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Agustín Moreto[editar]

El más destacado de los dramaturgos de la escuela calderoniana,[1]​ calificado por Baltasar Gracián como «el Terencio español»,[2]​ sobresalió en la comedia, en donde muestra sus mejores cualidades: diálogos fluidos e intrigas muy bien construidas. El desdén, con el desdén (1653-1654) es una de las mejores comedias palatinas del teatro español, junto con El vergonzoso en palacio (1606-1612) de Tirso de Molina y El perro del hortelano (1613-1618) de Lope de Vega. El desdén, con el desdén pudo ser una revisión de otra excelente comedia suya de parecido asunto, El poder de la amistad. En El desdén... se construye una perfectamente graduada comedia palaciega, en un ambiente refinado, y con un excelente tratamiento de la psicología de los personajes. Diana, mujer culta y heredera del condado de Barcelona, ha decidido rechazar cualquier amor. Carlos, conde de Urgel, fingiendo un desdén mayor por ella que el que Diana muestra hacia los hombres, logra conquistar su resistencia. El gracioso Polilla es personaje importante, y ya no actúa como mero gracioso o comparsa, sino que a veces toma la iniciativa de la estrategia de su amo. Su otra obra maestra es una comedia de figurón, El lindo don Diego (1662).[3]​ También compuso magníficas comedias de capa y espada, como No puede ser (también citada como No puede ser el guardar una mujer) o El parecido en la corte.

Entre sus obras de carácter grave siempre se ha mencionado la comedia de santos San Franco de Sena que tiene influencias de El condenado por desconfiado de Tirso de Molina. Otras buenas tragedias de final feliz (como era habitual en el barroco español) son El defensor de su agravio, Primero es la honra y Antíoco y Seleuco. Muy interesante es su visión de El licenciado Vidriera, que transforma la novela ejemplar cervantina en un drama de crítica social.[4]

Rojas Zorrilla[editar]

Si Moreto ha sido reconocido por sus comedias, Francisco de Rojas Zorrilla ha sido estudiado sobre todo por su teatro serio, aunque es inferior al cómico.[5]​ La mejor comedia de Rojas Zorrilla es del subgénero de figurón: Entre bobos anda el juego, ingeniosa y divertida, con un hábil manejo del equívoco. Otras de sus buenas obras de capa y espada son Donde hay agravios no hay celos, y amo criado (donde se invierten los papeles del gracioso y el galán), Lo que son mujeres (que finaliza, inusitadamente, no queriendo casarse los personajes), Abre el ojo y No hay amigo para amigo. Pueden citarse también otras comedias no exactamente de capa y espada, como Don Diego de noche y Obligados y ofendidos y gorrón de Salamanca.[6]

En su teatro serio descuellan dos obras: Del rey abajo ninguno (también llamada García del Castañar) y Cada cual lo que le toca. La primera es una comedia de villano noble, al estilo del Peribáñez y el Comendador de Ocaña de Lope de Vega o El alcalde de Zalamea de Calderón, y supone la mejor obra de este género de entre los seguidores del teatro de este último. La segunda es más patética, pero toda tratada con una gran sensibilidad, a pesar de que no gozó el favor del público de su tiempo. Trata dilemas morales que todavía siguen vigentes donde una mujer mancillada toma venganza de sangre por su propia mano matando a quien la violó, y ello le reporta el perdón de su marido. Pese a cierto énfasis en lo trágico y macabro, siguiendo los pasos de la dramaturgia senequista, de la que Rojas Zorrilla era un consciente discípulo, su tratamiento de la hipocresía de las sociedades que conceden un valor excesivo a la virginidad de la mujer antes del matrimonio en Cada cual..., es de gran modernidad para su época.[7]

Otros dramaturgos[editar]

Otros ingenios de la escuela de Calderón que cabe mencionar son:

  • Antonio Coello y Ochoa. Aunque a veces se adscribe a la escuela lopesca, compuso sus obras dramáticas según los métodos utilizados por Calderón. Suele destacarse una extraña tragedia, El conde de Sex, sobre los presuntos amores de Isabel I de Inglaterra y el conde de Essex Robert Devereux, y la muerte de este; notable por su manejo del decoro poético que obliga a que toda la pasión que la reina siente por el conde se explicite solamente en apartes al público, sin que el de Essex sepa jamás del amor que siente Isabel I por él. Esta tragedia es modélica por su dignidad y majestuosidad, y por el tratamiento del dilema entre pasión y deber, y es superior a The Unhappy Favourite or the Earl of Essex de John Banks, que posee parecidas cualidades.
  • Francisco Antonio de Bances y López-Candamo. El último gran literato del Siglo de Oro escribió sus comedias a partir del año 1685, con lo que habría que revisar la idea de la decadencia de la literatura áurea española en la segunda mitad del siglo XVII. Muchos de los dramaturgos de la escuela calderoniana escribieron sus obras en este periodo y Bances Candamo compuso gran parte de sus obras en la última década de este siglo. Aunque es conocido fundamentalmente por su obra de preceptiva teatral Teatro de los teatros de los pasados y presentes siglos, escribió muy importantes obras teatrales, en las que se preocupó de unir la perfección formal con el comentario político hacia el rey Carlos II, sin apartarse del obligado decoro poético. La primera obra que se conoce de Bances es Por su rey y por su dama (1685), que fue representada en el palacio del Buen Retiro. Esta y otras obras le valieron ser nombrado dramaturgo oficial del rey por Carlos II, aunque posteriormente renunció a esa distinción. Su obra maestra es la trilogía de obras políticas que representó para Carlos II entre octubre de 1692 y enero de 1693, cuya primera obra, El esclavo en grillos de oro, era una sátira del mal gobierno del rey y un intento de que nombrara un heredero para la Corona española. La segunda, la zarzuela Cómo se curan los celos, y Orlando furioso ataca a los borbones, que pugnaban por suceder a los Austrias en el trono de España. Finalmente, en La piedra filosofal, su temeridad llegó demasiado lejos, al inmiscuirse demasiado en el problema sucesorio. Es probable que esta obra le obligara a exiliarse de la Corte. Su última obra, ¿Cuál es afecto mayor, lealtad, o sangre, o amor? vuelve a intentar influir en la política regia y quizá la decepción sufrida le llevara a no volver a escribir para las tablas.









