Ir al contenido

Userkaf

Artículo destacado
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Userkaf
Faraón de Egipto

Efigie del faraón expuesta en el Museo de Arte de Cleveland.
Reinado
c. 2494-2487 a. C.[1][2]
Predecesor Shepseskaf
Sucesor Sahura
Información personal
Sepultura Pirámide de Userkaf, Saqqara
Familia
Dinastía Quinta Dinastía de Egipto
Consorte Neferhetepes
Hijos Sahura (♂), Jamat (♀)

Userkaf (conocido en griego antiguo como Usérqueres (Οὐσερχέρης))[3]​ fue un faraón del Antiguo Egipto y el fundador de la Quinta Dinastía. Reinó alrededor de 2494-2487 a. C. y su mandato marcó una etapa de importantes transformaciones religiosas y políticas. Su parentesco con la reina Jentkaus I sigue siendo incierto entre los egiptólogos. Con su esposa, la reina Neferhetepes, tuvo al futuro faraón Sahura, quien lo sucedió.

Durante su reinado, consolidó el culto solar, al elevar a Ra como la principal deidad del Estado. Como parte de esta reforma religiosa, ordenó la construcción del templo solar de Nekhenre, ubicado entre Abusir y Abu Gurab, dedicado a Ra en su aspecto de sol poniente, asociado al tránsito por el inframundo. Este monumento dio inicio a una tradición que sus sucesores seguirían durante generaciones. El tamaño reducido de su pirámide en comparación con las de la Cuarta Dinastía refleja un cambio en la concepción del poder real.

Userkaf eligió Saqqara como lugar para su sepultura, donde mandó erigir su pirámide principal junto a un templo funerario al sur, cerca de la pirámide escalonada de Zoser. Aunque de menor escala, su complejo se destacó por la calidad de sus relieves pintados. También se construyó una pirámide menor para su reina, Neferhetepes. El culto funerario al faraón, respaldado por la administración y los sacerdotes, desapareció al final de la Quinta Dinastía. Además de sus grandes obras constructivas, los anales reales mencionan ofrendas a varias deidades, y su nombre es el más antiguo documentado en el templo de Montu en El-Tod.

Familia

Padres y consorte

La identidad de los padres de Userkaf es incierta, aunque mantenía vínculos familiares con los gobernantes de la anterior Cuarta Dinastía.[4][5][6]​ El egiptólogo Miroslav Verner sugiere que fue hijo de Menkaura y de una de sus reinas secundarias,[n. 1]​ posiblemente hermano de sangre de su predecesor, Shepseskaf, último rey de esa dinastía.[7][8]

Otros especialistas —entre ellos Nicolas Grimal, Peter Clayton y Michael Rice— proponen que era hijo de una Neferhetepes,[9][10]​ identificada por Grimal, Giovanna Magi y Rice como hija de Dyedefra y Hetepheres II.[11][12][13]​ En esta hipótesis, el esposo de Neferhetepes es desconocido, aunque Grimal plantea que pudo ser el «sacerdote de Ra, señor de Sakhebu», citado en el papiro Westcar.[n. 2][13]Aidan Dodson y Dyan Hilton afirman que Neferhetepes fue enterrada en la pirámide situada junto a la de Userkaf,[n. 3]​ aunque la atribución no es segura y se basa en una inscripción hallada en la tumba de Persen, sacerdote de su culto funerario.[16][15]

Retrato de Jentkaus I en su tumba.

La ubicación de la pirámide atribuida a Neferhetepes sugiere que pudo haber sido la esposa de Userkaf. En ese caso, sería la misma reina mencionada como madre de Sahura, su sucesor y probable hijo.[15]​ Un relieve del camino procesional de Sahura lo muestra junto a su reina y a su madre, identificada como Neferhetepes, lo que refuerza esta interpretación.[17]Jaromír Malek, al igual que Grimal, la considera hija de Dyedefra y Hetepheres II.[5]​ Desde esa perspectiva, Mark Lehner propuso que la madre de Userkaf podría haber sido Jentkaus I, idea que comparte Arielle Kozloff.[2][18]

Columna de Userkaf hallada en el templo de Montu, El-Tod.

No obstante, Dodson y Hilton observan que Neferhetepes no figura con el título de «esposa del rey» en los documentos de su culto mortuorio, aunque admiten que esta omisión no es definitiva.[15]​ Ambos autores proponen que la reina de Userkaf fue Jentkaus I, hipótesis apoyada por Selim Hassan.[15][19]​ Clayton, así como Rosalie y Anthony David, coinciden y sostienen que Jentkaus I era hija de Menkaura.[20][21]​ Bernhard Grdseloff planteó que Userkaf, descendiente de Dyedefra, pudo haber contraído matrimonio con una princesa de la línea principal —la de Jafra y Menkaura— con el propósito de unificar ambas ramas de la familia real y resolver tensiones dinásticas.[22][23]

Otras teorías señalan que Userkaf habría sido sumo sacerdote de Ra antes de su ascenso al trono, lo que le otorgó la influencia suficiente para casarse con la viuda de Shepseskaf, identificada como Jentkaus I.[n. 4][30][31]

Hijos

La mayoría de los egiptólogos —entre ellos Miroslav Verner, Zahi Hawass, Rosalie David y Darrell Baker— considera que Sahura fue hijo de Userkaf y no su hermano, como afirma el papiro Westcar.[32][33]​ Esta filiación se apoya en un relieve donde Sahura aparece junto a su madre, Neferhetepes, nombre que corresponde también a la reina vinculada con la pirámide próxima a la de Userkaf.[17]​ La proximidad entre la pirámide de Sahura y el templo solar de Userkaf refuerza esta interpretación.[34]​ Además de Sahura, no se conocen otros hijos del faraón, salvo una hija llamada Jamat, mencionada en inscripciones halladas en la mastaba de Ptahshepses.[35]

Reinado

Duración

Cartucho de Userkaf en la lista real de Abidos.

