Judea

Mapa del sudeste del Levante, c. 830 a. C.:      Reino de Israel     Reino de Judá     Estados fenicios     Reino de Aram-Damasco     Reino de Ammon     Reino de Moab     Reino de Edom     Ciudades-estado filisteas

Judea (en hebreo: יהודה‎, pronunciación moderna: Yehuda, pronunciación tiberiana: Yəhûḏāh, en griego: Ἰουδαία, y en latín: Iūdaea) es el antiguo nombre hebreo, griego y latino de la región montañosa ubicada en las tierras altas meridionales de la región histórica de Israel.

El topónimo deriva de la tribu y luego reino de Judá,[1]​ y data de por lo menos la segunda Edad de Hierro (siglo IX a. C.). El registro más antiguo del nombre se encuentra en una tablilla cuneiforme hallada en Nimrud,[2]​ (antigua Kalkhu, una de las capitales del Imperio Asirio) de aproximadamente el año 733 a. C. Allí aparece transcripto como KUR. ia-ú-da-a-a, es decir [País] Yaudaya.

Durante el imperio babilónico el nombre se mantuvo como Yehud, una unidad administrativa menor, y Yehud Medinata bajo el dominio del imperio persa aqueménida; subordinada a la satrapía de Eber Nari. Incorporada como Judea al imperio de Alejandro, sus nombres griego y hebreo fueron usados bajo el dominio lágida y seleúcida. Tras la exitosa rebelión de los Macabeos, Judea fue durante un corto tiempo un reino cuyos límites se extendían más allá de la región original hasta abarcar gran parte de Palestina. Este reino se convirtió en cliente de Roma desde mediados del siglo I a. C. y bajo Herodes alcanzó su mayor extensión. En el siglo I de nuestra era, Judea fue el nombre de una provincia romana de extensión variable. Esta provincia protagonizó una gran rebelión contra el Imperio y fue sometida nuevamente en el año 70 de nuestra era, manteniendo su nombre, como evidencian las monedas acuñadas con motivo de la victoria romana.[3]

Anverso de un sextercio romano acuñado por orden del emperador Vespasiano para conmemorar la reconquista de Judea. La inscripción dice IVDAEA CAPTA (Judea cautiva, o vencida) con la imagen de una mujer bajo una palmera vigilada por un legionario romano.

En el siglo II estalló una nueva rebelión, liderada por Bar Kojba, que terminió una vez más en derrota en el año 135. Como consecuencia, la región fue incorporada a la provincia de Siria con el nombre de Palestina, un cambio que es visto por algunos historiadores como un intento de borrar los lazos del pueblo judío con este territorio,[4]​ si bien esta conclusión es cuestionada por otros estudiosos.[5]

La región, no obstante, nunca dejó de ser llamada Judea; en especial por las menciones bíblicas del topónimo, muchas veces para denominar toda la región conocida por la Cristiandad como Tierra Santa.[6]​ Así, en el año 200, el escritor cristiano Sextus Julius Africanus, citado por Eusebio (Historia Eclesiástica 1.7.14), menciona a Nazaret como un "pueblo de Judea".[7]​ El término, no obstante, fue de uso meramente geográfico desde el siglo II hasta el XX.

En 1948, el territorio conocido como Judea fue incluido, en gran parte, dentro del reino de Jordania como parte de la llamada Margen Occidental (del Jordán),[8]​ ocupada por Israel desde 1967.[9][10]​ El término Judea (en sentido geográfico) se volvió a utilizar por el gobierno israelí en el siglo XX como parte administrativa del distrito del área de Judea y Samaria, refiriendo al territorio generalmente conocido como Cisjordania.[11]

Toponimia[editar]

Moneda de administración persa en Judea del año c. 400 a. C., que muestra una deidad sentada sobre una rueda alada, a menudo interpretada como Yahweh con las letras YH frente a la cabeza y la D atrás de la misma. Es probable que no sea YH-D sino YH-W, una forma para YHWH.

