Huanca (monolito)

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Huanca en la quebrada Uquián, en el camino de Olleros a Chavín de Huántar, dentro del parque nacional Huascarán en Perú.

Una huanca (en quechua ancashino: wanka)[1]​ o chichic (tsitsiq)[2]​ es una piedra vertical alargada considerada sagrada y con múltiples simbolismos en la cosmovisión andina.[3][4]​ Por lo mismo, las huancas eran objeto de culto y se les dedicaban rituales y ofrendas.[5]​ Esta piedra colocada en la parte más alta de una chacra se denomina chacrayoc;[6]​ (en quechua de Áncash, chakrayuq o el señor de la chacra).

La huanca, si bien es un monolito, es similar al tótem (de la palabra ojibwa: ototeman que significa 'él es mi parentela')[7]​ de los pueblos nativo americanos de Norteamérica en cuanto se considera sagrada y puede simbolizar al ancestro de una comunidad cumpliendo así una función tutelar.[8]​ También se asemeja al menhir, monumentos megalíticos cuya construcción se realizó a finales del Neolítico y dura hasta la Edad del Bronce en el Mediterráneo occidental y la Europa atlántica.[9]

Distribución geográfica[editar]

Las huancas están presentes en varios lugares de los Andes, especialmente en la región peruana de Áncash en donde se han hallado muchas en el Callejón de Huaylas en las provincias de Recuay (Toro Ccaca), Huaraz (Huancajirca, Pesebre, Marca Jirca), Carhuaz (Piruro II), Yungay (Cotu, Marcayoc, Keushu), Caraz (Pueblo Viejo) y Sihuas (Huayubamba).[10][11]​ También, se han descubierto huancas en la provincia de Huamanga en Ayacucho,[12]​ en la cuenca norte del lago Titicaca en la región Puno en Perú,[13]​ y en las provincias de Salta y Tucumán en Argentina.[14][15]

Antigüedad[editar]

De acuerdo a Bazán del Campo, las huancas más antiguas son de aproximadamente hace 5000 años (de 4000 a 2000 antes de Cristo), en el Precerámico Tardío, en sitios como Caral y Bandurria.[16]

Significados[editar]

La huanca en el Templo Antiguo de Chavín de Huántar, aún posicionada en un lugar que se adecuaría al concepto de axis mundi referido por Mircea Eliade.[17]

Las crónicas coloniales y los documentos de extirpación de idolatrías nos dan una idea acerca de los significados de las huancas en el mundo andino originario. Rodrigo Hernández Príncipe, un visitador de idolatrías quien vivió entre 1578 y 1638, contó acerca de la existencia de una huanca a principios de la Colonia en Perú en la zona del Callejón de Huaylas:

"... a un cuarto de legua desta población muy antigua donde en un adoratorio rodeado de cantería y en medio hecho un caracol estaba su respetada y principal Huanca llamada Llamoq que era una piedra al modo de una calavera tan pesada como fiera que mirarla ponia horror estaba rodeada de muchos sacrificios adoráanla con airjuas y trompetas estos llactas y era huaca e la madre del cacique y los deste ayllo dijeron proceder de esta huaca...".
Hernández Príncipe 1622.[18]

El término huaca hoy en día es utilizado popularmente para designar un sitio arqueológico. No obstante, de acuerdo a los documentos etnohistóricos este concepto se refería para designar la sacralidad de diferentes cosas: piedras, árboles, lugares de la naturaleza, templos, personas, animales y experiencias humanas como llorar.[19]​ Por lo tanto, las huancas son huacas: piedras consideradas sagradas a las cuales se les dedicaban ritos y ofrendas, tenían nombre propio e incluso indicaban el lugar de origen de una comunidad.[20][21]

Asimismo, de acuerdo a una cita de otro extirpador de idolatría, el jesuita español Pablo José de Arriaga (quien declaró haber destruido 189 monolitos huancas), que vivió entre 1564 y 1622,[22]​ se desprende que la piedra fálica representa a los ancestros, que actúan como intermediarios entre el mundo terrestre y el mundo divino, y asisten y complementan la labor agrícola 'fertilizando' la tierra.[23][24]

"Chíchic o Huanca llaman una piedra larga, que suelen poner empinada en sus Chácaras, y la llaman también Chacrayoc, que es el Señor de la Chácara, porque piensan que aquella Chácra fué de aquella Huaca, y que tiene a cargo su augmento, y como tal la reverencian, y especialmente en tiempo de las sementeras le ofrecen sus sacrificios".
Arriaga 1621.[25]

