Ir al contenido

Alfonsadas

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 10:38 4 nov 2014 por 176.86.226.245 (discusión). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.

Las Alfonsadas son una fiesta medieval que se desarrollan en Calatayud (Zaragoza) durante el mes de junio.

Con el único fin de rendir un merecido homenaje al Rey Alfonso I y conmemorar y recuperar el pasado de Calatayud dándolo a conocer a la ciudadanía mediante la escenografía y representación teatral y actividades medievales que se recrean. Así fundaron la "Asociación Medieval Alfonso I "El Batallador" de Calatayud dando potestad y autorización a la citada asociación para que dicha representación se lleve a cabo en esta ciudad anualmente.

Enlaces externos

En el año 1117, Alfonso I "El Batallador" inicia la campaña contra Zaragoza, con la ayuda de parientes como de su cuñado GuillermoIX de Poitiers, Duque de Aquitania, y caballeros del Midi, en el Sur de Francia, además de navarros, aragoneses y de hombres de Vizcaya y Álava.

La ciudad de Zaragoza se entregó el 18 de diciembre de 1118.

Así pues el "Batallador" se proponía asediar Calatayud, sitiándola en el año 1119, pero debió salir al encuentro de un ejército almorávide enviado por el emperador Alí Ben Yusuf receloso de los éxitos del aragonés como último intento de frenar el avance cristiano. La batalla tuvo lugar en Cutanda, a 50 kilómetros al sureste de Calatayud, el 17 de junio de 1120 y el triunfo cristiano fue rotundo. Acto seguido como consecuencia de la victoria, el 24 de junio de 1120, se entregaban las ciudades de Calatayud y Daroca y la totalidad de los valles del Jalón y del Jiloca, quedando así abierta la ruta hacia el Levante y en concreto a Valencia.

En Calatayud existió un gran núcleo de resistencia de los árabes y esto obligó a pelear con esfuerzos y peligros, que fueron muy sangrientos, ya que no hubo árabe que no perdiese la vida, libertad o la patria. La victoria fue tan prodigiosa que se atribuyó al divino socorro de San Jorge, y hacía él ha quedado la memoria y el agradecimiento de esta noble ciudad, que festeja al santo capitán como a su restaurador.