Amotken
En la mitología Salish, Amotken es el dios creador. Entre los Kashpel, los Flathead y los Coeur d'Alene se le llamaba «Espíritu Grande del Cielo» o «Aquel que Ocupa la Cumbre de la Montaña». Su símbolo era el Sol y el de su hijo, Spokani, la Luna. En los relatos Salish, Amotken es representado como un anciano amable y sabio que vive solo en el cielo siempre preocupado por su creación.
Historia
En una ocasión, Amotken creó a cinco mujeres jóvenes a partir de cinco cabellos de su cabeza y les preguntó lo que querían ser. Cada una dio una respuesta diferente: la primera pidió ser la madre de la maldad y la crueldad; la segunda, la del bien; la tercera pidió ser la madre de la Tierra; la cuarta la del fuego; y la quinta y última la madre del agua. Amotken les otorgó sus deseos y las envió a la Tierra para que gobernaran durante un tiempo, pero para evitar que se pelearan entre ellas decretó que cada día una diferente estaría al cargo y que la Maldad empezaría el primer turno.
Metafóricamente hablando, cada día de la historia de Amotken representa una enorme proporción de tiempo para los mortales; de este modo, la Maldad aún reina en la tierra, pero con el tiempo la Bondad llegará a gobernar.
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