Judea llegó al español desde el latín, el cual a su vez lo tomó del griego, en ambos casos como adaptación del nombre hebreo Yehud, generalmente trascrito como Judá. Según la Biblia, el nombre deriva en última instancia del supuesto ancestro de la tribu de Judá, el patriarca Judá, hijo de Jacob y de Lea. Este nombre se relaciona con la raíz hebrea y-d-h (ידה), "agradecer" o "alabar"[12]​ a partir de un relato etiológico contenido en el libro del Génesis (29:35) donde se narra que Lea exclama ante el nacimiento de su cuarto hijo: «Esta vez alabaré a Yahveh» a lo que agrega el redactor: «... por esto llamó su nombre Judá»[13]​ que significaría «Yo agradezco» o bien; «Agradecimiento a Yahw». Actualmente esta etimología no es aceptada y se considera que Judá es un topónimo de significado desconocido. Lipinski lo relaciona la raíz semítica w-h-d (והד) que denota una hendidura y dio origen al árabe wādī (وَادِي) Según esta hipótesis, Judá sería «la (tierra) de los barrancos» o «de los wadis».[14]

Durante la época de dominio persa en Yehud Medinata se estamparon varias monedas con el nombre hebreo יהד (YHD)[15]​ esto podría interpretarse de forma teológica como una contracción de Y-hw-H «YahveH» más la raíz "alabar", o la conjugación de Y (י «lugar,él») con whd (והד barrancos).

En el uso se emplea el término de origen hebreo Judá, con su gentilicio judaíta, para designar a la tribu y el reino al cual dio origen con capital en Hebrón y luego en Jerusalén; el cual desapareció tras la conquista babilónica en el siglo VI a. C. El uso de la forma Judea, con el gentilicio judío, corresponde al período posterior al exilio y se extiende hasta la época romana, siglo II, y el presente.[16]

Horvat 'Ethri (hebreo) o Umm Suweid (árabe). Sitio arqueológico de un asentamiento judío ubicado en las colinas de Judea que data de la época del Segundo Templo.

Localización y límites históricos[editar]

El historiador judeorromano Flavio Josefo describió a la región en su libro La guerra de los judíos:


En los límites de Samaria y Judea se encuentra el pueblo de Anuath, que también se llama Borceos. Este es el límite norte de Judea. Las partes del sur de Judea, si se miden a lo largo, están delimitadas por una aldea contigua a los confines de Arabia; los judíos que habitan allí la llaman Jordania. Sin embargo, su amplitud se extiende desde el río Jordán hasta Joppa. La ciudad de Jerusalén está situada en el medio; por lo que algunos, con bastante sagacidad, han llamado a esa ciudad el ombligo del país. De hecho, tampoco Judea carece de las delicias que provienen del mar, ya que sus lugares marítimos se extienden hasta Ptolemaida: estaba dividida en once porciones, de las cuales la ciudad real de Jerusalén era la suprema, y presidía todo el país vecino, como la cabeza hace sobre el cuerpo. En cuanto a las otras ciudades que eran inferiores a ella, presidieron sus varias toparquías; Gofna era la segunda de esas ciudades, y al lado de esa Acrabatta, después de ellas Thamna, y Lydda, y Emaús, y Pella, e Idumea, y Engaddi, y Herodium, y Jericó; y después de ellos venían Jamnia y Joppa, como presidentes de los vecinos; y además de estos estaba la región de Gamala, y Gaulanitis, y Batanea, y Traconitis, que también son partes del reino de Agripa. Este [último] país comienza en el Monte Líbano, y las fuentes del Jordán, y llega hasta el lago de Tiberíades; y en longitud se extiende desde un pueblo llamado Arfa, hasta Julias. Sus habitantes son una mezcla de judíos y sirios. Y así, con toda brevedad posible, describí el país de Judea y los que se encuentran a su alrededor.
Josefo, Las guerra de los judíos Libro III, 3, 5.

Geografía[editar]

Flora de tipo mediterránea (robles y terebintos) en el Valle de Elah, al sudoeste de Judea.