No se conoce con exactitud la duración del reinado de Userkaf. La evidencia histórica y arqueológica indica que gobernó durante siete u ocho años[36][37][1][38]​ al inicio de la Quinta Dinastía.[2]

Un análisis de los anales reales del Imperio Antiguo, casi contemporáneos al monarca, registra su nombre en ocho compartimentos, lo que equivale al menos a siete años completos de gobierno.[39][n. 5]​ El año más avanzado documentado corresponde a su tercer conteo de ganado, ceremonia destinada a calcular los impuestos mediante el registro de los rebaños. Dado que este conteo se realizaba aproximadamente cada dos años durante el Imperio Antiguo, ese registro situaría el reinado en torno al sexto año. La inscripción de un albañil en una piedra del templo solar de Userkaf también menciona este tercer conteo.[42][n. 6]

El Canon Real de Turín,[48]​ copiado durante el reinado de Ramsés II a partir de fuentes más antiguas,[49]​ le asigna siete años de reinado (columna III, fila 17).[48]​ La escasez de artefactos con su nombre refuerza la idea de un gobierno breve. Entre ellos figuran un frasco de diorita con montura de oro,[50]​ un peso de piedra de cinco debenes[51]​ y un sello cilíndrico de piedra conservados en el Museo Metropolitano de Arte, así como otro sello cilíndrico de marfil en el Museo Británico[52]​ y otro sello en el Museo Bulaq.[53][54]

La única fuente antigua que atribuye un reinado más extenso es la obra Aigyptiaka (Αἰγυπτιακά), escrita en el siglo III a. C. por Manetón durante el reinado de Ptolomeo II (283-246 a. C.). No se conserva el texto original, conocido solo por citas de Sexto Julio Africano y Eusebio. Según el cronógrafo bizantino Jorge Sincelo, Africano mencionó la secuencia «Usercherês → Sephrês → Nefercherês» al inicio de la Quinta Dinastía, formas helenizadas de Userkaf, Sahura y Neferirkara, respectivamente.[55]​ La reconstrucción de Manetón coincide con las listas reales de Abidos y Saqqara, redactadas durante los reinados de Seti I y Ramsés II.[56]​ Sin embargo, Africano atribuye a Userkaf veintiocho años de reinado,[55]​ una duración muy superior al consenso actual.[36][37][57][38]

Fundador de la Quinta Dinastía

El papiro Westcar, expuesto en el Museo Egipcio de Berlín, se conserva en una copia de la XVIII Dinastía, aunque su historia probablemente se compuso por primera vez durante la XII Dinastía.[58]

La división de los reyes del antiguo Egipto en dinastías procede de la obra Aigyptiaka de Manetón, una cronología elaborada en el siglo III a. C. para cumplir con las expectativas de los gobernantes griegos del Egipto ptolemaico.[59]​ Aun así, es posible que los propios egipcios distinguieran entre la Cuarta y la Quinta Dinastía, como sugiere una tradición más antigua[5]​ recogida en el relato del papiro Westcar.[58]​ En esa narración, el rey Keops recibe la profecía de que su linaje terminará y una nueva dinastía comenzará con tres hermanos, hijos del dios Ra. El texto se remonta, en su versión más antigua, a la XII o quizá a la XVII Dinastía.[58]

Más allá de esta tradición literaria, la transición entre ambas dinastías refleja transformaciones reales en la religión y en la función del rey.[60]​ Durante este periodo, Ra adquirió primacía sobre el resto del panteón y se convirtió en la deidad principal del Estado.[57][61]​ Este cambio contrastó con el énfasis funerario característico de la Cuarta Dinastía, centrado en los monumentos reales.[4]

Se desconoce el cargo de Userkaf antes de acceder al trono. Grimal propuso que pudo haber sido sumo sacerdote de Ra en Heliópolis o en Sakhebu, centro de culto al dios mencionado en el papiro Westcar.[62][63]​ La posible relación entre los orígenes de la Quinta Dinastía y Sakhebu fue planteada inicialmente por Flinders Petrie, quien observó la similitud entre los jeroglíficos de «Sakhebu» y los de Elefantina, ciudad que Manetón señala como cuna de la dinastía. Según Petrie, el relato del papiro Westcar podría conservar una memoria simbólica de esos orígenes, lo que explicaría la mención de Elefantina en los textos manetonianos, ya que no existe otra conexión conocida entre esa ciudad y los faraones de la Quinta Dinastía.[63]

Actividades en Egipto

Sello cilíndrico de Userkaf con la inscripción «Userkaf, amado de los dioses, amado de Hathor».[n. 7][63][65]

Más allá de la construcción de su complejo funerario y su templo solar, se conoce poco sobre su gobierno.[66]Malek sugiere que su breve reinado podría indicar una edad avanzada al momento de su ascenso.[67]Verner considera que su gobierno marcó un punto crucial en la consolidación del culto solar,[n. 8]​ ya que, desde entonces, el título faraónico «Hijo de Ra» se incorporó de manera sistemática.[70]

En el Alto Egipto, encargó[66]​ o amplió[37]​ el templo de Montu en Tod, donde figura como el faraón más antiguo documentado.[71]​ El edificio original, compuesto por una pequeña capilla de ladrillo de adobe con un pilar de granito inscrito con su nombre,[72][73]​ sufrió numerosas modificaciones durante el Imperio Medio, el Imperio Nuevo y el período ptolemaico, por lo que se conserva poco de la estructura inicial.[73]

Los anales reales del Imperio Antiguo, redactados durante los reinados de Neferirkara o Nyuserra,[74][75][n. 9]​ registran varias donaciones realizadas por Userkaf. En el segundo y sexto año de su reinado, destinó dotaciones a los dioses de Heliópolis,[n. 10]​ y en el sexto año hizo lo propio para los dioses de Buto.[n. 11]​ Estas donaciones, que podrían haber estado destinadas a proyectos de construcción en nombre de Userkaf,[66]​ incluían asimismo tierras entregadas a Horus para edificar un templo en su honor.[79]

Otras divinidades veneradas por el faraón fueron Ra y Hathor, que recibieron dotaciones de tierras documentadas en los anales, junto con Nejbet y Uadyet, los «dioses del palacio divino del Alto Egipto» y los «dioses de la finca Djebaty», que recibieron pan, cerveza y tierras. Un pasaje fragmentario de los anales menciona posibles ofrendas al dios Min.[79]​ Un decreto real hallado en la mastaba del funcionario Nykaankh, en Tihna al-Jabal,[62][80]​ documenta la donación y reorganización de varias fincas destinadas al culto de Hathor y la designación de Nykaankh como sacerdote encargado de su mantenimiento.[81]

