Tratado de Verdún

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El Tratado de Verdún fue un pacto alcanzado el 10 de agosto de 843 entre Lotario I, Luis el Germánico y Carlos el Calvo —hijos de Ludovico Pío y nietos de Carlomagno—, en la localidad francesa homónima.[1]​ Este tratado tuvo como origen la ordinatio imperii, que decretaba el modo de proceder si fallecía uno de los monarcas subsidiarios sin descendencia. No obstante, esto dio como resultado una serie de conflictos en el imperio que, lejos de solventar las divisiones, las acentuó.[2][3]​ El documento estableció las regiones que le correspondían a cada heredero y previo a la rúbrica de este tratado, se acordó entre ellos un compromiso de ayuda mutua. Así, se puso fin a la «guerra civil carolingia» y al proyecto de Carlomagno de hacer resurgir el Imperio romano, mediante la firma de los Juramentos de Estrasburgo el 14 de febrero de 842.[4]​ Tras ser llevado a cabo el reparto, surgieron tres territorios que pasaron a denominarse Francia Occidental, Francia Media y Francia Oriental.[5]

Lotario I se estableció en Italia y fue el depositario del título de emperador. Luis el Germánico fijó su residencia en Baviera y se le concedieron los territorios germánicos y anexos que iban desde los Alpes hasta el Rin. Carlos el Calvo recibió la parte occidental de lo que restaba del Imperio carolingio.[6]​ Gracias a este reparto surgieron tres realidades socio-políticas desarrolladas como reinos independientes de las que Francia Oriental y Francia Occidental (germen del futuro Reino de Francia) subsistieron hasta el siglo X, a diferencia del territorio central que fue absorbido por los territorios occidental y oriental tras la defunción de los herederos de Lotario I.[7]

El Imperio carolingio antes del Tratado de Verdún

Territorios del Imperio carolingio tras el fallecimiento de Carlomagno en 814.
Carlomagno corona a Ludovico Pío.

Una vez conocida la noticia del deceso de Carlomagno, Luis se trasladó a Aquisgrán, donde fue coronado rey de los francos.[8]​ Tras esta ceremonia, en julio de 817, el emperador elaboró la ordinatio imperii,[9][10]​ un decreto imperial que establecía el criterio de sucesión tras su fallecimiento y dividía el Imperio entre sus hijos Lotario, Pipino y su sobrino Bernardo.[11]​ De este modo el primogénito, Lotario, fue coronado coemperador y heredó los territorios imperiales. A Bernardo se le adjudicó Italia y fue coronado rey, mientras Pipino recibió el reino de Aquitania junto con Gascuña, la marca alrededor de Toulouse y los condados de Carcasona, Autun, Avallon y Nevers. Por su parte, Luis el Germánico fue designado rey de Baviera y señor de las marcas colindantes.[12]

La ordinatio decretaba que, si expiraba un monarca subsidiario, sería sucedido por sus herederos. Si alguno fallecía sin descendencia, sus dominios revertirían en la casa imperial a la que debían obediencia los otros reyes.[3]​ Además, si Lotario fallecía sin descendencia, la asamblea de los francos designaría un sucesor para asegurar la unidad imperial; este decreto quebrantaba la tradición franca que establecía el mismo estatus y los mismos territorios para los herederos, ya que Luis elevó a Lotario sobre sus hermanos concediéndole más territorios y hegemonía que a los otros monarcas.[13]

Territorios del Imperio carolingio de Luis I en 828, antes de las guerras civiles.

Luis fue coronado emperador en el año 816.[14]​ Tras ello, concedió la región de Alamania a Lotario, cuyo territorio fue otorgado a Carlos por parte del emperador. Esto causó la insurrección de Lotario y, tras ello, en el año 830 Pipino de Aquitania marchó sobre París con la ayuda de Luis el Germánico provocando una guerra civil en el Imperio. Tras este acontecimiento, Lotario reclutó un numeroso ejército en Lombardía e intentó convocar un concilio en Nimega, situada en el interior de Austrasia, en el que sus habitantes y los renanos acudieron con huestes, forzando a los hijos insurrectos a libertar a Ludovico y a postrarse ante él en el año 831.[15]

Concluida la contienda, Ludovico Pío cayó enfermo y, sabedor de su situación, el emperador organizó su marcha a su residencia estival, el palacio de Ingelheim am Rhein, que se emplazada en una isla del Rin.[16]​ Su fallecimiento se produjo el día 20 de junio de 840, estando presentes numerosos obispos y eclesiásticos.[17]​ Tras el deceso del emperador, se detonó una nueva disputa entre los hermanos que no culminaría hasta el refrendo del Tratado de Verdún el 10 de agosto del año 843, con el que se divide la región en tres reinos: Francia Oriental, Francia Media y Francia Occidental. La disputa acerca de Aquitania no se zanjaría hasta el año 860, tras la partición del Tratado de Verdún.[18]