Judea es una región montañosa, parcialmente desértica. Presenta un enorme rango de alturas, desde los mil metros en el sur (monte Hebrón, 1020 m) a 400 m bajo el nivel del mar en la parte oriental, ribereña del Mar Muerto.

Los geógrafos dividen a Judea en varias regiones: las montañas de Judea al sur, las alturas de Jerusalén en el centro, las colinas de Betel, al norte, y el desierto de Judea al este, el cual desciende en terrazas hacia el Mar Muerto. Las colinas se caracterizan por su estructura anticlinal y se sabe que en la antigüedad y hasta los tiempos de Imperio Otomano, las colinas estaban cubiertas de bosques.

Es también una región muy diversa desde el punto de vista climático, desde un clima mediterráneo en el oeste hasta uno desértico en el este, con una zona esteparia entre ambos. Esto queda ilustrado por los registros de precipitaciones anuales, desde 600 mm en los alrededores de Jerusalén occidental las cuales disminuyen hasta 400 mm en Jerusalén oriental y llegan a menos de 100 mm en el desierto de Judea.

Las principales áreas urbanas de la región incluyen las ciudades históricas de Jerusalén, Belén, Jericó y Hebrón. Un asentamiento moderno muy importante es Gush Etzion.[17]

Historia[editar]

Antigua vía romana en las proximidades de la Autopista regional 375, en Israel.

Prehistoria[editar]

Habitada desde la prehistoria, hay testimonios de asentamientos ya desde el Paleolítico superior, en torno al XIV milenio antes de nuestra era, es uno de los centros principales de la cultura natufiense, a la que siguió el Khiamiense. Durante las fases finales del calcolítico, se desarrolla la cultura ghasuliense, de la cual deriva la civlización cananea que se manifiesta ya en la Edad del Bronce. Esta cultura desarrolla un estilo propio de agricultura combinada con pastoreo trashumante.[18]

Edad del Bronce[editar]

A comienzos de la Edad del Bronce existen testimonios, en los archivos de la ciudad de Ebla, de algunas ciudades ubicadas en lo que sería el territorio de Judea, como Jerusalén, menciones que se repiten en los textos de maldición egipcios.

Al final del Bronce Antiguo hay un retroceso de la vida urbana, pero la cultura cananea resurge en el Bronce Medio, integrada a una red de intercambio internacional centrada en Mesopotamia,[19]​ pero que llega hasta Egipto como testimonia el cuento de Sinhué.

En el Bronce Reciente, las Cartas de Amarna revelan la existencia de pequeños estados en la región,los cuales dependen estrechamente de Egipto, entre ellos los reinos de Jerusalén y de Hebrón. En esta época aparecen por primera vez los habiru, bandas de refugiados, temidos por los reyes locales y en los que se ha visto el origen remoto del término hebreo.

A finales del período y comienzos del Hierro, el poder egipcio en la región colapsa, lo que lleva al desarrollo de estados locales. Entre ellos la tribu, luego reino, de Judá.

Reino de Judá[editar]

La historia antigua del reino de Judá es incierta; la Biblia indica que los hebreos procedentes de Egipto derrotaron a las ciudades estado cananeas y se asentaron como una confederación de doce tribus, una de las cuales era Judá. La confederación se convirtió en un reino cuyo segundo monarca, David, procedía de Judá y estableció su capital en la ciudad neutral de Jerusalén. El sucesor de David fue Salomón, quien rigió un extenso reino que abarcaba toda Palestina y hasta partes de Siria. El Reino Unido de Salomón se dividió bajo su heredero: al norte se estableció el Reino de Israel y al sur el de Judá, gobernado por descendientes de David. Esta síntesis no es considerada histórica por la arqueología y la mayor parte de los historiadores.[20][21][22][23]

