Diferencia entre revisiones de «División del Norte (España)»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Trasibulo (discusión · contribs.)
Sin resumen de edición
Trasibulo (discusión · contribs.)
Deshecha la edición 37032004 de Trasibulo (disc.)
Línea 2: Línea 2:


La '''División del Norte''' fue una unidad militar [[España|española]], comandada por [[Pedro Caro y Sureda]], marqués de La Romana, y destinada a [[Dinamarca]] durante las [[Guerras Napoleónicas]] de principios del [[siglo XIX]]. La unidad, compuesta por 14.000 hombres, llegó a Dinamarca en marzo de [[1808]]. Junto con una unidad franco-belga de iguales efectivos, su objetivo era proteger el país, aliado de [[Napoleón]], a la vez que esperaba la orden para invadir [[Suecia]], operación que nunca se produjo. Enterados del [[levantamiento del 2 de mayo]] contra las tropas napoleónicas, las tropas intentaron huir, lo que consiguieron seis meses después, con la ayuda de la Marina inglesa.
La '''División del Norte''' fue una unidad militar [[España|española]], comandada por [[Pedro Caro y Sureda]], marqués de La Romana, y destinada a [[Dinamarca]] durante las [[Guerras Napoleónicas]] de principios del [[siglo XIX]]. La unidad, compuesta por 14.000 hombres, llegó a Dinamarca en marzo de [[1808]]. Junto con una unidad franco-belga de iguales efectivos, su objetivo era proteger el país, aliado de [[Napoleón]], a la vez que esperaba la orden para invadir [[Suecia]], operación que nunca se produjo. Enterados del [[levantamiento del 2 de mayo]] contra las tropas napoleónicas, las tropas intentaron huir, lo que consiguieron seis meses después, con la ayuda de la Marina inglesa.




El 5 de febrero de 1807, Carlos IV y Godoy comunicaban al ministro francés Talleyrand que dijese a Napoleón que la Corte española ponía a su disposición 14.000 hombres, incluidos los 6.000 que guarnecían el Reino de Etruria, proponiendo para el mando de aquella División al general O'Farril o a Castaños. Como Napoleón no prestó atención a ninguno de ellos, fue nombrado el marqués de La Romana. Posiblemente el desarrollo de la siguiente guerra hubiese tenido diferente desenlace si hubiese estado lejos de la Península el general Castaños y no hubiese participado en la victoria de Bailén.

Formada la División del Norte, iniciaría su marcha el 22 de abril de 1807, en cinco columnas que marchaban a intervalos de tres días para unirse al cuerpo de ejército francés que mandaba el Mariscal Brune. El 4 de julio el Mariscal Kellermann pasó revista a las tropas en Maguncia. El siguiente día 16, llegó La Romana con su Estado Mayor. En los primeros días del mes de agosto acampó la División en las inmediaciones de Hamburgo. El Mariscal Bernadotte, príncipe de Ponte-Corvo fue nombrado regente de las ciudades hanseáticas, revistaría nuevamente las tropas españolas en Hamburgo. Los soldados quedaron de guarnición en dicha ciudad, y en Lübeck. Pasarían los días en las diversas acciones y ocupaciones festivas a que también se daba el marqués, hasta que a sus asentamientos en las islas de Langeland Aröe y Thorseng llegasen las noticias de los sucesos de España. El gobernador del Campo de Gibraltar, el general Castaños, en conferencia que tuvo con el gobernador de Gibraltar, Sir Hew Dalrymple, le indicó la posibilidad de que sus barcos notificasen al marques de La Romana las ocurrencias de Madrid.