En las excavaciones del templo piramidal de Amenemhat I en Lisht se halló un bloque reutilizado como material constructivo, decorado con un relieve que muestra la titulatura de Userkaf. El texto describe un viaje del rey al templo de Bastet a bordo de una embarcación llamada «Aquel que controla a los súbditos [...]».[82]​ Aunque el monarca eligió Saqqara para edificar su pirámide, los altos funcionarios de su reinado —entre ellos el visir Seshathotep Heti— continuaron levantando sus tumbas en la necrópolis de Guiza.[66]

Comercio y actividades militares

Vasija de piedra hallada en Citera con el nombre del templo solar de Userkaf.[7]

Durante su reinado se habría iniciado el comercio directo entre Egipto y el mundo egeo. Esta hipótesis se apoya en varios relieves de su templo funerario que representan embarcaciones, posiblemente parte de una expedición marítima.[27][83]​ Además, en la isla griega de Citera se descubrió una vasija de piedra con el nombre del templo solar de Userkaf,[7]​ considerado el vestigio más antiguo de intercambio comercial entre Egipto y el Egeo. Estos contactos no fueron aislados: hallazgos en Anatolia, datados en los reinados de Menkauhor y Dyedkara Isesi, confirman que las relaciones continuaron a lo largo de la Quinta Dinastía.[37]

Al sur de Egipto,[84]​ Userkaf emprendió una expedición militar en Nubia.[7]​ Los anales reales del Imperio Antiguo registran que recibió tributo procedente de una región —posiblemente el desierto Oriental o Canaán—, compuesto por un jefe y setenta extranjeros,[85]​ identificados por algunos autores como mujeres,[77][86]​ además de trescientos tres «rebeldes pacificados» destinados a trabajar en la pirámide real.[87]

Estos prisioneros podrían provenir de una campaña militar al este de Egipto[66]​ o de levantamientos ocurridos antes del segundo año del reinado, cuyos participantes manifestaron su deseo de reintegrarse en la sociedad egipcia.[88]​ Según Hartwig Altenmüller, podría tratarse de personas castigadas como consecuencia de posibles conflictos dinásticos derivados del final de la Cuarta Dinastía.[85]

Los relieves del templo funerario de Userkaf muestran escenas de victoria militar sobre beduinos asiáticos,[89]​ donde el faraón aparece aplastando a los enemigos,[90]​ y representan también una expedición naval,[91][92]​ símbolo de la expansión del poder egipcio más allá del valle del Nilo durante los primeros años de la Quinta Dinastía.

Estatuaria

Fragmento de una estatua de alabastro de Userkaf procedente de su templo solar, conservada en el Museo Egipcio de Berlín.[93]
Cabeza de Userkaf con la corona blanca (Hedjet), Museo de Arte de Cleveland.

Se han encontrado varias estatuas fragmentarias del faraón. Entre ellas destaca un busto de la diosa Neit con los rasgos del faraón,[94]​ encontrado en su templo solar de Abusir y expuesto en el Museo Egipcio de El Cairo. La pieza, tallada en grauvaca y de 45 cm de altura, es una de las pocas esculturas exentas del Imperio Antiguo que muestran al monarca con la corona roja (Deshret) del Bajo Egipto.[n. 12]​ Fue descubierta en 1957 en una excavación conjunta del Instituto Alemán y el Instituto Suizo de El Cairo.[94]

Otra representación, elaborada en piedra caliza pintada, muestra al faraón con la corona blanca (Hedjet) del Alto Egipto. Esta cabeza, conservada en el Museo de Arte de Cleveland, mide 17.2 cm de alto, 6.5 cm de ancho y 7.2 cm de profundidad.[96]​ Su número de catálogo es 1979.2.[n. 13][94]

En el patio del templo funerario de Saqqara, Cecil Mallaby Firth descubrió en 1928 una cabeza de esfinge de Userkaf, la cual se encuentra expuesta en el Museo Egipcio de El Cairo.[97]​ Esculpida en granito rosa de Asuán y de proporciones superiores a las humanas, representa al faraón con el tocado nemes y una cobra frontal.[98][20]​ Es la cabeza real más grande conservada del Imperio Antiguo, después de la Gran Esfinge de Guiza,[20]​ y la única estatua colosal conocida de un monarca de este periodo.[98]

En el mismo yacimiento aparecieron numerosos fragmentos de otras estatuas del rey, talladas en diorita, pizarra y granito, aunque ninguna en piedra caliza.[97][99]​ Varias conservan el cartucho de Userkaf y el nombre de Horus.[99]​ Kozloff observa que la mayoría de las representaciones del monarca presenta rasgos juveniles. Si reflejan con exactitud su edad, el faraón habría accedido al trono durante la adolescencia y muerto en torno a los veinte años.[99]

Templo solar

Layout of a temple, its main building being rectangular and connected to a long causeway
Disposición del templo solar de Userkaf después de su finalización por Sahura o Neferirkara Kakai: 1. obelisco; 2. pedestal del obelisco; 3. santuarios de estatuas; 4. patio abierto al sol; 5. altar; 6. edificio anexo; 7. calzada; 8. templo del valle.[100][101]

Importancia histórica

Userkaf estableció un precedente al construir el primer templo dedicado exclusivamente al dios Ra en la necrópolis menfita, al norte de Abusir.[66][7]​ El santuario se erigió sobre un promontorio desértico[102]​ próximo a la actual Abu Gurab,[103]​ probablemente entre el quinto y sexto año de su reinado.[18]​ Su único antecedente conocido sería el templo asociado a la Gran Esfinge de Guiza, que también pudo estar consagrado a Ra.[101]​ La iniciativa de Userkaf inauguró una tradición arquitectónica que continuó durante los ochenta años siguientes:[67]​ todos los faraones de la Quinta Dinastía —con la posible excepción de Shepseskara, cuyo reinado fue breve— construyeron templos solares propios, una práctica que perduró hasta el gobierno de Menkauhor.[104][105]

La elección de Abusir como emplazamiento del templo solar sigue sin explicación definitiva,[106]​ ya que el lugar carecía de relevancia anterior.[107]​ Algunos egiptólogos han sugerido que fue elegido por ser el lugar más meridional desde el cual observar el sol en lo alto del obelisco de Heliópolis,[107]​ aunque Goedicke descarta esta idea y considera que la proximidad a Heliópolis apenas influyó.[108][109]​ Grimal plantea que Abusir se eligió por su cercanía a Sakhebu, ciudad mencionada en el papiro Westcar como centro de veneración de Ra y, posiblemente, lugar de origen del padre de Userkaf si este fuese nieto de Dyedefra.[62]

