra del Mixtón]], los [[caxcán|caxcanes]] habían establecido cierta alianza con los españoles. La Guerra Chichimeca se llevó a cabo principalmente en en los actuales estados de [[Zacatecas]], [[Guanajuato]], [[Aguascalientes]], y [[Jalisco]] entre los indígenas [[zacateco]]s y [[guachichiles]] contra los españoles y sus aliados indígenas.


=== Preludio ===
Para 1531, los españoles ya conocían la existencia de un extenso territorio entre el reino de Michoacán y la Provincia de Pánuco, conocido como tierra de los chichimecas. Del Paso y Troncoso registra:


En [[1546]], surgieron noticias de grandes depósitos de plata que se encontraban cerca del Cerro de la Bufa en [[Zacatecas]]. El descubridor, [[Juan de Tolosa]], encontró los depósitos al pie del cerro después de que un grupo de naturales del lugar le dieran un par de piezas de oro. El [[8 de septiembre]] del mismo año se fundó la ciudad de [[Zacatecas]]. Atraídos por la posible riqueza metalúrgica, miles de personas migraron del sureste de México y entraron al corazón de “la Gran Chichimeca”, y se establecieron cerca de las minas de San Martín, Chalchihuites, Avino, Sombrerete, Fresnillo, Mazapil y Nieves. Los españoles habían tratado de someter a los indios chichimecas —en realidad varias etnias—; por ese tiempo, los soldados españoles entraban a pequeños establecimientos indígenas, capturaban a sus pobladores y los llevaban a trabajar en las minas a manera de esclavos, con lo que desobedecían las órdenes de la corona y del virrey. Después de la caída de Tenochtitlan, los españoles dieron en creer que el pueblo chichimeca sería rápidamente derrotado por las armas, debido a su forma nómada de vida. Sin embargo, toparon con uno de los conflictos más catastróficos que habrían tenido con nativos.
Hay y está mucha cantidad de tierra e provincias que no están reducidas ni traídas a servicio de su majestad e que la dicha tierra toda está de guerra [de lo que] se recresce e redunda daño a los pueblos e provincias de paz que confinan con la dicha tierra de guerra, porque los dichos indios de guerra dan guerra a los que así están de paz e sirven a su majestad e asimismo muchos de los indios comarcanos que sirven, se pasan a la dicha tierra de guerra por no servir.


== Referencias ==
El descubrimiento de las minas de Zacatecas en 1546, en pleno territorio chichimeca, provocó el enfrentamiento entre los chichimecas y los recién avecindados españoles.
*Powell, Philip Wayne. ''Soldiers, Indians, & Silver: The Northward Advance of New Spain, 1550-1600''.Berkeley, California: University of California Press, 1969.
*Schmal, John P. ''The History of Zacatecas''. Houston Institute for Culture.2004.[http://www.houstonculture.org/mexico/zacatecas.html]
*Schmal, John P. ''Sixteenth Century Indigenous Jalisco''.2004.[http://www.indigenouspeople.net/jalisco.htm]


[[Categoría:Rebeliones indígenas en Nueva España]]
Al suroeste, la Guerra del Mixtón permite establecer importantes antecedentes del conflicto chichimeca. Fue una rebelión indígena en la que los hechiceros zacatecos provocaron una exaltación religiosa y bélica en la comarca cazcán, al norte de Guadalajara, que casi arrojó de ahí a los blancos y a sus aliados indios entre 1541 y 1542. El resultado fue la derrota de los zacatecos y cazcanes. Algunos de ellos, capturados y esclavizados, escaparon después y consiguieron volver a la Gran Chichimeca.
[[Categoría:Guerras de España|Chichimeca]]
[[Categoría:Historia de México]]
[[Categoría:México en 1546]]


[[en:Chichimeca War]]
La Guerra chichimeca estalló hacia 1550, y se considera como la más cruenta y costosa entre españoles e indígenas. Comenzó con el ataque de los zacatecos a un convoy de españoles. Casi inmediatamente los guachichiles empezaron a atacar a los extranjeros. Al sur de los guachichiles, los guamares también optaron por la guerra y el botín.
[[pl:Wojna Chichimeca]]

Para estas fechas, Querétaro, la zona de los otomíes, era la frontera con las extensas llanuras chichimecas. Para comunicar esta frontera con Zacatecas (a 320 km de distancia) se tendió lo que se conoció como Camino Real de la Tierra Adentro o de la Plata; pero el camino estaba despoblado, lo que facilitaba los ataques chichimecas.

