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Usuario:-sasha-/Yudin

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Retratado por Mijaíl Nésterov (c. 1933)

Serguéi Yudin (Moscú, 1891-Moscú, 1954) fue un cirujano ruso conocido por haber desarrollado técnicas de transfusión de sangre de donante cadáver y por haber creado el primer banco de sangre.

Biografía[editar]

Años de juventud[editar]

Serguéi Yudin nació en el seno de una familia adinerada de Moscú. Recibió una educación esmerada, en la que se interesó por las ciencias naturales, la literatura, las artes plásticas y la música. Al acabar la enseñanza secundaria hablaba de manera fluida francés y alemán, y ya de adulto aprendió inglés. En 1911 comenzó la carrera de medicina en la Universidad de Moscú, dirigiendo sus preferencias hacia la cirugía. Al estallar la Primera Guerra Mundial interrumpió sus estudios y se alistó en el ejército ruso como médico subalterno. En julio de 1916, sufrió un grave traumatismo craneoespinal con penetración de metralla en la columna, quedando imposibilitado para caminar durante varios meses. Poco después de salir del hospital aprobó los exámenes y recibió el diploma de médico (Kuzmin y Yudin, 2002).

Yudin (izquierda) en el regimiento Duhovschinsky en 1916

Entre 1918 y 1922 fue médico del Sanatorio Zajaryno, próximo a Moscú, en el que predominaban los enfermos con tuberculosis. Allí adquirió prestigio por su cirugía de los empiemas pleurales tuberculosos (Kuzmin y Yudin, 2002). En 1922 fue nombrado jefe del departamento de cirugía del hospital de una fábrica textil de Sérpujov, a 100 km al sur de Moscú. En ese mismo año realizó un viaje de formación a Alemania, donde conoció a los cirujanos August Bier, padre de la anestesia espinal, y Ferdinand Sauerbruch, pionero de la cirugía torácica. Durante el periodo de Sérpujov practicó numerosas intervenciones de cirugía gástrica y ganó prestigio en la especialidad. También realizó publicaciones y comunicaciones en las reuniones de la Sociedad Quirúrgica de Moscú. En 1925 publicó la monografía Anestesia espinal, dedicada a su maestro August Bier, por la que recibió en 1926 el Premio F.A. Rein al mejor ensayo sobre cirugía publicado en la URSS durante 1924-1925. Gracias a este premio, pudo realizar a finales de 1926 un viaje de formación de seis meses por Estados Unidos. Allí trató a grandes figuras de la cirugía norteamericana como Crile, Babcock, Cushing, Kelly y los hermanos William James y Charles Horace Mayo (Swan, 1965; Alexi-Mekishvili y Konstantinov, 2006).

En 1928 accedió a la jefatura del departamento de cirugía del Instituto de Medicina de Emergencia N. V. Sklifosovsky, que era el hospital central de urgencias para los cerca de cuatro millones de habitantes de Moscú y su área. Yudin estableció una red de comunicaciones telefónicas y una estación de ambulancias que lograban transportar rápidamente al instituto a personas con accidentes de tráfico, fracturas de cadera, quemaduras esofágicas, úlceras gástricas y duodenales perforadas, traumatismos craneoencefálicos y otras patologías (Swan, 1965).

En 1929 viajó a Alemania y Francia, presentando en la Societé de Chirurgie de Paris su casuística de resección gástrica en casos de perforación aguda, demostrando la superioridad de esta técnica sobre la gastroenterostomía y popularizando su método de tratamiento de la hemorragia gástrica aguda en escargot (Alexi-Mekishvili y Konstantinov, 2006; Yudin y Yudin, 2008).

