Ecósfera

La ecósfera es la zona potencialmente apta para la generación y existencia de vida en un sistema planetario. Se llama ecósfera a una envoltura teórica alrededor de la estrella en la que un planeta no tendría una temperatura ni demasiado elevada ni demasiado baja para la existencia de vida como la de la Tierra.

Ubicación de la ecósfera en el Sistema Solar

La ecósfera ocupa una región del Sistema Solar entre los 130 y 225 millones de km del Sol. Es como una gran zona esférica que rodea a nuestra estrella.

Planetas interiores

De todos los planetas de nuestro Sistema Solar, la Tierra es el único planeta que cae totalmente dentro de la ecósfera; en las cercanías existe un par de planetas: Venus al interior y Marte en el exterior próximo. Marte, el planeta desértico, gira alrededor del Sol, muy cerca de los límites de la vida, en la superficie exterior de la ecósfera.

Los planetas, en relación de sus distancias al Sol, pueden caer dentro o fuera de la ecósfera. En el caso de Mercurio, durante el "día", la temperatura alcanza los 350 °C y disminuye hasta los -170 °C durante la noche; no existen rastros de agua. El siguiente planeta, Venus, rodeado de densas nubes de dióxido de carbono que son capaces de retener el calor logrando mantener a la superficie caliente, a 458 °C, con la hipótesis de que en la atmósfera exterior más fría se podría albergar alguna forma de vida.

Nuestro planeta Tierra, con temperatura superficial de unos 20 °C, con sus grandes reservas de agua (en su mayoría en forma líquida), alberga vida en abundancia.

En Marte, la temperatura difícilmente supera el punto de congelación del agua. Si bien puede la superficie alcanzar los 18 °C en verano, el agua se mantiene atrapada en los casquetes polares.

Planetas exteriores

Para planetas exteriores más allá de Júpiter y Saturno, las condiciones son radicalmente diferentes. Planetas gigantes que someten a su atmósfera y superficie a grandes presiones, donde la vida difícilmente se puede crear, aunque estas improbabilidades podrían no existir. Y con la probabilidad adicional de la existencia de vida gracias al calor interno de los planetas exteriores gigantes.

Pero estos planetas gigantes tienen satélites donde las condiciones si pueden ser adecuadas para la vida a pesar de su lejanía del Sol. Por ejemplo en Europa y quizás también en Ganímedes (satélites de Júpiter) existen grandes océanos de agua líquida bajo unos kilómetros de corteza helada. Ello es posible gracias al calentamiento provocado por las fuertes mareas que ejerce Júpiter sobre ellos (mareas que también son responsables de que el satélite Ío sea el cuerpo más volcánico del Sistema Solar). Hay diversos proyectos de sondas futuras dedicados a Europa y a la posibilidad de que pudiera existir vida en su océano.

En otros sistemas planetarios

Como quiera que sea, el Sol es, desde muchas perspectivas, una estrella corriente. Cabe pensar que la Tierra, lejos de ser única, es uno de los innumerables planetas esparcidos por todo nuestro Universo donde pudo asentarse y desarrollarse la vida.

Vemos que en estos casos la existencia de agua líquida no depende de la distancia a la estrella, puede depender del calentamiento provocado por las mareas de un planeta gigante. Por tanto el concepto de 'ecósfera' deja de tener interés.

La existencia de vida puede ser muy frecuente en el universo. Lo que podría ser más difícil es la existencia de vida compleja: en nuestro planeta la mayor parte del tiempo solo hubo vida unicelular, y aun hoy la vida más numerosa, variada y representativa de nuestro planeta son las bacterias. Están desde varios kilómetros de profundidad en el subsuelo hasta la alta atmósfera. Los seres pluricelulares somos raros y delicados seres cuya existencia en el universo podría necesitar de condiciones muy especiales y muchas casualidades.