Discusión:Illapa

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Mitos y Leyendas[editar]

Existe una leyenda sobre el origen de las lluvias y tormentas que reza sobre el dios Illapa, se menciona que él recogía agua de la vía láctea en un aríbalo o cántaro y se lo entregaba a su hermana Mama Quilla para que lo cuide, este dios lanzaría un proyectil de su huaraca al cántaro destruyéndolo, el estruendo producido vendría a ser el trueno, las chispas generadas del impacto serían los rayos y finalmente la salida del agua sería la lluvia.[cita requerida]

Se dice que los incas, para captar la atención del dios Illapa, logrando que este produjera la lluvia, ataban perros negros sin comida ni agua para abastecerse, pasaría un tiempo en que estos animales comenzaran a sollozar por hambre y sed, esto con el fin de que el dios Illapa se apiadase de ellos, mandando así la lluvia para evitar sus muertes, también se menciona que si los perros llegasen a morir, esta deidad demostraba su furia mandando un poderoso rayo que se encargase de fulminar sin dejar rastro de los culpables de la muerte de dichos animales. Si la sequía continuaba se llegaba incluso a ofrecer sacrificios humanos.

Se menciona a Illapa en un relato que paso a transmitirse de generación a generación oralmente, este relato explica el origen de las dos montañas que albergan al valle del Mantaro, la historia es perteneciente al folklore de Junín, llamada Amaru Aranway.

Se presenta a continuación lo rescatado del relato:

Cuentan los Wankas, que sus ancestros vivían en cavernas, porque en los alrededores de un gran lago habitaban unos terribles seres que los atacaban apenas los veían. Así que imploraron a Wiraqucha, quien a su vez ordenó a Tulumanya (el Arco iris) que les enviara ayuda. Fue así que este hizo brotar de su pecho, con un gran estruendo, a una bestia fabulosa, con cabeza de wanaku, alas y garras de Wamanpallpa, patas de uturunku en un cuerpo de kurtashu, cubierto de escamas, que terminaba en una cola de anaconda: era el Yana Amaru (del quechua: Serpiente negra) el cual debía terminar con aquellas fieras que atormentaban a los pobladores de la región. Mas una vez cumplido el encargo, todo se descontroló; el Yana Amaru ahora atacaba por placer, a los pobladores, y a otras criaturas; y finalmente se apropió del lago.

Por lo que nuevamente suplicaron, y entonces fue engendrado Yuraq Amaru (del quechua: Serpiente blanca) que, a diferencia de su semejante, este tenía unas hermosas y brillantes escamas plateadas y ni bien piso las orillas del lago, combatió al primero, la pelea entre ambos fue tan fuerte y duradera que a la larga causaron aún mayores estragos.

Es entonces que Wiraqucha, harto de esta situación, envió a Illapa (el Rayo) y a Wayrapuka (el Viento) a combatirlos. Al verlos, los dos Amarus se sumergieron en el lago, pero Illapa quebró una orilla y Wayrapuka empujó las aguas para que se desbordasen y así el lago se secase, dejando a los Amarus al descubierto. Ellos entonces trataron de huir al cielo, pero Wayrapuka los hizo volver, e Illapa les dio el combate definitivo. Poco antes de morir, ambos Amarus se estiraron y crecieron aún más, transformándose en la dos cadenas montañosas que amurallan el valle. El mayor hacia el poniente, convirtiéndose en una cordillera de fértiles tierras de cultivo y amplias pasturas, mientras que el menor lo hizo hacia el saliente, con nieves perpetuas, que desde el nevado de Waytapallana, es la proveedora de las aguas del deshielo que se usan en el riego así como también para el consumo humano.

La leyenda anteriormente contada guarda algunas similitudes con el enfrentamiento final en el día del Ragnarök entre el dios del trueno Thor y la serpiente de Midgard o Jörmungandr de la mitología nórdica, siendo Illapa y Thor dioses relacionados con el rayo, mientras que el Amaru y Jörmungandr son serpientes mitológicas muy poderosas dentro de sus respectivas mitologías, sin mencionar de que ambas serpientes tuvieron el mismo destino, al ser derrotadas por los dioses anteriormente mencionados.

Existen creencias en el Perú que giran en torno a este dios, sobretodo en algunas partes de la sierra peruana donde su culto aún sigue vigente, que asocian los rayos de Illapa con el crecimiento de diversos hongos y setas, se dice que el rayo al impactar los produce, estos son ingredientes con los que se preparan diversos platos.

El rayo cae en la tierra y muchas veces le gusta correr entre las matas de ichu por las pampas, moviéndose como una serpiente chispeante. En la pampa de Anta son muchos los rayos que descargan sus baterías en los meses lluviosos. Al día siguiente brotan sobre sus huellas cientos de setas que son un delicioso manjar en las mesas cusqueñas cuando se preparan como K’apchi o el picante con papas harinosas.

Sin embargo, hay que tener mucho cuidado en los días o noches de tormenta. El rayo puede fulminar a los caminantes solitarios, pues no acepta desafíos. Solo en casos singulares, si toca a alguien dos veces (el primer rayo lo mata y el segundo lo resucita), lo puede convertir en Altomisayoq, los Altomisayoq son gente que ha sido preparada desde niños, no por el hombre sino por la naturaleza y que ésta se exprese a través de ellos, dándoles a conocer los secretos de la vida y la muerte.

Los rayos caen siempre en lugares donde hay oro, plata y hombres que merecen ser castigados, según mencionan los pobladores de Pisac. Cuando revientan en agosto iluminando la gran olla del cielo es signo de que se avecina un buen tiempo. Según la tradición de los pueblos en la etapa virreinal, el rayo era considerado como la espada flamígera del Patrón Santiago que se descargaba sobre la tierra cuando este se enojaba.

En el Cusco, el rayon qhaqa o Illapa forma parte del cuerpo retumbante de Chuki Illa. En Machu Picchu, el zigzag del rayo aparece en la parte baja del torreón circular que protege a la Mama Qaqa (del quechua: Madre de las piedras). Ya que el rayo hubiera impreso su huella en la misma roca en un tiempo inmemorial los canteros pulieron sus líneas resaltando sus curvas. Seguramente Illapa recibía ofrendas que se enterraban al pie del zigzag.

En un sepulcro de granito blanco, Marino Sánchez descubrió dentro de un urpu el esqueleto de un infante. Este cuerpo era de un mellizo a quien consideró por esa circunstancia hijo del rayo o del trueno, como se acostumbraba entonces.

El rayo se encarga de guardar las semillas de los alimentos en la laguna de Otorongoqocha, en las faldas del nevado Ausangate, Ukhunqati, que se ve desde el Cusco. Además, esta laguna es una cocha muy profunda, de agua limpia y transparente. En el fondo hay una especia de piedras pequeñas. Estas son papas, maíz, quinua y otros alimentos que el rayo lleva y esconde como semilla.

Agrego esta bonita leyenda, extraída del artículo por no contar con fuentes fiables. Si se agregan se colocará nuevamente en el artículo. Colaboración del IP 190.237.24.20. Un saludo. Math M (mensajes) 16:22 26 feb 2022 (UTC)[responder]