En general, los chichimecas tendían emboscadas y atacaban al amanecer o al atardecer. No importaba lo numeroso de la comitiva de "vestidos", los chichimecas caían sorpresivamente sobre los españoles y se llevaban, sobre todo, el vestido y la comida. Los atacados rara vez lograban escapar con vida.

Los aliados indígenas de los españoles casi siempre eran tarascos, mexicanos, otomíes o cazcanes, y estaban tan dispuestos como los blancos a combatir, esclavizar y matar a los chichimecas. Además del odio ancestral que les tenían, sentían la atracción de los salarios en granos de cacao, regalos y privilegios, y el prestigio de montar a caballo y esgrimir las armas del hombre blanco.

Con el paso de los años, los chichimecas encontraron su propia bonanza en la corriente continua de forasteros que iban tras las minas que se descubrían más al norte y en las décadas de lucha y despojo que llegaron a ser su modo de vida.

Pronto los chichimecas fueron célebres por su desprecio hacia los indios que habían abrazado la religión de los blancos y trataban con especial hostilidad a los misioneros que capturaban. Es probable que parte de ese anticristianismo se difundiera por la zona chichimeca después de la victoria de Cortés, cuando algunos indios del sur emigraron a esa zona.

Como los ataques se intensificaban y parecía que no había forma de detenerlos, los indígenas de la zona occidental alrededor de Guadalajara comenzaron de nuevo a rebelarse; volvieron a encenderse algunos rescoldos de la Guerra del Mixtón. Los indios pacificados pidieron la protección de los españoles.

La situación de Zacatecas y los nuevos minerales era cada vez más delicada debido al constante bloqueo de abastecimientos y la imposibilidad de transportar con seguridad los metales extraídos.

El virrey Luis de Velasco, entre octubre de 1551 y abril de 1553, organizó tres expediciones para acabar la guerra. Comisionó a capitanes que querían la paz, interesados en velar por sus propios intereses; todos llevaron a sus aliados indígenas. Ni la persuasión benévola ni el castigo pudieron aplacar a los chichimecas. Entonces, el virrey Velasco mandó establecer dos nuevas poblaciones entre Querétaro y Zacatecas para proteger un poco más este peligroso camino. Las nuevas poblaciones fueron San Miguel el Grande (hoy de Allende) y San Felipe.

Se cedieron terrenos a los nuevos habitantes, pero con obligación de residir allí y mantener armas para su defensa. Además, dio orden a los gobernadores y jefes militares de los otomíes de operar en la Gran Chichimeca como diplomáticos, guerreros y colonos en los puestos defensivos.

Sin embargo, otros asuntos graves distraían la atención virreinal, pues estalló la rebelión de Martín Cortés —hijo del conquistador— en contra de la autoridad real y la hizo tambalear peligrosamente.

Fue hasta 1568, en el virreinato de Martín Enríquez de Almanza, cuando se tomaron medidas más serias para enfrentar el problema y se establecieron los presidios de la frontera, unidos por un sistema de escoltas militares.

En la década de 1570 se cuestionó por primera vez la moralidad de la guerra. Se escucharon muchas voces, pero finalmente se llegó a la conclusión de que la guerra era justa y obligatoria, pero sin esclavos. Los dominicos fueron los únicos en sostener que los españoles eran invasores y agresores de la Gran Chichimeca.

En este contexto, a los 20 años de edad, Miguel Caldera inició su participación formal en la Guerra chichimeca, conflicto en el que habían transcurrido todos los días de su vida. Caldera nació en Zacatecas en 1548, de padre español y madre guachichil. Su madre murió cuando él era muy pequeño y prácticamente quedó bajo la custodia de los franciscanos del convento de Zacatecas. Miguel Caldera nació en la época en que se estaban descubriendo y abriendo las primeras vetas realmente ricas en las sierras de Zacatecas, cuando los descubridores, incluso su padre, apenas podían subsistir en las más burdas chozas, peligrosamente rodeados por los muchos y amenazantes guerreros "desnudos". Vino a la vida en campo abierto o en un refugio de los más primitivos, cerca del campamento minero de españoles, indios y negros que en enero de 1548 fue llamado "Nuestra Señora de Zacatecas".

