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Usuario:ErickEIcaza/Taller/Martin Icaza Caparroso

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ErickEIcaza/Taller/Martin Icaza Caparroso

Martín Icaza Caparroso (Santiago de Veraguas, Panamá, 12 de diciembre de 1756 - Guayaquil, Ecuador, 3 de octubre de 1830) fue un comerciante exportador que tuvo actuación política durante las guerras de independencia hispanoamericanas.

Biografía[editar]

Pasó la niñez en Santiago de Veraguas con su familia, gozando del amor fraternal de sus padres. En 1775, su hermano mayor, el Dr. José Gabriel Icaza Caparroso, Asesor de Gobierno en Guayaquil, le trajo a esa ciudad. Vino con sus hermanos y todos se dedicaron al comercio, sentando las bases de su futura prosperidad.

Inicia una breve carrera militar, como teniente de caballería y luego Capitán de Milicias del puerto, pero abandono pronto esas actividades para dedicarse al comercio, Icaza mantuvo las relaciones comerciales en el reino de España.

En mayo de 1780, Icaza se encontraba en la Ciudad de México, en donde, junto con su hermano Isidro Antonio Icaza Caparroso, y en nombre del resto de sus hermanos, otorgaron un poder a un primo de Bilbao y a dos productores de las villas de Valladolid y Madrid para que probaran su hidalguía a fin de poder obtener honores reservados a la nobleza. Se casó con María Rosa Silva Olave el 16 de octubre de 1780 en Guayaquil, Guayas, Ecuador.

Fue Procurador General del Cabildo de Guayaquil, del Virreinato Peruano en 1781, Alcalde Ordinario del Cabildo de Guayaquil en 1782, Juez de Comercio. Icaza además de dedicarse al comercio, prestaba dinero a réditos, en algunos casos para pagarse en el puerto de Acapulco, en esta época Icaza empezó a comprar tierras para plantar cacao con los caudales acumulados de las contrataciones comerciales que realizaba y el otorgamiento de créditos. Más tarde, Icaza diversificó sus intereses mediante la compra de la gran hacienda productora de alimentos “Cachari” en Babahoyo y propiedades adicionales en Palenque, que producían anualmente 325.000 matas de cacao.

El 5 de Julio de 1783 la Real Cancillería de Valladolid libró a favor de los hermanos Icaza Caparroso una Provisión de Nobleza Vizcaína y el 19 de mayo de 1784 por Real Cédula expedida en Aranjuez, Ramón Zazo Ortega les certificó las Armas de los primeros cuatro apellidos: Icaza, Caparroso, Urigoytía y Vásquez de Gortayre.

Armó la fragata “Guadalupe” para la travesía Guayaquil - Acapulco. En 1787 también figuraba como propietario del navío “La Concepción” que llevaba cargas de cacao al Callao y como numerosos hacendados le entregaban la venta exclusiva de sus granos. Su producción estaba basada en los distritos cacahueros de Baba, Pueblo viejo, Babahoyo y se realizaba con el concurso de esclavos negros y buen número de jornaleros conciertos, migrantes de la deprimida sierra.

En 1791 fue electo por segunda vez Procurador General del Cabildo, pero renunció poco después. En 1793 volvió como Alcalde Ordinario.

El 14 de diciembre de 1795 y habiéndose creado el Tribunal del Consulado en Cartagena de Indias, le designaron Juez Subdelegado en Guayaquil y su Distrito. “Activo, emprendedor y preocupado del bien público” se interesaba en todos los aspectos de la ciudad. Ese año formó el primer servicio de vigilancia nocturna con un Cabo y diez rondines, con cuya guardia cesaron los incendios sospechosos que venían ocurriendo en el sector del comercio. En 1796 solicitó la adquisición de dos bombas contra incendio que, sumadas a las ya existentes, aseguraron la tranquilidad del vecindario.

Entre 1803 y en 1804 volvió al Consulado y puso a disposición del Cabildo 866 pesos, correspondiente a la tercera parte del derecho de avería recaudado por la Aduana, para ser destinados a la construcción del malecón. La comisión encargada de esta obra los recibió y luego de pagar cuentas pendientes avisó que le quedaban 357 pesos sobrantes.

En 1806 el Cabildo le propuso ante el Virrey del Perú para uno de los cuatro títulos de Castilla creados por Carlos IV en celebración de las bodas de su hijo mayor el Príncipe de Asturias con la Princesa de Nápoles. El Muy Ilustre Cabildo de Guayaquil, reunido para el efecto, recomendó que Icaza sea propuesto con especialidad y en primer lugar por reunir las condiciones expresadas con las de buen patriota, caritativo y juicioso. Icaza tenía caudales suficientes para darse ese lujo, como propietario de la rica hacienda “Santa Rita” y otras más que le rentaban varios miles al año.

En 1808 aún tenía la fragata “Guadalupe” a su nombre y a nombre de su hermano Isidro Antonio Icaza Caparroso, pero como este murió, se hizo cargo de sus negocios en México su sobrino Mariano José Icaza Iraeta.

En 1809 figuró entre los más enconados realistas guayaquileños y actuó como comandante del regimiento de milicias y contribuyó con 4.785 pesos para las operaciones emprendidas contra la ciudad de Quito. En 1810 solicitó al Cabildo un certificado de su conducta pública y privada para remitirlo a España.

