Arthur C. Clarke, el autor de Cita con Rama y varias otras geniales obras de ciencia-ficción,inventor del satélite de comunicaciones, escribía cosas bastante corrientitas, hasta que a raíz de algo que llamaba una iniciación, concepto que encontramos en la Biblia "Yo te he dado una lengua de iniciado", y que al parecer experimentó en el Ceilán en el que vivió muchos años, comenzó a escribir cosas de contenido esotérico como "Cita con Rama" y técnológico "Las fuentes del paraíso". En eso que nadie tiene muy claro lo que es, y que dá lugar a cosas tan cargadas de intereses económicos como las ceremonias a precio de oro de organizaciones tales como la iglesia de la cientiología, hay varias cosas mezcladas: por ejemplo, la iniciación védica, los primeros habitantes de la India, ahora refugiados en el paraíso cingalés, incluía la toma del jugo de una planta, de nombre Soma, que puede coincidir con Peganum harmala, cuyo alcaloide, la Harmalina, tiene características de IMAO, o sea, un antidepresivo,y según los vedas, convertía a los hombres en dioses, o el compuesto o mezcla de sustancias que formaba parte de la iniciación en los misterios Eleusinos de los griegos clásicos, a los que el Nuevo Testamento cita para decir "A tí que no has sido iniciado en eso que llaman los misterios profundos del adversario", unas ceremonias que ponían al participante en comunicación con Gea, el espíritu que hoy llaman "madre tierra". Parece que la iniciación en Eleusis implicaba la toma de algún alucinógeno derivado del cornezuelo de centeno, afín al moderno LSD. Los alucinógenos implican la degradación de los principios éticos del que los toma,dejándole reducido a un ser limitado a los aspectos más materiales y animales de la existencia. También los alucinógenos destruyen alguna de las muy diversas cosas que se nombran con la palabra Dios, como alguna defensa,que al modo del cortafuegos o Firewall de los ordenadores, impide la entrada en la mente de elementos foráneos, algunas veces,muchas veces, hostiles. Alguno que ha emprendido la aventura de lo que llaman "Viaje astral", relata a la vuelta haber tenido que pelear por recuperar el control de su propio cuerpo. Autores como Rawlings, de la saga de Harry Potter, simplemente una invitación al mundo de la brujería, o el español JJ Benítez, en su serie "Caballo de Troya", refieren haber escrito sus textos como procedentes de estratos profundos de la mente,casi escritura automática, que parecía venirles de fuera. La pregunta inmediata es: ¿Quién son las musas,y a qué intereses responden?