La ciudad de Zacatecas fue fundada oficialmente el 20 de enero de 1548, cuando los cuatro famosos descubridores se reunieron allí por primera vez. Tres eran vascos: Tolosa, Diego de Ibarra y Cristóbal de Oñate, y un castellano, Baltasar Temiño de Bañuelos.

El desarrollo de la Ciudad de la Plata, la súbita llegada y multiplicación de los "vestidos" en el corazón de la Gran Chichimeca, hizo, como ya se señaló, que los "desnudos" tomaran el camino de la guerra en toda la vasta comarca que rodea las minas de Zacatecas. Así, estalló un tipo de guerra característico del Nuevo Mundo, desconocido para los españoles así como para la gran variedad de pueblos indígenas sedentarios que por entonces estaba llegando a la zona de caza y guerra de los chichimecas.

Los jinetes armados iban y venían por la angosta cañada donde crecía la ciudad. A veces traían guerreros chichimecas cautivos y desnudos con su pintura de guerra; con más frecuencia, los prisioneros eran mujeres y niños. Todos eran vendidos como esclavos. Era una violación a las leyes antiesclavistas del rey; pero los colonos, alejados y desdeñosos de la autoridad real, no tenían muchos escrúpulos en el modo en que vengaban las depredaciones de los guerreros de aquellos parajes. La esclavitud era un castigo y dejaba una ganancia bien recibida por la gente de la frontera. La milicia tenía una estructura y un comportamiento informal, estaba mal disciplinada y a menudo luchaba sobre todo en defensa de su propia familia, sus propiedades o su entorno. A veces, sin paga real ni reclutamiento regular, sencillamente constituía una compañía militar integrada por el séquito, empleados o parientes de algún fronterizo.

Cuando Miguel Caldera cumplió 20 años de edad, la Guerra chichimeca crecía en intensidad y saña y seguía dificultando la búsqueda de plata y el trabajo en las minas, los ranchos ganaderos de la frontera y los asentamientos.

La naturaleza de aquella confrontación contenía la clave que un día revelaría el camino para ponerle fin. El virrey Martín Enríquez estaba obligado por su conciencia a buscar esa clave y a terminar la guerra. En el intento, tenía que depender de hombres que tuvieran experiencia en la frontera: soldados, mineros, ganaderos, funcionarios, clérigos. Entre ellos estaban los hombres que vivían entre los constantes ataques y la persecución de los chichimecas y que insistirían en el recurso de la espada; pero también existían, como el bisoño soldado Caldera, los verdaderos conocedores del conflicto.

Cuando Caldera se alistó en la milicia participaba de las ideas dominantes que había sobre los chichimecas; años más tarde se dio cuenta de que los medios con que durante tantos años habían intentado acabar con la guerra no habían servido más que para encenderla. Fue en la década de 1580 cuando, convertido ya en capitán, recorrió todos los confines del territorio y se dedicó a la pacificación de la Gran Chichimeca.

En 1582 un grupo de estancieros y residentes de la frontera presentaron al virrey un informe detallado sobre la situación en que se encontraban y pedían justicia. Esto provocó que el virrey conde de la Coruña intensificara los esfuerzos por pacificar la región. Al mismo tiempo, se consideró impostergable la necesidad de aplicar parte de las entradas reales a la solución de la guerra.

Con el impulso del virrey para lograr una fuerza combatiente capaz de vencer a los chichimecas surgió una nueva forma de organización militar: compañías más numerosas a las órdenes de capitanes, más presidios y mejor guarnecidos, más generales y más capitanes. En suma, el lustro que siguió a la crítica temporada de sequías de 1578 a 1579 vio surgir una verdadera milicia de la frontera, una fuerza militar integrada por soldados veteranos, residentes fronterizos y ciudadanos contratados por breves periodos de servicio para enfrentarse a las emergencias de la guerra.