http://www.mcu.es/cgi-brs/BasesHTML/isbn/BRSCGI?CMD=VERLST&BASE=ISBN&DOCS=1-15&CONF=AEISPA.cnf&OPDEF=AND&SEPARADOR=&WDIS-C=DISPONIBLE&WGEN-C=&WISB-C=&WAUT-C=&WTIT-C=cavallero+zifar&WMAT-C=&WEDI-C=&WFEP-C=&%40T353-GE=&%40T353-LE=&WSER-C=&WLUG-C=&WLEN-C=&WCLA-C=&WSOP-C=

http://isbn.nu/cgi-bin/design-books?frontpage=yes&title=cavallero+zifar&author=&authorchoice=exact&subject=&isbn=&Submit4.x=0&Submit4.


Bibliografía sobre la expedición de Alfonso I de Aragón por Andalucía[editar]

Al-Hulal al-Mawsiyya, crónica árabe anónima. Hay trad. de Ambrosio HUICI MIRANDA en Colección de crónicas arabes de la reconquista, 1, Tetuán, 1952.

IBN IDARI AL-MARRAKUSI, Al-Bayan al Mugrib fi ijtisar ajbar muluk al-Andalus wa l-Magrib. Hay trad. de Ambrosio HUICI MIRANDA en Textos Medievales 8, Valencia, Anubar, 1960.

DOZY, Reinhart Pieter Anne, Recherches sur l'histoire et la littérature de l'Espagne pendant le Moyen Age, 2, Paris Leide, 1881, pp. 348-363, relato basado en Ibn al-Jativ y al-Hullal al -Mawsiyya. (Apud Antonio Ubieto Arteta «La expedición por Andalucía (1125 -1126)», Historia de Aragón, vol. 1. La formación territorial, Zaragoza, Anubar, 1981, págs. 172-179. Cfr. pág. 172, n. 82.

LACARRA Y DE MIGUEL, José María, «Expedición a Andalucía», Alfonso el Batallador, Zaragoza, Guara, 1978, págs. 83-92.

LEMA PUEYO, José Ángel, Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y de Pamplona (1104 – 1134), Gijón, Trea, 2008. Cfr. especialmente cap. «“La Hueste de España” (1125-1126)», págs. 200-213.

SERRANO, Delfina, «Dos fetuas sobre la expulsión de mozárabes al Magreb en 1126», Anaquel de Estudios Árabes, 1991, vol. 2, Servicio de Publicaciones de la Universidad Complutense de Madrid, págs. 163-182. ISSN electrónico: 1988-2645.

UBIETO ARTETA, Antonio, «La expedición por Andalucía (1125 - 1126)», Historia de Aragón, vol. 1. La formación territorial, Zaragoza, Anubar, 1981, págs. 172-179.

VITALIS, Ordericus, Historiae ecclesiasticae libri tredecim, l. XIII, t. V, ed. de Augustus Le Prévost, París, Renouard, 1852, págs. 12 y ss.

ZURITA, Jerónimo, Anales de Aragón, ed. lit. de Ángel Canellas López, ed. electrónica de José Javier Iso (coord.), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza, Institución «Fernando el Católico (C. S. I. C.)» 2003. Libro I.















































espubillón

http://www.wordreference.com/definicion/espumill%C3%B3n

http://www.google.es/search?hl=es&client=firefox-a&rls=org.mozilla%3Aes-ES%3Aofficial&hs=dgQ&q=espumillon&btnG=B%C3%BAsqueda&meta=

http://www.google.es/search?q=espubillon&start=0&ie=utf-8&oe=utf-8&client=firefox-a&rls=org.mozilla:es-ES:official

http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.0.0.0.0.



  1. Wilson y Moir, 1985, pág. 214.
  2. Wilson y Moir, 1985, pág. 215.
  3. Wilson y Moir, 1985, pág. 217.
  4. Wilson y Moir, 1985, pág. 217-220.
  5. Wilson y Moir, 1985, pág. 221
  6. Wilson y Moir, 1985, pág. 224
  7. Wilson y Moir, 1985, págs. 221-223