El culto a las huancas era una manifestación andina del culto a los ancestros, que son un conjunto de prácticas religiosas universales centradas en los ancestros bajo la creencia que ellos continúan cuidando a sus descendientes.[26]​ En el mundo andino, cada colectivo o ayllu tenía sus propios ancestros, y en el rango mayor de estos se posicionaba al ancestro fundador, muchas veces representado en piedra como una huanca.[27]​ Dado que la cosmovisión andina es animista: los cerros, las lagunas y las piedras tienen vida y por lo mismo son sujetos de culto.[28]​ Siglos más tarde, de acuerdo a los estudios actuales, se incorporan otras prácticas como el culto a los mallqui (momias) en chullpas,[29]​ como por ejemplo en la necrópolis de Marcajirca en la provincia de Huari en el Perú.[30]

Tipos y funciones[editar]

Huancas en hilera paralela en el sector Gaucho, frente al centro ceremonial Chavín de Huántar, en San Marcos, Perú.

Las huancas se tipifican de acuerdo:

  • A su morfología:
    • Por su forma individual: prismática, rectangular, lanceolada, tabular, cúbica, cilíndrica e irregular.[31][32]
    • Por su acabado: lisas o labradas[33]
    • Por su arreglo: en hileras paralelas, muro circular con huancas, plataforma con huanca y huancas con pedestal.[31]
    • Huancas naturales: peñas y cerros, y cantos rodados (naturales pero trasladadas).[31]
  • A su función:[34]
    • Huancas de los pueblos: las huancas denominadas Marcayoc que simbolizaban al ancestro fundador ocupando así una función tutelar.[35]
    • Huancas de las sementeras: las huancas Chacrayoc, simbolizando la fertilidad, aumentando y protegiendo los cultivos en la chacra.[35]
    • Huancas de las aguas o de las alturas: se ubican cerca de las lagunas y los ríos, cumpliendo un rol propiciatorio para la abundancia.[33]
    • Huancas de los caminos: se ubican en puntos en los caminos que demarcan un inicio, un fin o un punto alto, cumpliendo una función similar a las apachetas y posteriormente a los ushnus incas del Horizonte Tardío.[36]
    • Huancas de los templos: se ubican en templos aislados o cerca de los pueblos, en algunos casos el templo se desarrolla en función al culto de la huanca, como en Chavín de Huántar y en algunos edificios de sitios como Caral.[37][38]

Algunas huancas emblemáticas[editar]

Piedra sagrada o huanca en Caral, en Supe en Perú.

La Huanca de Caral[editar]

Otra huanca importante es la que se ubica frente a uno de los edificios piramidales de Caral, un sitio arqueológico en la costa norte central del Perú, en el distrito de Supe, provincia de Barranca. En la Plazuela de La Huanca, al frente de la fachada de una de las pirámides (Edificio Piramidal La Huanca, Sector I en Caral Alto) se encuentra precisamente una hincada en el suelo y tiene 2.15 m de alto.[37]

La Huanca de Chavín[editar]

