Diferencia entre revisiones de «Xenofobia»

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El siglo XX, su primera mitad, fue especialmente trágica con el exterminio de millones de personas, justificado por la xenofobia y el racismo. El jucio de Nuremberg puso fin a ese periodo y se suponía concluido. La realidad es que los movimientos nazis, neonazis, racistas y xenófobos han persistido, y reaparecen con mayor fuerza en los momentos de crisis, propicios para despertar los sentimientos xenófobos.<ref>Esteban Ibarra, 2003.</ref> En la actualidad, la comunidad internacional muestra una creciente preocupación por la proliferación de estos grupos que, principalmente, infiltrándose en movimentos sociales y encuadrados en partidos de ultraderecha, disfrazando su carácter racista y xenófobo o declarándolo abiertamente, se alimentan de las incertidumbres que genera la actual crísis.
El siglo XX, su primera mitad, fue especialmente trágica con el exterminio de millones de personas, justificado por la xenofobia y el racismo. El jucio de Nuremberg puso fin a ese periodo y se suponía concluido. La realidad es que los movimientos nazis, neonazis, racistas y xenófobos han persistido, y reaparecen con mayor fuerza en los momentos de crisis, propicios para despertar los sentimientos xenófobos.<ref>Esteban Ibarra, 2003.</ref> En la actualidad, la comunidad internacional muestra una creciente preocupación por la proliferación de estos grupos que, principalmente, infiltrándose en movimentos sociales y encuadrados en partidos de ultraderecha, disfrazando su carácter racista y xenófobo o declarándolo abiertamente, se alimentan de las incertidumbres que genera la actual crísis.



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== Consideración actual ==
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Revisión del 22:58 22 abr 2010

Brasilia 2008. Conferencia Regional de las Américas. Acción contra el Racismo, Discriminación Racial, la Xenofobia y sus formas de Intolerancia.

La xenofobia (Del gr. ξένος xeno = extranjero y φοβία fobia = temor) es el odio y rechazo al extranjero, con manifestaciones que van desde el rechazo más o menos manifiesto, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. Una de las formas más comunes de xenofobia es la que se ejerce en función de la raza, esto es, el racismo.[1]​ La «Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial» (aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de diciembre de 1965) define la discriminación racial o xenofobia como:

Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.
Artículo 1º de CERD[2]

En los países occidentales, tradicionalmente han sido, y son, las formaciones de ultraderecha las que alimentan y promueven el sentimiento de xenofobia, existiendo en la actualidad una creciente preocupación por el rebrote de estas formaciones y de estas actitudes.

La creciente aparición de actitudes racistas, en Europa y en otros lugares del mundo, es en estos momentos un hecho penoso y grave. Probablemente, nunca dejó de existir una minoría xenófoba, pero lo que está ocurriendo de un tiempo a esta parte es que esa minoría crece, abandona el secreto vergonzante, se manifiesta públicamente, protagoniza actos violentos e, incluso, justifica su peculiar visión del mundo en el marco legal de partidos políticos.
Fundación Rich

Al margen de su consideración ética, la xenofobia también es un delito. Numerosos Estados tienen tipificadas como delito las conductas racistas y xenófobas. La Comunidad Europea aprobó, en septiembre de 2008, una ley contra el racismo y la xenofobia, teniendo los países miembros un plazo de dos años para adaptar sus legislaciones a esta ley.[3]

Según algunas corrientes de la Psicología se puede deducir que los xenófobos estarían aquejados de un tipo de distorsión en la percepción que les haría sobrevalorar su cultura, sus tradiciones y su grupo étnico por sobre las demás. Al igual que ocurre con otras distorsiones en la percepción (como por ejemplo la anorexia) el xenófobo no se considera como tal, ya que no sabe de su desajuste perceptivo.

La Psicología considera que ancestralmente, el miedo a lo desconocido es el origen de la xenofobia,[4]​ se rechaza lo que es diferente.