Aunque la motivación exacta es incierta, la presencia del templo solar de Userkaf en Abusir influyó en sus sucesores, que establecieron allí la necrópolis real durante buena parte de la Quinta Dinastía.[110]​ Para Hans Goedicke, la decisión de levantar un templo dedicado al Ra del sol poniente —separado del complejo funerario real— refleja tensiones políticas y religiosas al final de la Cuarta Dinastía.[60]​ Este santuario diferenciaba dos esferas: la personal, vinculada al viaje del rey al más allá, y la pública, dedicada al culto del Ra crepuscular, es decir, la manifestación del dios durante su tránsito por el inframundo.[111]​ En consecuencia, la pirámide de Userkaf en Saqqara permaneció aislada —sin un cementerio para sus contemporáneos—, mientras que su templo solar cumplió una función social más amplia: canalizar la devoción hacia Ra como divinidad suprema que, aunque representada por el faraón, ya no estaría encarnada exclusivamente por él.[111]​ Málek interpreta estos templos como expresión de un cambio doctrinal: el culto real, dominante a comienzos de la Cuarta Dinastía, fue reemplazado por la adoración de Ra como dios principal. A partir de entonces, el monarca pasó a ser venerado principalmente como «hijo del dios Ra».[57]

Nombre

Los antiguos egipcios denominaron al templo solar de Userkaf Nekhenre (Nḫn Rˁ.w), expresión que ha sido traducida de distintas maneras: «la fortaleza de Ra»,[66]​ «el bastión de Ra», «la residencia de Ra», «los almacenes de Ra» o «el lugar de nacimiento de Ra».[112]​ Para varios egiptólogos —entre ellos Jana Janák, Lehner, Verner, René Preys, Toby Wilkinson y Zemina— el término «Nḫn» no se refiere a un atributo militar o arquitectónico, sino a la antigua ciudad de Nekhen (Hieracómpolis),[102][101][107][112]​ sede primitiva del poder real durante el período predinástico cuyos últimos reyes unificaron Egipto. Desde esta perspectiva, Userkaf habría escogido el nombre para enfatizar la naturaleza victoriosa y unificadora del culto a Ra o, al menos, dar al templo un significado simbólico asociado con la realeza.[113][114]

El nombre Nekhenre pudo aludir, además, a una institución económica llamada Nekhen, encargada de suministrar recursos al faraón en vida y de sostener su culto funerario tras la muerte.[114]​ De ser así, el título completo podría entenderse como «el Nekhen de Ra» o «la Hieracómpolis de Ra», una fórmula que vincularía el poder político heredado de los reyes predinásticos con la dimensión religiosa del culto solar.[112]​ En consecuencia, el nombre del templo no solo evocaría la grandeza de Ra como divinidad suprema, sino también la autoridad terrenal del monarca, integrando ambas en un mismo principio teológico: el de la realeza como reflejo del orden solar.[112]

Función

Fragmentos de los papiros de Abusir, que muestran la relación entre los cultos del templo solar y del complejo funerario de Userkaf.[114]

Catalogado inicialmente como «Pirámide XVII» en la lista de monumentos elaborada por Karl Richard Lepsius a mediados del siglo XIX,[115][116]​ el templo solar de Userkaf fue identificado en las primeras décadas del siglo XX gracias a los estudios de Ludwig Borchardt. Las excavaciones sistemáticas se desarrollaron entre 1954 y 1957 bajo la dirección de Hanns Stock y un equipo integrado por Werner Kaiser, Peter Kaplony, Wolfgang Helck y Herbert Ricke.[117][118]​ De acuerdo con los anales reales, la construcción comenzó en el quinto año del reinado de Userkaf, quien asignó veinticuatro dominios reales al mantenimiento del santuario.[119]

Con unas dimensiones aproximadas de 44 × 83 metros,[118]​ el templo solar presentaba orientación occidental y tenía como objetivo principal honrar a Ra en su culto cotidiano,[120]​ vinculado estrechamente con el culto funerario del monarca.[121]​ A nivel arquitectónico compartía la estructura básica del complejo funerario piramidal: incluía un templo del valle cerca del Nilo y una calzada procesional que conducía al templo alto en la meseta desértica.[122]​ No obstante, su diseño mostraba particularidades. El templo del valle no seguía una orientación cardinal estricta,[123]​ sino que se alineaba aproximadamente con Heliópolis, y la calzada no coincidía con el eje del templo superior. Los papiros de Abusir, documentos administrativos de finales de la Quinta Dinastía, evidencian que las actividades rituales en los templos solares y en los mortuorios estaban coordinadas: las ofrendas para ambos cultos se distribuían desde el santuario solar.[114]

En esencia, los templos solares cumplían para Ra la misma función que los complejos funerarios para el faraón: eran lugares de renovación y rejuvenecimiento donde la divinidad solar recuperaba su fuerza diaria, asegurando el equilibrio cósmico. Los rituales destacaban a Ra como creador y como padre divino del rey. Durante su vida, el rey confiaba la administración del templo a sus funcionarios más cercanos, a los que permitía beneficiarse de los ingresos del templo, asegurándose así su lealtad al trono. Tras la muerte del faraón, los ingresos del templo solar pasaban a sostener su culto funerario, uniendo ambas instituciones en un sistema continuo de veneración.[124]

La edificación del Nekhenre no concluyó con la muerte de Userkaf y se amplió en al menos cuatro fases constructivas. La primera modificación se atribuye al reinado de Sahura[125]​ y continuó bajo Neferirkara Kakai y Nyuserra Ini.[101][126]​ En su configuración inicial, el templo difería del modelo que adquiriría posteriormente. Aún no contaba con el obelisco de granito sobre pedestal que adquirió más adelante; en su lugar, presentaba un recinto rectangular amurallado cuyo centro lo ocupaba un montículo coronado por un alto mástil, probablemente el posadero del halcón solar, es decir, el punto donde el dios Ra descansaba cada día antes de emprender su tránsito nocturno.[101]​ Al este se situaba un altar de adobe flanqueado por capillas con estatuas.[127]

Las crónicas reales indican que, a partir del sexto año de su reinado, Userkaf instauró un ritual diario que incluía el sacrificio de dos bueyes y dos gansos.[79][101]​ Estos animales se sacrificaban probablemente en el propio templo alto o en sus inmediaciones, ya que la amplitud de la calzada permitía trasladarlos vivos hasta las zonas sagradas.[123]​ Además de estos ritos, el faraón dotó al Nekhenre de una extensa propiedad agrícola, estimada en 14 024 hectáreas,[18]​ que el egiptólogo Klaus Baer describió como «una donación extraordinaria y sin igual en el Imperio Antiguo».[128]​ Esta notable inversión ha generado interpretaciones diversas: algunos la atribuyen a la devoción personal del faraón hacia Ra, mientras que otros, como Kozloff, la relacionan con la juventud de Userkaf y con el creciente poder político del clero heliopolitano, más que con motivos puramente religiosos.[18]

Complejo piramidal

Pirámide de Userkaf

Heap of rubbles in the desert
Ruinas de la pirámide de Userkaf en Saqqara, 2006.