A raíz de esta conversación, el gobierno británico inició la búsqueda de una persona que pudiese llegar a presencia de La Romana y exponerle la situación real de España, sin levantar sospechas. Arthur Wellesley, antes de salir para Portugal halló el personaje buscado, un clérigo católico escocés de nombre James Robertson, que hablaba correctamente alemán y había residido muchos años en Ratisbona. John Hookham Frere había sido enviado a Madrid, en septiembre de 1802 como representante de Su Majestad Británica en la Corte de Carlos IV, estudioso de la lengua y literatura castellana, por tanto amigo de los clásicos españoles, hizo gran amistad con La Romana, la cual perduró en toda situación. Frere tuvo que abandonar Madrid por su incompatibilidad con Godoy y a ello añadidos los actos de piratería.

Canning habló del asunto de La Romana con Frere, haciéndole ver las dudas de que el General español no creyese lo que le dijese Robertson, ya que este no quería llevar sobre sí ningún documento comprometedor a su persona. Propuso Frere que solamente llevase una tira de papel en el que hubiese un verso del "Poema del Cid", sobre el que ambos habían debatido largamente y que podría servir como santo y seña para entrar en confianza con el emisario.

El día 4 de junio, Robertson embarca para Heligoland, acompañado de Mackenzie, agente británico en aquellas tierras y que debería facilitarle el tránsito hasta llegar ante La Romana. Mackenzie supuso al General en Hamburgo y allí se dirigieron a Nyborg, hospedándose en el mismo hotel donde lo hacía el Marqués con su estado Mayor y su numerosa servidumbre.

El 5 de junio llegaron a Londres José María Queipo de Llano Ruiz de Saravia, Ángel de la Vega Infanzón y Fernando Álvarez de Miranda. Habían salido del puerto asturiano de Gijón, a bordo de la fragata corsaria Stag, de la matrícula de la isla de Jersey y que los trasladó al puerto de Falmouth. Entrevistados con Willians Wellesley y después con el Secretario de Estado para Asuntos Extranjeros, Canning, lograrían ayudas económicas para la lucha contra Napoleón, así como la asistencia de tropas británicas. Días después el rey Jorge III, en 4 de julio de 1808 da una proclama en la que pone fin a la guerra entre su país y España. Como consecuencia de ello una gran flota compuesta por unos 170 navíos se aproximaba por el mar Báltico transportando no menos de doce mil hombres al mando del general John Moore, que no llegaron a desembarcar a pesar de que durante cerca de quince días estuvieron presentes en aquellos mares.

Robertson, fingiéndose viajante de comercio le escribió una esquela en francés, solicitando una audiencia para enseñarle muestras de tabaco y chocolate. Concedida ésta, con sus paquetes se presentó ante La Romana, tras pocas palabras le describió el objeto real que allí le había conducido. El marqués se quedó dubitativo y callado, observando y considerando que posiblemente fuese un agente francés que intentaba conocer las verdaderas intenciones de sus últimos movimientos. Al citarle el verso del "Poema del Cid" y darle otros datos, se disiparon las dudas de La Romana. La llegada el día 24 de junio, del Ayudante Llano, acompañado del Teniente Coronel del Regimiento de Zamora y del Coronel Martín de la Carrera, testigos ambos de los sucesos del 2 de mayo, despejó las dudas de cuanto se estaba sospechando desde días atrás. No obstante acepta su admisión en la Legión de Honor, Bernadotte le regala una de sus águilas de oro, que La Romana agradece en carta de 11 de junio. La Romana escribió a Napoleón felicitándole por la exaltación al trono de España de su hermano el rey José I, y al propio Rey, con fecha 14 de junio, desde Nyborg, en Fionia, ofreciéndole en nombre de sus tropas el homenaje y sumisión de ellas.

Cuando les escribe, ya ha tenido conversaciones con Robertson. El mariscal Berthier sospechaba y se lo hace saber a Bernadotte, quien le contradice, manifestando su total confianza en La Romana. El marqués que podría parecer estaba en connivencia con los franceses, realmente lo que hacia era contemporizar con el objeto de salvar todas sus tropas y posibilitar algún día el retorno a España. El 16 de julio, el Comisario general de Policía de Amberes escribe a Bernadotte haciéndole partícipe de la sospecha que hay de que los navíos británicos embarquen la División española en alguno de aquellos pequeños puertos. La Romana solamente halagaba con hechos la presunción y vanidad del Mariscal francés y de ese modo se ganaba su total confianza.

