Diferencia entre revisiones de «Lenguaje sexista»

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Sin embargo, y aunque algunos investigadores como [[Álvaro García Meseguer]] afirman que el español no es una lengua tan sexista como el inglés (lo cual es bastante discutible), ya en la misma [[Gramática]] del español el [[género gramatical]] tiene por forma no marcada el masculino de los sustantivos y adjetivos, de forma que pasa a ser el género masculino el inclusivo o incluyente frente al femenino marcado, que pasa a ser el género exclusivo o excluyente: "Los alumnos de esta clase" incluye a hombres y mujeres, pero "las alumnas de esta clase" excluye a los varones. Por otra parte el femenino suele tener connotaciones semánticas despectivas en español (oposición ''zorro'' / ''zorra''; ''hombre público / mujer pública''; ''ser un gallo / ser una gallina'') o de cosificación y pasividad (''impresor'' / ''impresora''). Estas diferencias se perciben también a nivel [[léxico]] (algo es "cojonudo" si es bueno, un "coñazo" si es malo, o en algunos paises de latinoamérica guevón, sinónimo de torpeza y cuquito, sinónimo de tierno) y existe tendencia a identificar lo masculino con manifestaciones de [[voluntad]] o de [[violencia]]. Si los hombres ocupan una posición de autoridad, se les nombra con el apellido, pero a las mujeres se prefiere tratarlas con el nombre de pila. Por otra parte, existe en España una orden ministerial (22-05-95) por la que quedan regulados la denominación de títulos académicos: Diplomada, arquitecta, médica, enfermera, obrera, etc.
Sin embargo, y aunque algunos investigadores como [[Álvaro García Meseguer]] afirman que el español no es una lengua tan sexista como el inglés (lo cual es bastante discutible), ya en la misma [[Gramática]] del español el [[género gramatical]] tiene por forma no marcada el masculino de los sustantivos y adjetivos, de forma que pasa a ser el género masculino el inclusivo o incluyente frente al femenino marcado, que pasa a ser el género exclusivo o excluyente: "Los alumnos de esta clase" incluye a hombres y mujeres, pero "las alumnas de esta clase" excluye a los varones. Por otra parte el femenino suele tener connotaciones semánticas despectivas en español (oposición ''zorro'' / ''zorra''; ''hombre público / mujer pública''; ''ser un gallo / ser una gallina'') o de cosificación y pasividad (''impresor'' / ''impresora''). Estas diferencias se perciben también a nivel [[léxico]] (algo es "cojonudo" si es bueno, un "coñazo" si es malo, o en algunos paises de latinoamérica guevón, sinónimo de torpeza y cuquito, sinónimo de tierno) y existe tendencia a identificar lo masculino con manifestaciones de [[voluntad]] o de [[violencia]]. Si los hombres ocupan una posición de autoridad, se les nombra con el apellido, pero a las mujeres se prefiere tratarlas con el nombre de pila. Por otra parte, existe en España una orden ministerial (22-05-95) por la que quedan regulados la denominación de títulos académicos: Diplomada, arquitecta, médica, enfermera, obrera, etc.

La noción de ''lenguaje sexista'' engarza polémicas diversas. El filósofo Álvaro Zamora acentúa el carácter ideológico de las disputas. En la posición feminista, advierte inconsistencias de principio y destaca un propósito. Una inconsistencia consiste en confundir el género gramatical con el sexo (además, la noción de género utilizada por la ideología feminista constituye un absurdo conceptual: en el ser humano, el género es ''homo'', la especie ''sapiens sapiens'', los sexos ''masculino'' y ''femenino''). Además, si el idioma español fuera -en sí y por sí- sexista, no habría términos universales axiológicamente positivos de género femenino, como la verdad, la divinidad, la bondad e incluso la masculinidad (una lista completa sería enorme). Los factores (históricos, estructurales, de uso, etc.) trascienden en complejidad al machismo argüido por las feministas. El propósito que señala Zamora es político: se acentúa el sexismo lingüístico como parte de una estrategia para obtener cuotas de poder.


==Formas de evitar el lenguaje sexista==
==Formas de evitar el lenguaje sexista==
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"En la publicidad se debe acabar con la exposición imágenes que muestren el cuerpo de la mujer como un mero objeto de deseo sexual", asumiendo que solo está mal visto o es una falta si se explota el cuerpo femenino en la publicidad.
"En la publicidad se debe acabar con la exposición imágenes que muestren el cuerpo de la mujer como un mero objeto de deseo sexual", asumiendo que solo está mal visto o es una falta si se explota el cuerpo femenino en la publicidad.

Evidentemente, el mayor problema que enfrentan los acólitos del llamado ''lenguaje no sexista'' es el de la justificación. No hay buena teoría, no hay ciencia en este campo. Toda la argumentación feminista sobre el sexismo idiomático es ''ideológica''. Un tamiz de resentimiento histórico y un tema de ''contraviolencia'' -sino venganza- se filtra en sus consideraciones, textos y propósitos: su semántica es, en realidad, política.