Los partícipes del Tratado de Verdún

Tras la muerte de Luis el Piadoso, el Imperio carolingio se dividió entre sus tres hijos: Carlos el Calvo, Lotario I y Luis el Germánico, siguiendo lo firmado en el Tratado de Verdún. De este modo, a cada uno de los herederos le fue otorgado un reino: a Lotario I se le otorga Italia, Luis el Germánico se establece en Baviera y Carlos el Calvo en Aquitania.[4]​ En dicho acuerdo Lotario I se reservó el título de emperador y el reparto del Imperio de Luis el Piadoso se realizó de la siguiente manera entre sus herederos:[4]

  • Luis el Germánico: Le fueron concedidos los países germánicos y anexos al norte de los Alpes y al este del río Rin unidos a los condados de Espira, Worms y Maguncia; además de Alemania y la Recia que correspondía a los territorios de los grisones y Engadina.[19]
  • Carlos el Calvo: Se le adjudicaron, de norte a sur, las regiones al oeste del río Escalda y los territorios occidentales desde la comarca de Cambray y Sedán hasta el valle superior del Malme, la meseta de Longres, el Saona y el Ródano.[19]
  • Lotario I: Es el depositario del título imperial. Modifica su denominación, y a partir de entonces pasa a llamarse «emperador cristiano» de los territorios entre el reino germánico del este y el reino francés del oeste, ligado a la Península Itálica. Sus reinos conforman los territorios desde el norte de Frisia, parte de la Borgoña hasta el río Ródano y la Provenza.[9][19]

Consecuencias del Tratado de Verdún

División del Imperio carolingio según el Tratado de Verdún:      Emperador Lotario I.      Carlos el Calvo.      Luis el Germánico.

Consecuencias geográficas

Tras la muerte de Luis el Piadoso y el reparto a raíz del Tratado de Verdún, el título imperial quedó reducido a un carácter simbólico. Después del reparto, Carlos II el Calvo recibió el territorio de la Francia Occidentalis, precursor de la actual Francia. Tras llegar a Verdún, cada hermano recibió su territorio: Lotario I recibe la Francia Media, a Luis el Germánico se le entregó la Francia Orientalis y el territorio restante hasta España se le hizo entrega a Carlos, hecho reflejado en los Anales de Flodoard.[20]

El acuerdo tuvo resultados políticos considerables. Asimismo, se evidenció el fracaso de la restauración imperial carolingia, gestando el germen de lo que posteriormente serían las naciones de Francia — al oeste— sobre la base del territorio de Carlos; y en el poniente Alemania —sobre la base de las regiones de Luis al este—. La demarcación de Lotario (que suele denominarse Lotaringia, aunque es más correcto denominar con ese apelativo a la zona septentrional que se le concedió a su vástago Lotario II), comprendía el área que la historiografía designa con el nombre de Flandes —los actuales Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo—; el sector ubicado al oeste del Rin — las actuales comarcas francesas de Alsacia y Lorena y parajes de las actuales áreas alemanas denominadas Renania — y los actuales territorios de Borgoña, Provenza y el norte de la actual Italia.[4]

Su estabilidad fue muy insegura por sus divisiones y reparto. Primero entre los vástagos de Lotario —Tratado de Prüm, 855— y después entre las monarquías vecinas —Tratado de Mersen, firmado el 8 de agosto de 870, y Tratado de Ribemont, en el 880— y gracias al Tratado el Imperio quedó de la siguiente forma: el Imperio franco fue dividido en tres partes diferenciadas formando tres reinos: el reino central, oriental y occidental.[21]​ El título de emperador recayó sobre Lotario I, que a su vez recibió el reino central, cuya extensión iba desde el mar del Norte hasta el golfo de Gaeta; incluyéndose las ciudades de Aquisgrán y Roma.[22]​ Por su parte, Luis el Germánico se hizo con el reino oriental. Por último, Carlos el Calvo recibió el reino occidental y, a pesar de esta división del Imperio carolingio, formalmente sí se reconocería la unidad imperial, siendo coronado como rey en el año 848 en Orleans.[7][23]

