Diferencia entre revisiones de «Invernadero»

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Un ejemplo claro del paisaje de invernaderos se puede encontrar en los municipios almerienses de [[Níjar]] y [[El Ejido]]. Este tipo de cultivo bajo plástico se basó casi al 100%, en invernaderos tipo "parral", también conocidos en sus diferentes variantes como 'malla sombra', 'casa sombra', 'invernadero canario', etc.
Un ejemplo claro del paisaje de invernaderos se puede encontrar en los municipios almerienses de [[Níjar]] y [[El Ejido]]. Este tipo de cultivo bajo plástico se basó casi al 100%, en invernaderos tipo "parral", también conocidos en sus diferentes variantes como 'malla sombra', 'casa sombra', 'invernadero canario', etc.
Para otros usos de este término, véase Transporte (desambiguación).
Se considera transporte aéreo al servicio cuyo fin sea el traslado de un lugar a otro de pasajeros y/o carga, mediante la utilización de una aeronave.

En la categoría de aeronave se cuentan los aerodinos -aeronaves más pesadas que el aire y, por lo tanto, las únicas capaces de generar sustentación (avión, helicóptero)-, y los aeróstatos -aeronaves más livianas que el aire, por lo que no generan sustentación (globo aerostático, dirigible).

El primer vuelo autopropulsado de un aeroplano tuvo lugar en 1903 y fue protagonizado por los hermanos Orville y Wilbur Wright, considerados padres de la aviación moderna.

Jurídicamente, el servicio de transporte aéreo presume siempre fines de lucro.

El transporte aéreo es la modalidad más regulada en el globo terrestre, a raíz de la II Guerra Mundial, la mayoría de los países del mundo suscribieron el Convenio de Chicago en 1944 en donde se sentaron las bases de las regulaciones del transporte aéreo. El transporte aéreo es el más seguro de todos los medios de transporte. Los adelantos de la navegación aérea, de las telecomunicaciones y de las facilidades electrónicas han permitido que la aviación haya progresado maravillosamente.

Al desarrollarse en el medio aéreo, goza de la ventaja de la continuidad de éste, que se extiende sobre tierra y mar, pero se ve limitado por la necesidad de contar con costosas infraestructuras y el mayor coste económico que otros transportes.

El transporte aéreo tiene siempre fines comerciales. A los fines militares, éste se incluye en las actividades de logística.

Dentro del ámbito civil, el servicio de transporte aéreo puede ser regular (líneas aéreas) y no regular. Las líneas aéreas se caracterizan por estar sujetas a itinerarios, horarios y frecuencias, independientemente de la demanda que posean. Los servicios no regulares son también conocidos como "a demanda" (en inglés "on demand"). Se prestan servicios de transporte de pasajeros y/o carga, conocidos en su conjunto como industria aerocomercial.

El rápido desarrollo del transporte aéreo, en consonancia con lo que ocurre en los países más avanzados de nuestro entorno, es uno de los elementos más característicos de la evolución reciente del sistema español de transporte. El crecimiento en los niveles de renta, unido a cambios en la organización espacial de las actividades económicas han contribuido a incrementar la demanda de transpone aéreo tanto de personas (demanda turística, profesional, de negocios) como de mercancías (bienes perecederos o valiosos). Este incremento del tráfico se produce en el contexto de la desregulación y liberalización llevada a cabo por la Unión Europea entre 1988 y 1997, que ha dado libertad a las compañías aéreas comunitarias para explotar cualquier ruta, incluidas las interiores de un país de la Unión.

El espectacular crecimiento del tráfico aéreo de pasajeros en los últimos años, y en menor medida el de mercancías, resulta muy ilustrativo. El Ministerio de Fomento prevé incrementos aún superiores para la primera década del siglo XXI, lo que llevaría a corto plazo a duplicar la cifra actual de pasajeros. Este crecimiento es sensiblemente más rápido en los vuelos internacionales, como reflejo de la creciente integración de España en la economía europea y global y de la especial idoneidad del transporte aéreo para canalizar la movilidad de persona y de mercancías valiosas a escala internacional e intercontinental.

Este gran incremento del tráfico de viajeros no ha alterado significativamente el ranking aeroportuario español a finales de los años noventa: no obstante es posible detectar algunas tendencias de cambio. Los aeropuertos de Madrid y Barcelona mantienen su preeminencia y experimentan fuertes incrementos de pasajeros, al reforzarse su papel como hubs (hub: aeropuerto que actúa como un punto focal de las redes de tráfico aéreo para la coordinación de vuelos desde y hacia otros aeropuertos). A esta función, tradicionalmente desempeñada por Madrid se ha incorporando también Barcelona.

