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Una Introducción a Karl Marx (en su edición original an introduction to Karl Marx) es un libro escrito por Jon Elster y publicado por Cambridge University Press en 1986[1]​. Su principal propósito es exponer las ideas de Carlos Marx sometiéndolas a discusión y, de la misma forma, servir de complemento a la obra “fabricando un sentido de Marx” (Making sense of Marx) publicada por Elster en 1985. La novedad de esta obra radica en el uso de la teoría de la elección racional, la psicología cognitiva y la lógica de la acción colectiva en el estudio del pensamiento social, económico y político de Marx. Se inscribe en la corriente del “Marxismo analítico”, de la cual, Jon Elster, G. Cohen y J. Roemer son sus máximos exponentes.

La estructura del libro inicia de tres intereses puramente intrínsecos del autor: identificar lo que Marx pensaba en el momento en el cual realizo gran parte de su cuerpo teórico; plantear si Marx tuvo la razón en lo que pensó sobre la teoría y los hechos históricos que afronto, y preguntar si Marx nos sigue siendo útil actualmente. En el libro, Jon Elster brinda una breve reseña biobibliografica de Carlos Marx en el capítulo 1 y un análisis detallado del concepto de alienación en el capítulo 3 complementando su anteriores trabajos sobre Marx Making Sense of Marx y social philosophy and policy. Se considera por tanto, una de las obras más sofisticadas y sistemáticas sobre el marxismo en la actualidad[2]​.

Panorama General[editar]

En este apartado, Elster realiza un listado completo de las principales obras que escribió Carlos Marx en vida y los contextos de las cuales hacen parte. La exposición, se divide en tres momentos: la distinción entre la producción bibliográfica de Marx y la de Federico Engels; la producción teórica del marxismo después de la muerte de Carlos Marx y las ediciones realizadas sobre los escritos de Marx. La idea general que guía esta exposición, es resaltar las principales ideas de Marx y contrastarlas con el conocimiento de las ciencias sociales disponible hasta la década de los ochenta. Elster sostiene que el marxismo se estructura en una concepción particular de la buena vida, una noción de justicia redistributiva, una teoría de la historia y un análisis del capitalismo[3]​.

Metodología Marxista[editar]

Para Elster, la metodología marxista hace tiempo que perdió su crédito[4]​. Así entendido, el autor presenta un rechazo enfático de la metodología marxista a partir tres elementos principales que la componen:

  • Holismo metodológico: la cual concibe la vida social como una totalidad o colectividad irreductible de ser pensada desde miembros individuales. Para Elster, en Marx hay dos instancias centrales para entender el holismo metodológico que intentaban responder sus dos principales objetivos teóricos: en primer lugar, el <<capital>> aparece como una entidad autónoma al accionar de los individuos; en segundo lugar, el materialismo histórico concibe a la <<humanidad>> como un sujeto colectivo cuya ascensión al comunismo es el objetivo final de la historia[5]
  • Explicación funcional: el intento de explicar, identificar y estudiar los fenómenos sociales desde sus consecuencias beneficiosas para alguien o algo[6]​ en muchos casos sin ser demostrada la relación de causación. Para Elster, es enigmático como un hecho puede ser explicado, identificado y estudiado por un hecho posterior; de este modo, para que un objeto sea adecuado a una explicación funcional, tiene que haber una regularidad en la ocurrencia del suceso[7]​. En el caso de Marx y su filosofía de la historia, muchos sucesos singulares no son recurrentes en términos de una explicación funcional y, por si fuera poco, no hay una explicación consistente de la retro-alimentación entre uno y otro suceso[8]​. Se reducen únicamente a postulados o supuestos.
  • Deducción dialéctica: forma de pensar que procede de la lógica hegeliana. Comparte los mismos errores del holismo metodológico y de la explicación funcional debido a que la dialéctica no brinda un método que consolide buenos resultados, dentro de límites bien definidos y, de ese modo, no produce leyes sustantivas del desarrollo histórico con predicciones para casos concretos de forma precisa[9]​.

El autor realizar una contrastación con el individualismo metodológico, la teoría de juegos (que el autor define como teoría de las decisiones interdependientes) y el enfoque de elección racional. Entre las principales críticas que Elster encuentra en la metodología marxista, identifica: la ausencia de claridad en como el desarrollo de la <<humanidad>> a partir del materialismo histórico es mediada por el accionar de los individuos y, de la misma forma, lo falaz de negar la elección de los agentes en el capitalismo en cuanto la noción de fuerza (necesidad) no es totalmente incompatible con la de elección.

