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Vida y nacimiento[editar]

Federico Balaguer Sánchez nació en Huesca el 28 de diciembre de 1912. Tras sus estudios de Historia en la Universidad de Zaragoza, fue profesor del Instituto Ramón y Cajal y archivero del Ayuntamiento de Huesca.

Consejero fundador y secretario del Instituto de Estudios Oscenses (luego Altoaragoneses), miembro correspondiente de la Société des Sciences, Lettres et Arts de Pau desde 1954, nombrado cronista de la ciudad de Huesca el 6 de diciembre de 1955, tras el fallecimiento de don Ricardo del Arco y a propuesta del concejal don José María Lacasa, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia desde 1956, de la de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza desde 1963, y de la de Bellas Artes de San Fernando desde 1969. Obtuvo el Premio Aragón de Historia en 1973 y fue proclamado Altoaragonés del Año en 1974.

Falleció en Huesca el 6 de junio de 2001.

Como medievalista, Federico Balaguer es el gran experto en la época del reinado de Ramiro II el Monje y en la iglesia monacal de San Pedro el Viejo de Huesca. Es autor de numerosos estudios publicados en revistas especializadas, amén de incontables artículos aparecidos en revistas, boletines y, muy especialmente, en el diario Nueva Espuria y su continuador, Diario del Altoaragón, en la revista 4 Esquinas, en la antigua revista Milicias de Cristo, en la revista Argensola del Instituto de Estudios Altoaragoneses y en los Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, de Zaragoza.

El Bachillerato; Su iniciación en la historia[editar]

Federico Balaguer estudió bachillerato en el Instituto General y Técnico de Huesca, heredero moral y material, jurídico y legal de la antigua Universidad. Siempre se mostró orgulloso de haber pisado aquellas solemnes aulas del vetusto edificio que albergara en los siglos medievales el Real Palacio y en los modernos la Sertoriana, y de haber iniciado sus primeros pasos en el terreno de la Historia y hallado su vocación por la misma de la mano de aquellos eminentes profesores que daban prestigio al Instituto oscense, y principalmente del maestro de historiadores Ricardo del Arco.

Poco debía de faltar para que Federico Balaguer iniciara sus estudios de bachillerato cuando el Claustro del Instituto celebrado el 6 de diciembre de 1921 acordaba restablecer la antigua costumbre de asistir corporativamente bajo mazas, con togas y borlas, a la Salve y Tifa Pulchra de la víspera y al solemne Pontifical del día de la Inmaculada, en la catedral de Huesca, al propio tiempo que costeaba el sermón y el director del centro designaba al orador sagrado. El 5 de abril de 1922 el Instituto oscense rendía un emotivo homenaje a sus dos más ilustres alumnos, Santiago Ramón y Cajal y Joaquín Costa y Martínez, con una solemne velada literaria que presidió el rector de la Universidad de Zaragoza, Ricardo Royo Villa nova. Federico Balaguer aún no ha había cumplido los diez años.

En el curso académico 1925-1926 Federico Balaguer entra en Contacto con el gran historiador Ricardo del Arco , como discípulo suyo en el primer agio de Historia de Espuria, tal y cómo el propio Balaguer lo ha puesto de manifiesto: "Un curso inolvidable, en el que llegamos a encariñarnos con la severa y hierática musa de la Historia. Del Arco nos adiestraba en la relación de temas, confección de mapas y manejo de la bibliografia", además de constituir un cicerone de excepción en las excursiones culturales a San Juan de la Peña, Loarre o Agüero. Recuerda Balaguer que "sus lecciones estaban henchidas siempre de un ardiente aragonesismo, que llegaba a emocionarnos".' A su vez, el magisterio de Ricardo del Arco reconocía la influencia del gran polígrafo Marcelino Menéndez y Pelayo. Como ha señalado María Dolores Cabré, del Arco "nos contó, un día, que toda su labor por estudiar y desentrañar el pasado oscense la debe a Menéndez Pelayo, a quien oyó en su juventud y cuyo entusiasmo le emoción"." En Huesca Ricardo del Arco lo fue casi todo en el mundo de la cultura y de la docencia.

Rumbo a Zaragoza[editar]

En el Curso académico 1930-1931 se halla Federico Balaguer cursando estudios superiores en la Universidad de Zaragoza, como informan sus vecinos del diario La Tierra (que tenía su sede en la calle Villahermosa, 12) en una nota de Sociedad publicada el sábado 10 de enero de 1931: "Para continuar sus tareas escolares en la Universidad de Zaragoza marcho ayer el joven oscense don Federico Balaguer".