El Reino Unido de Israel nunca existió y Judá, un distrito rural,[24]​ solamente emergió como estado a partir del siglo IX a. C. y bajo el control del Reino de Israel con capital en Samaria. Sin embargo, cuando este estado fue conquistado por el imperio neoasirio en 720 a. C. Judá permaneció independiente, pero como vasallo de Asiria. Esto favoreció un crecimiento de la población, incrementada con emigrados del norte, y el desarrollo económico del reino.[25]​ A partir de finales del siglo VII a. C., Judá entró en la esfera de influencia de Babilonia y quedó envuelta en las luchas entre esta y los egipcios, como resultado de las cuales cayó en 587 a. C. La ciudad de Jerusalén fue destruida y parte de los pobladores del reino, en especial la aristocracia, es llevada cautiva a Babilonia.[26]

Imperios sucesivos[editar]

Entre los siglos VI a. C. y II a. C., Judá, conocida por el nombre arameo de Yehud, que dio el latín Judea, fue parte de los imperios del Cercano Oriente, generalmente como una unidad administrativa menor dependiente de otras provincias. En este período Judea se constituyó en torno a Jerusalén en forma de Estado-Templo, regida por una aristocracia sacerdotal y algunas familias terratenientes. En la historiografía judía, esta época es conocida como del Segundo Templo, en la tradición cristiana centrada en la Biblia, en especial la reformadase la denomina período intertestamentario, pues no aparece registrada, salvo un breve período de tiempo, en los textos del Antiguo Testamento.

Durante estos siglos tuvo lugar la elaboración de una serie de escritos que terminaron por formar la Biblia hebrea, compendio de libros sagrados del judaísmo y, más tarde, del cristianismo. Ambas religiones se originaron en el territorio de Judea.

Babilonia y Persia[editar]

A partir de la revuelta y posterior toma de Jerusalén en 586 a. C., el reino se convirtió en una provincia de Babilonia, con Godolías, un nativo, como gobernador o incluso rey. Según Miller y Hayes, la provincia tenía como límites a Betel al norte, Jericó al este, Bet Zur en el oeste y Enguedí al sur, su capital era la ciudad de Mizpah, no Jerusalén, la cual estaba habitada pero parcialmente en ruinas.[27]​ El nombre de la provincia fue Yehud, forma aramea del nombre hebreo. Guedalías, que no pertenecía a la Casa de David, fue asesinado por un miembro de ésta, lo que llevó a una nueva revuelta suprimida por los babilonios en 581 a. C. Si bien una parte de la población fue deportada después de ambas rebeliones, la provincia no quedó despoblada por completo.

El colapso del Imperio Babilónico en 539 a. C., significó el traspaso de la provincia al Imperio Aqueménida, manteniendo el nombre de Yehud, si bien en la historiografía se prefiere la transcripción aramea de Yehud Medinata, dependiente de la Satrapía de Abar Nahara, es decir, "más allá del Río (Éufrates)". Bajo los nuevos soberanos, se produjo el retorno de los descendientes de los deportados, aunque no todos, quienes entraron en conflicto con los pobladores que habían quedado en la provincia, llamados despectivamente am ha'aretz.

Moneda acuñada por Ezequías, gobernador de Yehud Medinata (ca. 375 - 333 a. C.). Nótese la presencia de mochuelo de Atenea en el reverso.

Yehud Medinata,[28]​ fue regida por gobernadores judíos, a veces enviados por el rey de reyes, a veces seleccionados entre la población local. Se trataba de un territorio similar al de la provincia babilónica, con capital en la ciudad de Jerusalén, la cual fue reconstruida y poblada por emigrados de Babilonia. Durante este período se reconstruyó el Templo de Jerusalén, al cual se le otorgó el estatus de único legítimo, se implantó el monoteísmo y se elaboraron las leyes de pureza. Según la mayor parte de los estudiosos, la Torah en su forma actual fue redactada en esta época y con el auspicio de la administración persa.

A partir del siglo IV a. C., el Sumo Sacerdote, perteneciente a la antigua familia de Sadoc, adquiere mayor poder en la provincia, por encima del gobernador.