Los aeropuertos que canalizan los principales flujos turísticos captan más de la mitad del tráfico. Deben su incremento de pasajeros al tráfico internacional, tanto en los destinos más tradicionales (Palma de Mallorca, Las Palmas, Tenerife Sur, Málaga, Alicante, Ibiza) como en otros de desarrollo más reciente pero con grandes crecimientos relativos (Lanzarote, Fuerteventura, Menorca, La Palma).

En la imagen el aeropuerto de Madrid-Barajas.Además de éstos, sólo tienen un tráfico significativo algunos aeropuertos de índole regional, ligados a importantes áreas urbanas, en los que el grueso del tráfico es nacional (Bilbao, Valencia, Sevilla, Santiago de Compostela o Tenerife Norte) . La diferente evolución de cada uno de estos aeropuertos puede relacionarse con el dinamismo económico de su región y con la existencia o no de modos de transporte alternativos de calidad con el resto de España. No obstante, es probable que, si se desarrollan los planes previstos de modernización de los ferrocarriles, el futuro de algunos de estos aeropuertos regionales (Valencia, Zaragoza, Bilbao...) quede comprometido al perder buena parte de su tráfico nacional, como ya ha sucedido en Sevilla con el AVE.

A diferencia de lo que ocurre en los viajeros, el creciente tráfico aéreo de mercancías sí está acompañado de cambios notables en su distribución espacial. Aunque Madrid y Barcelona siguen captando la mayor parte del tráfico, el aeropuerto de Vitoria juega un papel cada vez más importante como base logística de algunas grandes empresas internacionales de transporte urgente.

El rápido incremento del tráfico está presionando sobre las infraestructuras aeroportuarias que llegan a saturarse ante determinados picos de demanda. Especialmente en los aeropuertos que actúan como hubs o que presentan una mayor intensidad de tráfico. Por ello, las cuantiosas inversiones públicas propuestas por el Ministerio de Fomento se centran en incrementar la capacidad de los aeropuertos de Madrid y Barcelona y de los principales aeropuertos turísticos (Canarias, Baleares, Málaga y Alicante). Estas inversiones deberían permitir asumir el fuerte incremento de tráfico previsto a corto plazo.


Bibliografía [editar]


==Referencias==
==Referencias==
* ''Física de la atmósfera'', J. Houghton, Cambridge University Press, 2002, ISBN 0521804566, presenta una explicación clara del efecto invernadero en invernaderos y en la atmósfera terrestre.
* ''Física de la atmósfera'', J. Houghton, Cambridge University Press, 2002, ISBN 0521804566, presenta una explicación clara del efecto invernadero en invernaderos y en la atmósfera terrestre.
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Para otros usos de este término, véase Transporte (desambiguación).
Se considera transporte aéreo al servicio cuyo fin sea el traslado de un lugar a otro de pasajeros y/o carga, mediante la utilización de una aeronave.

En la categoría de aeronave se cuentan los aerodinos -aeronaves más pesadas que el aire y, por lo tanto, las únicas capaces de generar sustentación (avión, helicóptero)-, y los aeróstatos -aeronaves más livianas que el aire, por lo que no generan sustentación (globo aerostático, dirigible).

El primer vuelo autopropulsado de un aeroplano tuvo lugar en 1903 y fue protagonizado por los hermanos Orville y Wilbur Wright, considerados padres de la aviación moderna.

Jurídicamente, el servicio de transporte aéreo presume siempre fines de lucro.

El transporte aéreo es la modalidad más regulada en el globo terrestre, a raíz de la II Guerra Mundial, la mayoría de los países del mundo suscribieron el Convenio de Chicago en 1944 en donde se sentaron las bases de las regulaciones del transporte aéreo. El transporte aéreo es el más seguro de todos los medios de transporte. Los adelantos de la navegación aérea, de las telecomunicaciones y de las facilidades electrónicas han permitido que la aviación haya progresado maravillosamente.

Al desarrollarse en el medio aéreo, goza de la ventaja de la continuidad de éste, que se extiende sobre tierra y mar, pero se ve limitado por la necesidad de contar con costosas infraestructuras y el mayor coste económico que otros transportes.

El transporte aéreo tiene siempre fines comerciales. A los fines militares, éste se incluye en las actividades de logística.