San Pedro el Viejo y los mozárabes oscenses[editar]

Son clásicos e insustituibles para los medievalistas los documentados estudios de Federico Balaguer dedicados a la época de Ramiro II, a los mozárabes y judíos oscenses y al monasterio medieval de San Pedro el Viejo. Nacido y criado en la proximidad de este antiguo templo medieval, en cuya parroquia transcurrió toda su vida, a él dedico sus más fructíferos desvelos investigadores, así como a la vida y a la época del más ilustre de los personajes que residieron en el mismo, el rey de Aragón Ramiro II el Monje.

El 2 de mayo de 1943 Federico Balaguer pronunciaba una charla incluida en un ciclo de conferencias organizado por el Museo Arquelógico Provincial que, con el título “Un monasterio medieval. San Pedro el Vejo”, sería publicada en 1946 en la imprenta oscense de la Viuda de Leandro Pérez, popular establecimiento tipográfico situado al cobijo del templo románico, en la calle de la Correría, que lleva el nombre oficial de Ramiro el Monje. En su "Advertencia" preliminar, confiesa el autor que, "dado su carácter vulgarizador, me abstuve de todo aparato crítico y de la cita, enojosa y monótona, de documentos y referencias"?' Aun así, da cumplida Cuenta de las fuentes de que se ha valido para su elaboración: el Archivo Parroquial de San Pedro el Viejo y, de manera especial, el cartulario denominado Líber instrumenlorum Sancti Petra Veteéis, que ya diera a conocer el padre Huesca, y el Libro de la Obrería, entre otros, el Archivo Municipal de Huesca, que atesora el fondo documental de San Pedro el Viejo, con cerca de dos mil pergaminos, y el Archivo Histórico Provincial de Huesca, en el que había consultado los protocolos notariales desde el siglo XV. incluye notas a pie de página en las que informa de los documentos consultados.

Estudia las relaciones del tema con la literatura, la escuela monacal o la beneficencia, y se refiere también a los aspectos paleográficos de los documentos estudiados, algo que no suele pasar por alto en cualquiera de sus numerosos estudios publicados.

Intimamente ligado al templo de San Pedro el Viejo se halla el tema de los mozárabes oscenses, que establecieron sus casas en torno a esta venerable iglesia ya en los tiempos de la dominación musulmana. A ellos dedicó Federico Balaguer el estudio "Notas documentales sobre los mozárabes oscenses", Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón (EEMCA) II, (Zaragoza) 1946: 397-416, en el que se remonta al martirio de las Santas Nunilo y Alodia, analiza las relaciones de los mozárabes oscenses con los mozárabes complutenses de Alcalá de Henares, y con los Estados pirenaicos, así como el problema del traslado del prelado oscense a las montañas del Pirineo tras la invasión musulmana y estudia los documentos mozárabes posteriores a la Reconquista.

El tema de San Pedro el Viejo siguió vivo y presente en las ocupaciones investigadoras de Balaguer con escritos como "El cementerio de San Pedro el Viejo y los restos humanos de la calle de Cuatro Reyes", Argensola 19, 1954: 282-283, "Un inventario de San Pedro el Viejo del siglo XVl", Argensola 34, 1958: 139- 149, "Una nota sobre la escuela medieval de San Pedro el Viejo", Argensola 57-60, 1964-1965: 93-98, "La introducción de la letra carolina en el Priorato de San Pedro el Viejo", Aragón en la Edad Media 8. 1989: 87-96.

La vida profesional de Federico Balaguer se desarrollé en el Viejo Archivo Municipal, también era asiduo al vecino Archivo Histórico Provincial cuando se alojaba en el antiguo colegio de Santiago, y de su exhaustivo conocimiento de los protocolos notariales que alberga son buena muestra sus numerosas aportaciones originales sobre la vida y la obra de abundantes artistas oscenses o que trabajaron en Huesca, que serán objeto de otra de las publicaciones del Instituto de Estudios Altoaragoneses.

Federico Balaguer dedicó su vida a la investigación histórica, rodeado de libros y legajos, pero rodeado también del cariño y el afecto de sus buenos amigos.

Profundamente preocupado por el progreso de la ciudad de Huesca y de todo el Alto Aragón, era un apasionado defensor de los riegos como elemento vivificador y vertebrador de esta irredenta tierra. Su ingente labor historiográfica queda para ejemplo de futuras generaciones.