Colegio Mayor Diego de Covarrubias

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El Colegio Mayor Universitario Diego de Covarrubias es un colegio mayor de fundación directa por parte de la Universidad Complutense de Madrid.

Con el precedente de la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde se había formado buena parte de la intelectualidad española de los años 30 y de la posguerra, y la tradición centenaria de los históricos Colegios Mayores de Salamanca, Alcalá y Valladolid, se crea a finales de los años 40 una realidad que hoy permanece viva y más activa que nunca en la vida universitaria: los Colegios Mayores. En este contexto surge el “Colegio Mayor Santa María del Campo” denominación oficial del Mayor tal y comos se refleja en el Boletín Oficial del Estado de 2 de enero de 1952, destinado en esta primera etapa a albergar estudiantes que fueran a orientar su vida profesional tras sus estudios, a las zonas agrarias. El Ministro de Educación Nacional, Joaquín Ruiz-Giménez inauguró oficialmente el mismo el 29 de octubre de 1952, siendo rector Don Pedro Laín Entralgo.

De la misma manera fue importante el estudio realizado de la situación socio- política y económica de los pueblos de la zona, especialmente del cinturón obrero de Madrid, en los llamados Informes Rurales que los colegiales realizaron de entre 1952-56. En ellos y tras ver las realidades del pueblo, hacían unos informes basándose en los cuestionarios que previamente habían rellanado encuestando a los habitantes y en los que constaban su situación geográfica, número de habitantes, situación religiosa, cultural, problema político etc... Sorprende en algunos casos el realismo con que son respondidos estos cuestionarios, como en el caso del Párroco de San Diego, en Vallecas, donde se afirma “ son tan ínfimas las condiciones, tanto corporales como espirituales, en que viven estos hombres que no se les puede considerar seres humanos ”

Tras estos primeros pasos, los sucesos estudiantiles del febrero de 1956, en los que los estudiantes piden la sindicación libre en la universidad, hace que se produzca el cese del primer director, Don Manuel Villar Arregui. Esto hará que comience la segunda etapa , breve en el tiempo, en el que el Colegio albergará únicamente a estudiantes y opositores de la carrera de Derecho, impulsado, en gran parte por el nuevo director, el destacado catedrático de Derecho Romano Don Juan Iglesias Santos. Pero no sólo cambia la comunidad colegial, sino el nombre, denominándose desde entonces “Diego de Covarrubias” en recuerdo y justo homenaje al prestigioso jurista, Obispo de Segovia, asentador de las bases del Derecho Internacional o de Gentes en España.

En 12 de 1959 es designado director del Mayor, Don Fernando Suárez González, que permanecería en él hasta 1969. Con él se inicia la tercera etapa que dura hasta nuestros días: el Colegio Mayor albergaría a colegiales varones de todas las licenciaturas y carreras técnicas y superiores. En estos diez años el Colegio alcanzó un inigualable nivel de excelencia, tanto académica como en lo referente a actividades culturales, sociales, académicas y de formación, destacando sobre todo por su pluralidad política en aquellos difíciles años. Gerardo Diego, el profesor Aranguren, Buero Vallejo, Laín Entralgo, García Berlanga, José María de Pemán, José Luis San Pedro, Vela Zanetti, Ramón Tamames, el Dr. Vallejo Nájera, Máximo y el Príncipe de España, Don Juan Carlos de Borbón son algunos de los miembros de esta casi interminable lista de “primeras espadas” de la vida académica, social y cultural de la época que pasaron por el Salón de Actos pronunciando conferencias, debatiendo, ilustrando y sobre todo convirtiendo al Mayor en un referente cultural madrileño.

Pero en estos años, Suárez y los colegiales consiguieron una proyección externa magnífica, gracias a diferentes empresas culturales, como la Colección Pabellón , en la que quedaban reflejados los premios de los trabajos ganadores en los diversos concursos que tenían lugar en el Colegio (poesía, relato, cuento, etc). Además en estos años actividades culturales genuinas como los “semáforos” o “La Clave” dirigida por el colegial J. L. Balbín, tuvieron una proyección nacional más tarde, gracias a los medios de comunicación.

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