Discusión:Gabriel José de Zuloaga Moyúa

Contenido de la página no disponible en otros idiomas.
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Historia de Zuloaga[editar]

Ejerció el privilegio de nombrar y cesar a los Tenientes debido a la distancia y la guerra con Inglaterra. La Corona, gracias a la influencia de la Compañía en el Consejo de Indias, lo reafirmó en 1742. Al año siguiente la colonia vivió un momento de extrema gravedad. Una escuadra británica al mando del almirante Charles Knowles sitió la Guaira y Puerto Cabello hostigando sus costas jerció el privilegio de nombrar y cesar a los Tenientes debido a la distancia y la guerra con Inglaterra. La Corona, gracias a la influencia de la Compañía en el Consejo de Indias, lo reafirmó en 1742. Al año siguiente la colonia vivió un momento de extrema gravedad. Una escuadra británica al mando del almirante Charles Knowles sitió la Guaira y Puerto Cabello hostigando sus costas con promesas de liberar a los criollos de la empresa monopolista, lo que demuestra la animadversión reinante. El diario de la expedición no tiene desperdicio. Su misión era hacer saber a los habitantes del país que el inglés no venía a despojarlos de sus derechos, religión o libertades, sino que recibirían de nosotros una mayor seguridad y más felicidad que bajo la tiranía y crueldad de la Compañía Guía pesco (sic), de la que los veníamos a libertar. En virtud de estas órdenes, nosotros deberíamos tomar como botín cualquier cosa que en tierra o mar perteneciese a la mencionada Compañía1. El encono contra Zuloaga y la Guipuzcoana estaba presente en tales sucesos hasta el punto que años después León recordaría su huida de La Guaira y la defensa del puerto por los vecinos y patricios de la tierra al mando del jefe de la fortaleza Mateo Gual y de las milicias capitaneadas por los isleños Domingo Francisco Velázquez y José Hernández Sanabria. Por contra resultó el título de Excelentísimo a dicho Gabriel de Zuloaga, sin haberlo merecido. Igual incuria se aprecia en la defensa de Puerto Cabello por las milicias de Aragua, silenciada para proporcionarle todas las glorias y prorrogarle, como recoge Terrero, cinco años de gobierno y el grado de Teniente General, mientras que quienes estaban a su frente, los hermanos Gaspar y José Lorenzo de Córdoba, promotores en 1749 de la rebelión, se les prepara de aquí a breve tiempo, en una ignominiosa prisión, el premio y el honor que se merecían de tan celebrada victoria.