La huanca más emblemática en los Andes del Perú es conocida popularmente como el Lanzón monolítico, perteneciente a la cultura arqueológica Chavín que se desarrolló durante el Horizonte Temprano. Fue el explorador alemán Ernst Wilhelm Middendorf quien recogió el nombre de huanca para tal vez el elemento más importante del centro ceremonial Chavín de Huántar cuando visitó el pueblo del mismo nombre a finales del siglo XIX.[39]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Julca Guerrero, Félix (2009), Quechua Ancashino - Una mirada actual, Lima: Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos, Care Perú, p. 397, ISBN 978-612-45425-4-1 .
  2. Zuidema, Reiner Tom (1995). El sistema de ceques del Cuzco : la organización social de la capital de los Incas : con un ensayo preliminar (1. ed edición). Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú. p. 188. ISBN 8483909995. OCLC 34926230. Consultado el 28 de marzo de 2019. 
  3. Duviols 1979: 8.
  4. Sánchez García 2015: 6.
  5. «Museo Nacional de la Cultura Peruana presenta conferencia ‘El mojón de piedra o huanca prehispánico y su pervivencia en la etnografía del Callejón de Huaylas». Ministerio de Cultura del Perú. 18 de junio de 2015. Consultado el 28 de marzo de 2017. 
  6. Enciclopedia ilustrada del Perú Tomo 8 de Alberto Tamayo Vargas (2001)
  7. Lévi-Strauss, Claude (1965) [1962], El totemismo en la actualidad, Madrid: Fondo de Cultura Económica, p. 33, consultado el 28 de marzo de 2017 .
  8. Lau 2016: 222.
  9. Fullola, Josep Mª; Nadal, Jordi (2005). «Introducción a la prehistoria. La evolución de la cultura humana». Barcelona (primera edición) (Ed. UOC). pp. 165-166. ISBN 84-9788-153-2. 
  10. Bazán del Campo 2007: 3, 9.
  11. Albornoz en Duviols 1967: 30.
  12. Sánchez García 2015: 7.
  13. Tantaleán y Leyva 2011: 267.
  14. García Azcárate , Jorgelina (1996). «Monolitos-Huancas: Un intento de explicación de las piedras de Tafí (Rep. Argentina)». Chungara Revista de Antropología Chilena (Arica: Departamento de Antropología de la Universidad de Tarapacá) 28 (1/2): 159-174. ISSN 0717-7356. Consultado el 29 de marzo de 2017. 
  15. Páez, María Cecilia; Lynch, Virginia; Besa, Yamila (2014). «Espacios sagrados en el mundo andino: excavación de una huanca en Las Pailas(Cachi, Salta, Argentina)». Revista Española de Antropología Americana 44 (1): 275-284. ISSN 1988-2718. Consultado el 29 de marzo de 2017. 
  16. Bazán del Campo 2007: 7.
  17. Cummins, Tom (2008). «The Felicitous Legacy of the Lanzon». En Conklin, William J.; Quilter, Jeffrey, eds. Chavin - Art, Architecture and Culture (en inglés) (Los Ángeles: Cotsen Institute of Archaeology, University of California): 279-304. ISBN 978-1-931-745-45-1. 
  18. Ibarra Asencios, Bebel (2013). «Espacio y Cronología en la sierra de Norte del Perú: Balance de las Investigaciones Arqueológicas en la Provincia de Huari». En Ibarra Asencios, Bebel, ed. 100 Años de Arqueología de la Sierra de Áncash (Huari (Áncash): Instituto de Estudios Huarinos): 42. Consultado el 29 de marzo de 2017. 
  19. Brignardello 1999: 35.
  20. Brignardello 1999: 31-38.
  21. Bazán del Campo 2007: 6.
  22. Arriaga 1920 [1621]: 17.
  23. Brignardello 1999: 145-146.
  24. Duviols 1979: 20.
  25. Arriaga 1920 [1621]: 21.
  26. Lau 2013: 127.
  27. Lau 2013: 128.
  28. Sánchez García 2015: 2.
  29. Lau 2013: 138-139.
  30. Ibarra Asencios, Bebel (2009). «Marcajirca: Cronología, Función y Muerte». En Ibarra Asencios, Bebel, ed. Historia Prehispánica de Huari: Desde Chavín hasta los Inkas 3000 años de Historia (Huari (Áncash, Perú): Instituto de Estudios Huarinos): 63-76. ISBN 978-603-45405-0-7. Consultado el 15 de febrero de 2017. 
  31. a b c Bazán del Campo 2007: 8-9.
  32. Sánchez García 2015: 9.
  33. a b Sánchez García 2015: 4.
  34. Bazán del Campo 2007: 9-12.
  35. a b Duviols 1979: 9.
  36. Albornoz en Duviols 1967: 24.
  37. a b Shady Solís, Ruth; Cáceda Guillén, Daniel; Crispín Balta, Aldemar; Machacuay Romero, Marco; Novoa Bellota, Pedro; Quispe Loayza, Edna; 7 (2012) [2009], Caral. La civilización más antigua de las Américas: 15 años develando su historia, Lima: Zona Arqueológica Caral-Supe / Ministerio de Cultura del Perú, p. 34, ISBN 978-612-45179-0-7  .
  38. Middendorf, Ernst W (1900). Perú: observaciones y estudios del país y sus habitantes durante una permanencia de 25 años. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. p. 77. OCLC 5222026. Consultado el 28 de octubre de 2019. ««El pilar que soporta el techo, llamado La Huanca por los indios, tiene forma de prisma irregular. Está cubierto por dibujos de líneas onduladas, grabadas en la piedra, que rematan en cabezas de serpientes, cuyo conjunto forma un grotesco rostro humano.»». 
  39. Middendorf, Ernst Wilhelm (1895), PERU; Beobachtungen und Studien über das Land und seine Bewohner während eines 25 Jährigen Aufenthalts [PERÚ: Observaciones y estudios del pais y sus habitantes durante una permanencia de 25 años] (en alemán), Berlín: Meisenbach Riffarth & Co., p. 77, ISBN 978-1138898998, consultado el 28 de marzo de 2017, «El pilar que soporta el techo, llamado La Huanca por los indios, tiene forma de prisma irregular. Está cubierto por dibujos de líneas onduladas, grabadas en la piedra, que rematan en cabezas de serpientes, cuyo conjunto forma un grotesco rostro humano.» .

Bibliografía[editar]