Ubicación

A diferencia de los faraones de la Cuarta Dinastía, Userkaf eligió construir una pirámide de dimensiones más modestas[62]​ al noreste del complejo de Zoser en Saqqara Norte.[111][129]​ Esta decisión, probablemente motivada por consideraciones políticas,[121]​ parece responder a varios factores: el retorno de la capital a Menfis —cuya necrópolis occidental era precisamente Saqqara—[111]​ y el propósito de restaurar ciertos principios de gobierno asociados al reinado de Zoser.[111]

Su complejo mortuorio presenta una singularidad notable: al igual que el de Zoser, y a diferencia de las pirámides de Guiza, carece de una necrópolis destinada a sus cortesanos.[111]​ Según la interpretación de Goedicke, esta disposición refleja un cambio esencial en la concepción religiosa de los complejos funerarios. Mientras que en la Cuarta Dinastía las pirámides representaban el eje principal del culto solar, en el caso de Userkaf esa función pasó al templo solar, quedando el complejo piramidal reservado exclusivamente para los ritos funerarios del faraón.[111]

La elección de Saqqara simbolizaría, por tanto, un retorno a una noción de realeza más armoniosa y altruista,[111]​ semejante a la de Zoser, en contraste con la de Keops, cuyo reinado había fusionado casi por completo la figura del rey con la del dios solar.[n. 14][108]

Arquitectura

El complejo piramidal de Userkaf recibió el nombre de Wab-Isut Userkaf, traducido como «Puros son los lugares de Userkaf»[130]​ o «La pirámide de Userkaf, santuario de santuarios».[131]​ Con una altura original de 49 metros y una base de 73.3 metros por lado,[132]​ fue la segunda pirámide real más pequeña de la Quinta Dinastía en volumen, superada solo por la de Unis.[133]​ La reducción de escala, evidente frente a las construcciones monumentales de la Cuarta Dinastía, refleja el cambio religioso de la época: el fortalecimiento del culto solar a Ra, que absorbió gran parte de los recursos y de la atención ritual antes centrados en las tumbas reales.[94]

La pirámide se levantó con las mismas técnicas constructivas empleadas en los reinados precedentes, con el uso de un núcleo de piedra labrada en lugar de los escombros que caracterizarían a las pirámides posteriores de las dinastías V y VI.[134]​ No obstante, la disposición de los bloques fue deficiente y, tras el expolio de su revestimiento de caliza fina, la estructura perdió estabilidad y colapsó, reduciéndose a un montículo de escombros.[2]​ En su interior, la cámara funeraria estaba construida con grandes bloques de caliza y cubierta por vigas dispuestas a dos aguas del mismo material.[2]

Templo mortuorio

Relieve del templo mortuorio de Userkaf, originalmente pintado.

El complejo piramidal de Userkaf presenta una disposición arquitectónica singular: su templo mortuorio se ubica en el lado sur de la pirámide, en lugar de la posición oriental habitual. Esta elección se explica, según Verner, por la presencia del gran foso que rodeaba la pirámide de Zoser y se extendía hacia el este,[135]​ o, como plantean Edwards y Lauer, por las condiciones topográficas de Saqqara y la existencia de tumbas más antiguas en la zona. En cualquier caso, la decisión muestra la voluntad de Userkaf de situar su tumba cerca de la de Zoser, aun sacrificando el diseño convencional del templo.[135]Rainer Stadelmann atribuye la ubicación a motivos prácticos, relacionados con la proximidad del centro administrativo de la necrópolis, situado al noreste del complejo de Zoser,[16]​ mientras que Verner sugiere que Userkaf buscaba beneficiarse del prestigio religioso asociado al monumento de su antecesor.[16]

Otras interpretaciones destacan un trasfondo astronómico y teológico. Ricke y Wilkinson proponen que la orientación meridional garantizaba la exposición constante del templo al sol,[16][136]​ mientras que Altenmüller plantea que el eje del templo pudo alinearse con un obelisco cercano, hoy desaparecido.[16]​ En conjunto, estas teorías reflejan una voluntad deliberada de integrar el complejo funerario en el programa solar que caracterizó el reinado de Userkaf.[16][136]

Los muros del templo destacan por su decoración en altorrelieve de gran calidad,[136][137]​ cuyos fragmentos conservan restos de pintura que evidencian su policromía original. Este templo introdujo una innovación artística decisiva: por primera vez en un conjunto real se representaron escenas de la naturaleza, como cacerías en los marjales del delta, un motivo que se volvería frecuente en los complejos posteriores.[137]​ En un solo relieve pueden distinguirse hasta siete especies de aves y una mariposa, reproducidas con precisión naturalista. Estas escenas cinegéticas simbolizaban el triunfo del faraón sobre las fuerzas del caos y expresaban su papel como Iry-Maat, «aquel que establece el orden cósmico», uno de los nombres de Userkaf.[137]

El acceso al complejo se realizaba desde el río Nilo a través de un templo del valle, aún no excavado, que comunicaba con el templo mortuorio por una calzada procesional.[18]​ Este conjunto integraba el ciclo funerario y solar del rey, donde el amanecer simbolizaba el renacimiento de Userkaf como hijo de Ra y garante de la armonía universal.[18]

Complejo piramidal de Neferhetepes

Pirámide

La cámara funeraria de la pirámide de la reina, expuesta tras la extracción de los bloques de piedra.