Lágidas[editar]

A comienzos del siglo II a. C., el Imperio Seleúcida (amarillo) se apodera de los territorios de Fenicia, Galilea, Samaria, Idumea y Judea a expensas de Egipto (azul).

Hacia 330 a. C., la provincia pasó a depender del imperio creado por Alejandro Magno. Después de la muerte del conquistador, Judea se vio afectada por las disputas de los diádocos, concretamente entre Ptolomeo de Egipto y Seleuco de Siria, conflicto que el libro bíblico de Daniel (compuesto un siglo y medio después) resume como la guerra entre el Rey del Norte y el Rey del Sur. Entre 319 y 302 a. C., "Jerusalén cambió de manos siete veces."[29]

En el siglo III a. C., sin embargo, Judea fue gobernada como una provincia de Egipto y gozó de gran prosperidad

Seleúcidas[editar]

Las campañas de Antíoco III, el Grande, contra Ptolomeo V culminaron con la victoria del primero en Panion en el año 200 a. C. Con esto, Judea pasó definitivamente al poder del Imperio Seleúcida. Este dominio llevó a un conflicto interno dentro de la aristocracia provincial, el cual tomó la forma de una lucha religiosa.[30]

Reino de Judea[editar]

La guerra civil en Judea se convirtió en un levantamiento contra el dominio seleúcida, liderado por la familia sacerdotal de los Macabeos, más tarde llamados Asmoneos. Este movimiento, logró una amplia autonomía de la provincia, la cual fue gobernada por un Sumo Sacerdote, de la familia asmonea, con el título de etnarca. A fines del siglo II a. C. el etnarca Judá Aristóbulo se proclamó rey.

El Reino de Judea abarcó un territorio mucho más extenso que el de Judea, en efecto, con la conquista de Idumea al sur, Samaria y Galilea al norte y Perea y Gaulanítide en Transjordania, el Reino de Judea se convirtió en una potencia regional.
Las luchas por la sucesión del trono entre los últimos asmoneos abrieron la puerta a la intervención romana. En 63 a. C. Pompeyo tomó Jerusalén, nominalmente como aliado de Hircano II quien asumió el poder como Sumo Sacerdote y etnarca pero no como rey. El Reino de Judea vio reducido su territorio a su extensión original, en la práctica como protectorado de Roma.

Reino de Judea bajo Herodes[editar]

Moneda de cobre acuñada por orden de Herodes, con la inscripción: "ΒΑΣΙΛΕΩΣ ΗΡΩΔΟΥ" ("Del Rey Herodes")

En 37 a. C., en el marco de la lucha contra los partos y por el control del Reino de Judea, Herodes desplazó al último gobernante asmoneo Antígono Matatías siendo coronado rey de Judea por el Senado romano.

En el año 6 d. C. Herodes Arquelao quien sucedió a su padre en el trono de Judea en el año 4 a. C., fue depuesto por los romanos, y el Reino de Judea fue convertido en provincia, bajo procuradores,hasta el año 41 d. C. cuando el Reino de Judea fue restablecido efímeramente.

Provincia Romana[editar]

Judea[editar]

Palestina[editar]

Califato[editar]

Omeyas[editar]

Abasidas[editar]

Reino de Jerusalén[editar]

Fatimíes[editar]

Imperio Otomano[editar]

Mandato Británico de Palestina[editar]

Cisjordania[editar]

Israel[editar]


Cronología[editar]

Relieve del Arco de Tito, en Roma. Presenta a los romanos portando los expolios del Templo de Jerusalén, entre los cuales se destaca la Menorá.