En el III Congreso de los Cirujanos Ucranianos, celebrado en septiembre de 1928 en Dnipropetrovsk, el profesor Vladimir Nikolaevich Shamov, jefe del Departamento de Cirugía del Instituto de Formación Médica de Járkov, y su colaborador M. Kh. Kostyukov comunicaron los resultados de su trabajo experimental en el que revivían perros exanguinados utilizando transfusiones masivas de sangre cadavérica. En primer lugar, eliminaban el 70 % del volumen sanguíneo del perro que iba a ser receptor y lavaban su lecho sanguíneo con una solución salina, incrementando así la exanguinación hasta el 90 %. Inmediatamente después, estos animales en estado agónico recibían sangre de otro perro sacrificado hasta once horas antes, comprobándose que recuperaban rápidamente sus funciones vitales. Por otra parte, deseaban comprobar que un cadáver no debe ser considerado muerto en las primeras horas después del deceso, ya que continúan viviendo algunos de sus tejidos y órganos. Serguéi Yudin asistió al congreso poco tiempo después de haberse convertido en cirujano jefe del Instituto Sklifosovsky. Habiendo sido testigo de la presentación de Shamov y Kostyukov, apreció el valor que la transfusión de sangre de cadáver podía aportar a la cirugía de urgencias y obtuvo el consentimiento de Shamov para proseguir la investigación en la práctica clínica de su instituto (Khubutiya et al., 2015).

Investigaciones sobre las transfusiones de sangre[editar]

Yudin regresó a Moscú con la idea de continuar los experimentos de Shamov en los pacientes del Instituto Sklifosovsky. Los recelos que existían sobre los venenos cadavéricos habían sido apaciguados por Shamov, pero persistía el peligro adicional de contagiar una sífilis, ya que se observó un 14 % de positividad de la prueba de Wassermann entre los cadáveres no reclamados de Moscú. Se tenían que reducir las 24 horas que tardaban los resultados, que también era el tiempo que marcaba la ley para realizar una autopsia (Yudin, 1937; Shifrin, 2020).

Yudin debió aguardar 18 meses, el 23 de marzo de 1930, para ensayar este método en un suicida, lo que implicaba menores responsabilidades morales y legales en caso de fracasar. Le transfundió con éxito sangre de un hombre de sesenta años fallecido seis horas antes (Yudin, 1937; Yudin y Yudin, 2008; Khvatov, 2013). A los pocos días, Yudin extrajo un litro de sangre de otro cadáver, que se transfundió de manera preoperatoria a tres pacientes de su clínica, dos con cáncer y una mujer con amputación traumática de la cadera complicada con una sepsis, y poco tiempo después volvieron a transfundir a otros tres enfermos, en todos con el mismo éxito (Yudin, 1937).

Yudin y Sakayan presentaron la experiencia de sus siete primeras transfusiones de sangre de cadáver en el IV Congreso de los Cirujanos Ucranianos celebrado en Járkov el 7 de septiembre de 1930. Yudin solicitó a los delegados su aprobación formal, ya que sin su apoyo sería muy difícil vencer los obstáculos legales para obtener cadáveres recientes. Se nombraron dos comisiones para dilucidar la idoneidad del método, una legal y otra militar. Ambas reconocieron que las experiencias tenían un fundamento científico y merecían ser desarrolladas. A los médicos militares les pareció especialmente interesante la perspectiva de usar sangre cadavérica. Este apoyo le permitió al regresar a Moscú obtener el permiso oficial de la oficina del fiscal del estado para recoger esta sangre antes de que se realizase la autopsia (Yudin, 1937; Shifrin, 2020).

En la 193.ª Reunión de la Sociedad Quirúrgica de Moscú y su región, de octubre de 1930, Sakayan también comunicó la experiencia de estas siete transfusiones y concluyó que habían demostrado que la sangre de cadáver recogida dentro de las cuatro primeras horas después de la muerte podía ser utilizada sin riesgo para el receptor (Khubutiya et al., 2015).

En 1932, Yudin propuso denominar la sangre ca-davérica como sangre póstuma o post-mortempostmertnaya krovi— para no suscitar un rechazo en la sociedad. Años después, sus colaboradores la llamaron sangre fibrinolítica (Khvatov, 2013).

En 1930 se creó dentro del Instituto Sklifosovsky el Laboratorio de Transfusión de Sangre encabezado por Maria Skundina hasta 1941 y posteriormente por Elizaveta Tsurinova, el cual proporcionó durante muchos años la sangre póstuma que necesitaba el centro e incluso derivó una parte de ella hacia otras instituciones médicas (Yudin, Yudin, 2008; Khubutiya et al., 2015).

