En esta batalla las fuerzas de Canales lamentaron la muerte del Coronel Eugenio Loperena; los lerdistas perdieron toda su artillería y una gran cantidad de pertrechos, así como 700 prisioneros. La batalla fue encarnizada y en cierto momento de confusión del enemigo lerdista, el Gral. Canales “mandó avanzar en columna a unas 500 mujeres que montadas presenciaban el combate”, lo que produjo verdadero pánico y la dispersión no se hizo esperar”. Pero las bajas de las tropas del Gobernador aunque también fueron importantes, no impidieron salir victoriosos de la Batalla.