Referencias[editar]

  1. «Judah, Kingdom of». Jewish Encyclopedia. Consultado el 1 de junio de 2020. 
  2. Tablilla de Nimrud K.3751 en Mykytiuk, Lawrence J. (2004) "Identifying Biblical Persons In Northwest Semitic Inscriptions Of 1200 - 539 B.C.E." Volumen12 de Academia Biblica (Series) (Brill Academic Publishers) BRILL,ISBN 9789004127241 p. 167
  3. Moresino-Zipper, Andrea (2009). Gerd Theissen, ed. Die Judaea-Capta-Münze und das Motiv der Palme. Römisches Siegessymbol oder Repräsentation Judäas?. Novum Testamentum et Orbis Antiquus/Studien zur Umwelt des Neuen Testaments (NTOA/StUNT) (Book 70) (en alemán). Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht. pp. 61, 64-67. ISBN 9783525533901. 
  4. H.H. Ben-Sasson, A History of the Jewish People, Harvard University Press, 1976, ISBN 0-674-39731-2, page 334: "... en un esfuerzo por cortar cualquier memoria del lazo entre los judíos y la tierra, Adriano cambió el nombre de la provincia a Siria-Palestina, un nombre que se hizo común en la literatura no judía."
  5. Jacobson, David (2001), "When Palestine Meant Israel", Biblical Archaeology Review, 27 (3):"Adriano renombró oficialmente a Judea como Siria Palaestina después de que sus ejércitos romanos reprimieron la revuelta de Bar-Kokhba (la segunda revuelta judía) en 135 CE; esto es visto generalmente como un intento destinado a cortar la conexión de los judíos con su patria histórica. Sin embargo, escritores judíos como Filon, en particular, y Josefo, quien floreció mientras Judea aún existía formalmente, usaron el nombre de Palestina para la Tierra de Israel en sus obras griegas, sugieren que esta interpretación de la historia es errónea. La elección por Adriano de Siria Palestina puede interpretarse de maner más exacta como una racionalización del nombre de la nueva provincia, de acuerdo con su área que es mucho más grande que la Judea geográfica. De hecho, Siria Palestina tenía antecedentes íntimamente relacionados con el área más extensa Israel ", pp. 44-45.
  6. Riggs, J. S. (1894). «Studies in Palestinian Geography. II. Judea». The Biblical World 4 (2): 87-93. ISSN 0190-3578. Consultado el 1 de junio de 2020. 
  7. Eusebio de Cesarea Church History, Book I, Chapter VII,§ 14 (versión en inglés)
  8. «A/RES/181(II) of 29 November 1947». Unispal.un.org. Consultado el 20 de septiembre de 2018. 
  9. Tessler, Mark A. (1994). A History of the Israeli-Palestinian Conflict (en inglés). Indiana University Press. p. 401. ISBN 0-253-20873-4. 
  10. Neil Caplan (19 de septiembre de 2011). The Israel-Palestine Conflict: Contested Histories. John Wiley & Sons. p. 8. ISBN 978-1405175395. 
  11. «Judaea». Britannica. Consultado el 31 de diciembre de 2012. 
  12. Exell, Joseph Samuel (1892). Homiletical Commentary on the Book of Genesis. USA: Funk & Wagnalls. p. 583. 
  13. «Génesis 29:35 Biblia RV». 
  14. Lipiński, Edward (2006) "On the Skirts of Canaan in the Iron Age: Historical and Topographical Researches" Volumen153 de Orientalia Lovaniensia analecta, ISBN 9789042917989 p. 367
  15. Monedas de Yehud
  16. Crotty, Robert Brian (2017). The Christian Survivor: How Roman Christianity Defeated Its Early Competitors. Springer. p. 25 nota al pie: 4. ISBN 9789811032141.
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  18. Zarins, Juris (1992). «Pastoral nomadism in Arabia: ethnoarchaeology and the archaeological record—a case study». En Bar-Yosef, Ofer; Khazanov, Anatoly, eds. Pastoralism in the Levant. Consultado el 9 de octubre de 2018. 
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  25. Ben-Sasson, Haim Hillel, ed. (1976). A History of the Jewish People. Harvard University Press. p. 142. ISBN 978-0674397316.
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  29. Hooker, Richard. «Yavan in the House of Shem. Greeks and Jews 332–63 BC». Archivado desde el original el 29 de agosto de 2006. Consultado el 8 de enero de 2006.  World Civilizations Learning Modules. Washington State University, 1999.
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