Tras el congreso de Járkov de 1930, antes de reanudar las transfusiones de sangre póstuma, Yudin dio instrucciones a Sofía Barenboim y María Skundina para que repitieran los experimentos de Shamov y Kostyukov, completándolos con un cuidadoso estudio del intercambio gaseoso mediante el método de Barcroft. Lo llevaron a cabo con cuarenta y nueve perros sometidos a sangrado profuso. Demostraron que la sangre de cadáver fresca no sólo actúa como un fluido coloidal para compensar su pérdida en el sistema vascular, sino que también participa activamente en el intercambio gaseoso (Judine, 1936; Yudin, 1936). Posteriormente, reanudaron el estudio en humanos, con los mismos resultados (Judine, 1937). Los problemas relacionados con el control serológico y bacteriológico se solucionaron al demostrar que era posible mantener la sangre en una solución de citrato en la nevera y prolongar su uso durante tres o cuatro semanas, en conjunción con la realización de la autopsia del donante (Judine, 1936; Lazareva, 2020).

En enero de 1931 ya pudieron comunicar su experiencia de la transfusión en 50 personas y en noviembre de 1932 Yudin presentó sus datos en una reunión de la Societé Nationale de Chirurgie de París, disponiendo ya de 100 transfusiones de sangre de cadáver conservada por lo menos durante tres semanas (Yudin, 1937). Hasta julio de 1935 habían practicado 924 transfusiones de sangre de cadáver y transferido más de 100 veces sangre a otros hospitales (Judine, 1936).

En 1936, siguiendo el ejemplo de los médicos británicos Marriott y Kekwick, Yudin introdujo en la práctica clínica las transfusiones masivas de sangre por el método de goteo. En las hemorragias graves comenzaba por un litro inicial seguido de una infusión gota a gota (Yudin, 1937).

Viajes por Europa Occidental[editar]

Durante el viaje que realizó Serguéi Yudin en 1932 a Francia, Inglaterra y España habló extensamente de la cirugía gástrica y la transfusión de sangre cadavérica. También proyectó películas y practicó intervenciones quirúrgicas de demostración en París y Barcelona (Yudin y Yudin, 2008).

En una reunión de la Sociedad Nacional de Cirugía celebrada en París el 16 de noviembre de 1932, presentado por Raymond Lebovici, Yudin pronunció la conferencia Sobre la transfusión de sangre cadavérica, ilustrada con una película, en la que mostraba la experiencia de sus primeros cien casos (Khubutiya et al., 2015). Sorprendió positivamente entre los ambientes médicos, a los que atrajo especialmente la idea de conservar la sangre, aunque para utilizarla a partir de donantes vivos (Lazareva, 2020; Shifrin, 2020). Una semana antes, el 9 de noviembre, había hablado en la misma sala sobre el tratamiento de urgencia de las úlceras perforadas gastroduodenales.

En el caso español, hay que considerar que entre el 15 y el 18 de marzo de 1932 se celebró en el Palacio del Senado de Madrid el IX Congreso Internacional de Cirugía, en el que entre los científicos que presentaron comunicaciones figuraba el “Dr. Judine de Moscú”4 -en los países de habla latina era conocido como Serge o Sergio Judine-. En realidad, no estuvo presente en Madrid y lo más probable es que interviniera en su nombre su amigo y colaborador Lelio Olchese Zeno, cirujano argentino. Es probable que Yudin viajara a Barcelona y Madrid por mediación de Zeno, que estableció relaciones con los círculos médicos de ambas ciudades. En Barcelona impartió una conferencia sobre El tratamiento de la úlcera perforada presentada por Joan Puig-Sureda, quien también realizó la introducción, en representación del decano, en la charla que dio en la Facultad de Medicina con el tema La transfusión de sangre de cadáver al hombre.

En Londres, última etapa de su periplo europeo, Yudin visitó el Middlesex Hospital y se reunió con el cirujano Gordon Gordon-Taylor, con quien volvería a coincidir en Moscú en julio de 1943 (Plarr’s, 2014). A su vuelta de Inglaterra escribió sus recuerdos en el artículo “Dos semanas en Londres” (Yudin y Yudin, 2008).

