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Amor platónico

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Platón y sus discípulos

Amor platónico es una expresión que, en su uso común, pretende referirse a la visión filosófica que tuvo Platón acerca del amor, aunque la malinterpreta por completo (cf. El banquete). Esta denominación popular tiene como significado el amor no correspondido o imposible que, por ello, persiste como un ideal, inalcanzable. Esto, sin embargo, es radicalmente diferente de la concepción platónica del Eros o amor, y constituye una vulgarización errónea de su teoría ( donde solo basta leer el diálogo de "El banquete" o "El simposio" para poder comprobarlo).

Propiamente hablando, y según la filosofía de Platón, tal como él se expresa al respecto en la obra: El banquete, el amor es la motivación o impulso que lleva al conocimiento de la Forma de la Belleza, así como a la contemplación de la misma. Esta orientación se produce en un proceso gradual que comienza con la apreciación de la apariencia de la Belleza en una persona (i. e., la belleza puramente física), continúa con la belleza física en general, y luego avanza hacia la apreciación de la belleza espiritual (la del carácter, la del alma), la de la belleza de las leyes y las costumbres en la sociedad, la que se encuentra en las artes y las ciencias, etc. Todos estos pasos deben finalmente superarse hasta alcanzar el punto cúlmine del proceso: el conocimiento apasionado, puro, y desinteresado, de la esencia de la Belleza en-sí, que se mantiene incorruptible y siempre igual a sí misma, el conocimiento de la idea de la Belleza en cuanto es lo único que es bello en sí mismo y por sí mismo, y en cuanto aquello que es causa de que todo lo bello sea bello. En esto consiste la "idealidad" del amor platónico: no en tener un amor inalcanzable, sino en amar las formas o ideas eternas, inteligibles, y perfectas. No hay en absoluto elementos sexuales, sencillamente porque el auténtico amor para Platón no es el que se dirige a una persona sino el que se orienta hacia la esencia trascendente de la Belleza en-sí.

Fragmento de El banquete de Platón:

A continuación debe considerar más valiosa la belleza de las almas que la del cuerpo, de suerte que si alguien es virtuoso del alma, aunque tenga un escaso esplendor, séale suficiente para amarle, cuidarle, engendrar y buscar razonamientos tales que hagan mejores a los jóvenes, para que sea obligado, una vez más, a contemplar la belleza que reside en las normas de conducta y a reconocer que todo lo bello está emparentado consigo mismo, y considere de esta forma la belleza del cuerpo como algo insignificante. [1]

El concepto moderno de amor platónico fue desarrollado en las investigaciones que Marsilio Ficino llevó a cabo al sintetizar el platonismo en la época Renacentista, por orden de Cósimo de Médici, gobernante de Florencia. «Su 'neoplatonismo' se basó en dos ideas fundamentales: la jerarquía neoplatónica de las sustancias y la teoría del amor espiritual. La primera postulaba la idea de una jerarquía de las sustancias, o de una gran cadena de seres, desde la forma más baja de la materia física (las plantas), hasta el más puro espíritu (Demiurgo, el dios de Platón), en la cual los humanos ocupaban una posición central, ó intermedia. Eran el vínculo entre el mundo material y el mundo espiritual, y su supremo deber era ascender hacia la unión con el Demiurgo, la cual, constituía el verdadero fin de la existencia humana. La teoría de Ficino respecto al amor platónico, o espiritual, afirmaba que, al igual que la gente está unida en su común humanidad gracias al amor, de esa misma forma todas las partes del universo se mantienen unidas por los lazos del amor compasivo» (Spielvogel, 2003). Lo anterior, basándose en los Diálogos platónicos. Para Ficino el amor platónico era un amor centrado en la belleza del carácter y en la inteligencia de una persona, y no en su apariencia física.[2]

La expresión es utilizada por primera vez en 1636 en la obra de teatro "The Platonick Lovers" de William Davenant, donde el poeta inglés se refiere al amor al del Simposio o banquete de Platón; donde el amor es visto como la raíz de todas las virtudes y de la verdad.

Fragmento de la enciclica Deus Caritas Est el Papa emerito Benedicto XVI:

|Los antiguos griegos dieron el nombre de eros al amor entre hombre y mujer, que no nace del pensamiento o la voluntad, sino que en cierto sentido se impone al ser humano. Digamos de antemano que el Antiguo Testamento griego usa sólo dos veces la palabra eros, mientras que el Nuevo Testamento nunca la emplea: de los tres términos griegos relativos al amor —eros, philia (amor de amistad) y agapé.[3]

Controversia acerca de Platón

A pesar de que el concepto de amor platónico proviene o tiene sus orígenes en la ideología de Platón; en la actualidad se han creado diferentes argumentos para decir que este gran pensador griego no practicaba un amor espiritual o de abstinencia. Platón (428/427-348/47 aC) nunca defendió un amor espiritual sin sexo, afirma el historiador Jay Kennedy en su libro. Más bien, abogó por un camino medio. La moral significaba para él la contención. Quería que la gente evitara tanto la promiscuidad sexual como la abstinencia.

[4]

Bibliografía

  • Spielvogel, Jackson (2003). «Capítulo 12». Civilizaciones de Occidente, Vol. «A» (5ª edición). Thomson Editores. 


Referencias

  1. Platón (1993). El banquete. Madrid: Alianza. pp. 95-98. 
  2. «Significado de amor platónico». Consultado el 29 de abril de 2014. 
  3. «Deus Caritas Est». Consultado el 5 de mayo de 2014. 
  4. La Jornada (19 de agosto de 2011). «Platón no practicaba el amor platónico; nunca fue mojigato, afirma especialista». Consultado el 4 de mayo de 2014.