Discusión:Pornocracia

Con la historia del Papa SERGIO III (904-911)se inicia el período de la Pornocracia Vaticana.En la elección del Papa anterior JUAN IX, SERGIO había sido candidato y algunos cardenales lo llegaron a consagrar, pero en el año 898 debió huir de Roma para escapar a las amenazas del Papa elegido-. Pero TEOFILACTO un jefe de familia romano muy bien armado lo impuso en la siguiente elección. Este militar que dominó la Ciudad Santa por muchos años estaba casado con TEODORA con la cual tuvo una hija en el año 890:MAROZIA, que heredó tanto la belleza de su madre, como su habilidad para maniobrar e intrigar en los altos círculos del poder vaticano. TEODORA tenía un poder de seducción inmenso. A todos dominaba: monjes, militares, cardenales o Papas y con todos compartía su erótico y permisivo lecho.Como cabeza de familia era inexpugnable porque reunía el poder de las armas y la seducción por medio del Sexo.En 914, hizo volver Papa a su amante, un monje totalmente desconocido y este fue JUAN X (914-928).-Por mucho tiempo fue venerada como la amante del Papa y la mejor intercesora ante él. Protegió a su hija MAROZIA en un principio, pero madre e hija llegaron a ser rivales. MAROZIA,como ya se dijo fue hija de TEOFILACTO y desde muy jovencita se paseaba por la sede vaticana, como si fuera su propia casa.Nunca miró con buenos ojos las relaciones amorosas de su madre TEODORA con el Papa JUAN X a quien odiaba.Pero colaboro con sus padres, en la imposición de SERGIO III, con quien tuvo su primera relación sexual y un hijo, que también llegó a ser Pontífice con el nombre de JUAN XI. Posteriormente ella escogió un marido adecuado y continuó su vida de intrigas palaciegas, impuso como Papa a LEON VI (928-929), al que hizo asesinar porque no respondió a sus expectativas y lo reemplazó por ESTEBAN VII (929-931).Muerta su madre (MAROZIA) y convertida en senadora romana muy influyente, comenzó a llevar a la práctica su proyecto de convertir a su hijo mayor y preferido, JUAN (hijo del Papa SERGIO III), en nuevo pontífice. Ignoró a su segundo hijo, ALBERICO, que ella había engendrado con un héroe militar muy famoso, del mismo nombre, y no lo tuvo en cuenta para promocionarlo en nigún sentido, y esto estableció una rivalidad familiar peligrosa entre ellos.ALBERICO era muy jóven,pero muy estimado por los romanos,que veían en él una continuación de la herencia guerrera y combativa de su padre. Su nombre lo asociaban con el aclamado militar de hacía poco tiempo. Para hacer Papa, a JUAN, MAROZIA requería de muchos compromisos e influencias, muchas más de las que podía ofrecerle su actual marido GUY, y estos compromisos e influencias los encontró en el hermanastro de éste: HUGO de PROVENZA. Por eso optó por casarse con él y eliminar a GUY. En cuanto a HUGO de PROVENZA. éste tuvo que rechazar a su esposa y hasta a su propia madre que no aceptó éstas componendas.MAROZIA se deshizo de su marido por medio del veneno. De esta forma HUGO de PROVENZA, movió sus fichas en el Colegio Cardenalicio y fue elegido Papa el hijo de MAROZIA: JUAN XI (931-935), a la edad de 21 años. En la capilla de SANT´ANGELLO en el año 932, un jóven, hijo de Papa, y hecho Papa por la voluntad de su madre,casaba a ésta con el hermanastro de su anterior marido envenenado.Todo un argumento para una telenovela "culebrón". Pero con su segunda parte, todavía más imprevista y rocambolesca, porque ALBERICO, el hijo y hermanastro olvidado y desechado, se rebeló y organizó un ejército, dió un golpe de mano muy audaz y fulminante, derrotó e hizo huir a HUGO de PROVENZA.Con las riendas del poder decisorio en sus manos, puso en prisión a su propia madre y a su medio hermano el Papa JUAN XI. Ninguno de ellos (madre e hijo), pudieron salir de esa prisión y allí murieron. MAROZIA murió de manos de su propio hijo, pero éste fruto de su segunda maternidad, ALBERICO, gobernó a ROMA por más de 20 años, durante los cuales impuso al Papa LEON VII (936-939), al Papa ESTEBAN VIII (939-942),al Papa MARTIN III (942-946),y al Papa AGAPITO II (946-955). Poco antes de morir, ALBERICO,reunió al más alto clero y a los nobles romanos, obligándolos a consagrar, como sucesor de AGAPITO II, a su propio hijo, OCTAVIANO, quien solo tenía 18 años de edad.Lo elevaron al solio pontificio con el nombre de JUAN XII (955-963).