En 1585, Miguel Caldera inició la campaña en la sierra occidental en la zona nayarita y estableció con los coras las primeras alianzas, que serían el principio de la paz. Se dio cuenta de que la diplomacia usada en occidente también podía resultar en el este, con los guachichiles de la nación de su madre.

A la renovación de la milicia y a las erogaciones de la corona se sumó la campaña antiesclavista que inició el virrey marqués de Villamanrique y que prohibía terminantemente la esclavitud de los chichimecas.

Desde distintos puntos, los capitanes Rodrigo del Río de Loza y Juan Morlete apoyaron y siguieron la política de Caldera para pacificar a los indígenas. Se prometió a los chichimecas amnistía, alimentos, ropas, buenas tierras para establecerse, aperos agrícolas, enseñanza de la agricultura, preparación religiosa y plena protección de sus personas y sus derechos. A cambio, debían renunciar a la guerra, aceptar la enseñanza cristiana y afirmar su lealtad a la Corona española.

Estas medidas se podían adoptar porque la situación, después de 40 años, había cambiado. Entre las personas que habían logrado establecerse —conquistadores o indígenas— existía un deseo generalizado de paz y los chichimecas, por su parte, estaban muy desgastados. Habían aprendido a vestirse, pero no sabían fabricar sus propias ropas y su vida nómada les impedía tener sustento asegurado, así que las ropas y los alimentos se convirtieron en la base de la negociación. Esta guerra que se prolongaba era también un intercambio violentísimo entre dos formas de vida distintas y, en muchos sentidos, opuestas.

En marzo de 1590, el virrey Luis de Velasco, hijo, nombró como cabeza de la nueva estrategia de paz en la Chichimeca a Miguel Caldera.

La pacificación era lenta y difícil. Mexquitic y Tequisquiapan, dos de los centros guachichiles más importantes, habían iniciado las negociaciones de paz.

Revisión del 19:13 13 dic 2009

Nueve años después de la Guerra del Mixtón, la Guerra Chichimeca comenzó de manera concreta. El conflicto, al contrario, fue sólo la continuación de los diversos conflictos generados por la opresión que ejercía el gobierno y los propietarios españoles sobre los indígenas, ya que los ataques contra los españoles continuaron después que terminara la campaña. A través de este periodo, los chichimecas atacaron continua y ferozmente a los españoles, que optaron por declarar la "guerra". A diferencia de Guerra del Mixtón, los caxcanes habían establecido cierta alianza con los españoles. La Guerra Chichimeca se llevó a cabo principalmente en en los actuales estados de Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes, y Jalisco entre los indígenas zacatecos y guachichiles contra los españoles y sus aliados indígenas.

Preludio

En 1546, surgieron noticias de grandes depósitos de plata que se encontraban cerca del Cerro de la Bufa en Zacatecas. El descubridor, Juan de Tolosa, encontró los depósitos al pie del cerro después de que un grupo de naturales del lugar le dieran un par de piezas de oro. El 8 de septiembre del mismo año se fundó la ciudad de Zacatecas. Atraídos por la posible riqueza metalúrgica, miles de personas migraron del sureste de México y entraron al corazón de “la Gran Chichimeca”, y se establecieron cerca de las minas de San Martín, Chalchihuites, Avino, Sombrerete, Fresnillo, Mazapil y Nieves. Los españoles habían tratado de someter a los indios chichimecas —en realidad varias etnias—; por ese tiempo, los soldados españoles entraban a pequeños establecimientos indígenas, capturaban a sus pobladores y los llevaban a trabajar en las minas a manera de esclavos, con lo que desobedecían las órdenes de la corona y del virrey. Después de la caída de Tenochtitlan, los españoles dieron en creer que el pueblo chichimeca sería rápidamente derrotado por las armas, debido a su forma nómada de vida. Sin embargo, toparon con uno de los conflictos más catastróficos que habrían tenido con nativos.

Referencias

  • Powell, Philip Wayne. Soldiers, Indians, & Silver: The Northward Advance of New Spain, 1550-1600.Berkeley, California: University of California Press, 1969.
  • Schmal, John P. The History of Zacatecas. Houston Institute for Culture.2004.[1]
  • Schmal, John P. Sixteenth Century Indigenous Jalisco.2004.[2]