Código moral masónico

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 23:08 9 oct 2014 por 200.77.9.255 (discusión). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.

Su origen se remonta al año 1717, cuando se produjo la primera reorganización de logias masónicas de que se tiene noticia, creándose en aquel momento la Gran Logia de Londres y Westminster, que con el paso de los años conformaría la Gran Logia Unida de Inglaterra.

Este Código moral, fue definitivamente aprobado por el Convento de Lausana (Suiza),[1]​ desarrollado entre el 6 y el 22 de septiembre de 1875. Para la elaboración de los trabajos, además de la propia Suiza, se comprometieron los cuerpos masónicos de Gales (Inglaterra), Bélgica, Escocia, Francia, Italia, Perú, Portugal, Grecia, Hungría y Cuba.

Sin embargo Grecia y Escocia se retiraron antes de tiempo, y el documento final fue firmado por los nueve Supremos Consejos que habían permanecido representados.

Las normas

Con más o menos variantes, las normas del Código moral masónico son las siguientes.[2]

  • Adora al Gran Arquitecto del Universo.
  • Ama a tu prójimo.
  • Haz el bien, y deja hablar a los hombres.
  • El verdadero culto a Dios consiste en las buenas costumbres.
  • Haz el bien, por el amor al bien mismo.
  • Conserva tu alma pura; que pueda presentarse a toda hora delante de Dios, libre de todo reproche.
  • Ama a los buenos, compadece a los débiles, huye de los malvados, mas no odies a nadie.
  • Háblale respetuosamente a los grandes, prudentemente a tus iguales, sinceramente a tus amigos, y con ternura los pobres.
  • No adules jamás a tu hermano, porque es una traición; y si tu hermano te adula, desconfía que te corrompa.
  • Escucha siempre la voz de tu conciencia.
  • Sé el padre de los pobres. Cada suspiro que tu dureza les arranque, será una maldición que caerá sobre tu cabeza.
  • Respeta al extranjero y al viajero, porque su posición les hace sagrados para ti. Cuando a tu vez seas extranjero, no abuses de esa circunstancia pretendiendo mayores consideraciones que las de la justicia.
  • Evita las disputas y prevén los insultos, poniendo la razón de por medio.
  • Respeta a las mujeres. Jamás abuses de su debilidad, y muere antes que deshonrarlas.
  • Si el Gran Arquitecto del Universo te da un hijo, dale gracias; pero tiembla por el depósito que te confía, porque en lo sucesivo, tú serás para ese niño la imagen de la Divinidad. Haz que hasta los diez años te tema; hasta los veinte, te ame; y hasta la muerte te respete. Hasta los diez años, sé su maestro; hasta los veinte, su padre; y hasta la muerte, su amigo. Enséñale ante todo buenos principios; y después, bellas maneras. Que te deba una doctrina esclarecida, mejor que una frívola elegancia. Que sea mejor un hombre honrado, que un hombre hábil.
  • Lee y aprovecha; ve e imita; reflexiona y trabaja. Y que todo redunde en beneficio de tus hermanos, para tu propia utilidad.
  • Sé siempre contento para todo, con todo y de todo.
  • Jamás juzgues ligeramente las acciones de los hombres. Perdónalas y no las condenes.
  • El Gran Arquitecto del Universo es el que sondea nuestros corazones. Es él, sólo, quien puede apreciar su obra.

Referencias

3. Codigo Moral Masonico