En 1811 volvió a ser Alcalde Ordinario, en abril de 1814 de resultados de las luchas del insurgente General Morelos, quien prefirió incendiar la plaza de Acapulco para impedir que cayera en manos de los realistas, se quemaron esas aduanas repletas de productos. Icaza y su sobrino Mariano José Icaza Iraeta perdieron 20.000 cargas allí depositadas. Tan serio revés liquidó la mitad de su fortuna como fue público y notorio en Guayaquil; sin embargo, pudo seguir viviendo holgadamente gracias a sus haciendas ganaderas de “Cachari” en Babahoyo, “Santa Rita” y a 6 huertas de cacao en Pueblo viejo, pero optó por disminuir sus negocios y empezó a soltárselos a sus numerosos hijos.

En 1816 aún seguía con el tema del título nobiliario, pues ese año el Gobernador Juan Vasco Pascual le recomendaba con nuevos argumentos en sus pretensiones, Icaza empujaría las gestiones hasta abril de 1819, en el Consejo de Cámara de Indias y en la Contaduría General, pero se interpuso la independencia y todo quedó en nada.

El 8 de febrero de 1816 franqueó de sus almacenes cuanto fue necesario para armar las lanchas que protegían el río Guayas y premió a los artilleros que más se distinguieron en la defensa del malecón durante la invasión del Almirante Guillermo Brown, quien se avía presentado con 4 naves en el Golfo de Guayaquil.

En 1820 el Gobernador de Guayaquil, Juan Manuel Mendiburo, le impuso una contribución de 1.280 pesos para defender a Guayaquil de cualquier insurgente.

Icaza temía la revolución sin odiarla y cuando el 9 de octubre de 1820 la ciudad proclamó su independencia sin el menor daño a nadie, dejó de temerla, de suerte que no siendo político sino comerciante exportador, se movía únicamente por la defensa de sus negocios.

Icaza recibió un pedido por parte del jefe de la plaza Gral. Juan Paz del Castillo para que contribuyera con 130 pesos para conformar los fondos de guerra, al recibir este pedido Icaza salió admirado de su casa con el fin de hablar con el Gral. Juan Paz del Castillo.

Al conocer el Gral. Juan Paz del Castillo el motivo de la visita de Icaza este sonriendo le pregunto si le parecía caro la cantidad solicitada, a lo que Icaza respondió. “Al contrario, me parece muy poco” y metiendo su mano en su bolsa le dijo. “Aquí tiene usted 1.000 pesos como un donativo especial. Y pida mas cuando guste”. Al ver esto el Gral. Juan Paz del Castillo y queriendo mantener la broma le contestó. “¿Y si abuso con el resto?”. Entonces Icaza con tono de sentencia le contestó. “Pues bien abuse usted cada vez que la patria lo necesite”. Con seguridad esta contestación no fue olvidada jamás por el Gral. Juan Paz del Castillo.

Apenas llegado el Gral. Antonio José de Sucre a Guayaquil en mayo de 1821, el Ayuntamiento le dio un baile al cual invitaron a las 16 familias más patriotas de la urbe, en el cual fueron invitados Icaza y toda su familia.

En Julio de 1822 llegó Simón Bolívar preparado contra Icaza y sus hijos a quienes tenía por acérrimos enemigos de la independencia y deseando contenerlos con medidas severas, según le confesó a José Villamil Joly, pero desde que lo conoció comenzó a variar de concepto. Villamil terminó asegurándole a Bolívar "Cuando Usted lo conozca mejor - a Icaza - la prevención desfavorable que Vuestra Excelencia ha traído se convertirá en concepto muy favorable". Desde entonces Martín Icaza Caparroso fue un fervoroso partidario del Libertador su fiel amigo y con sus hijos le guardó especialísimas consideraciones de aprecio. En 1826 Icaza firmó junto con sus hijos el Acta que puso a Guayaquil bajo la protección del Libertador Simón Bolívar.

En mayo de 1823 llegó a su casa la vacuna contra la viruela procedente de Lima.

En 1824 encabezó una Comisión designada por el Cabildo para trabajar un proyecto por el engrandecimiento del Ecuador y hasta donde debían extenderse sus límites, asunto importante pues ya desde entonces se vislumbraban los problemas de orden territorial que luego se suscitaron con el Perú. En dichas reuniones nació la “Sociedad de Amigos del País”.

En 1825 Icaza figuró entre los fundadores de la “Sociedad de Seguridad Mutua” que fue la primera compañía de seguros que funcionó en el país. Aseguraban los edificios a la bajísima tasa del 1% anual y tenían a su cargo el funcionamiento de las bombas contra incendio.

Entre 1828 y 1829 ya viudo y durante la ocupación peruana en Guayaquil, fue perseguido bajo la acusación de conspirar a favor de Colombia.

A su fallecimiento dejó a sus hijos una fortuna considerable compuesta de 3.000 cabezas de ganado, 300 yeguas, 100 potros, 30 mulas, una casa grande en Guayaquil de un piso y doce lumbres, avaluada en 30.000 pesos, algunos miles más de dinero en efectivo y 325.000 árboles de cacao en la parroquia Pueblo viejo que producían alrededor de 32.500 pesos anuales.

Martín Icaza Caparroso fue el hombre más rico e influyente de su época, pero jamás había sido un hombre de partidos pues solo seguía el de la razón y el orden, odiando siempre las intrigas de la ambición.