A unos diez metros al sur del recinto funerario del faraón se levanta un complejo piramidal independiente, construido con toda probabilidad para una de sus reinas. La pirámide, orientada en eje este-oeste, se encuentra hoy en ruinas y apenas sobresale como un montículo de escombros. Aunque la estructura carece de inscripciones que indiquen su propietaria, varios egiptólogos —entre ellos Cecil Mallaby Firth, Bernard Grdseloff, Audran Labrousse, Lauer y Tarek El-Awady — coinciden en que perteneció a la reina Neferhetepes, madre de Sahura y probable consorte de Userkaf.[138]

La pirámide alcanzaba originalmente unos 17 metros de altura, con una inclinación de 52°, similar a la de Userkaf, y una base de 26.25 metros.[139]​ Su núcleo, tanto en la pirámide principal como en la edificación destinada al culto funerario, estaba formado por tres capas horizontales de bloques de piedra caliza local, unidas con mortero de yeso y recubiertas con caliza fina de Tura, hoy perdida.[140]​ Al haber servido la pirámide como cantera, el expolio del revestimiento fue tan extenso que incluso las cámaras internas quedaron a la vista. Estas reproducen a menor escala el esquema arquitectónico de la pirámide de Userkaf, aunque sin las cámaras de almacenamiento destinadas a ofrendas u objetos rituales.[139]​ Además, la relación topográfica entre ambas pirámides refuerza la hipótesis de un programa arquitectónico conjunto concebido bajo el reinado de Userkaf.[141]

Templo mortuorio

El complejo piramidal de la reina incluía un templo funerario independiente, edificado en el flanco oriental de la pirámide. Su acceso conducía a un amplio patio columnado orientado de este a oeste, donde se realizaban los rituales de purificación y las preparaciones de las ofrendas. Adosada a la cara oriental del monumento se hallaba una capilla de ofrendas, y el conjunto contaba además con tres nichos para estatuas y varias cámaras destinadas al almacenamiento de alimentos y bienes rituales.[16]

Los muros del templo estaban decorados con relieves de gran calidad que representaban procesiones de animales y cortejos de portadores de ofrendas avanzando hacia el santuario de la reina. Estos motivos, ejecutados con notable precisión, formaban parte del programa iconográfico del culto funerario real, destinado a asegurar la continuidad del ka de la soberana y su unión simbólica con el rey.[16]

Legado

Culto funerario

Imperio Antiguo

Relieve de una tumba de Saqqara del período ramésida que muestra, de izquierda a derecha, a Zoser, Teti y Userkaf.[142]

Al igual que otros monarcas de las dinastías IV y V, Userkaf recibió un culto póstumo de carácter estatal tras su muerte. Este se sostenía gracias a los dominios agrícolas que el propio rey había dotado durante su vida, así como a recursos provenientes del tesoro real o «casa de la plata».[143]

Durante la primera mitad de la Quinta Dinastía, el culto prosperó, como lo evidencian los sellos, inscripciones y tumbas de los sacerdotes encargados de su mantenimiento. Entre ellos destacan Nykaure —oficiante en los cultos de Userkaf y Neferefra—;[144]​ Nykaankh y Khnumhotep, vinculados directamente con su complejo piramidal;[145]​ y Ptahhotep, quien sirvió simultáneamente en el templo solar del Nekhenre y en el santuario funerario del faraón.[146]​ Otros funcionarios asociados fueron Tepemankh,[147]​ Nenkheftka[148]​ y Senuankh,[149][150]​ activos también en el culto de Sahura. El visir Pehenukai, en tiempos de Sahura y Neferirkara Kakai,[151]​ y el juez Nykuhor, consejero y sacerdote de los ritos de Userkaf y Neferefra,[152][153]​ completan la nómina de altos servidores del rey divinizado.

Imperio Medio

La pérdida de relevancia del culto oficial de Userkaf se evidencia hacia el final de la Quinta Dinastía,[37]​ a diferencia del de algunos de sus sucesores —como Nyuserra Ini—, cuyo santuario permaneció activo hasta comienzos del Imperio Medio.[154][155]​ Para la Duodécima Dinastía, el templo funerario de Userkaf ya se hallaba en ruinas o desmantelado, como indica un bloque con relieves del rey en actitud ritual, reutilizado en la pirámide de Amenemhat I.[156]​ Este fenómeno no fue aislado: incluso el templo de Nyuserra sufrió un destino similar, pese a que sus últimos sacerdotes aún oficiaban en esa época.[157]​ Tales evidencias sugieren un declive generalizado del patrocinio estatal a los cultos funerarios del Imperio Antiguo.[157]

Periodos posteriores

Aunque el culto institucional desapareció, la memoria religiosa de Userkaf perduró durante siglos. Un ejemplo notable se encuentra en Saqqara, en la tumba del sacerdote Mehu que vivió en el período ramésida (c. 1292-1189 a. C. ), donde el faraón aparece representado junto a otros monarcas arcaicos.[158][159]​ Durante el reinado de Ramsés II, el príncipe Jaemuaset —considerado el primer egiptólogo de la historia— ordenó la restauración de la pirámide de Userkaf y de varios monumentos de la Quinta Dinastía. En el caso de Userkaf, dejó inscripciones en los revestimientos del complejo piramidal mostrándose a sí mismo junto a portadores de ofrendas.[160]

El interés por Userkaf resurgió aún más tarde, en la Dinastía XXVI del Periodo Tardío, cuando artistas copiaron relieves de su santuario. Entre ellos destaca una escena donde el rey aparece con diadema de barquero adornada con ureos y cuernos de la corona Atef, un motivo iconográfico arcaico que no se había reproducido desde su propio reinado.[54]

En la cultura contemporánea

El premio Nobel de Literatura egipcio Naguib Mahfouz inmortalizó a Userkaf en el relato breve «Afw al-malik Usirkaf: uqsusa misriya» (1945), posteriormente traducido al inglés por Raymond Stock como «King Userkaf's Forgiveness» («El perdón del rey Userkaf» en español). Esta obra forma parte de la colección Voces del otro mundo: relatos del antiguo Egipto (título original: Sawt min al-ʻalam al-akhar), donde Mahfouz recrea literariamente diversos episodios de la civilización faraónica.[161]

Titulatura

En la monarquía egipcia, la titulatura real expresaba la naturaleza divina del faraón y los principios que regían su mandato. Cada soberano adoptaba una serie de nombres —de nacimiento y de entronización— que reflejaban tanto su programa político como su relación con los dioses.

