Discusión:El Periquillo Sarniento

Contenido de la página no disponible en otros idiomas.
De Wikipedia, la enciclopedia libre

La afirmación "durante el virreinato en las colonias españolas estaba prohibido leer obras de ficción (aunque circulaban clandestinas), no sólo porque se consideraba que fomentaban un uso "ocioso" de la imaginación y el pensamiento, sino por su repercusión en la crítica social" me parece, cuando menos, extraña y aventurada. ¿Podría el autor incluir citas y bibliografía que sirvan para sostenerla?

En realidad, consta que en la América Española se leían obras de ficción tanto españolas como de otros países. Y que, en absoluto (sobre todo en el caso de las primeras) eran ejemplares clandestinos o sujetos a prohibición. El propio "Periquillo Sarniento" sirve para corroborarlo, ya que aparecen mencionadas en sus páginas varias de estas Novelas que entonces eran bastante populares (por citar, casi de memoria, podría apuntar las Novelas de Sotomayor y Soledades de la Vida de Lozano, entre muchas otras).

Curiosamente, es el propio Fernández de Lizardi el que expresa su desacuerdo con ellas y desaconseja su lectura, afirmando (literalmente) que "lejos de formar, cooperan a corromper el espíritu (...), disponiendo su corazón a la lubricidad, o llenando su cabeza de fábulas, valentías y patrañas ridículas." (El Periquillo Sarniento. Capítulo III. Página 136 edición española de Cátedra. Madrid 1997).

Actitud muy en la línea del didactismo neoclásico que entonces estaba en boga y que abominaba de la corriente novelística inmediantamente anterior (la del siglo XVII en España y la del XVIII en Inglaterra, sobre todo).

Afirmar que "estaba prohibido leer obras de ficción" es, aparte de una inexactitud, decir que las novelas de picaresca españolas (o el propio Quijote; amén de otras muchas. Incluidas las de origen extranjero) no se leían, de forma legal, en la América anterior a la independencia (cuando el mismísimo Periquillo Sarniento se inspira tanto en las primeras como en la segunda). Y, sin entrar en más honduras, es evidente que el libro de Fernández De Lizardi comenzó a editarse en 1816, en pleno régimen virreinal. Y en la ciudad de México (sede del gobierno), con todos los permisos oficiales.

Propongo que se elimine esa afirmación en pro de una mayor objetividad y rigor del artículo (que, por lo demás, es correcto).


--Stephen Strange (discusión) 09:34 9 dic 2012 (UTC)[responder]