Dentro del ámbito civil, el servicio de transporte aéreo puede ser regular (líneas aéreas) y no regular. Las líneas aéreas se caracterizan por estar sujetas a itinerarios, horarios y frecuencias, independientemente de la demanda que posean. Los servicios no regulares son también conocidos como "a demanda" (en inglés "on demand"). Se prestan servicios de transporte de pasajeros y/o carga, conocidos en su conjunto como industria aerocomercial.

El rápido desarrollo del transporte aéreo, en consonancia con lo que ocurre en los países más avanzados de nuestro entorno, es uno de los elementos más característicos de la evolución reciente del sistema español de transporte. El crecimiento en los niveles de renta, unido a cambios en la organización espacial de las actividades económicas han contribuido a incrementar la demanda de transpone aéreo tanto de personas (demanda turística, profesional, de negocios) como de mercancías (bienes perecederos o valiosos). Este incremento del tráfico se produce en el contexto de la desregulación y liberalización llevada a cabo por la Unión Europea entre 1988 y 1997, que ha dado libertad a las compañías aéreas comunitarias para explotar cualquier ruta, incluidas las interiores de un país de la Unión.

El espectacular crecimiento del tráfico aéreo de pasajeros en los últimos años, y en menor medida el de mercancías, resulta muy ilustrativo. El Ministerio de Fomento prevé incrementos aún superiores para la primera década del siglo XXI, lo que llevaría a corto plazo a duplicar la cifra actual de pasajeros. Este crecimiento es sensiblemente más rápido en los vuelos internacionales, como reflejo de la creciente integración de España en la economía europea y global y de la especial idoneidad del transporte aéreo para canalizar la movilidad de persona y de mercancías valiosas a escala internacional e intercontinental.

Este gran incremento del tráfico de viajeros no ha alterado significativamente el ranking aeroportuario español a finales de los años noventa: no obstante es posible detectar algunas tendencias de cambio. Los aeropuertos de Madrid y Barcelona mantienen su preeminencia y experimentan fuertes incrementos de pasajeros, al reforzarse su papel como hubs (hub: aeropuerto que actúa como un punto focal de las redes de tráfico aéreo para la coordinación de vuelos desde y hacia otros aeropuertos). A esta función, tradicionalmente desempeñada por Madrid se ha incorporando también Barcelona.

Los aeropuertos que canalizan los principales flujos turísticos captan más de la mitad del tráfico. Deben su incremento de pasajeros al tráfico internacional, tanto en los destinos más tradicionales (Palma de Mallorca, Las Palmas, Tenerife Sur, Málaga, Alicante, Ibiza) como en otros de desarrollo más reciente pero con grandes crecimientos relativos (Lanzarote, Fuerteventura, Menorca, La Palma).

En la imagen el aeropuerto de Madrid-Barajas.Además de éstos, sólo tienen un tráfico significativo algunos aeropuertos de índole regional, ligados a importantes áreas urbanas, en los que el grueso del tráfico es nacional (Bilbao, Valencia, Sevilla, Santiago de Compostela o Tenerife Norte) . La diferente evolución de cada uno de estos aeropuertos puede relacionarse con el dinamismo económico de su región y con la existencia o no de modos de transporte alternativos de calidad con el resto de España. No obstante, es probable que, si se desarrollan los planes previstos de modernización de los ferrocarriles, el futuro de algunos de estos aeropuertos regionales (Valencia, Zaragoza, Bilbao...) quede comprometido al perder buena parte de su tráfico nacional, como ya ha sucedido en Sevilla con el AVE.

A diferencia de lo que ocurre en los viajeros, el creciente tráfico aéreo de mercancías sí está acompañado de cambios notables en su distribución espacial. Aunque Madrid y Barcelona siguen captando la mayor parte del tráfico, el aeropuerto de Vitoria juega un papel cada vez más importante como base logística de algunas grandes empresas internacionales de transporte urgente.

El rápido incremento del tráfico está presionando sobre las infraestructuras aeroportuarias que llegan a saturarse ante determinados picos de demanda. Especialmente en los aeropuertos que actúan como hubs o que presentan una mayor intensidad de tráfico. Por ello, las cuantiosas inversiones públicas propuestas por el Ministerio de Fomento se centran en incrementar la capacidad de los aeropuertos de Madrid y Barcelona y de los principales aeropuertos turísticos (Canarias, Baleares, Málaga y Alicante). Estas inversiones deberían permitir asumir el fuerte incremento de tráfico previsto a corto plazo.