Segunda Guerra Mundial y Guerra Fría[editar]

En 1941, cuando los alemanes se presentaron cerca de Moscú, Serguéi Yudin permaneció trabajando en el Instituto Sklifosovsky atendiendo a heridos militares y civiles. En los primeros días de 1942 sufrió un infarto de miocardio grave que le obligó a abandonar su actividad, aunque aprovechó la convalecencia para escribir tres libros: el manual Cirugía Militar de Campo —que recibió el Premio Stalin de 1942—, un tratado sobre las fracturas abiertas y otro sobre el uso de las sulfonamidas en las heridas. A lo largo de ese año, cuando la situación de Moscú dejó de ser comprometida, Yudin se desplazó con su equipo a operar en los hospitales del frente y formar cirujanos en el tratamiento de las heridas de las extremidades con el método de la cura oclusiva, que perfeccionó. Diseñó mesas especiales para el tratamiento de estas lesiones y creó las brigadas del fémur, equipos quirúrgicos móviles que se desplazaban al frente (Swan, 1965; Yudin y Yudin, 2008). En julio de 1943, una comisión quirúrgica anglo-norteamericana visitó la URSS para conocer de cerca los métodos de trabajo de la medicina militar soviética. Condecoraron a Yudin y al neurocirujano Nikolai Burdenko como miembros honorarios de los colegios de cirujanos británico y estadounidense. Conocieron la organización de las transfusiones de sangre en el país, que adaptaron a la sanidad del frente en Europa Occidental (Swan, 1965; Potemkina, 2011).

Después de la guerra, Yudin continuó su actividad quirúrgica y en 1946 fue invitado a viajar a Estados Unidos, donde debería haber sido nombrado durante su estancia cirujano jefe del Peter Bent Brigham Hospital de Boston, pero no se le permitió abandonar la URSS. En 1948 fue distinguido con su segundo Premio Stalin por la creación del esófago artificial antetorácico (Kulikovskaya, 1990).

Estaba ultimando los manuscritos Estudios de cirugía gástrica y Cirugía reconstructiva por obstrucción del esófago, cuando en la noche el 23 de diciembre de 1948 fue arrestado por oficiales del Ministerio de la Seguridad del Estado y conducido a la prisión Lubyanka, donde fue torturado. Pensaban arrancarle unas declaraciones incriminatorias contra su amigo el mariscal Gueorgui Zhúkov, rival de Stalin, pero al fracasar en el intento, le acusaron de espionaje en favor del Reino Unido. Durante el encarcelamiento escribió con lápiz en hojas de papel higiénico, que unía con miga de pan, el libro Experiencia de 20 años en la conservación, almacenamiento y transfusión de sangre cadavérica, que sería publicado en 1960. Al editarlo, separaron del texto los comentarios más personales, que dieron lugar al libro Reflexiones de un cirujano, publicado en 1968. Ambas obras aparecieron después de su muerte (Kuzmin y Yudin, 2002; Alexi-Mekishvili y Konstantinov, 2006; Potemkina, 2011).

Yudin permaneció tres años en prisiones de Moscú, hasta que en marzo de 1952 fue desterrado a Berdsk y Novosibirsk, en Siberia, donde volvió a operar en un hospital regional. Tras la muerte de Stalin se anularon los cargos existentes contra él y regresó a Moscú, ocupando de nuevo su puesto en el Instituto Sklifosovsky. Allí pudo conocer la traición de su discípulo más cercano, Boris Petrov, a quien algunos implicaron en su detención, y que le recibió con hostilidad. Yudin volvió a operar hasta que el 12 de junio de 1954 sufrió un tercer infarto de miocardio —había sufrido previamente el de 1942 y otro en enero de 1949, durante su detención en la prisión Lubyanka—, por el que falleció a la edad de sesenta y dos años, siendo enterrado en un mausoleo del cementerio Novodévichi. En 1962 recibió de manera póstuma, conjuntamente con Vladimir Shamov, que acababa de fallecer, el Premio Lenin por sus trabajos en el descubrimiento y desarrollo de las transfusiones de sangre cadavérica (Kuzmin y Yudin, 2002; Potemkina, 2011)

Referencias[editar]

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