Hild (¡Oh, Mi Diosa!)

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Hild
ヒルド
(Hild)
SexoFemenino
Primera aparición
  • Manga file 135
  • Anime Episodio 17 - 2º Temporada
  • ¡Oh, mi diosa!
    Peso5' 8 kg
    OcupacionDaimakaichō, Gobernante del Infierno
    ProcedenciaInfierno

    Hild (ヒルド Hirudo?) es una personaje de la serie de manga y anime ¡Oh, Mi Diosa!. Es un demonio de rango equivalente al de Dios, madre de Urd una de las tres nornas. Su color del pelo es blanco y el de sus ojos morado siendo su afinidad elemental principalmente el fuego y la electricidad. Aparece por primera vez como sombra en la primera temporada del anime pero aparece como tal en el capítulo 17 de la segunda temporada. Hay un cambio con respecto al manga ya que en el anime Urd la llama y en el manga ella viene en ayuda de Peorth ya que se ha vuelto en una niña.

    Siente un gran amor por su hija Urd aunque ésta ha declarado que nunca actuará con ella como si fuera su madre. A partir de ese momento deja a un avatar con su milésima parte de su poder en forma de niña que será la antagonista más poderosa de las diosas.

    Personalidad[editar]

    A pesar de ser la jefa de los demonios en el infierno, Hild actúa sorpresivamente como una persona muy alegre y coqueta cuando hace su primera aparición, abrazando a Urd, Keiichi, y Skuld como viejos conocidos. Su verdadera personalidad se vio rápidamente, en las negociaciones para eliminar la maldición de Peorth y también en los siguientes capítulos. Detrás de su omnipresente pequeñez y su sonrisa afilada, Hild es calculadora y extremadamente artera. Esto último es un punto importante para entender a Hild, ella nunca es absolutamente malvada pero hace que los planes de Mara sean juegos infantiles. Hild es uno de los únicos personajes de la serie que procede con cierta malicia (algo muy poco común en el contexto de la serie, aún hablando de un demonio) Un ejemplo es cuando Hild le implantó un demonio a Belldandy dándole un toque de oscuridad no muy común en la historia de ¡Oh, Mi Diosa!.

    Hild nunca muestra sus emociones mucho más allá de la siempre presente sonrisa, pero esto sólo debe hacer a uno más cauteloso ya que con esto tiende a ocultar su lado más peligroso. Peorth y Keiichi subestimaron a Hild; Peorth tuvo suerte de que solo la congelen. Keiichi, por el otro lado, recibió un disparo sin ninguna advertencia, después que Hild se ofendiera con uno de sus comentarios. Hild nunca usa hechizo alguno (y cuando lo hace, sólo en las formas leves), cosa que quizás se deba a su poder. Una buena razón para ello, según explicó a Rind, es el Sistema Doublet. En vez de eso, utiliza astucia, bien planificada, mejorando los planes de Mara y teniéndola como su mano derecha. Por último, más allá de ser un demonio, Hild es aún una madre y es evidente que se preocupa por su hija, a pesar de Urd elegir el lado de los Dioses.

    Cuando Hagall sella a Hild para tomar control del infierno, Hild es eventualmente liberada; a punto de proceder con el castigo de Hagall, esta última revela que la rebelión procedió por el hecho de que el ciclo de Hild como líder del Infierno iba a acabar, implicando que iba a morir; su remoción forzada fue justificada con el hecho de que Hild probablemente no hubiera dejado el control del Infierno de ninguna otra manera. Al final, todo resultó ser una estratagema de Hild para poder continuar con otro ciclo; contraria a la reacción que se esperaba, Hagall se lanzó llorando a los brazos de Hild en un arrebato sincero de felicidad por el hecho de que Hild no iba a morir all fin y al cabo; esto implica que a pesar de ser considerada implacable, Hild es muy amada por sus súbditos.