Diferencia entre revisiones de «Gorgias (diálogo)»

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Sócrates concluye identificando lo bello con lo bueno, y demostrando la inutilidad de la retórica.
Sócrates concluye identificando lo bello con lo bueno, y demostrando la inutilidad de la retórica.
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== Diálogo con Calicles ==
== Diálogo con Calicles ==

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Gorgias es uno de los diálogos de Platón correspondiente a su fase intermedia (388 a. C.-385 a. C.), que trata sobre la retórica.

Introducción

Participan Sócrates, sus amigos Calicles y Querefonte, el retórico Gorgias y su discípulo Polo. Consta de 3 diálogos, en los que Sócrates se enfrenta sucesivamente con Gorgias, Polo, y Calicles.

Diálogo con Gorgias

Ante la pregunta sobre su profesión, Gorgias se define como retórico, explicando a continuación qué es la retórica y cuál es su objeto. Para él, consiste en persuadir por medio de la palabra, y por eso enseña a sus discípulos a discutir y convencer con argumentación. Elogia su arte como excelso, capaz de tratar cualquier tema y de defender cualquier postura, aunque admite que debe sujetarse a la justicia, como cualquier otra actividad.

Sócrates pone a Gorgias en apuros, señalando sus contradicciones, en un juego de preguntas y respuestas. A su vez define la retórica como una mera práctica, rebajando el rango de arte que le da su oponente, y comparándola con la actividad culinaria, algo meramente agradable. Luego va más allá, calificándola de fea y mala, por dirigirse al placer, en lugar de al bien.

Diálogo con Polo

Con Polo, la discusión sube de tono, pues Sócrates no siente la misma consideración por el joven discípulo que por su maestro. Polo afirma que el hombre injusto puede ser dichoso si puede librarse del castigo merecido por sus malas acciones. Sócrates lo niega, diciendo que el hombre que obra mal a sabiendas no puede ser dichoso, y que aún será más desgraciado si no sufre un castigo justo. También afirma que es peor cometer una injusticia que sufrirla, algo que su interlocutor se muestra incapaz de comprender.

Sócrates concluye identificando lo bello con lo bueno, y demostrando la inutilidad de la retórica.

Diálogo con Calicles

Calicles recomienda a Sócrates que deje de filosofar y se dedique a una actividad seria, como los negocios públicos. Sócrates le plantea el problema de la diferencia entre el bien y el placer,(o el mal y el dolor), que demuestra como distintos, contra el parecer de su amigo. Tras ardua discusión, Calicles se declara cansado y abandona, por lo que Sócrates termina monologando.

La vida debe orientarse hacia el bien. Por ello, la intervención en la vida pública debe servir para mejorar a los ciudadanos, cosa que no ha hecho ningún político griego, ni aun los afamados Temístocles y Pericles. Él se considera a sí mismo el único político auténtico, en el sentido mencionado.

Termina con una premonición sobre su propio final: la posibilidad de ser acusado injustamente ante un tribunal, reafirmándose en su voluntad de buscar el mayor bien para los ciudadanos, y no su placer, aunque ello le perjudique. Se declara asimismo creyente en el mito de la justicia de las almas después de la muerte, confiando en su trayectoria vital regida por la verdad y la justicia.

Referencias

Véase también

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