El nombre de trono Irmaat («El que imparte justicia [Maat]») subraya su papel como garante del equilibrio universal, mientras que su nombre de nacimiento Userkaf («Su ka es poderoso») alude a la fortaleza espiritual del monarca. En fuentes posteriores, como el Canon Real de Turín, aparece una variante, Userkara («El ka de Ra es poderoso»), que reafirma su devoción solar y su autodefinición como hijo del dios Ra.[162][2]

Titulatura Jeroglífico Transliteración (transcripción) - traducción - (referencias)
Nombre de Horus:
G5
D4U1Aa11
X1
ỉr mȝˁt (Irmaat)
El que imparte justicia (Maat)
(Papyrus Berlin 20397)
Nombre de Nebty:
G16
D4U1Aa11
X1
ỉr mȝˁt (Irmaat)
El que imparte justicia (Maat)
(Papyrus Berlin 20397)
Nombre de Hor-Nub:
G8
 
F35 G7
S12
nfr bk nb (Nefer bik nub)
El halcón dorado (rey) es bueno
(P. Kaplony, 1981, 55)
Nombre de Nesut-Bity:
F12S29D28
I9
wsr kȝ f (Userkaf)
Su espíritu (ka) es poderoso
(L R Abidos n.º 26) (L R Saqqara n.º 25)
Nombre de Nesut-Bity:
G43F12S29D21
D36
D28
Z1
wsr kȝ rˁ (Userkara)
El ka de Ra es poderoso
(Canon Real de Turín 3.17)

Notas

  1. Rosalie y Anthony David coinciden y afirman que Userkaf pertenecía a una rama secundaria de la familia de Jafra.[4]
  2. El papiro, considerado hoy una narración simbólica, relata que Userkaf nació de la unión del dios Ra con una mujer llamada Rededjet, y que sus dos hermanos accedieron al trono tras él, desplazando a la familia de Keops.[14]
  3. La egiptología moderna la designa como Neferhetepes Q para distinguirla de mujeres anteriores con el mismo nombre.[15]
  4. Ludwig Borchardt amplió esta teoría al suponer que Userkaf tomó el trono tras la muerte inesperada de Shepseskaf y antes de que los herederos legítimos, Sahura y Neferirkara, alcanzaran la mayoría de edad.[23]​ Investigaciones posteriores descartaron esta hipótesis al demostrar que: 1) existieron dos reinas llamadas Jentkaus, la primera posiblemente madre de Userkaf y la segunda madre de Nyuserra;[24][25][26]​ 2) Sahura fue hijo de Userkaf;[27][28]​ y 3) Neferirkara fue hijo de Sahura.[29]
  5. Estudios previos realizados por Breasted y Daressy estimaban un reinado de entre doce y catorce años[40]​ o entre doce y trece, respectivamente.[41]
  6. En el mismo templo se hallaron cuatro referencias al «año del quinto recuento de ganado».[42]​ Estas tablillas están incompletas y carecen del nombre real, por lo que podrían corresponder al reinado de Sahura[43]​ o de Neferirkara.[44][45][46]​ La atribución de estos registros es relevante para determinar quién concluyó el templo solar de Userkaf, que estaba inacabado en la fecha de su muerte.[45]​ Las tablillas detallan la división del trabajo en el «Nekhenre».[47]
  7. El sello se conservaba en el Museo Británico a finales del siglo XIX, aunque se desconoce su paradero actual.[64]
  8. Algunos egiptólogos, como Jürgen von Beckerath, sitúan el apogeo de este culto durante el reinado de Nyuserra.[68]Grimal discrepa y afirma que esa valoración es exagerada.[69]
  9. Los fragmentos conservados datan de la dinastía XXV (760-656 a. C.), pero derivan de copias de textos del Imperio Antiguo.[76]
  10. Más específicamente, a las «Bas de Heliópolis».[77]
  11. Los anales mencionan que estas ofrendas se efectuaron en los años del primer y tercer censo de ganado, probablemente celebrados cada dos años.[78]
  12. Número de catálogo JE 90220.[95]
  13. La escultura guarda gran semejanza con las representaciones de Menkaura en sus tríadas.[94]
  14. Goedicke también observa que la línea que conecta la pirámide y el templo solar de Userkaf pasa por el vértice de la pirámide de Keops en Guiza, una alineación que considera intencional, aunque de significado incierto.[111]

