Discusión:La muerte de Sócrates

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Jacques-Louis David, La muerte de Sócrates (1787). Para David, Sócrates era un símbolo de fuerza sobre la pasión, un compromiso estoico hacia un ideal abstracto aún con la muerte en cara. Esta, es la muerte de Sócrates, un ejemplo del período neo-clásico francés el cual David prácticamente creó, pero es importante notar lo impactante que es esta pintura sin saber nada de ella; la claridad de la escena, el feroz gesto del hombre de en medio, la interacción entre el cáliz y la mano que lo alcanza, los ángulos de la luz y de los hombres, las suaves vestimentas drapeadas que sostienen los muros lisos de piedra. Como el título sugiere, la o bra relata la muerte de Sócrates como fue contada por Platón en sus "diálogos del alma". Sócrates había sido juzgado por una corte Ateniana por corromper a la juventud al no creer en los dioses de la ciudad y, sentenciado a muerte con un cáliz de cicuta. Sócrates pudo escapar al exilio, pero en lugar de, decidió tomarlo como una oportunidad para dar su última lección: La muerte no debería ser temida por el filósofo sino entendida como una apoteosis del alma. David eligió pintar el cuadro justo en el momento en que Sócrates está tomando el cáliz con el veneno mientras discute la inmortalidad del alma y, pareciera no importarle su muerte, al contrario la desafía con un gesto de su mano apuntando hacia la vida que le espera. Este es el mensaje ético que David pensó ofrecer dos años antes de la revolución francesa, mientras la monarquía se encontraba en declive y se buscaba instalar una democracia. David también se tomó muchas libertades al realizar la obra, pienso que la más significativa que cabe destacar es la inclusión del personaje al pie de la cama, Platón. El hombre que popularizó las enseñanzas de Sócrates haciéndolo el protagonista en más de 30 diálogos filosóficos. Simplemente sin Platón no habría Sócrates. Los dos hombres se funden históricamente, es difícil determinar donde empieza uno o el otro. No sólo Platón estaba ausente en la muerte de Sócrates, sino que era apenas un joven, y aquí David lo pinta como un hombre viejo del cual toda la escena parece explotar desde su nuca, recontextualizando la obra como una memoria idealizada. Significativamente Platón está posicionado aparte del fondo plano donde el momento lateral congelado da pauta a la profundidad del tiempo y la realidad. Esta, es la forma en que nuestra memoria cae, con bordes lisos y luz perfecta, idealizada, pintada para servir a las necesidades del presente. En el personaje de Platón esta ética y rigurosa realidad es traicionada por la conciencia en sí mismo de la construcción que ha realizado. Y en tan sólo un par de años los nobles ideales de los franceses serían traicionados también por el reino del terror consecutivo a la revolución francesa, donde 10000 personas murieron en prisión y 17000 decapitadas. El neoclasicismo como este parece ser severo y atrevido, pero tanto pasa en esta obra, es una interacción de elementos históricos, políticos, personales y estéticos presentados con fuerza, sutileza y belleza, en otras palabras: la obra de un genio.