Alienación[editar]

Elster divide su exposición sobre la alienación en Marx bajo tres elementos: la alienación entendida como falta de autorrealización, como falta de autonomía, como dominio del capital sobre el trabajo y, finalmente, se concentra en el concepto de fetichismo. Para Elster, la alienación conjuntamente con la ineficiencia y la explotación constituye una de las tres grandes fallas que encuentra Marx del capitalismo. Estos tres conceptos, desempeñan dos funciones en su teoría: en primer lugar, constituyen y fundamentan su valoración normativa de lo que está mal en el modelo de producción capitalista y lo que es deseable en el comunismo; y en segundo lugar, integran su explicación de cómo colapsa el capitalismo y cuál es la posterior transición al comunismo.[10]​. Cada uno de estos tres conceptos, sin embargo, sufrirá marcados acentos en cada uno de los postulados marxistas.

Para Elster, la alienación puede definirse de forma general como la falta de percepción de sentido[11]​ y bajo la teoría normativa de Marx, el concepto tenía la función explicativa más importante: un antes con el capitalismo y un después con el comunismo se mediaban por la continuación y abolición de la alienación. Para Elster, es un fallo de Marx creer que todo consumo es compulsivo y, en ese sentido, tiende a tomar un carácter esclavista al inducir a los consumidores por el desenfreno de los productores[12]​; el consumo, tiende igualmente a satisfacer necesidades y lo compulsivo del mismo es inherente a cualquier sociedad, incluso, la sociedad comunista.

A grandes rasgos, Elster considera que Marx fue pre concluyente en identificar todos los males presentes en el capitalismo como consecuencia del mismo. Para el autor noruego, una constante utópica en el pensamiento de Carlos Marx, era su confianza en que podría superar cada uno de los males presentes en la sociedad capitalista[13]​.

Alienación como falta de autorrealización: en palabras de Elster, Marx concebía la autorrealización como la actualización y exteriorización de los individuos de forma libre y plena. En su exposición del concepto, este puede dividirse en: autoactualización y autoexteriorización. La autoactualización implica una transformación de lo potencial en lo actual y la autoexteriorización, la exteriorización de las capacidad de un individuo hacia otras personas.

La economía Marxista[editar]

En este apartado, Elster se centra en la teoría del valor-trabajo, la reproducción, acumulación y cambio técnico y la teoría de la crisis de Marx. Se inicia el capítulo enfatizando en tres creencias erróneas de Carlos Marx: la primera, la creencia de Marx en que la producción se daba a partir de coeficientes fijos es decir, que para ser productivos, los factores se empleaban a partir de proporciones fijas (la cantidad de obreros no incidía en un rendimiento agregado de la producción). En segundo lugar, la presuposición en que la oferta de obreros esta forzada por su necesidad a vender su fuerza de trabajo y no por su elección y, por último, en tercer lugar, la creencia en que el precio de las mercancías esta impuesto por el costo de su producción y no por la demanda.

De estas tres suposiciones, Jon Elster considera que cada factor productivo tiene una productividad marginal decreciente aunque positiva, con lo cual, un obrero extra posibilita un uso más eficiente de las materias primas y la maquinaria a disposición. En cuanto a la oferta de obreros se refiere, esta inducida por la tasa salarial, la cual, induce a los obreros a elegir trabajar dependiendo del salario y no necesariamente a la necesidad de su supervivencia; finalmente, las empresas para vender todas sus mercancías, buscan rebajar tanto como sea posible su costo, por lo cual, el precio depende de cuánto está dispuesto a pagar el cliente con el menor de los intereses sobre el producto. Para Elster, la economía marxista es ambigua porque maximiza la importancia de las constricciones estructurales y minimiza el alcance la elección racional[14]​. A grandes rasgos, los capitalistas y los trabajadores son agentes que eligen cuales son las mejores opciones y cuales satisfacen en mejor medida sus intereses.