Consecuencias políticas

Tras el reparto de Verdún, Carlos el Calvo recibió el territorio denominado Francia Occidental, cuyo marco cronológico se extiendía desde el año 843 hasta el año 987, surgiendo a raíz de la fragmentación del Imperio carolingio tras el Tratado de Verdún. También se le denominó Reino de los francos occidentales y es el germen del Reino de Francia.[24]​ Cronológicamente, se situó entre los años 843 al 987. Este reino surgió tras producirse la división del Imperio carolingio a raíz del Tratado de Verdún y geográficamente abarcaba el sur de la actual Francia, culminando en la denominada Marca Hispánica.[25][26]​ No obstante, Carlos sostuvo un enfrentamiento con su sobrino Pipino II de Aquitania, dado que al fallecer su padre fue reconocido como soberano solo por la nobleza sin tener en cuenta el beneplácito del emperador, quien en la asamblea de Worms del año 939, eligió a Carlos como monarca.[27][28]​ Por su parte, Carlos el Calvo entró en guerra con Pipino en el año 840. Así, tras varias derrotas, en el año 845 se rubricó el tratado de Benoît-sur-Loire, reconociendo los derechos de su sobrino.[29]​ A partir del año 840, proliferaron batidas vikingas, siendo París saqueada entre los años 856 y 862. Por ello, Carlos el Calvo tomó medidas que fueron ineficaces, siendo necesario llegar a un vasallaje con los vikingos, cediéndoles el territorio que se denominaría Normandía.[30]​ Además a esto se unieron las incursiones de los magiares a partir del año 920.[31]

Por su parte, el primogénito de Ludovico Pío sobre el que recae el título de emperador, Lotario I, obtuvo como reino la Francia Media, que estaba situada en medio del mar del Norte y el mar Mediterráneo. Comprendía lo que actualmente son los Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica, el oeste del Rin, Francia, Suiza y el norte de Italia.[7]​ A su vez, el Reino de los Francos Orientales, llamado también Francia Oriental, sería el germen de la futura monarquía en Alemania.[7]​ A Luis el Germánico le correspondió la parte oriental mayoritariamente germano parlante, hecho que es referido en los Annales fuldenses, que hacían mención a la división del Imperio y a la parte oriental que se le otorgó a Luis el Germánico.[32]​ Este territorio estaba compuesto de conquistas procedentes del siglo VIII, que incluía los ducados de Alemania, Baviera, Sajonia y Turingia junto con las marcas danesa y eslava.[33]

El 10 de agosto del año 843, fallecido Luis el Piadoso y tras una añada, sus vástagos y herederos rubricaron el Tratado de Verdún mediante el que Luis el Germánico obtuvo la parte oriental denominada Francia Oriental, que estaba formada por incorporaciones regionales del siglo VIII al Imperio carolingio, entre las que se incluían: Alemania, Baviera, Sajonia, Turingia y las marcas danesa y eslava cuya población era germano y eslavo parlantes mayoritariamente, formando una población que se dividía por raza, costumbres y lengua.[33]

Véase también

Referencias

  1. Del Hoyo, 1997, p. 162.
  2. Collins, 2000, p. 397.
  3. a b M. Jeep, 2001, p. 581.
  4. a b c d Montanelli y Gervaso, 2003, p. 259
  5. Rodríguez Fabián, 2015, p. 144.
  6. Claramunt et al., 2003, p. 82.
  7. a b c d Kinder y Hilgemann, 2003, p. 133.
  8. Le Noir , 1933, p. 156-163.
  9. a b Mitre Fernández, 2004, p. 102.
  10. F.X.Noble, 2010, p. 205.
  11. Del Hoyo, 1997, p. 44.
  12. Montanelli y Gervaso, 2003, p. 357.
  13. «Crisis y disolución del Imperio». Arte Historia. Consultado el 15 de abril de 2016. 
  14. Balard, Genêt y Rouche, 1994, p. 63.
  15. Del Hoyo, 1997, p. 120.
  16. Halpen, 1992, p. 256.
  17. Le Goff, 1999, p. 45.
  18. Del Hoyo, 1997, p. 152.
  19. a b c Claramunt et al., 2003, p. 82
  20. Koziol, 2006, p. 357.
  21. Engels, 1994, p. 49.
  22. Romero, 1949, p. 45.
  23. Coupland, 2007, p. 332.
  24. Jones, 1999, p. 48.
  25. Bradbury, 2007, p. 21.
  26. Jones, 1999, p. 77.
  27. Bradbury, 2004, p. 77.
  28. Ducket, 1998, p. 176.
  29. Salvan, 1856, p. 389.
  30. Sommerville y McDonald, 2010, p. 267-269.
  31. Jones, 1999, p. 69.
  32. R.Rau, 1992, p. 34.
  33. a b Reynolds, 1984, p. 257.

Bibliografía

Bibliografía adicional

Enlaces externos