Referencias

  1. a b Malek, 2000a, pp. 98-99.
  2. a b c d e f Lehner, 2008, p. 140.
  3. Padró i Parcerisa, Josep (1987). «La transcripción castellana de los nombres propios egipcios». Aula Orientalis: Revista de estudios del Próximo Oriente Antiguo 5 (1): 113, 114, 121. ISSN 0212-5730. Consultado el 13 de noviembre de 2025. 
  4. a b c David y David, 2001, p. 164.
  5. a b c Malek, 2000a, p. 98.
  6. Guerrier, 2006, p. 114.
  7. a b c d e Verner, 2001b, p. 588.
  8. El-Shahawy y Atiya, 2005, p. 33.
  9. Grimal, 1992, Tabla 2.
  10. Rice, 1999, p. 131.
  11. Magi, 2008, p. 12.
  12. Rice, 1999, pp. 67-68.
  13. a b Grimal, 1992, pp. 72-75.
  14. Grimal, 1992, pp. 70, 72.
  15. a b c d e Dodson y Hilton, 2004, p. 65.
  16. a b c d e f g h Verner, 2002, p. 209.
  17. a b Verner, 2007, p. 9.
  18. a b c d e f Kozloff, 1982, p. 216.
  19. Verner y Zemina, 1994, p. 118.
  20. a b c Clayton, 1994, p. 61.
  21. David y David, 2001, p. 68.
  22. Encyclopædia Britannica, 2018.
  23. a b Verner y Zemina, 1994, p. 119.
  24. Verner, 1980a, fig. 5.
  25. Baud, 1999a, p. 234.
  26. Verner y Zemina, 1994, p. 126.
  27. a b Labrousse y Lauer, 2000.
  28. Baud, 1999b, p. 494.
  29. El-Awady, 2006, pp. 208-213.
  30. Verner y Zemina, 1994, pp. 102,118.
  31. Verner, 2002, p. 263.
  32. Verner y Zemina, 1994, pp. 68, 85.
  33. David y David, 2001, p. 127.
  34. Verner y Zemina, 1994, pp. 67-68.
  35. Dorman, 2002, pp. 101, 107.
  36. a b Helck, 1981, p. 63.
  37. a b c d e Grimal, 1992, p. 76.
  38. a b Beckerath, 1997, p. 155.
  39. Hornung et al., 2012, p. 484.
  40. Breasted, 1906, § 153-160.
  41. Daressy, 1912, p. 206.
  42. a b Verner, 2001a, p. 386.
  43. Verner, 2001a, pp. 388-390.
  44. Kaiser, 1956, p. 108.
  45. a b Verner, 2001a, pp. 386-387.
  46. Strudwick, 2005, p. 158.
  47. Strudwick, 2005, nota 2.
  48. a b Verner, 2001a, p. 385.
  49. Hornung et al., 2012, p. 136.
  50. Hayes, 1978, pp. 71-72.
  51. Weight of Userkaf, MET, 2019.
  52. Hall, 1913, p. 261, sello 2597.
  53. Mariette, 1889b, p. 17, lugar 54e.
  54. a b Kozloff, 1982, p. 219.
  55. a b Waddell, 1971, p. 51.
  56. Daressy, 1912, p. 205.
  57. a b c Malek, 2000a, pp. 98–99.
  58. a b c Burkard et al., 2003, p. 178.
  59. Redford, 2001, pp. 336-337.
  60. a b Goedicke, 2000, pp. 405-406.
  61. Kozloff, 1982, p. 220.
  62. a b c d Grimal, 1992, p. 75.
  63. a b c Petrie, 1897, p. 70.
  64. Petrie, 1897, p. 71.
  65. Petrie, 1917, lugar IX.
  66. a b c d e f g Altenmüller, 2001, p. 598.
  67. a b Malek, 2000a, p. 99.
  68. Beckerath, 1982, pp. 517-518.
  69. Grimal, 1992, p. 78.
  70. Verner, 2002, p. 265.
  71. Arnold, 2003, p. 86.
  72. Arnold, 1996, p. 107.
  73. a b Wilkinson, 2000, p. 200.
  74. Allen et al., 1999, p. 3.
  75. Grimal, 1992, p. 46.
  76. Bárta, 2017, p. 2.
  77. a b Strudwick, 2005, p. 69.
  78. Strudwick, 2005, pp. 69-70.
  79. a b c Strudwick, 2005, p. 70.
  80. Breasted, 1906, § 216-230.
  81. Breasted, 1906, § 219.
  82. Jánosi, 2016, pp. 15-16, lugares 4, 149.
  83. Allen et al., 1999, p. 324.
  84. Edwards, 2004, pp. 2, 90, 106.
  85. a b Altenmüller, 1995, p. 48.
  86. Goedicke, 1967, n. 34.
  87. Baud y Dobrev, 1995, nota al pie.
  88. Altenmüller, 1995, pp. 47-48.
  89. Running troops relief, MET, 2019.
  90. Kozloff, 1982, pp. 216-217.
  91. Ship relief, MET, 2019.
  92. Oarsmen relief, MET, 2019.
  93. Kozloff, 1982, pp. 211, 214.
  94. a b c d e Kozloff, 1982, p. 211.
  95. Stadelmann, 2007.
  96. CMA, 2018.
  97. a b Allen et al., 1999, p. 315.
  98. a b El-Shahawy y Atiya, 2005, p. 61.
  99. a b c Kozloff, 1982, p. 215.
  100. Verner y Zemina, 1994, pp. 102, 267.
  101. a b c d e f Lehner, 2008, p. 150.
  102. a b Wilkinson, 2000, p. 121.
  103. Quirke, 2001, p. 127.
  104. Kaplony, 1981, A. Texto en p. 242 y B. pp. 72,8.
  105. Verner, 2000, nota al pie 30.
  106. Goedicke, 2000, p. 408.
  107. a b c Verner y Zemina, 1994, p. 102.
  108. a b Goedicke, 2000, p. 407.
  109. Voß, 2004, p. 8.
  110. Verner y Zemina, 1994, pp. 53, 102, 111.
  111. a b c d e f g h i Goedicke, 2000, p. 406.
  112. a b c d Janák et al., 2011, p. 432.
  113. Verner y Zemina, 1994, pp. 102-103.
  114. a b c d Verner, 2002, p. 266.
  115. Voß, 2004, p. 7.
  116. Lepsius, 1972, p. 131.
  117. Verner y Zemina, 1994, p. 217.
  118. a b Edel y Ricke, 1965.
  119. Breasted, 1906, § 156.
  120. Gundlach, 2001, p. 375.
  121. a b Verner, 2001c, p. 91.
  122. Grimal, 1992, p. 124.
  123. a b Lehner, 2008, p. 151.
  124. Janák et al., 2011, pp. 441-442.
  125. Verner, 2001a, p. 390.
  126. Verner, 2001a, pp. 387-389.
  127. Nuzzolo, 2007, pp. 1402-1403.
  128. Baer, 1956, p. 117.
  129. Verner y Zemina, 1994, p. 50.
  130. Grimal, 1992, Tabla 3.
  131. Bennett, 1966, p. 175.
  132. Arnold, 2001, p. 427.
  133. Grimal, 1992, pp. 76-78.
  134. El-Khouly, 1978, p. 35.
  135. a b Verner y Zemina, 1994, p. 53.
  136. a b c Wilkinson, 2000, p. 126.
  137. a b c El-Shahawy y Atiya, 2005, p. 75.
  138. El-Awady, 2006, pp. 192-198.
  139. a b Lehner, 2008, p. 141.
  140. Verner, 2002, pp. 278-279.
  141. Verner, 2014, p. 220.
  142. Gauthier, 1906, p. 42.
  143. Desplancques, 2006, p. 212.
  144. Mariette, 1889a, p. 313.
  145. Mariette, 1889a, pp. 310-312.
  146. Mariette, 1889a, pp. 314-315.
  147. Sethe, 1903, Cap.1 § 19.
  148. Mariette, 1889a, p. 304.
  149. Mariette, 1889a, pp. 316-322.
  150. Sethe, 1903, Cap.1 § 24.
  151. Sethe, 1903, Cap.1 § 30.
  152. Hayes, 1978, pp. 102-103.
  153. Rice, 1999, p. 141.
  154. Morales, 2006, p. 336.
  155. Bareš, 2000, p. 5.
  156. Strudwick, 2005, p. 83.
  157. a b Malek, 2000b, p. 257.
  158. Wildung, 1969, pp. 74-76.
  159. Gauthier, 1906, pp. 41-42.
  160. Verner, 1998, p. 308.
  161. Mahfouz, 2006.
  162. Kaplony, 1981, p. 55.

Bibliografía

Enlaces externos

Predecesor:
Shepseskaf - Dyedefptah (?)
Faraón
Dinastía V
Sucesor:
Sahura