Bibliografía [editar]Geografía de España Antonio Gil Olcina y Josefina Gómez mendoza. Editorial. Ariel Geografía. pags 516 - 517; ISBN 84-344-3468-7
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Transporte_a%C3%A9reo_en_Espa%C3%B1a"
Categorías: Aviación | Transporte de EspañaVistasArtículo Discusión Editar Historial Herramientas personalesRegistrarse/Entrar Buscar
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== Véase también ==
== Véase también ==

Revisión del 15:39 26 may 2009

Un invernadero (o invernáculo) es una construcción de vidrio o plástico en la que se cultivan plantas, a mayor temperatura que en el exterior. En la jardinería antigua española, el invernadero se llamaba estufa fría.

Aprovecha el efecto producido por la radiación solar que, al atravesar un vidrio u otro material traslúcido, calienta los objetos que hay adentro; estos, a su vez, emiten radiación infrarroja, con una longitud de onda mayor que la solar, por lo cual no pueden atravesar los vidrios a su regreso quedando atrapados y produciendo el calentamiento. Las emisiones del sol hacia la tierra son en onda corta mientras que de la tierra al exterior son en onda larga. La radiación visible puede traspasar el vidrio mientras que una parte de la infrarroja no lo puede hacer.

El cristal usado para un invernadero trabaja como medio selectivo de la transmisión para diversas frecuencias espectrales, y su efecto es atrapar energía dentro del invernadero, que calienta el ambiente interior. Esto puede ser demostrada abriendo una ventana pequeña cerca de la azotea de un invernadero: la temperatura cae considerablemente. Este principio es la base del sistema de enfriamiento automático autoventilación.

Vista panorámica del interior de un invernadero en los Kew Gardens, Londres.

En ausencia de un recubrimiento, el calor absorbido se eliminaría por corrientes convectivas y por la emisión de radiación infrarroja (longitud de onda superior a la visible). La presencia de los cristales impide el transporte del calor acumulado hacia el exterior por convección y obstruye la salida de una parte de la radiación infrarroja. El efecto neto es la acumulación de calor y el aumento de la temperatura del recinto. Ver invernadero solar (técnico) para una discusión más detallada sobre trabajos técnica de invernadero solar.

Los vidrios tienen muy poca resistencia al paso del calor por transmisión (de hecho, para el acristalamiento sencillo, el coeficiente de transmisión térmica se considera nulo y solo se tiene en cuenta la suma de las resistencias superficiales), de modo que, contra lo que algunos creen, al tener dos temperaturas distintas a cada lado, hay notables pérdidas por transmisión (el vidrio tiene una transmitancia U = 6,4 W/·K, aun mayor si está en posición inclinada respecto a la vertical). El resultado es que, a mayor temperatura, menor será el efecto de retención del calor, es decir que al aumentar la temperatura aumentarán las pérdidas disminuyendo el rendimiento del sistema.

Un ejemplo de este efecto es el aumento de temperatura que toma el interior de los coches cuando están al sol. Basta una chapa metálica (los sombrajos habituales de los estacionamientos, sin ningún tipo de aislamiento térmico) que dé sombra, impidiendo el paso del sol por el vidrio, para que no se caliente tanto.

Desde la antigüedad se ha aprovechado este efecto en la construcción, no solo en jardinería. Las ventanas de las casas en países fríos son más grandes que las de los cálidos, y están situadas en los haces exteriores, para que el espesor del muro no produzca sombra. Los miradores acristalados son otro medio de ayudar al calentamiento de los locales.

Invernaderos en España

Vista satélite de los invernaderos de Almería.
Archivo:Casasom 1.jpg
Vista interior de un parral almeriense.

En España, debido a las condiciones climáticas de la costa mediterránea, se desarrolló a finales de los años 1970 una proliferación del cultivo en invernaderos, siendo las provincias de provincia de Alicante, provincia de Murcia y provincia de Almería las principales áreas de proliferación. Se notó un impacto mayor en la costa almeriense, donde casi toda su superficie de costa está cubierta por el conocido como "mar de plástico".

Un ejemplo claro del paisaje de invernaderos se puede encontrar en los municipios almerienses de Níjar y El Ejido. Este tipo de cultivo bajo plástico se basó casi al 100%, en invernaderos tipo "parral", también conocidos en sus diferentes variantes como 'malla sombra', 'casa sombra', 'invernadero canario', etc.

Referencias

  • Física de la atmósfera, J. Houghton, Cambridge University Press, 2002, ISBN 0521804566, presenta una explicación clara del efecto invernadero en invernaderos y en la atmósfera terrestre.

Véase también

Enlaces externos