==Véase también==
==Véase también==

Revisión del 07:42 27 nov 2009

El lenguaje sexista es el que asume rasgos relacionados con los prejuicios culturales de género, esto es, derivados del machismo, del feminismo, de la misoginia, de la misandria, o de un real o aparente desprecio a los valores femeninos o masculinos.

Características del lenguaje sexista

Tradicionalmente el lenguaje ha reflejado como un espejo los prejuicios cognitivos de la cosmovisión asumida por una sociedad, ayudando a instaurarlos y perpetuarlos. Lo más corriente entre las culturas hispánicas es la minusvaloración de la mujer. El Refranero, por ejemplo, es un amplio repertorio de reflexiones misóginas que se han perpetuado por la vía del pareado gnómico: "La mujer, la pierna quebrada y en casa"; "llantos no se han de creer / de viejo, niño y mujer"; "No llores como una mujer, lo que no has defendido como un hombre".

Sin embargo, y aunque algunos investigadores como Álvaro García Meseguer afirman que el español no es una lengua tan sexista como el inglés (lo cual es bastante discutible), ya en la misma Gramática del español el género gramatical tiene por forma no marcada el masculino de los sustantivos y adjetivos, de forma que pasa a ser el género masculino el inclusivo o incluyente frente al femenino marcado, que pasa a ser el género exclusivo o excluyente: "Los alumnos de esta clase" incluye a hombres y mujeres, pero "las alumnas de esta clase" excluye a los varones. Por otra parte el femenino suele tener connotaciones semánticas despectivas en español (oposición zorro / zorra; hombre público / mujer pública; ser un gallo / ser una gallina) o de cosificación y pasividad (impresor / impresora). Estas diferencias se perciben también a nivel léxico (algo es "cojonudo" si es bueno, un "coñazo" si es malo, o en algunos paises de latinoamérica guevón, sinónimo de torpeza y cuquito, sinónimo de tierno) y existe tendencia a identificar lo masculino con manifestaciones de voluntad o de violencia. Si los hombres ocupan una posición de autoridad, se les nombra con el apellido, pero a las mujeres se prefiere tratarlas con el nombre de pila. Por otra parte, existe en España una orden ministerial (22-05-95) por la que quedan regulados la denominación de títulos académicos: Diplomada, arquitecta, médica, enfermera, obrera, etc.

Formas de evitar el lenguaje sexista

La corriente que sostiene que el lenguaje sexista abusa del masculino genérico, considera que se puede evitar esto usando las siguientes fórmulas:

  • Nombres colectivos (profesorado, en vez de los profesores)
  • Perífrasis (la persona interesada, en vez de el interesado)
  • Construcciones metonímicas (la juventud, en vez de los jóvenes)
  • Desdoblamientos (Señores y señoras, niños y niñas)
  • Uso de barras (Sr/a)
  • Omisión de determinantes o empleo de determinantes sin marca de género (cada contribuyente en lugar de los contribuyentes)
  • Uso de formas personales genéricas o formas no personales de los verbos ("es preciso atender más" por "es preciso que el alumno atienda más").

Problemas del lenguaje no sexista

El lenguaje no sexista se enfrenta a la estructura antropológica de la lengua reflejada en la estructura léxica, sintáctica y morfológica de la gramática, por lo que con relativa frecuencia la creación de neologismos femeninos que refleja un cambio sustancial en la cosmovisión social de nuestra época se encuentra con problemas de naturaleza léxica (no podemos decir el femenino de "el sobrecargo" como "la sobrecarga", ya que la pieza léxica ya está adjudicada y de eufonía (la jueza). Existen procedimientos para soslayar estos problemas mediante el uso del artículo, pero la estructura siempre económica de la lengua los siente como forzados y poco ágiles y naturales.

Otro problema es el doble estándar al momento de aplicar el lenguaje no sexista. Por ejemplo, las mismas promotoras de estas normas, excluyen las campañas de violencia de género, publicidad sexista y abolición de la prostitución con frases como:

"Ante el maltratador, tolerancia cero", asumiendo que el maltrato solo es condenable si lo realiza un hombre o dando a entender que las mujeres agresoras con sus parejas no existen.

"La prostitución es una forma de violencia de los hombres hacia las mujeres", asumiendo que solo si una mujer es prostituida, sufre violencia o esclavitud, o que una mujer que compra servicios de prostitución no incurre en ninguna falta.

"En la publicidad se debe acabar con la exposición imágenes que muestren el cuerpo de la mujer como un mero objeto de deseo sexual", asumiendo que solo está mal visto o es una falta si se explota el cuerpo femenino en la publicidad.

Véase también

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