Historia

La diversidad de la especie humana es nuestro mejor patrimonio. Entre otros bienes, produce diferentes culturas, diferentes conocimientos; conocimientos que no se habrían producido, por lo que no tendríamos acceso a ellos, de no existir tal diversidad. La humanidad sería muy limitada sin esa diversidad y, paradójicamente, produce discriminación y exclusión.[5]​ El mundo no es una serie de compartimentos estancos y una de cada 35 personas son emigrantes,[6]​ siendo la migración uno de los fenómenos sociales más importantes de nuestra era[7]​ (y, quizá, también uno de los más importantes de nuestra evolución).

Probablemente las raíces de la xenofobia se encuentren en nuestra hominización. La organización tribal conllevaría enfrentamientos y probables exterminios entre tribus vecinas. El sentimiento xenófobo, la prevención frente al extranjero, así, sería un rasgo evolutivo arcaico, un arquetipo negativo que coexistiría en nosotros con otro positivo, adquirido con nuestra humanización, con nuestra evolución como humanos. Con la formación, de sociedades amplias y permeables y el trasvase de información entre estas sociedades, veríamos al extranjero como portador de esa información y conocimiento. En nosotros coexistirían ambos arquetipos: negativo y positivo;[8]​ estando en nosotros la racionalización y contención del sentimiento xenófobo, el miedo al diferente, que podría ser innato, reminiscente de nuestra historia evolutiva (lo que justificaría su difícil erradicación y la fácil asimilación de los discursos xenófobos y racistas).

Ciertamente, aquellos que, por inclinación propia o formación recibida, pudieron beber de la «leche de las humanidades» y aprendieron, de las propias flaquezas, la dura lección de la imperfección y la vulgaridad humanas, esos saben oponerse, de un modo al que llamaríamos natural, [...] a toda doctrina racista, cualquiera que sea su origen y fundamentación, de raza o de frontera, de color o de sangre, de casta o religión.

En la Grecia clásica pueden descubrirse ya rasgos xenófobos, unos rasgos que se aprecian en los escritos platónicos: la sobrevaloración de la «polis», de la propia cultura en detrimento de las demás.[9]​ En la historia, dependiendo de las civilizaciones y culturas que han entrado en contacto, se ha manifestado xenofibia entre estas civilizaciones y culturas. Así surge el antijudaismo, el racismo contra las etnias americanas, el racismo colonial y neocolonial europeo en África, la repulsa a los gitanos.[10]

Archivo:Npdplakat2008.jpg
Cartel neonazi en Alemania.

El siglo XX, su primera mitad, fue especialmente trágica con el exterminio de millones de personas, justificado por la xenofobia y el racismo. El jucio de Nuremberg puso fin a ese periodo y se suponía concluido. La realidad es que los movimientos nazis, neonazis, racistas y xenófobos han persistido, y reaparecen con mayor fuerza en los momentos de crisis, propicios para despertar los sentimientos xenófobos.[11]​ En la actualidad, la comunidad internacional muestra una creciente preocupación por la proliferación de estos grupos que, principalmente, infiltrándose en movimentos sociales y encuadrados en partidos de ultraderecha, disfrazando su carácter racista y xenófobo o declarándolo abiertamente, se alimentan de las incertidumbres que genera la actual crísis.

Consideración actual

Todas las protestas, todos los clamores, todas las proclamaciones contra el racismo y la xenofobia son justos, necesarios y bienvenidos.

Le xenofobia, el miedo al diferente, es un prejucio arraigado en el individuo y en la sociedad. Dirigido, ya al individuo ya al colectivo, se manifesta en su forma más leve con la indiferencia, la falta de empatía hacia el extranjero, llegando hasta la agresión física y el asesinato. «Entre los prejuicios xenófobos o racistas más extendidos están la superioridad cultural del mundo occidental (eurocentrismo), el temor a la pérdida de la propia identidad, la vinculación del paro y la delincuencia a los emigrantes, y el robo y el tráfico de drogas a los gitanos».[12]​ En general, los grupos más desfavorecidos se convierten en el enemigo imaginario y contra ellos van, principalmente, dirigidas las iras xenófobas.