  • Teoría del valor-trabajo: como gran parte de los economistas neoclásicos, Marx concibió una teoría del valor-trabajo, en la cual, el trabajo y su aplicación en una mercancía determinaba su precio. Para Elster esta teoría adolece de una enorme simplificación que descuida la obtención de las materias primas, las particularidades y características de los trabajos mediante los cuales son producidas las mercancías y las capacidades adquiridas de los individuos así como sus talentos congénitos (67). Se hace entonces muy difícil saber cómo se intercambian los bienes entre los individuos.
  • Reproducción, acumulación y cambio técnico: en palabras de Elster, las economías capitalistas reales no corresponden con el modelo de equilibrio para la reproducción y acumulación del capital propuesto por Marx. Así entendido, el capitalismo no solo se reproduce y acumula obteniendo ganancias de la explotación a los obreros sino también, a partir de las ganancias que se reinvierten en nueva producción. Para Elster la acumulación es intensiva o extensiva y esta, puede tomar forma cuantitativa sin cambios técnicos o cualitativa, con nuevas tecnologías que impliquen transformaciones sustanciales. La dinámica de la producción capitalista, está condicionada entonces por la competencia entre empresas en el mercado más que por la relación capital-trabajo dentro de las empresas mismas como lo pensaba Marx (76).
  • Teoría de la crisis: a partir de la ecuación fundamental de la economía marxista teorizada por Marx, la tasa decreciente de ganancia era la principal causa del colapso económico del capitalismo[15]​, de este modo, solo si la tasa de explotación se mantenía de forma constante, podía decirse que la tasa de ganancia debía descender induciendo a la crisis. Para Elster, la tasa decreciente de ganancia además de ser contraintuitiva, se cae por si misma (80). La razón, es el hecho de que Marx no estaba preparado para realizar un análisis tan complejo sin las necesarias herramientas matemáticas para ello, ni tenia totalmente claras las distancias entre la dominación cualitativa y cuantitativa del trabajo por el capital en su análisis de la composición orgánica del capitalismo (81).

Explotación[editar]

Para Elster, la teoría marxiana de la explotación del trabajo comparte elementos comunes con la débil teoría del valor-trabajo. A grandes rasgos, el intentar medir la cantidad de trabajo que una persona emplea en su labor con la cantidad de bienes que consume la misma persona, se emplea tal grado de simplificación, que reduce y tergiversa los fenómenos concernientes a la explotación (85).

Materialismo histórico[editar]

En este capítulo, Jon Elster divide su argumentación en lo que el define como el desarrollo de las fuerzas productivas, la base y la superestructura y las etapas del desarrollo histórico. El materialismo histórico, se constituye en la teoría empírica de la historia de Marx y se estructura en un conjunto de generalidades macro sociológicas orientadas en identificar los factores de estabilidad y cambio de las sociedades. Para Elster, esta teoría posee dos facetas: en primer lugar, una teoría general de la estructura y dinámica de cualquier modo de producción y, en segundo lugar, una teoría de las secuencias históricas de los modos de producción. La primera enfocada en identificar lo que tienen en común cada uno de los cuatro modos de producción (asiático, esclavista, de servidumbre y capitalista) y, la segunda, centrada en identificar lo que distingue los referidos modos de producción (108). Entre los fallos que encuentra Elster del materialismo histórico marxiano, se destaca el hecho de que fue formulada en un alto nivel de abstracción y desigualdad (109). No es por ello ajeno que Elster encuentre desconcertante: lo minúsculos que son los escritos de Marx sobre la política en sociedades precapitalistas, con lo cual, se dificulta la reconstrucción de una teoría que dé cuenta de la relación entre economía y política y, en el mismo sentido, las inacabadas contradicciones entre lo que dice y el postulado general de la teoría. Así las cosas, las principales tesis que explican la transición de las sociedades en la teoría general, no son corroboradas de forma cabal en los escritos teóricos y políticos de Marx. Para Elster, estas argumentaciones están plagadas de ambigüedades e inconsistencias e inducen a una explicación funcional no fundamentada. En palabras del autor:

“Marx nos debe una explicación de cómo el carácter subóptimo de las relaciones de producción existentes incita a los hombres a individuales a emprender una acción colectica con el propósito de introducir un nuevo conjunto de relaciones”.

  1. Elster, Jon (1986). An Introduction to Karl Marx (primer edición edición). Cambridge University Press. 
  2. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (primer edición edición). Siglo XXI Editores. p. Contraportada. ISBN 968-23-1787-8. 
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  4. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primer Edición edición). Siglo XXI Editores. p. 23 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  5. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primer Edición edición). Siglo XXI Editores. p. 26 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  6. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primer Edición edición). Siglo XXI Editores. p. 23 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  7. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primera Edición edición). Siglo XXI Editores. p. 34 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  8. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primera edición). Siglo XXI Editores. p. 36 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  9. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primer Edición edición). Siglo XXI Editores. p. 39 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  10. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primera edición). Siglo XXI Editores. p. 44 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  11. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primera edición). Siglo XXI Editores. p. 44 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  12. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primera edición). Siglo XXI Editores. p. 54 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  13. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primera edición). Siglo XXI Editores. p. 57 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  14. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primera edición). Siglo XXI Editores. p. 65 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8. 
  15. Elster, Jon (1991). Una Introducción a Karl Marx (Primera edición). Siglo XXI Editores. p. 79 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 968-23-1787-8.