Diferencia entre revisiones de «Romanticismo alemán»

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El romanticismo alemán es el grado más alto que alcanzó el romanticismo en alguna región del mundo y es a la vez manifestación espiritual (geist) del pueblo alemán y la región pangermánica. En el romanticismo alemán —como en el romanticismo en general— prima el sentimiento sobre la racionalidad y la técnica. El espíritu y el sentido de la vida a través de la libertad sentaron a fines del siglo XVIII las bases del arte alemán.

Primer romanticismo (Frühromantik)

Johann Wolfgang von Goethe, padre del romanticismo alemán.

Goethe es la piedra fundacional del romanticismo alemán y uno de los grandes genios de la literatura universal. Sus primeras obras están vinculadas al movimiento Sturm und Drang. Tras un viaje a Italia, sin embargo, adoptó un estilo más clásico, sin renunciar a los temas románticos. Junto a Friedrich Schiller y el grupo llamado "los románticos alemanes" (Novalis, E. T. A. Hoffmann y Friedrich Hölderlin) formaron una corriente mística centrada en las bases históricas (Geschichte) del pueblo (volk) opuesta al estratificado ideal francés. Se destacan tres puntos fundamentales:

  • Oposición al clasicismo y a la racionalidad.
  • Arte basado en la libertad, el sentimiento y la espontaneidad.
  • Recuperación del espíritu originario del pueblo pangermánico.

Pero éste no era su contrapunto; más bien era el Aufklärung (racionalismo iluminista) lo que los románticos alemanes sentían necesidad de superar. La gran obra de este período es a todas luces el Fausto de Goethe; largo y complejo poema dramático de tema filosófico, publicado en dos partes. En él se reflexiona sobre el destino humano a través de la historia del protagonista, que vende su alma al diablo a cambio de la sabiduría y la juventud. Fausto es, en la intención del poeta, símbolo de la humanidad, que yerra cuando actúa, pero que debe actuar para hallar la salvación. El Fausto es llamado (con cierta anticipación contextual, casi como una profecía) la primera tragedia universal de la modernidad.

Segundo romanticismo (jüngere Romantik)

En esta etapa del romanticismo alemán se producen los mayores clásicos universales, presentes mayormente en cuentos infantiles. Clave en esto serían los hermanos Grimm, Wilhelm y E.T.A. Hoffmann que producirían creaciones tales como Cascanueces, El lobo y las siete cabritas, los músicos de Bremen, Blancanieves y los siete enanitos, y La Cenicienta entre otros. En la poesía el romanticismo tendrá un gran impulso también, pero en el teatro prepara las bases para una revolución en ese género artístico. Será Georg Büchner con La muerte de Dalton y Woyzeck influyó notablemente a Bertolt Brecht para llevar el romanticismo y la utopía política fusionados en la técnica teatral a través de su teatro dialéctico.

El romanticismo crea no sólo una manifestación cultural propiamente pangermánica sino a fines del siglo XIX sienta las bases de la estética misma de occidente; parámetros que permanecen hasta el día de hoy en aspectos que van desde la publicidad hasta el arte y la vida cotidiana.

Keine Farbe ist so romantich als ein Ton: el romanticismo en la música

La música romántica alemana fue tremendamente impulsiva, como la imagen de la tormenta del übermensch nietzscheano. Schubert, Schumann, Liszt, Brahms inauguraron la llamada música romántica alemana que- pese a su temperamento- también tenía una especial ternura (Por ejemplo, las melodías de Lullaby, de Brahms). La segunda generación (posromanticismo alemán) llevó la música al grado más alto de la tradición romántica, entre la tragedia y la épica. Destaca la sobriedad de Mendelssohn, la magistralidad de entender el waltz en Strauss y sobre todo la genialidad de Richard Wagner. Admirado por intelectuales y filósofos de todas las corrientes, su mezcla entre filosofía, historia y música forjó clásicos de la altura de El holandés errante, Tristán e Isolda, El anillo del nibelungo llegando incluso a enloquecer de encanto al mismo Adolf Hitler. Posteriormente cierra este brillante capítulo de la historia universal en el siglo XX con Schönberg y su experimentación con ruidos y secuencias.

El nazismo y la reestructuración del romanticismo

La teoría nazi sostenía que entre el Führer y su pueblo existía una armonía mística, una absoluta comunión. Pero en la realidad, la aprobación y adhesión del pueblo debían ser logradas. Por eso, la propaganda fue llevada adelante por Joseph Goebbels desde el "Ministerio del Reich para la educación del pueblo y la propaganda", creado en 1933.

La propaganda se desarrolló en varias direcciones. Se recurrió a los grandes actos públicos, manifestaciones y desfiles nazis, que escenificaban la grandeza de Hitler y la disciplina impecable de su ejército; se difundieron políticas de bienestar (vacaciones, pensiones, etc.) y se recurrió a los medios de comunicación masiva. Los afiches favorables al régimen nazi y a su política cultural y racial cubrieron las ciudades. Los periódicos y libros fueron sometidos a una estricta censura, y se llevaron a cabo grandes quemas de libros considerados "perniciosos". El apoyo a todo lo anterior se fundó en la misma mística popular (volk) en que se fundó el romanticismo por lo que aparecieron muchas teorías que predicaban que el romanticismo era el germen mismo del nazismo. Esto fue difundido tanto por desconocimiento como por una mala intención de muchos intelectuales presos del horror que significó el holocausto. El romanticismo alemán- ya como posromanticismo- cambió la mística de su primer tiempo pero manteniendo las bases que predicaban sobre la libertad y el espíritu. Esto se muestra en la literatura con Günter Grass y W. G. Sebald, en el teatro con Heiner Müller y en el cine de manera vigorosa hasta la actualidad con Rainer Werner Fassbinder, Werner Herzog y Wim Wenders y los discípulos quienes han formado la poderosa escuela del cine alemán contemporáneo (desde los años 90). De esta manera el romanticismo alemán logra ser una visión espiritual e intensa en la modernidad y crítica y violenta en la posmodernidad a través de los códigos re-elaborados del postromanticismo del siglo XX llamado neoromanticismo (Fines del siglo XX) por algunos críticos.

Véase también

Bibliografía

  • NOVALIS (1995) Himnos a la noche / Cánticos espirituales Valencia: Pre-Textos
  • VARIOS AUTORES (1994) Fragmentos para una teoría romántica del arte Antología y edición de Javier Arnaldo. Madrid: Tecnos
  • MARTINI, Fritz (1964) Historia de la literatura alemana. Barcelona: Editorial Labor.