El discurso xenófobo se centra en la actualidad en la inmigración, proclama la superioridad de la cultura propia y pone como excusa a su rechazo xenófobo la falta de respuesta a sus pretensiones de que los inmigrantes asimilen esa cultura, renunciando a la suya propia que consideran inferior. Cuando la afirmación cultural puede considerarse como un derecho que debe armonizarse con la legislación y la cultura receptoras.

El derecho del inmigrante a mantener sus diferencias culturales solo podrá ser posible cuando las sociedades receptoras renuncien a la ideología de la asimilación pura y simple de las comunidades extranjeras, para consentir la cohabitación de comunidades diferentes. Solo de esa manera la inmigración dejará de ser vista como un peligro para la identidad cultural para pasar a ser concebida como una posibilidad de enriquecimiento de esa cultura.
Lelio Marmota, Derechos Humanos y políticas migratorias.[13]

A la censura moral de la xenofobia se une que en numerosos países es también un delito. El 16 de septiembre de 2008, en la cumbre de Bruselas, la Comunidad Europea aprobó la Ley contra la Xenofobia y el Racismo que contempla condenar hasta con tres años de cárcel los comportamientos xenófobos y racistas. Los Estados miembros deberán adaptar sus legislaciones en el plazo de dos años para contemplar como delito:

  • La incitación pública a la violencia o al odio dirigidos contra un grupo de personas o un miembro de tal grupo, definido en relación con la raza, el color, la religión, la ascendencia o el origen nacional o étnico;
  • La comisión de uno de los actos a los que se refiere el apartado anterior mediante la difusión o reparto de escritos, imágenes u otros materiales;
  • La apología pública, la negación o la trivialización flagrante de los crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra dirigida contra un grupo de personas definido en relación con la raza, el color, la religión, la ascendencia o el origen nacional o étnico.[14]

«No podemos dejar de resaltar que a contrapeso de actitudes discriminatorias, racistas y xenofóbicas, existen también experiencias de apertura, acercamiento, involucramiento que genera redes de solidaridad y espacios de intercambio, aprendizajes que construyen la interculturalidad[13]

Referencias

  1. Bouza, 2002, p.1.
  2. En Bouza, 2002, parte del Artículo 1º de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial. Adoptada y abierta a la firma y ratificación por la Asamblea General en su resolución 2106 A (XX), de 21 de diciembre de 1965. Entrada en vigor: 4 de enero de 1969, de conformidad con el artículo 19.
  3. Informe RAXEN 2008.
  4. La xenofobia.
  5. Judith Salgado, p.2.
  6. Según estudios de la Organización de las Naciones Unidas, 1 de cada 35 personas es un migrante en el mundo, lo que quiere decir que 1 persona de cada 35 se desenvuelve en una nación que no es la suya, al menos por nacimiento. Esta importante estadística nos da la pauta para reconocer la importancia de analizar el tema de los extranjeros en relación a sus derechos humanos en la nueva nación que les abre las puertas y cómo su nacionalidad repercute en el trato que recibe en su nuevo ambiente social.
    Miroslava A. Meza, 2005
  7. Cristina Blanco, 2000, p. 14.
  8. Tendemos mucho más a maldecir a la naturaleza por lo que nos disgusta de nosotros mismos que a ensalzarla por lo que nos gusta.
    Frans de Waal, El mono que llebamos dentro, Trad.: Ambrosio García Leal, Tusquets Editores, 2007, ISBN 978-84-8310-384-5
  9. Vasilica Cotofleac.
  10. Varios autores, Racismo y xenofobia
  11. Esteban Ibarra, 2003.
  12. Esteban Ibarra, 2033, p. 27.
  13. a b Judith Salgado
  14. Informe Raxen 2008.

Bibliografía

Enlaces externos