El 22 de julio La Romana recibe carta de Bernadotte en la que entre otras cosas le indica: "... Según las órdenes que he recibido, se servirá hacer prestar, por las tropas de su División, el juramento que deben al Rey José I. La prestación se hará por regimientos, levantándose un proceso verbal para cada uno. El juramento de V. E. y el de todo su Estado Mayor, será objeto de un proceso verbal particular...".

La Romana intenta que se realice el juramento, pero las tropas lo rechazan. Desde Assens escribe el 2 de agosto a Bernadotte manifestándole la oposición a realizar aquél acto, que además no se practicaba en el ejército español, junto a la falta de noticias de España. Bernadotte responde amenazadoramente y quedando La Romana en difícil situación. El subteniente Fábregues iba como comisionado a Copenhague llevando pliegos para el general Fririon, y a su regreso pasó por Nyborg a entregar otros al Marqués que no se hallaba en la ciudad, dejándoselos a su jefe de Estado Mayor. Embarcado en una lancha de pescadores, desenvaina su espada y obliga a que le lleven a uno de los barcos británicos allí fondeados, sube al Superb, donde es acogido por el contralmirante Keats, el cual le promete auxilios inmediatos.

La acción de Fábregues pudo haber sido decisiva a las dilaciones que se estaban observando por parte de La Romana. El 27 de agosto el convoy se hallaba fondeado en Gothemburg, sin que los españoles pudiesen desembarcar hasta el día 29, allí el 5 de septiembre se enterarían de la victoria de Bailén y la retirada del Rey José. El 12 levaron anclas y por los temporales arribarían a Santander el 10 de octubre. La infantería se unió a Blake y ya lucharon en Espinosa de los Monteros. Por la delación y perjudicial conducta de Kindelán, quedaron en Dinamarca, desarmados y prisioneros unos 225 oficiales y sobre 4950 soldados, con unos 2986 caballos.

La Romana a bordo del bergantín Calypso salió el día 9 de septiembre, llegando a Londres el 17 siguiente. Puesto en contacto con Canning aquel le agradeció los medios puestos por éste para auxiliar a sus tropas. Finalmente antes de marchar de Gran Bretaña tuvo una nueva y agradable sorpresa al conocer de boca de Canning el nombramiento de Ministro Plenipotenciario de Su Majestad Británica en la Corte española a favor de su amigo Frere.

Regresarían juntos a España en la fragata británica Semiramis arribando a La Coruña el día 19 de octubre.


Se les concedio a los soldados y oficiales una medalla conmemorativa.
Con el logo " MI PATRIA ES MI NORTE"






Revisión del 17:43 20 may 2010

Uniformes de la División del Norte.

La División del Norte fue una unidad militar española, comandada por Pedro Caro y Sureda, marqués de La Romana, y destinada a Dinamarca durante las Guerras Napoleónicas de principios del siglo XIX. La unidad, compuesta por 14.000 hombres, llegó a Dinamarca en marzo de 1808. Junto con una unidad franco-belga de iguales efectivos, su objetivo era proteger el país, aliado de Napoleón, a la vez que esperaba la orden para invadir Suecia, operación que nunca se produjo. Enterados del levantamiento del 2 de mayo contra las tropas napoleónicas, las tropas intentaron huir, lo que consiguieron seis meses después, con la ayuda de la Marina inglesa.


Bibliografía

  • Mörner, Magnus (2004). El Marqués de la Romana y el Mariscal Bernadotte. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. ISBN 84-259-1267-9. 

Trivia

La novela La Sombra del Águila, de Arturo Pérez-Reverte, cuenta las aventuras de un grupo de soldados de la División del Norte.

Enlaces externos